23 noviembre 2008

LO QUE “HAY QUE HACER”


Desde 1902, cuando Lenin planteó la pregunta que recorrió el orbe: “¿Qué hacer?” ésta se convirtió en una especie de leit motiv de quienes pretendían cambiar el mundo. Pensaba que esta interrogante había sucumbido junto al muro de Berlín, la Unión Soviética y otro íconos revolucionarios. Hoy en Chile, la “revolución” es un revoltijo de medios de comunicación concentrados en una sola mano. (¡Pobre Lenin!).

Sin embargo, al terminar el segundo de los exitosos conciertos de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción con que se celebró el Día de la Música 2008 en el Centro Cultural Estación Mapocho, este preguntita volvió a cobrar vigencia. Incluso invertida en afirmación categórica:

- Ésto es lo que hay que hacer.

Afirmaron casi con leninista convicción varios de los asistentes, incluidos periodistas y críticos. Debo confesar que no les di más relevancia que un buen cumplido al final de una emotiva jornada que había demostrado la potencia sinfónica de la música de Víctor Jara.

Hasta que, al día siguiente, la prensa informaba de otras celebraciones del mismo día de la música, contaminada por desmayos, botellazos disparados al escenario, insolaciones y otras incomodidades.

Entonces rebobiné y entendí el profundo significado de “lo que hay que hacer”. Es decir, presentar espectáculos –música en este caso- en lugares, horarios, temperatura y público adecuados. Así de simple, así de complejo. Los opinadores se referían a que el contenido era óptimo -la música de Jara- la presentación era inmejorable: la orquesta, solista y coro de la Universidad de Concepción; el público, el apropiado –invitado por entidades calificadas como el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el Centro Cultural Estación Mapocho y la propia Universidad, a través de los medios de comunicación.

Es decir, se estaban refiriendo a que había tanto un trabajo de gestión como un trabajo de formación de audiencias.

En efecto, hace tres años que se viene presentando en un mismo lugar y en la misma fecha un mismo tipo de espectáculo de alto nivel: música orquestada de Violeta Parra, primero; Víctor Jara luego, y Luis Advis después. Por supuesto que el público responde cuando las condiciones son esas y la forma de acceso la misma: gratuita, retirando una Invitación con la debida antelación.

Se produce entonces el círculo virtuoso de las alianzas que operan y funcionan en cultura: los artistas ponen su talento; los gestores ponen sus conocimientos y capacidad organizativa, y el público actúa como audiencias ya constituidas.

Entonces nadie duda que, en 2009, la misma orquesta presentará a un músico diferente, convertido en sinfónico, en el mismo Centro Cultural Estación Mapocho y en condiciones de comodidad y temperatura adecuados para que –como ocurrió la noche del 22 de noviembre 2008- puedan asistir familias con decenas de niños que disfrutaron del espectáculo y escucharon el llamado de la Ministra de Cultura a acercarse al escenario para sentir la música “a su manera”.

Dificulto que quienes sufrieron insolación y desmayos en otro lugar, vuelvan a repetir la experiencia de asistir con sus familias a un concierto en un espacio no habitualmente dedicado a la música, en un horario absolutamente inadecuado para temporada de calor. Se desperdicia así el trabajo de decenas de buenos artistas.

Errores como esos acontecen cuando la mirada es única, desde el escenario, que se pregunta cómo incorporar la mayor cantidad de creadores, sin pensar en el público que es finalmente a quienes esos artistas se deben.

Es necesario pensar, desde un inicio, también en la platea. Ello implica forjar alianzas.

El acontecimiento que nos ocupa puede ser analizado casi pedagógicamente como una aplicación de la política cultural que desde 2005 rige en nuestro país: se asocian una magnifica orquesta -que tiene un atractivo y novedoso programa a largo plazo- con un espacio cultural poseedor de audiencias formadas y cautivas, con municipios que trasladan a sus vecinos, en el marco de una celebración que encabeza, como es natural, la máxima organización cultural del país, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

El resultado está a la vista. Es una pena que Artes y Letras se haya anticipado tanto –el domingo 23 de noviembre- a esbozar un balance de la cultura en 2008. De seguro, varios de sus críticos habrían señalado la noche del 21 y 22 de noviembre entre los puntos altos del año, cuando Luis Advis y Víctor Jara demostraron la magnitud e inmortalidad de su obra musical ante un público feliz, gestores satisfechos y autoridades locales, regionales y nacionales que durmieron con el agrado del deber cumplido.

