26 enero 2009

PARTICIPACIÓN PRIVADA EN EL FINANCIAMIENTO CULTURAL Y EFECTOS DE LA CRISIS ECONÓMICA


Entrevista de ROMINA DE LA SOTTA a la Ministra de Cultura, Paulina Urrutia, a casi un mes de cumplir tres años de mandato, publicada en El Mercurio del domingo 25 de enero 2009.




Financiar el arte no es lo mismo que estimular la cultura, asegura la secretaria de Estado, y revela cuáles son las disciplinas que resultan más tentadoras para el mundo privado. Además, anuncia que gastarán el presupuesto del ministerio en el primer semestre para aminorar el impacto de la crisis.

No demora nada la ministra de Cultura, Paulina Urrutia, en identificar el punto más alto de 2008. "Logramos consolidar una gran apuesta: pasar desde una situación en que el 70% de nuestros recursos se destinaban a los fondos concursables, a la implementación de otras políticas públicas. No podíamos seguir desarrollando infraestructura cultural solamente a través de concursos, ni dependiendo de la iniciativa individual", reconoce. Por eso, generaron un plan que en 2010 habrá habilitado o construido centros culturales en 65 comunas con más de 50 mil habitantes. Ya llevan 40, con financiamiento del Consejo de la Cultura y las Artes, los privados y el gobierno local. Otras iniciativas de ejecución ministerial son "Creando Chile en mi Barrio", que en 2010 cubrirá los 200 barrios más vulnerables del país y el debut de talleres artísticos y culturales dentro de la jornada escolar completa, que esperan que este año sean acreditados por el Ministerio de Educación.

Sin embargo, este giro en el eje de la política cultural del Gobierno no ha perjudicado a los creadores: como el presupuesto de la cartera ha aumentado notablemente desde 2006 (en un 60%), los recursos para los fondos concursables han seguido creciendo y alcanzan casi 18 mil millones en 2009.

1,3% DEL PIB

"Donde más ha resultado el aporte del mundo privado es en el patrimonio, que es donde ve que su aporte es sustentable. Va a ser muy difícil que la empresa privada apoye al arte. El arte siempre es crítico, muchas veces molesto, e incluso no es entendido. La empresa privada, en cambio, está en la cultura, en aquellas apuestas artísticas que la sociedad ya ha absorbido, que ya tiene capacidad de lectura. Por eso, es fácil que un privado apoye un concierto de una figura consagrada, como Morricone, que ya es parte de la cultura. Pero, con un creador nuevo, ahí tiene que estar el Estado para asegurar que esa creación, de quien después va a ser un Morricone, se haga".

La ministra valora la Ley de Donaciones, pero cree que no es suficiente: "Los beneficios tributarios permiten que la empresa tenga una visión, en el tiempo, de su apuesta. Pero faltan estímulos para que los privados no solamente estén ligados al mundo del patrimonio, sino a plataformas productivas, como son una comisión fílmica, la comercialización de artesanías, la venta de música o el turismo con intereses especiales. Lo cierto es que, frente a la empresa privada, el Estado y los creadores ponen mayoritariamente su aporte. Los privados se ha estabilizado en los diez años que llevamos (como Consejo); no hemos visto un aumento exponencial".

Agrega que las cifras demuestran que el sector genera riquezas: "En 2008 hicimos un primer levantamiento del aporte del sector artístico -solamente con las áreas de música, audiovisual y libro- al Producto Interno Bruto, con la metodología del Banco Central y con las estadísticas del INE. Fue del 1,3% del PIB y con valor agregado, es decir, con la medición de generación de empleo. Son plataformas productivas que están generando más riqueza al país que la fruticultura o la pesca. ¿Por qué, entonces, la empresa no puede apostar en esos términos de riqueza y empleabilidad?".

-Aparte del patrimonio, ¿cómo se ha integrado el aporte privado al público, en otras áreas?

"En el área audiovisual, en el libro y en la música hay un desarrollo de industria creativa: han generado su propio mercado. Eso ha permitido que el Estado despliegue más estrategias, potenciando la difusión, por ejemplo, a través de programas de televisión y de radio, o compre libros para las bibliotecas públicas. Es el caso de Santiago a Mil y muchos otros festivales, donde debemos desarrollar plataformas más productivas, porque ahí la alianza con la empresa privada se hace vital. Pero hay otras artes que no constituyen industria, y ahí la producción sigue siendo artesanal. Aunque es de gran calidad y nobleza, no se proyecta en el tiempo sin estímulo del Estado".

