29 mayo 2014

LA DIMENSION ÉPICA DE LA PRESIDENTA


La celebración de los trece años de la Fundación de Orquesta Juveniles e Infantiles, FOJI, permitió a La Moneda y su principal ocupante, desplegar un lenguaje raras veces visto en palacio, sin eufemismos y concentrado en lo principal: celebrar una iniciativa socio cultural del país y reconocer a la vez quienes durante décadas permitieron que ese fenómeno fuera realidad. Jorge Peña Hen, músico y gestor de excelencia; Víctor Jara, emblema de los artistas martirizados por la dictadura y también músico de excepción; los integrantes de la Orquesta Escolar Metropolitana; los becarios de la fundación, y un puñado de instrumentistas de la orquesta juvenil que hace 50 años fundó Peña en La Serena, fueron protagonista de una velada llena de símbolos y particularmente reveladora de la dimensión épica del mandato Bachelet.


Aunque a algunos cueste entender lo que allí ocurrió -El Mercurio lo leyó como "estreno político" de Sebastián Dávalos, hijo de la Presidenta y Presidente de la FOJI- la singular armonía de la puesta en escena, que ya se expresó en la gala presidencial del 11 de marzo en el Centro Cultural Estación Mapocho, no dejó cabos sueltos. Una orquesta de niños con un solista en violín de 14 años -que acompañado de su instrumento ha superado una dolorosa tragedia familiar- interpretando obras sinfónicas de Víctor Jara arregladas por el compositor chileno Carlos Zamora, obras de compositores latinoamericanos sin desestimar a Vivaldi y un bis de una novedosa cueca urbana, con cubiertos, pandereta y platillos entre sus instrumentos.

Ello, acompañado por dos breves y significativos discursos de Dávalos y de la Presidenta Bachelet, muy instalada en el contexto, confesando su cariño por las orquestas y por la música, derivado de la preocupación familiar por sensibilizarla a ella, en su infancia, a través del clásico "Pedrito y el lobo".

La verdad es que además de reunir en La Moneda el recuerdo, la viuda y la imagen de Peña Hen, la musicalidad de Víctor Jara, la gratitud a Luisa Durán -primera madrina del proyecto- y Fernando Rosas, más músicos de hace cincuenta años y niños que apenas inician su vida artística, el décimo tercer aniversario dio una fuerte señal de cómo entiende la cultura esta administración, con un fuerte contenido social. Lo que hay en la FOJI no son sólo músicos, sino niños y niñas que acceden a becas y conjuntos musicales que pueden literalmente cambiarles la vida. Y así ha ocurrido con centenares de casos.

Lo interesante, además, es que esta dimensión épica de las acciones de la Presidenta se está convirtiendo en un estilo que, a lo menos en cultura, promete dejar huella: María Paz Santibañez, la pianista baleada frente al Teatro Municipal en una protesta fue designada agregada cultural; lo mismo Javiera Parada, hija del dirigente comunista José Manuel Parada, asesinado cruelmente por agentes oficiales, o la propia Carmen Gloria Quintana, quemada viva por militares, nombrada agregada científica. Asimismo, anunció una consulta indígena para el proyecto de Ley de Ministerio de Cultura.

Por su parte, el Ministro de Educación designó en el Consejo de Monumentos Nacionales a un académico comprometido con causas ciudadanas vinculadas a la protección de la declaración de patrimonio de la humanidad del sector fundacional de Valparaíso. En el otro cargo de relevancia de su dependencia, la dirección de la DIBAM, prefirió optar por la subrogancia temporal de un funcionario de bajo perfil, a la espera de un concurso de alta dirección pública para un servicio que sin dudas enfrentará fuertes cambios.

El estilo significativo ha sido adoptado también por la Ministra Barattini que creó una unidad de asuntos indígenas en el CNCA y acaba de firmar un convenio de colaboración con la identidad lafkenche, de acuerdo a estándares de UNESCO, para asimilar el patrimonio inmaterial de esa etnia.

Como las buenas prácticas "chorrean", la Cámara de Diputados ha recibido una propuesta de varios de sus integrantes por incorporar el ámbito del patrimonio a la comisión de arte y cultura. Podría decirse que estaba considerado en el concepto de cultura, pero sin duda en una extensión del término diferente a la que hoy, gestos como los que comentamos de la Presidenta y sus ministros, le han puesto un contenido más generoso y hasta épico.

Buenas cosas pueden esperarse cuando un país comienza a creerse que sus resultados no son sólo medibles a través de éxitos en la economía.