Sin aspavientos, el maridaje de gestión, infraestructura y audiencias, sigue consolidando un modelo de desarrollo cultural que ha llegado para quedarse.

En él hay espacio para todos.

09 noviembre 2008

AMPUERO Y LA FERIA DEL LIBRO
















A mi coterráneo y amigo Roberto Ampuero le consta que habitualmente escojo sostener correspondencia con Cayetano Brulé, su simpático personaje, en lugar de hacerlo con su creador, él mismo. Hasta ahora no sabía porqué, dado que ambos –creador y criatura- son igualmente cumplidos y gentiles al responder la correspondencia. Pero, una columna firmada por Ampuero en La Tercera del 9 de noviembre 2008, referida a la locación de la Feria Internacional del Libro en el Centro Cultural Estación Mapocho me ha iluminado: Brulé, como investigador que es, piensa antes de emitir juicios.


Roberto señala que dicha actividad cultural debe cambiar de espacio para desarrollarse, poniéndole incluso plazo.

Desconoce al autor que –como habría sin duda detectado Brulé- la cultura es cuestión de hábitos y éstos se forman en espacios determinados que reiteradamente acogen una misma manifestación en tiempos debidamente escalonados y anunciados.

Es decir, que sus libros, se leen, entre otras cosas porque aparecen regularmente, en un formato libro, se venden en las mismas librerías, se firman en las mismas ferias y tienen un mismo autor. El hecho que “por unos dólares más” varíe el sello editorial no es relevante para el público.

Distinto sería si sus historias hubiesen aparecido primero como comic, luego en discos, más tarde en cuadros, después en libros, finalmente en DVD…

Algo similar ocurre con la formación de audiencias y los lugares que las acogen. Brulé habría detectado los esfuerzos que ha tenido que hacer la Cámara del Libro por conseguir audiencias fieles que acudan año a año al Centro Cultural Estación Mapocho.

Sin duda hay muchos elementos que mejorar, como acontece habitualmente, pero lo esencial permanece: el recinto, la fecha del año, los contenidos principales de la muestra. Es decir, querido Roberto, algo así como “continuidad y cambio a la vez”. Eso es lo que hace finalmente a un pueblo más feliz y culto, que es el propósito final de las políticas culturales.

De modo que recibamos y estudiemos el comentario de Ampuero, está en lo suyo, pero dejemos que quienes saben de formar audiencias, organizar ferias, producir actividades culturales mantengan la gestión sobre sus criaturas.

La opinión de Ampuero me recuerda a Borges, el sabio y ciego autor argentino cuando recibió al tenista Guillermo Vilas, eufórico, esgrimiendo su reciente libro de poemas: ¿Qué le parece Borges? preguntó.
- Imagíneme a mí, jugando tenis, respondió Borges.

Ojalá Roberto siga escribiendo por muchos años.

08 noviembre 2008

"CONCURSAR ES UNA FIESTA"















"Concursar es una fiesta", la frase no pertenece a Don Francisco ni es un argumento para convencer a cierto ex Presidente de que participe de las primarias de la Concertación. Pertenece al arquitecto Miguel Lawner, "veterano" de la UNCTAD III y de Isla Dawson. La pronunció con ocasión de la presentación de un libro de la Dirección de Arquitectura del MOP sobre cuatro proyectos emblemáticos que fueron concursados y se desarrollan con todo éxito: la Plaza Sotomayor de Valparaíso; el edificio de correos en calle Balmaceda a un costado del Centro Cultural Estación Mapocho; el Museo de la Memoria en la cultural calle Matucana, y el Centro Cultural Gabriela Mistral, los tres últimos en Santiago.


Y la frase no es menor en un contexto en el que otros proyectos NO concursados se caen como ese montón de piedras con que termina Pedro Páramo. A pesar de que fueron encargados "a dedo" a starquitects como Borja Huidobro u Oscar Niemeyer. Mientras las gran mayoría de los arquitectos celebran festivamente el ser convocados a un concurso con sus pares y aceptan las reglas del juego, es decir, que pueden ganar o no ganar, existen otros que parecen celebrar el ser designados sin considerar la existencia de sus colegas, porque tal vez no los miran como pares.

El resultado final es que a pesar de todo, la misma Dirección de Arquitectura termina llamando a concursos luego de haber perdido precioso tiempo, por ejemplo, en el ex Pencopolitano y la ex Cárcel de Valparaíso.