-Sin mercado, ¿cómo puede dársele proyección?

"Ligando esta producción al desarrollo de infraestructura cultural, y asociándola a una red de difusión artística y cultural a lo largo del país".

-En otro ámbito, ¿presiente su ministerio algún impacto de la crisis global?

"¡Por cierto! El aporte de los privados ha estado mucho más débil que en otros años. Creo que la creación se va a ver resentida".

-¿Qué medidas han tomado?

"Primero, hacer las convocatorias a tiempo, para que no decaiga la producción artística con estímulo del Estado (la línea de música, por ejemplo, publicó en diciembre sus resultados). En los fondos concursables, la plata siempre sale justo, pero ahora no. Nuestros procesos deben ser más ágiles, para que la gente reciba sus cheques a tiempo. Además, nos estamos esforzando para tener una ejecución presupuestaria, esto es, gastar la plata en el primer semestre, especialmente en el trabajo con la comunidad, donde el énfasis no esté puesto en la creación individual, sino en la producción asociativa. El arte puede contribuir generando trabajo".

RENTABILIDAD CASTIGADA

-Se comenta que entre los jurados de los fondos concursables siempre hay alguien que dice, como si fuera negativo: "¡Pero este proyecto podría tener auspicio!"

"Es horrible. Muchas veces hay proyectos que son muy buenos y que todo el mundo sabe que pueden gestionarse recursos, y se les castiga por eso. Debiera ser al contrario".

15 enero 2009

GUADALAJARA, CUBA Y VITACURA





















El Presidente de los Editores Independientes chilenos, Francisco Hunneus, haciendo gala de profesionalismo y buena memoria, ha situado -en declaraciones a La Nación- el empobrecido debate sobre “ir o no ir a La Habana” en un contexto más amplio y trascendente. En efecto, asocia la de La Habana con otras dos ferias del libro que se encuentran, entre sí, en las antípodas: la presencia de Chile como Invitado de Honor en la FIL de Guadalajara, en 1999 y la modesta ferial de Vitacura.


La primera consecuencia de este argumento, es obvia: todo editor o escritor, por definición, debe asistir a cuantas ferias le sean posibles. Ese fue el criterio del entonces Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle con el que instruyó a su Canciller, traduciéndose en la delegación de escritores, editores y artistas más formidable de nuestra historia de representaciones artísticas en el exterior, (http://www.fil.com.mx/invitado/chile.asp#arriba).

Fueron de la partida el genial Jodorowsky; el poeta mayor Gonzalo Rojas –el asiento de Nicanor Parra en Primera Clase de Aeroméxico viajó desocupado sólo por un repentino cambio de ánimo del poeta-; Roberto Bolaño, Luis Sepúlveda y Pedro Lemebel, entre una veintena más de narradores; Los Jaivas, Los Tres, Inti Illimani e Illapu, en lo musical; sin olvidar a La Troppa que deslumbró a los mexicanos con “Gemelos”; muestras de cine, Artes Plásticas y una inédita exhibición patrimonial sobre la Independencia de la propia ciudad anfitriona.

¡Eran otros tiempos, dirán!

Pero que anticipaban los actuales. Entre los más entusiastas acompañantes “autofinanciados” a la delegación chilena, estaban dos jóvenes entonces tan inéditos como desconocidos: Carla Guelfenbein y Pablo Simonetti, que se sumaban con devoción a las actividades de esta invasión de la cultura chilena a la ciudad mexicana.

Por cierto, la delegación incluía a los más feroces críticos de esta participación que dispararon incansablemente, en la propia FIL, contra quienes hicieron posible su viaje.

Fue la presencia multitudinaria y variopinta de la cultura de un Estado democrático, encabezada por su gobierno, mientras el país se debatía en una de las campañas presidenciales más reñidas de su vida electoral.

Nueve años después, advertimos que se ha empobrecido el debate y las ferias en cuestión: pareciera discutirse la conveniencia o no de asistir a dos exhibiciones bastante más modestas que Guadalajara.

Perdónenme que, con fines meramente analíticos, ponga en un mismo sitial a las de Vitacura y Cuba. La primera, destinada a sectores acomodados –no se puede acceder en locomoción colectiva- parece responder a la tendencia al aumento del público proveniente de los sectores poniente y centro de Santiago complementada con la baja del público del sector oriente de la ciudad, que asisten a la Feria Internacional del Centro Cultural Estación Mapocho según cifras de su versión 2008. La segunda, dedicada a lectores comparativamente de menores recursos pero de una gran avidez lectora, como son los cubanos.