Algo de eso se respiró en el Patio de las Camelias cuando se escuchaban las juveniles notas de una orquesta de estudiantes correctamente vestidos y concienzudamente escuchados por altas autoridades de la República.


27 mayo 2014

¿QUÉ ES EL PATRIMONIO? LA VOZ DE LAS AUDIENCIAS


Cuando se le pidió a Lord Charteris, primer ministro del National Heritage Fund creado en 1980 en el Reino Unido, que definiera el término patrimonio (heritage en inglés) respondió: "Es todo lo que ustedes quieran". Algún día tenía que pasar aquello en Chile. Que la ciudadanía decidiera tomar en sus manos la definición de patrimonio. Así como las audiencias se incorporaron con fuerza a las políticas relacionadas con las artes después de la creación del CNCA, muchas variables están influyendo para que este 2014 sea recordado como el año en que crujieron las casi centenarias instituciones chilenas ocupadas del patrimonio y "florecieron mil flores" en un terreno tan rico como desprotegido, hasta ahora.

Cuando un grupo de gestores culturales solicitamos su apoyo para crear una nueva institucionalidad cultural, durante el gobierno Frei Ruiz Tagle, el senador Carlos Ominami respondió cáustico:
- De acuerdo, pero ¿quién lo pide?

Entendimos que en una democracia, en la formulación de políticas, se debe considerar la opinión de los involucrados, de todos los involucrados, para lograr avances. Iniciamos entonces un largo camino de sumar voluntades: encuentros, seminarios, asambleas, debates, marchas... que culminaron con una institucionalidad deseada por todos quienes estaban relacionados. Seis años después.

En aquella oportunidad, el patrimonio quedó afuera. Evidentemente no habíamos logrado conmover ni mover a sus actores clave. Que eran pocos y poderosos. Para ser sinceros, el gran actor en el tema a fines del siglo pasado era el gobierno. Cada nuevo Presidente nombraba a un director/a de DIBAM, a los tres directores de Museos Nacionales y a un Secretario Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales. Tales autoridades verticales, no sujetas a consejos, ni comités, ni ministros, mal podían querer cambiar la institucionalidad que los mantenía. Sólo hace pocos años fueron incorporados al sistema de Alta Dirección Pública.

Para no detener la marea del mundo artístico que demandaba activamente recursos y políticas para las industrias culturales, los creadores y la infraestructura, además de estímulos tributarios a los donantes privados, el gobierno de la época resolvió avanzar sin las entidades del patrimonio. Situación que no varió por más de una década. Hasta ahora, que terremotos e incendios mediante, las comunidades fueron tomando conciencia de que el patrimonio no debía guardarse sólo en museos, bibliotecas y archivos, sino por el contrario, ellos mismos formaban parte del tesoro que son las identidades de un país o un territorio.

A esta apertura contribuyó mucho la existencia del CNCA que se fue haciendo cargo de las instancias patrimoniales que iban surgiendo como el "descubrimiento" del patrimonio inmaterial o los "tesoros humanos vivos", que no tenían espacio en la discreta museística nacional.

Contribuyó también la presencia de destacados patrimonialistas en el Directorio Nacional del Consejo, como Cecilia García Huidobro o Lautaro Núñez, que demostraban que la Ley que lo creó aseguraba que entre sus integrantes debía haber personas representativas del mundo de la creación, la gestión y el patrimonio.

El terremoto del 27/F ofreció una oportunidad al Ministro Cruz Coke para insertar al CNCA entre las entidades que podían asignar recursos para la reconstrucción de edificios patrimoniales severamente dañados, lo que despertó celos en las organizaciones tradicionales. El gobierno Piñera llegó a establecer un fondo con recursos crecientes, para ese fin.

Paralelamente, las calles se fueron llenando de manifestantes que expresaban sus demandas en el sector educacional, los enfermos graves, las necesidades de Aysén y Magallanes o las chancherías de Freirina. En ese escenario, que fue instalando demandas y soluciones en el imaginario colectivo, no tardaron en aparecen con inusual fuerza las demandas ocultas tanto tiempo de los funcionarios públicos vinculados al CMN, de los habitantes de barrios tradicionales amagados por las inmobiliarias o los porteños y castrinos, asediados por el retail. Entre otros.

La conjunción de ellos alcanzó un punto alto con marchas en diferentes ciudades, la jornada anterior al Día del Patrimonio 2014, ya consolidado nacionalmente. La Ministra de Cultura, parlamentarios, alcaldesas y alcaldes se sumaron a la manifestación, endosada a las pocas horas con cientos de miles de chilenos de todas las edades visitando lugares patrimoniales.