Lawner recordó que la práctica de concursar es antigua pero se interrumpió hace treinta años, es decir que parece haber terminado con el golpe militar y recuperado recién en los concursos que motivaron la edición del libro mencionado. Es verdad en el caso del centro Cultural Palacio de La Moneda, sometido a urgencias posteriormente costosas, pero no ocurrió así con el Centro Cultural Estación Mapocho, que fue debidamente concursado a inicios de 1990.

Como mencionó Lawner, tambien fueron concursados la Sydney Opera House y el Arco del Bicentenario de la revolución francesa en París. Tambien, agrego, el Guggenheim de Bilbao. Es decir, la mayoría de experiencias en este sentido es abrumadora.

Tal como lo es en los proyectos de creación que tambien desde 1990 son concursados en el FONDART, y luego en el Consejo del Libro, el Consejo de la Música y del Audiovisual. Lo mismo ocurre con los Fondos del CNTV, de la CORFO y de las Escuelas Artísticas. Podríamos decir que una parte muy significativa de los aportes públicos a la cultura y el arte son por la vía de los concursos, tanto a niveles central como regionales y municipales. No es ajeno a ésto el que dichos fondos del CNCA sean considerados con razón como los más transparentes de la administración pública por evaluadores independientes contratados por el Ministerios de Hacienda y la Ministra del ramo, Paulina Urrutia, aparezca como la mejor evaluada en reciente encuesta Adimark (ver este mismo blog).

Tal vez se deba a que los creadores, gestores y patrimonialistas que postulan sean más sensibles a este indudable espíritu festivo que los arquitectos ven en los concursos. Mucho más positivo que las críticas puntuales y pacatas que, por suerte cada vez en menos proporción, disparan contra no más del 1% de los proyectos aprobados por el Fondart.

Con razón muchos piensan que no basta con crear más dias festivos en Chile, tal vez bastaría con saber disfrutar mejor de las fiestas... y de los concursos.

05 noviembre 2008

ASÍ SE TEMPLÓ EL ACERO





















Con cincuenta años de vida, los Artistas del Acero de Concepción, Chile, son un ejemplo de gestión cultural y ahora de infraestructura. El 5 de noviembre inauguraron su centro cultural con una muestra maciza de lo que debe ser una entidad de esta naturaleza.

Ante los asombrados ojos de los ejecutivos máximos de CAP y Huachipato, la empresa que ha permitido el milagro y el ejemplo, el gestor cultural Arnoldo Weber dirigió una representación que incluyó danza, canto, música, teatro, integrados en una maravillosa sinfonía de sorpresas y calidad.

En la audiencia, aspecto que como buen gestor, Weber no ignoró, estaban los más relevantes creadores y gestores de la ciudad junto a sus pares de Santiago, además de autoridades regionales, dirigentes sindicales y jefes de Huachipato.

Todo ello para dar la partida a la más formidable muestra de infraestructura cultural que entrega una empresa al país: aquella que surge de décadas de trabajo de expresión y formación de artistas.

El acontecimiento fue acompañado de la entrega de premios de un atractivo concurso de esculturas de tamaño mediano, que encabezaron artistas de Santiago, Los Ángeles y La Serena que dieron muestra de que el acero también esconde arte y expresión profunda. Adicionalmente, se inauguró un equilibrado mural con un verdadero collage de aceros magistralmente manipulados por artistas de la organización (ver foto de EL SUR).

Este nuevo espacio no hace más que reafirmar que al menos la primera década del siglo XXI será, sin duda, la más provechosa de la historia de Chile en materia de infraestructura cultural.

ENCUENTRO BINACIONAL DE FORMADORES EN VILLA OCAMPO

















El Encuentro Binacional Argentina-Chile de Formadores Universitarios en Gestión Cultural celebrado en Villa Ocampo tuvo una gran importancia porque permitió constatar pese a orígenes distintos; lenguajes y carencias comunes en el complicado campo de la formación cultural universitaria. En este aspecto es oportuno saludar la iniciativa de la UNESCO que ha apoyado sin dilaciones esta reunión.