La pregunta es: ¿a cuál de ellas ir?

Mi respuesta es, a ambas.

Es precisamente donde hay públicos carenciados –de hábitos de lectura como en Vitacura o de recursos económicos, como en Cuba- donde editores y escritores deben poner sus esfuerzos. No sólo –y principalmente- porque Chile tiene una Política Cultural que considera entre sus prioridades facilitar el acceso a los bienes culturales, sino además, desde un punto de vista comercial porque aquellos que hoy no tienen hábitos lectores o no disponen de dinero suficiente para adquirir libros, algún día –más temprano que tarde- los tendrán. Y si no la aprovechamos hoy, habremos perdido una oportunidad.

Además, un argumento político. Precisamente donde se imputa que se censuran libros o se persigue escritores es dónde hay que ir a mostrar a ambos.

¿O no recordamos la satisfacción con que recibíamos los libros de denuncia de grandes periodistas chilenas publicados, no sin dificultades, bajo la dictadura?

¿Será que también se ha empobrecido la capacidad de intentar cambiar las cosas?

Y eso vale para Cuba… y para Vitacura.

13 enero 2009

DIVERSIDAD ES RIQUEZA


Ferias del libro que no organiza la Cámara respectiva; ópera masiva que no organiza el Teatro Municipal; derechos de autor aparentemente no respetados por la SCD; una empresa de TV cable que amputa a sus asociados canales que expresan diversidad, son acontecimientos recientes en el ámbito cultural que están marcando una tendencia tan novedosa como explicable si somos coherentes con los recientes desarrollos de nuestra institucionalidad cultural.

En efecto, cuando en 2003 se aprobó la creación de un Consejo Nacional de la Cultura con una autoridad colegiada y diversa, estábamos aprobando una manera de estimular el desarrollo cultural diferente a la tradicional. Sólo que los frutos de aquello recién están siendo nítidos al gran público.

Históricamente, las variadas funciones que existen en la vida cultural estaban asignadas a alguna entidad pública o a alguna privada o semi privada que por la vía de los hechos y costumbres se hacía responsable de determinada actividad. Así, la Cámara del Libro se hizo cargo de organizar, desde 1951, el mundo de los editores, distribuidores y libreros y apareció como natural que, unos años después, se hiciera de la organización de las ferias del libro.

Con el tiempo –y la existencia de una institucionalidad cultural abierta a la diversidad- comenzaron a surgir una asociación de editores diferente, empresas organizadoras de ferias culturales, y era cuestión de tiempo que naciera una feria del libro que no fuera organizada por la institución clásica.

Veamos lo que ocurre con la ópera. Desde hace más de 150 años está en manos casi exclusivas del Teatro Municipal. Han tenido que pasar un siglo y medio para que –merced a esa misma institucionalidad, sus fondos concursables y la Ley de Donaciones- teatros de regiones como los de Talca, Concepción, Valparaíso y Temuco se asociaran para montar operas. Lo mismo está aconteciendo con tres universidades relevantes que se han unido para hacer complejos montajes en la Plaza de Armas de Santiago y otros espacios.

Hace cinco años esta experiencia la vivió el teatro. Aunque nacido en el Centro Cultural Estación Mapocho, el Teatro a Mil, dio un salto gigantesco, literalmente, para inundar una amplia diversidad de espacios, tamaños y formatos que han llevado a un FITAM que cada año nos sorprende. Este desarrollo no habría sido posible en la tendencia tradicional y dejando al festival sólo al interior de las puertas del centro que lo vio nacer.

La diferencia es que el Centro Cultural Estación Mapocho nació en 1990, cuando ya soplaban vientos de cambio en el desarrollo cultural y no era concebible la apropiación exclusiva de alguna forma de arte. Es decir, el Centro Cultural Estación Mapocho no nació para hacer teatro, sino para “difundir la cultura” en el sentido más amplio. Cuando el teatro estuvo “difundido”, otras manifestaciones ocuparán esta verdadera matriz o almácigo de iniciativas artísticas.

En un sentido equivalente parece ir la crisis de la SCD, entidad que heredó atribuciones exclusivas de la Universidad de Chile, y que había logrado mantenerse como única en la defensa corporativa de los derechos de autor de creadores e intérpretes musicales. El público auto descabezamiento de sus dos principales líderes no sería ajeno a la existencia de opciones heterogéneas como la que encarnan los llamados creative commons y que han quedado en evidencia en la discusión de las modificaciones a la Ley de Propiedad Intelectual.