El gobierno invitó a diálogos participativos y a la conformación de una mesa de expertos que darán comienzo al Programa de Revitalización de Barrios e Infraestructura Patrimonial Emblemática que se agrega a aquella otra consulta, con rango de Mensaje Presidencial, que auscultará a los pueblos indígenas, según normas de la OIT.

De este modo, el escenario cambió bruscamente y un proyecto de ley nacido del interés de solucionar burocráticamente la pugna entre dos servicios públicos que se negaban a someterse el uno al otro, se está transformando en el gran proyecto que abra las grandes alamedas a los verdaderos guardianes del patrimonio, las audiencias o el público que lo disfruta, padece y ama cotidianamente.

De lo que alguna vez se pretendió desde La Moneda como solución al "quien manda" en el sector cultura, queda nada, será sustituido por artículos que recién comienzan a escribirse desde las comunidades, los pueblos indígenas, los funcionarios y la gente, quienes definirán qué es patrimonio.

Cuando el mencionado Memorial Found emitió su primer informe, señaló: "No hemos podido definir el heritage nacional, así como tampoco hemos podido definir la belleza o el arte... Por eso dejamos que se definiera por sí mismo. Esperamos que nos pidieran ayuda quienes creían poseer una parte del heritage nacional digno de ser conservado".

Así, el patrimonio es una noción vaga e invasiva que tomará tiempo incorporar exhaustivamente a nuestra legislación. En consecuencia, ya no sólo vendrán cambios para las instituciones tradicionales sino también para los plazos que algunos querían para lograr un ministerio.

Es posible que no alcancen los tiempos de este gobierno, que será valorado porque abrió el camino a escuchar a estas imprescindibles audiencias; pero se legislará como corresponde y ganará Chile.

Un país diverso, multicultural y con mucho patrimonio.

26 mayo 2014

APSI O LAS MIL FORMAS DE COMBATIR LA CENSURA


"Sólo podía dar noticias internacionales, pero el ingenio de un grupo de periodistas lo hicieron posible: eran, con una pluma exquisita, un dolor de cabeza para la dictadura. Cerrada o clausurada, ahí estaba de nuevo con Pinochet en cuerpo de guagua, de monaguillo, de trutruquero, de chimpancé, de cura, de Luis XIV, de Mona Lisa. Un manjar que no se ha vuelto a saborear", escribió el 27 de agosto del 2001, el periodista Julio César Rodríguez, en Primera Línea.


Decir APSI -continuaba Rodríguez- es decir irreverencia, ironía, redacción impecable, artículos de lujo. Decir APSi es decir picardía, ingenio, tozudez, pasión. Aún recuerdo cuando llevaba una escondida entre los cuadernos del colegio. Se me cayó en la sala en plena clase de inglés. Pasó el teacher (Del Solar era el apellido) y dijo, mirando mi cara de pánico: "guárdela porque después van a ser de colección" y me cerró un ojo.

Muchos años antes de esa anécdota, en 1976 cuando todavía se desaparecían compatriotas, el periodista y sociólogo Arturo Navarro y un grupo de amigos se instaló en calle Matías Cousiño para dar vida al primer boletín de la Agencia Publicitaria de Servicios Informativos (por eso el nombre APSI). El Vicario de la Solidaridad, Cristián Precht había conseguido siete mil dólares en Bélgica para empezar el proyecto. La finalidad era darle otra mirada a la sesgada información sobre política mundial que había en ese minuto en el país.

No partió como revista en sus inicios. "Navarro dirigía y coordinaba. El español Rafael Otano era el editor. El norteamericano John Dinges, corresponsal del Washington Post, que después se hizo famoso con su libro Asesinato en Washington (sobre la muerte de Orlando Letelier), las oficiaba como diagramador. El chileno Carlos Catalán ejercía como analista en política internacional. El gerente, Eduardo Araya, coordinaba un equipo de suscripciones de dos personas. Había además un junior -el famoso Helios Felipe- y una eficiente dactilógrafa de la cual posteriormente hubo que prescindir cuando se supo de sus amistades con gente de la DINA: eran épocas de ineludibles miedos y paranoias", señalan Pablo Azócar y Francisco Mouat en una suerte de autobiografía de la revista, publicada en diciembre de 1989.