Como se indicara el cónclave se caracterizó porque hubo acuerdos desde sistemas culturales distintos e institucionalidades democráticas diferentes.
Se cree necesario una institucionalización para que las universidades, facultades, fundaciones sin dejar de lado el rigor y la pasión por este trabajo pilares excluyentes de una acción ponderable, adopten la decisión estratégica de articular esfuerzos académicos hacia un mismo núcleo de objetivos, porque el paradigma de los desarrollos únicos es insuficiente.
CAMPOS DE DIAGNOSTICO
Se ha enfatizado sobre la escasez de materiales de estudio, la baja circulación de documentos valiosos y la carencia de bibliotecas especializadas en las universidades.
Asimismo se debe propiciar un trabajo serio para elevar los índices de titulación, motivado por el escaso reconocimiento como requisito de ingreso y promoción en los organismos propios de la actividad.
Tampoco colabora la falta de legitimación política del sector y de sus profesionales.
Se han considerado en un clima de diálogo e intercambio una acción hacia la construcción de consensos para la evolución favorable de la capacitación de la gestión cultural desde campos de diagnóstico, la regularidad en los desarrollos académicos, surgimiento de nuevos formatos, la permanente atención a las demandas de la sociedad principalmente con la explosión del universo digital y la especificidad de administración de algunas propuestas chilenas para lograr un sistema rentable.
Cuando se formule la oferta académica, hay que considerar que más allá de los abordajes urbanos debe recordarse que un total de 1.776 municipios (82,4%) de la República Argentina tienen menos de 10.000 habitantes.
DESARROLLOS
Hay una creciente importancia y un panorama alentador de los nuevos esquemas de formación y especialización en formato virtual que generan un nuevo modelo de trabajo por su potencialidad para convocar cantidades considerables de participantes y docentes.
Se ha señalado como ejemplo la Carrera de Turismo y Cultura de la Universidad de Valparaíso donde los recursos aportados por los alumnos el 30% va a Rectoría y el 70% queda en la Carrera para su gestión, remuneraciones, inversión, etc.
HACIA UN MODELO LATINOAMERICANO
Frente a las dificultades regionales de coyuntura y a la ecuación de posibilidades económicas insuficientes que reclaman en líneas generales, mecanismos de cooperación, sin dejar de destacar el tradicional aporte efectuado por muchos expertos extranjeros. Debe prestarse especial atención al concurso de especialistas regionales, para la conformación de un modelo de gestión cultural latinoamericano
También es conveniente auspiciar la creación de un corredor de fortalecimiento profesional para el desarrollo de propuestas culturales conjuntas, la organización de una colección binacional de libros de gestión cultural, la constitución de un grupo germinal a nivel regional y latinoamericano, la realización de similares encuentros binacionales argentino-chilenos.
PRESENTE Y FUTURO
La aparición de nuevas tecnologías con novedosas herramientas, han transformado en nuestras sociedades el sujeto pasivo en productores activos de sus propios mensajes que están modificando sensiblemente el sistema de gestión cultural. En este mismo sentido se debe estar muy atento a los new media, fundamentalmente la animación digital y lo que se considera hoy la más poderosa industria actual de entretenimiento: los videojuegos. Estos avances son utilizados principalmente por los jóvenes, por lo cual sería recomendable una interacción fructífera entre las últimas tecnologías. los gestores culturales y este sector etario.

Por último es indispensable proponer una oferta académica para una sociedad que por los permanentes cambios, está formalizando la emergencia de una respuesta colectiva rápida a fenómenos que adquieren una forma provisional y desafían criterios establecidos.

El futuro ya está con nosotros y allí debe provocarse la incorporación de nuevos comportamientos, sobretodo de la juventud que, actualmente, por ejemplo, con el uso de los celulares genera el multitasking, esto es prácticas vertiginosas para realizar una multiplicidad de cosas al mismo tiempo.

Los participantes del Encuentro Binacional fueron recibidos por el señor Nicolás Helft, Director de Villa Ocampo, UNESCO.
Participantes: Arturo Navarro ( Profesor de Políticas Culturales del Magíster en Gestión Cultural de la Universidad de Chile), Ernesto Gomez (Director de la Carrera de Turismo y Cultura de la Universidad de Valparaíso), Francisco Torres ( Profesor del Magíster en Gestión Cultural de la Universidad de Chile), Rubens Bayardo (Universidad de San Martín), Jorge Bozzano (CICOP Internacional), Mónica D´Amato (Universidad John Kennedy), María del Carmen Magaz (Universidad del Salvador), María Pía Moreira ( Fundación Ortega y Gasset), Gerardo Neugovsen (TIKAL) , Héctor Schargorodsky ( Facultad Ciencias Económicas de Buenos Aires)
Invitados: María Victoria Alcaraz ( Centro Cultural San Martín), Laila Brandi y Judith Boidman (Laision Consulting) Relatores: Pablo Montiel y Bruno Maccari.
Coordinador General: Jorge O. Cremonte (FLACSO)
Buenos Aires, 24 setiembre 2008