Lo opuesto a estas múltiples expresiones de diversidad que se desarrollan en nuestra sociedad lo refleja una empresa, como VTR, que arbitrariamente ha cercenado de la oferta que le contrataron sus clientes a expresiones de culturas habitualmente presentes en el menú nacional como la alemana (DW), francesa (TV5) o la italiana (RAI), junto a la CNN Internacional.
Afortunadamente, una reacción ciudadana, encabezada por las respectiva embajadas ha obligado a la cadena a intentar reparar en parte el daño causado.

Sin embargo, las audiencias no pueden bajar la guardia.

La diversidad se protege a diario.

08 enero 2009

BEIJING, ¿CAPITAL MUNDIAL DEL ESPECTÁCULO?
















Isidre Ambrós corresponsal de La Vanguardia de Barcelona en Beijing. 25 de diciembre 2008.

El proyecto de Broadway chino, como ya lo han definido los medios de comunicación del país, incluye la construcción de un gran teatro, con capacidad para 2.000 personas, y una treintena más de salas con un aforo de 300 a 500 espectadores cada una.

El plan de obras se iniciará en el 2009 y terminará en el 2013 La capital china aspira a formar un gran triángulo del espectáculo con Nueva York y Londres

Beijing aspira a convertirse en una de las capitales mundiales del espectáculo. A partir del segundo semestre del año 2009 está previsto que empiecen las obras de construcción de su propio Broadway, que albergará un total de treinta y dos salas de teatro y ocupará una superficie de 600.000 metros cuadrados, según informó ayer la prensa oficial china.

Esta apuesta, catalogada ya como "la respuesta china a Broadway", porque copia el modelo de industria centralizada del espectáculo que se ha implantado en Nueva York y Londres, tiene nombres y apellidos. Se trata de la familia Nederlanden, dueña de varios teatros de la mítica avenida neoyorquina, como son el Gershwin, el Palace o el Marquis.

Ahora, los Nederlanden pretenden reproducir el mismo esquema en Beijing. Concentrar muchas salas desperdigadas en una sola zona de la ciudad y reunir así la oferta de producciones de teatro comercial y musicales. Para ello se ha unido a la empresa china Shibo Investment Holding.

El proyecto de Broadway chino,como ya lo han definido los medios de comunicación del país, incluye la construcción de un gran teatro, con capacidad para 2.000 personas, y una treintena más de salas con un aforo de 300 a 500 espectadores cada una. La zona contará además, con hoteles, centros comerciales, edificios de oficinas, parques y otros equipamientos. El objetivo es captar al turista del espectáculo, aquel al que no le importa coger un avión y recorrer miles de kilómetros para disfrutar de su obra predilecta o de un estreno.

Sus promotores confían en que el proyecto se inaugure en el 2013 a lo grande. Estudian para ello un debut con cien musicales anuales, lo que supondría un promedio de tres piezas por sala. Y aunque aún no hay programación oficial ya se han empezado a lanzar títulos que podrían formar parte de una primera oferta.

Se trata de una versión contemporánea de la Aida de Verdi o las obras de El rey León o La Bella y la Bestia de la factoría Disney.

Los impulsores de esta iniciativa pretenden que Beijing forme un triángulo con el Broadway neoyorquino y el West End londinense. Ahora, por ejemplo, los musicales saltan de Nueva York a Londres con parecidos éxitos de taquilla y con la característica de que cuando la obra llega a West End siempre hay algún artista estadounidense en la cartelera. Los responsables del futuro Broadway chino aspiran a que las cifras de recaudación y los artistas pasen luego de Londres a Pekín.

Sin embargo, entre la realidad de Nueva York y el proyecto de Beijing hay una enorme diferencia. Broadway está en el centro de la Gran Manzana y su réplica china estará ubicada en el noroeste de la ciudad, una zona alejada del centro. Concretamente en el barrio de Haidan, donde se hallan el Palacio de Verano y la Universidad de Pekín. No obstante, sus promotores, que sueñan con que allí se instalen compositores, guionistas y actores, confían en que la ampliación de la red de metro acerque a los potenciales aficionados a su Broadway.

BALANCE: LAS DIEZ CIFRAS 2008 DEL CENTRO CULTURAL ESTACIÓN MAPOCHO


Seiscientos cincuenta mil visitantes a sus distintas actividades, el inicio de su uso regular como Centro de Convenciones y Centro de Computos Electorales. Más de 400 funciones de ARTES ESCÉNICAS y 333 días dedicados a ARTES VISUALES marcan un año tan activo como sugerente de futuro. Detalles e informe completo en http://www.estacionmapocho.cl/balances/2008.pdf

06 enero 2009

CRECEN RECURSOS PARA LA CULTURA DURANTE 2009

Artículo de Javier Ibacache en La Segunda del 26 de diciembre 2008.