Rafael Otano, uno de los fundadores, señala que en 1976 "hicimos el primer boletín en una imprenta de pedal. Lo hacíamos por servir a una causa, por una convicción que también era moral. Cobrábamos nada, era un voluntariado. Yo no me pude quedar mucho, después de siete meses volví a España". Este tipo de impresión que relata Otano, duró los primeros tres números. El propietario de la máquina era José Sanfuentes, que aún no ingresaba al Partido Comunista.

Eduardo Frei Montalva fue uno de los suscriptores iniciales, claro que se fue cuando supo que los democratacristianos no figuraban en el proyecto. El MAPU estaba en la primera línea pero también abandonó cuando vio que las noticias sólo podían ser internacionales. "Cabe la sospecha de que fue para mejor", escribe la revista en 1989.

Así, Jaime Vicente, gerente de la imprenta Alfabeta, aceptó desde el cuarto número que no se le pagara totalmente la impresión y que los costos se acumularan durante años, como deuda. Del número 1 al 70 no figuraban, ninguna quincena, en los quioscos. Dinacos censuraba a APSI antes que sus contenidos cayeran en manos de los 500 suscriptores. En junio de 1978, cuando la revista tambaleaba, el director de APSI conversó con Luciano Vásquez, director de Dinacos, y le pidió formalmente el permiso para que la revista tratara temas nacionales...


Hasta allí parte del texto de Rodríguez.

Lo que siguió es conocido, la revista nunca recibió el OK de Luciano Vásquez y sus editores decidieron ir publicando paulatinamente textos sobre la actualidad nacional, que recibieron sistemáticamente el reproche de la censura a través de citaciones al entonces Edificio Diego Portales, piso 16, desde dónde un sociólogo de apellido Garmendia amonestaba al Director de APSI y a la vez intentaba inocularle el virus de la auto censura, que era la enfermedad de moda en la prensa de esos tiempos y que contagió a muchos.

Lo que no logró el censor, ni los jueces más adelante, lo consiguió el retorno de la democracia. Junto con APSI dejaron de aparecer, en los noventa, revistas como Cauce, Hoy, Análisis y diarios como Fortín Mapocho y La Época.

Cuando se cumplen 38 años desde que se fundó APSI, la primera publicación creada -en 1976- bajo la dictadura y sus reglas, es bueno recordarlo.

Para que no nos inunde la nostalgia. O para que nos cubra completamente.

21 mayo 2014

PATRIMONIO E INDIGENAS: LA REFORMA QUE VIENE


Una de las ventajas de no estar involucrado directamente en la construcción de una institucionalidad cultural -como aconteció en los gobiernos de Aylwin, Frei y Lagos- o en su defensa -como durante Piñera- es que hace posible observar con cierta distancia cómo se desenvuelve el panorama de las políticas culturales en un tiempo político de grandes reformas. Se esperaba que la educación, la reforma tributaria y el cambio del sistema electoral fueran protagonistas de este 21 de mayo, lo fueron, pero adicionalmente, en patrimonio, se avizoró un cambio relevante.

Hace un año, el Mensaje en cultura ocupó 185 palabras, agrupadas en 4 párrafos: "Una sociedad de valores requiere una cultura libre, diversa y participativa. Por eso estamos desarrollando un ambicioso Plan de Infraestructura, que incluye la rehabilitación de cinco teatros regionales: Iquique, La Serena, Rancagua, Concepción y Punta Arenas. Y hemos pasado de tres centros culturales el año 2009 a 27 en la actualidad, y hay 24 más en etapa de diseño o construcción.
El programa Red Cultura, que ya está en plena acción en 172 municipios a lo largo de Chile, tiene por misión llenar esos nuevos espacios de la cultura con arte, cine, literatura, música, baile y todas las demás expresiones de nuestra cultura.
Hemos aumentado en un 30% los fondos públicos para promover nuestra cultura y este Congreso acaba de aprobar la Ley de Donaciones Culturales, que amplía tanto los receptores como los donantes y fortalece y flexibiliza sus mecanismos para promover y alimentar más y mejor la cultura de nuestro país.
Y hace pocos días enviamos a este Congreso el Proyecto de Ley que crea el Ministerio de Cultura y Patrimonio y una nueva y moderna institucionalidad cultural
".

Este año, las expectativas estaban puestas en la sustitución completa de dicho proyecto y las incertezas, en qué otras medidas lo acompañarían. Las señales previas desde el CNCA fueron pocas. El anuncio de una política de financiamiento de museos, acertadas designaciones de agregados culturales y creación de la nueva unidad de asuntos indígenas del CNCA, junto a una incesante actividad de sus autoridades que contrasta con una labor de baja intensidad, en esta área, en el Parlamento.

