DISCURSO DE BIENVENIDA A DELEGADOS DE LA SEXTA CUMBRE MUNDIAL DE LAS ARTES Y LA CULTURA (14 de enero 2014, Centro Cultural Estación Mapocho)
Me siento muy honrado en darles la bienvenidas al Centro
Cultural Estación Mapocho, tal como yo la recibí cordialmente de algunos de
ustedes en Newcastle Gatehead, Johannesburgo y Melbourne, en las tres cumbres
anteriores. Estoy consciente de que han llegado hasta acá, desde muchos
lugares del mundo, a un lugar que es un mundo de viajes. De viajes y de
historias.
Y la que les voy a contar es la historia de una historia de
amor.
Como todas ellas, con pasiones, desencuentros,
reconciliaciones y momentos inolvidables. Hoy es uno de ellos, en que esta
estación, mujer, novia, madre acogedora, guapa y acicalada, los recibe con sus mejores
galas.
Dije que era una historia y esta tiene una pre historia que
se remonta a un país llamado Chile, que celebraba en 1910 el centenario de su
independencia y quiso plasmarlo con obras de arquitectura destinadas a las
artes y los viajes: nacieron así nuestro museo de Bellas Artes y esta
estación, que unía Santiago, la capital, con Valparaíso, entonces el principal
puerto del Pacífico sur americano.
Nuestra pre historia termina con el retorno a la democracia,
en 1990, que el primer gobierno post dictadura simbolizó convirtiendo a la
vieja estación en un espacio cultural, el mayor de la ciudad.
El Estado dio a quienes administrábamos este monumento la
doble misión de conservarlo y difundir la cultura. De la interacción de la virtuosa
dupla de gestión e infraestructura, nació la singular posibilidad de auto
sustentarse y llegar a constituir un modelo de autofinanciamiento que, aunque valorado
internacionalmente, no constituye dogma.
El modelo que construimos se fue dando a conocer. Se dijo
que, “en el sur del mundo, existe un espacio, situado en una vieja estación de
trenes que ha logrado atraer a millones de personas, llamadas audiencias
fieles, que van y regresan una y otra vez a sus diversas actividades”.
Las voces llegaron a España en 2002, dónde Casa de América celebraba
la primera década del Quinto Centenario del Encuentro de dos Mundos con un
coloquio de centros de América y Europa.
Del encuentro en Madrid nació una red de espacios de ambos
continentes, que permitió discutir y compartir experiencias durante muchos años,
en diferentes ciudades.
Fortalecidos por el diálogo con colegas que enfrentaban
retos similares, nuestra experiencia saltó el Atlántico y fue conocida en
Australia donde nos replicaron con los maravillosos complejos culturales de
Melbourne, Brisbane y Sídney, en una de cuyas oficinas escuché por primera vez,
en 2004, de IFACCA y conocí a las dos amigas que me acompañan en esta mesa: Sarah
y Magdalena.
Ya relacionados, la historia fluyó como si nos hubiésemos
conocido de siempre.
Pareció natural que la experiencia de la infraestructura cultural
en Chile, fuera expuesta durante la tercera Cumbre y que nuestras formas
alternativas de financiamiento llegaran a exponerse en la cuarta Cumbre.
Mientras tanto, en las complicidades de los viajes en bus y
las mesas de cafés, configurábamos con Sarah, Diane, Santiago Jara y otros, el
sueño de que este centro, tan generoso en contenidos, llegara, en el futuro, a
ser continente de alguna Cumbre.
La tarea de lograr ser sede fue larga.
Fuimos paso a paso. Primero fue la afiliación del Consejo
Nacional chileno a IFACCA, usando argumentos como la necesidad de reforzar
nuestra joven institucionalidad conociendo países dónde existían por décadas arts
council. El primer presidente del Consejo Nacional de la Cultura, José Weinstein,
firmó el acuerdo del Directorio, de afiliación a ella, en 2006.
El romance continuó con una reunión del Board de IFACCA en
Santiago, donde conocieron este espacio y … las bondades de la gastronomía y
algunas viñas chilenas.
Conocido el lugar, apreciado el cariño, faltaba que el
Consejo Nacional de la Cultura postulara a ser país anfitrión y que el Board evaluara
la petición en el conjunto de varias otras meritorias postulaciones.
En 2009, la ministra Paulina Urrutia, casi al terminar su
mandato, dio su respaldo a la solicitud, sujeta a la ratificación de quien la
sucediera. La Ministra nos había mostrado su confianza cuando presentó la
candidatura del Centro Cultural Estación Mapocho al Premio Reina Sofía de
Patrimonio, que recibimos. Con ese Real soporte llegamos unos meses después a
Madrid, junto a la directora del Consejo Nacional de la Cultura, Drina Rendic, a
sustentar la postulación ante el Board.
En la Cumbre de Melbourne, en presencia del ministro Luciano
Cruz Coke, se anunció que habíamos logrado el objetivo.
Hoy esa historia tiene un momento muy especial, abrimos esta
Cumbre en el Centro Cultural Estación Mapocho que se ha preparado para
acogerlos con una señalización que honra a lo mejor de nuestros creadores; ya
se familiarizaran ustedes con María Luisa Bombal, Camilo Mori o Samuel Román,
ya visitarán las exposiciones de artes visuales en las Salas Bicentenario,
Joaquín Edwards Bello o Lily Garafulic, ya se enteraran de sus biografías, ya
podrán compartir con nuestro público en el festival de teatro
independiente que ocurre paralelamente con esta Cumbre
Ya podrán visitar cada rincón de este monumento que para
ustedes dejará de ser un power point, un capítulo de un libro o las páginas de
un blog, sino un centro real y tangible.
Después de este honor que nos confieren aceptando nuestra
hospitalidad, volveremos a ser infraestructura y gestión cultural, aquella que
se va haciendo transparente para que brillen y se expresen artistas, gestores,
públicos que nos visitan.
Son ustedes quienes a partir de este momento comienzan a
escribir la próxima página del nutrido conjunto de actividades acogidas por
este Centro Cultural Estación Mapocho
Son ustedes, nuestros queridos y queridas visitantes, quienes
deberán experimentar esta historia de amor por la gestión y las políticas
culturales que desde ahora, los incluye, inevitablemente, para siempre.
Ya nadie podrá borrar de nuestras memorias el hecho de que
al despuntar el año 2014, un centro cultural de un país en un extremo del
planeta, donde se habla el español y se escribe poesía, acogió una reunión de
agentes culturales venidos de todo el mundo a quienes esperamos con entusiasmo
y escucharemos con interés y admiración. Muchas gracias por estar acá.