Presupuesto del Consejo Nacional de la Cultura sube a $62.555 millones. Fondos concursables aumentan en un 20% y dinero parainfraestructuraen un 128%. CNTV recibirá más de $4.000 millones.

Un incremento de 38,6% en su presupuesto 2009 anota el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, de acuerdo al detalle del programa aprobado recientemente que difunde la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda. Con esto el Consejo registra la segunda mayor alza en las reparticiones adscritas al Ministerio de Educación, la cartera más millonaria con 4 millones 120 mil 942 millones de pesos de presupuesto para el próximo año. Y eso que sus recursos se reajustarán sólo en un 5,7%.

La repartición estatal que encabeza la Ministra Paulina Urrutia gestionará un total de $62.555 millones durante el año, lo que implica un crecimiento de $17.419 millones en relación a 2008.

Las principales líneas a las que se destinarán los recursos son los fondos concursables, la infraestructura cultural, los programas de participación y acceso, las iniciativas de descentralización y los proyectos Bicentenario.

En la práctica, los lineamientos suponen que los fondos concursables anotarán un aumento de un 20% y pasarán a disponer de $17.910 millones (en 2008, el total ascendió a $14.916 millones).

Uno de los programas que acusa un mayor incremento es el de Infraestructura Cultural que eleva su presupuesto en un 128% y recibe $10.089 millones para la gestión de 2009.

El monto cubrirá la habilitación de centros culturales en comunas con más de 50 mil habitantes y considera la reconversión de edificios antiguos o la edificación de nuevos espacios. Se estipula la puesta en marcha del programa en más de 40 ciudades.

La línea orientada a garantizar la participación y el acceso al arte y la cultura de la población de menos recursos aumentará su presupuesto en un 43%. Dispondrá de $7.660 millones que cubrirá la difusión de todas las disciplinas, incluido el programa Creando Chile en mi Barrio, al que se destinan $3.386 millones y que busca beneficiar a 200 barrios marginados o de escasos recursos en el país.

Inversiones Bicentenario
Los proyectos que se desarrollarán con el norte puesto en el Bicentenario son cuatro y abarcan desde eventos hasta infraestructura.

El Congreso Internacional de la Lengua Española recibirá $865.530.000 para la producción del encuentro que se llevará a cabo en Valparaíso a contar del 10 de marzo de 2010, con la participación de 250 delegados de Hispanoamérica y que será inaugurado por el Rey Juan Carlos de España.

La I Trienal de Artes Visuales dispondrá de $371.700.000 para su producción, lo que corresponde a una parte del costo total del evento proyectado para octubre y que considera grandes exposiciones en Santiago y regiones.

A la puesta en marcha del Centro Cultural Gabriela Mistral -que operará en el reconvertido edificio Diego Portales- se destinarán $531.000.000, mientras con retraso se llevan a cabo las obras.

Las llamadas Fiestas Bicentenario -un programa de 23 eventos artísticos gratuitos que cubrirán 250 mil habitantes- recibirán $355.770.000.

Desde el Teatro Municipal a Stgo a Mil
La Dirección de Presupuestos, dependiente del Ministerio de Hacienda, detalla las asignaciones y transferencias corrientes que el Estado realiza a través del Consejo Nacional de la Cultura y que beneficia anualmente a entidades de distinto alcance.

Estos montos son fijos y en algunos casos se incrementan anualmente.

En la partida de 2009 el detalle de recursos asignados es el siguiente por orden decreciente:
Consejo Nacional de Televisión: $4.359.694.000.
Teatro Municipal (Corporación Cultural de la Municipalidad de Santiago): $1.959.457.000.
Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles: $1.665.490.000.
Centro Cultural Palacio de La Moneda: $1.376.724.000.
Orquesta de Cámara de Chile y Ballet Folclórico Nacional: $1.264.935.000.
Ministerio de Relaciones Exteriores (Dirac): $807.000.000.
Fundación Artesanías de Chile: $459.612.000.
Corporación Cultural Matucana 100: $381.496.000.
Corporación Centro Balmaceda 1215: $378.075.000.
Fundación Festival Internacional Santiago a Mil: $250.000.000.
Sociedad de Escritores de Chile (SECH): $11.682.000.
Asociación de Pintores y Escultores de Chile: $10.078.000.