Por su parte, el sector privado mostraba inusual actividad: una pugna no resuelta en la Cámara del Libro; una inédita asociación gremial de museos privados; movilizaciones del mundo patrimonial que abarcan especialmente a colectivos barriales y asociaciones gremiales de funcionarios públicos; un proyecto de mejoramiento de la empleabilidad en el sector con apoyo europeo, y un renovado anuncio de la corporación de amigos el MAC sobre la posibilidad de vender su edificio al vecino Museo de Bellas Artes, que permita su indispensable ampliación. Tal determinación depende, al igual que parte del Jurado de los próximos Premios Nacionales, de quien sea elegido Rector de la Universidad de Chile, por lo que se espera más cercanía con el tema en la campaña electoral que enfrenta a dos académicos ligados a las ciencias.

Ha llamado la atención, en esta etapa, el bajo perfil de la DIBAM, dónde luego de la renuncia "no voluntaria" de su antigua directora se ha designado a un director "subrogante y temporal" a la espera del concurso de alta dirección pública, con cierre el 9 de junio. Significativa es la señal del nombramiento del nuevo Secretario Ejecutivo del CMN, José de Nordenflych, bien recibida por los movimientos ciudadanos que se oponen al Mall Barón en Valparaíso y enmarcada en un largo conflicto de sus funcionarios.


El mensaje de este año, el primero de Bachelet, estuvo enfocado en el patrimonio cultural, refiriéndose a la memoria, el lenguaje, la gastronomía y todos aquellos aspectos que constituyen un concepto amplio que supera la añosa definición que reduce el patrimonio a viejos edificios -especialmente palacios, casas patronales e iglesias- y aborda la urgente necesidad de mejorar los museos públicos, con una política moderna.

"Las personas estamos hechas de cultura, en nosotros vive la memoria y la historia de nuestros pueblos; nos movemos en el entorno del patrimonio legado por los antepasados, nos alimentamos con los sabores propios de nuestra gastronomía, hablamos una lengua común y soñamos juntos nuestros futuros. Mi gobierno pondrá un especial interés en el estímulo de la cultura en un sentido amplio.
Queremos tener una cultura del desarrollo y la democracia, que se exprese en la tolerancia, el cultivo de la memoria histórica, el gusto por la innovación. Queremos estimular una cultura del respeto cotidiano y de la solidaridad.
Y para desplegar plenamente nuestras capacidades humanas también es clave acceder al arte, en todas sus expresiones. Vamos a tener una oferta cultural a lo largo de Chile, para todos, gratuitamente, lo que también estimulará los talentos creativos y artísticos, y alimentar el espíritu que siempre es tan necesario.
Hay consenso en que la institucionalidad de la cultura y el patrimonio deben fortalecerse para ampliar el acceso a la cultura, promover la creatividad y cuidar nuestro patrimonio. Es por ello que hemos definido el Proyecto que enviaremos al Congreso Nacional que crea el futuro Ministerio de Cultura y Patrimonio. El cual será sometido a un proceso de consulta en lo relativo a los pueblos indígenas.

Junto a esta nueva institucionalidad fortaleceremos el gusto por el arte y la creatividad cultural desde la niñez. Hasta el 2018, partiendo este mismo año, tendremos una Red Nacional de Centros de Servicios Culturales para Jóvenes, con una amplia oferta de actividades de formación y expresión artística y cultural.
Además, crearemos bibliotecas regionales en todas aquellas regiones que aún no las tienen, entre ellas la nueva Biblioteca y Archivo Regional de Magallanes en la ex Cárcel de Punta Arenas; la biblioteca regional de Los Lagos; y la de Coquimbo, junto a la casa de Gabriela Mistral en La Serena.
Contaremos con una nueva política nacional de museos. Se construirán los Museos Regionales de Atacama y de Aysén, y la nueva sede para el Archivo Regional de Tarapacá en Alto Hospicio.
Pondremos un énfasis importante en el fomento y el desarrollo de la lectura, que es fundamental para los aprendizajes escolares en todas las áreas y para acceder a la cultura, desarrollar habilidades y descubrir nuevos espacios. Para ello, crearemos el Plan Nacional de Lectura y una Política Nacional del Libro que haga de Chile un país de lectores y lectoras desde la primera infancia
".

La política nacional del libro, reforzada por un plan nacional de lectura, aparentemente descarta, una vez más, los tan denodados como frustrados esfuerzos por centrar el tema alrededor del IVA. Tampoco el Mensaje se refirió al debate que encona día a día a la ARCHI y la SCD respecto de las cuotas de música chilena en radios.

De este modo, las principales promesas recaen sobre el ámbito que hasta ahora es responsabilidad de la Dirección de Bibliotecas (regionales de Magallanes, Los Lagos y Coquimbo), Archivos (Magallanes y Tarapacá) y Museos (Atacama y Aysén más una  nueva política nacional). La otra tarea relevante involucra al Consejo Nacional del Libro y la Lectura (Plan de lectura y Política nacional). Asimismo, los servicios culturales para jóvenes, debieran dar trabajo a experiencias como Balmaceda Artejoven, escuelas artísticas y otras.

Sin duda, lo más relevante fue poner sensatez en la presentación del proyecto de Ministerio de Cultura y Patrimonio, señalando que se cumplirán las disposiciones del Convenio 169 de la OIT sobre consulta a pueblos indígenas. Ello indica -y allí está la noticia- que la realidad multicultural de nuestro país será fuertemente considerada en el eventual ministerio, lo que dilata los plazos pero agrega un cambio muy relevante a lo que hoy existe.

Habrá que poner atención entonces a los procesos de selección de director/a de la DIBAM y de instalación de José Ancán en la Unidad de Pueblos Indígenas del CNCA.

Se perfila así que el sello cultural de este gobierno estará en el patrimonio y la identidad. Las maneras de hacerlo con participación e igualdad se parecerán mucho a lo logrado en el CNCA.

Cuya concepción básica no parece estar en la agenda de reformas. Por algo será.

16 mayo 2014

ARTE, CULTURA Y MOVIMIENTOS SOCIALES


Durante la anterior fase de agitación social con trascendencia mundial –en los años sesenta- el arte y la cultura estuvieron sobre sus escenario y en los muros, “prohibiendo prohibir”. Grupos comprometidos cantaban y actores conocidos daban rostro a la lectura de demandas o alocuciones poéticas. En la segunda década del siglo XXI, los creadores han descendido a la platea y fundido con los movimientos sociales; tal que músicos, actores, bailarines y payasos se intrincan con las multitudes y artistas plásticos dibujan en las calles mientras columnas de manifestantes pasan sobre las mismas creaciones, que contienen entonces no sólo el fruto de manos creativas sino además la tranquila huella de quienes se manifiestan. Músicos, batucadas y bandas forman parte de la marcha, no son animadores lejanos.


Esta imagen expresa el nuevo rol adoptado por el arte y la cultura dentro de los procesos sociales. En Chile, su primera manifestación fue para el plebiscito de 1988: los artistas fueron protagonistas, voceros, autores, guionistas e inspiradores de una campaña completamente cultural, sin promesas de construcción de viviendas u hospitales. Sólo una invitación a la alegría.

Lo mismo ocurre con los pueblos indígenas, que se manifiestan con una presencia consciente de su cultura y raíces. Como si la resolución de deudas históricas no fuese posible fuera de los marcos de su cultura ancestral. Ello implica la adopción de símbolos como banderas multicolores, ponchos o lienzos que revelan más su sentido de pertenencia a un pasado que a una ideología presente. Las banderas rojas no son suficiente expresión de la diversidad de quienes se manifiestan.

Y la diversidad, naturalmente habla de culturas y del respeto que cada una de ellas debe a cada una de todas las otras.

Bolivia creó un ministerio de las culturas. Chile acaba de anunciar una unidad de asuntos indígenas en su Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, sin esperar a que se formalice un probable nuevo Ministerio, que ahora no podrá prescindir de esta realidad.

No es posible pensar en que tendremos desarrollo sin cultura.

La pregunta es cómo accedemos a una cultura más democrática, más participativa, más respetuosa y diversa. Desafortunadamente, no vivimos en una sociedad suficientemente sensible a esos temas. Así como en los años treinta se quería una sociedad alfabetizada, hoy requerimos de un sociedad alfabetizada no sólo en lo digital –que se logra por defecto en las nuevas generaciones- sino una sociedad alfabetizada en democracia y derechos humanos.

Si en los sesenta se quería democratizar la cultura hoy debemos culturizar la democracia. Profundizarla, enseñarla, practicarla, vivirla, soñarla.

11 mayo 2014

ARJONA Y MARIA PAZ EN TIEMPOS DE KATIA KABANOVA



¿Quién lo creyera? En pleno siglo XXI, a inicios de un gobierno que se anuncia transformador, el debate cultural se ha desarrollado en los últimos días, una vez más, en torno al más que sesquicentenario Teatro Municipal. Primero, por el anuncio de que en su escenario se presentaría el cantante Ricardo Arjona, luego por el estreno en Chile de una notable ópera -Katia Kabanova- cuya dirección de escena fue encomendada al joven cineasta Pablo Larraín (Tony Manero, NO), finalmente por el acto reparatorio con que autoridades nacionales y municipales homenajearon a la pianista María Paz Santibañez, baleada en el frontispicio del teatro, en 1987, en plenas protestas contra la dictadura.


Lo de Arjona, que simplemente es parte de una estrategia comercial de la administración del teatro para allegar recursos por la vía de los arriendos de espacios; tal como se hace en todas partes del mundo -museo del Louvre y museos de Harvard incluidos- se convirtió en una suerte de debate sobre los límites de la amplitud artística del teatro, acelerada desde la llegada a su presidencia de la Alcaldesa Carolina Tohá y el directorio por ella renovado parcialmente. Curiosamente, esta vez a las "cartas y llamados" como suele identificar El Mercurio a las presiones que recibe la dirección del teatro, se unieron voces del nuevo directorio para pedir ser informados previamente de este tipo de determinaciones administrativas.

Unos y otros ignoran que, aunque el edificio sea añoso, las formas de gestión cultural se han actualizado y suelen considerar diferentes y complementarias maneras de obtener recursos. Así, la taquilla, los fondos públicos asignados por ley de presupuesto, los fondos concursables y el arriendo de espacios son diversas estrategias de financiamiento cultural que los responsables de cada corporación deben barajar.

De ellas se derivan distintas maneras de comunicar las actividades de modo de dejar claro aquellas que forman parte de la misión del centro cultural respectivo y aquellas otras que sólo contribuyen a su financiamiento. En el caso del Municipal, existe la temporada oficial, habitualmente presentada por sus elencos estables, los conciertos o compañías de danza extraordinarios, invitados por el Teatro y otras actividades que sólo pagan un arriendo por sus instalaciones cuando las dos anteriores lo permiten.

De qué Arjona o cualquier otro cantante popular forme parte, algún día, de la temporada oficial o invitada dependerá de las determinaciones de la Corporación Cultural de Santiago. Pero a que cualquier empresario artístico aspire a arrendar el Teatro cuando este disponible y pague la tarifa estipulada, nadie debiera oponerse. Sólo teatros como el Bolshoi o el Marinski, en Rusia, completamente financiados por el Estado, pueden darse el lujo de mantener gigantescas infraestructuras sin ocupación y sin obtener recursos por demás tan necesarios en países como el nuestro que no aspiran al monopolio estatal de la cultura.

El episodio, más allá de que el audaz productor de Arjona haya querido engalanar su show con una supuesta bendición de la élite, vuelve a dejar en evidencia el daño causado por la postergación de la construcción de la sala del centro nacional de artes escénicas, ubicada en el GAM, que no mereció hasta ahora siquiera una primera piedra.

El hermoso y espectacular montaje de Larraín activó también las críticas privadas y profesionales como suele acontecer con cualquier cambio, por modesto que sea, al habitual quehacer del Municipal.

Es famosa la anécdota de una antigua integrante de los Amigos del Municipal, que palideció y rechazó con vigor la consulta del escritor Antonio Skármeta, en un evento social, respecto de cual sería el camino para obtener el permiso para filmar en el teatro la última escena de la película El baile de la victoria, de Fernando Trueba, que transcurre precisamente en el Municipal, historia de ficción nacida de la generosa pluma de Skármeta.

En este caso, la crítica fue lejos y se distanció de la reacción que la sala tuvo en cada una de las funciones de Katia Kabanova, esfuerzo notable que difícilmente se repetirá en el corto plazo. Y que, de pasada, dejó en evidencia que entre la música de películas y la música para operas hay más de algún gen en común.

La misma semana de Arjona y las críticas a la Kabanova, sorprendió en Santiago a María Paz Santibañez, la pianista baleada por un carabinero de tránsito frente al Teatro, en 1978. Ella no estaba por casualidad en Chile, había sido llamada por la autoridades para recibir el cargo de Agregada Cultural en Francia, país donde reside y ejerce su arte. La Ministra de Cultura encomendó a su Directora Regional, Ana María Arriagada, que organizara un homenaje a la flamante diplomática. Obviamente éste debía ser en el frontis del Municipal y consideró la proyección de una placa virtual que recordaba "para que nunca más en Chile" el incidente que se enmarcó en las protestas estudiantiles contra el rector delegado José Luis Federici y que congregó a compañeros universitarios de Santibañez, su entonces Decano de Artes Luis Merino, artistas y ejecutivos del teatro y a dos compañeras de correrías: la alcaldesa Tohá y la ministra Barattini, que recordaron su coincidencia generacional y de lucha callejera con la pianista.

La presencia de artistas jóvenes provocó que uno de ellos quisiera expresar su rechazo ¿al Teatro, al homenaje, al nombramiento? mediante una considerable micción en su puerta principal. Para su mala suerte, el acto fue advertido por la Alcaldesa, quien reprendió justa y vivamente al incontinente.
Como para pensar que al Municipal, esta semana, le ha llovido sobre mojado.

08 mayo 2014

LOS JUEVES DE MARÍA PAZ


Para la joven pianista María Paz Santibañez, los jueves no son un día cualquiera. Al atardecer de un jueves 24 de septiembre de 1987, recibió un balazo en la cabeza frente al Teatro Municipal de Santiago, mientras participaba de una manifestación estudiantil pacífica.
Hace pocas horas, al medio día del jueves 16 de enero, en la Sala Isidora Zegers de la Facultad de Arte de la Universidad de Chile, rindió su examen de egreso con el que culminó sus estudios de piano.

En el intertanto, pasaron para ella y su familia, diez años de angustias, tratamientos en el exterior, recuperación y estudios, para que nuevamente sus manos se movieran con destreza por el teclado y pudieran reencontrarse con Chopin, Scarlatti, Beethoven o Guarello.

Lejos está la imagen de “la joven baleada” con el pelo muy corto, que se recuperaba del incidente. Hoy, una mujer de pelo largo y sonrisa contagiosa desea dedicarse sólo a la música y a difundir sus talentos.

¡Qué imagen para la cultura chilena!

Hace diez años era difícil discurrir sobre ella sin asociarla con apagón. La visita entonces del Papa, hacía revalorizar áreas básicas como el derecho a la vida o las fortalezas del amor, pero la cultura como disfrute de la belleza y libertad de crear, estaba lejos de las preocupaciones nacionales.

Hoy, la vitalidad y el vigor de los artistas y el país, han permitido superar gran parte de los obstáculos que entonces menoscababan la expresión creativa.

Hemos avanzado y contamos con mejores condiciones: festivales teatrales, bibliometros, ballet y operas populares, nuevos espacios culturales, mayores aportes privados, Fondart, museos remozados, esculturas en espacios públicos, fondos para fomentar la lectura, conciertos masivos, exposiciones de primer nivel mundial y, en general, un crecimiento explosivo de la actividad en todo el país.

Sin duda, falta mucho, pero estamos en camino, porque la cultura de un pueblo, como María Paz, no se detiene.

Ni con un balazo, en la puerta del Municipal, un jueves al atardecer.



Esta columna fue publicada bajo mi firma, en el diario La Tercera,  el viernes 17 de enero de 1997. 

Viene al caso recordarla pues ayer, dos de sus compañeras de generación que, como dijo una de ellas -la Alcaldesa Carolina Tohá- juntas eran tres de las innumerables mujeres y varones que en esos años corrían por las calles de Santiago huyendo de la persecución policial y protestando contra una de las instituciones más deplorables de la dictadura: los rectores delegados. Más específicamente en contra del nombramiento arbitrario en ese alto cargo de la Universidad de Chile a un señor de apellido Federici.

Coincide también el hecho de que hoy, 8 de mayo de 2014, esa misma universidad elige entre seis opciones a un nuevo Rector. También hoy sus estudiantes, junto a los otros estudiantes de Chile, se manifiestan en las calles para reclamar por la gratuidad y equidad en la educación.

Un gobierno democrático ha anunciado además la designación de María Paz Santibañez como Agregada Cultural en Francia, país donde reside y ha desplegado su carrera como destacada pianista.

Un merecido reconocimiento que alcanza también a los creadores de Chile, a la Universidad dónde se formó, entregado por dos de las autoridades que junto con ella pedían en las calles el fin de la intervención militar en las universidades.

Como los miles de estudiantes que, en este momento, desfilando frente a La  Moneda, claman por una mejor educación en Chile. 

Mientras sus profesores votan para elegir un Rector.

Y todo en un mismo día jueves.