Aunque cultura ni relaciones
internacionales ocupan lugares destacados en las agendas políticas nacionales,
la primera está, de hecho, pausadamente ocupando parte de la agenda
internacional chilena. Desde que dejamos de ser un país susceptible de recibir
cooperación internacional, debido a nuestros índices económicos, algunos
extranjeros nos miran con otros ojos en este campo: somos aliados posibles en
propuestas comunes más que aceptantes pasivos de cooperación. El
escritor Roberto Ampuero ha planteado que “Chile no existe” en el mundo, debido a tres
factores: “la carencia de un
cuento, mega relato o epopeya que cautive; una impericia para proyectar afuera
a un país generador de una
cultura que vale la pena conocer y visitar, y creer que bastan buenos
resultados económicos para crear
una imagen positiva”.
Se
podría profundizar –literalmente- la idea con el
pozo virtual hacia lo que creímos eran nuestras
antípodas, instalado en nuestro
pabellón de la Expo Shangai donde
recibimos un bochornoso comentario de un visitante chino extrañado por aquello pues siempre
les enseñaron que sus antípodas estaban ¡en México! Más acertado parece ahora el polémico iceberg de Sevilla dónde pudimos apreciar al menos
a un perplejo visitante afirmando “parece ser hielo”.
Sin
embargo, no tenemos más alternativa que
ponernos en campaña para re elaborar,
simultáneamente, nuestro relato y
cautivar al mundo para que conozca nuestra cultura. Sabiendo que la imagen de
un país se construye a partir de sus
raíces –no sólo las de las vides, olivos y
frutales, como creen algunos- y en sus procesos más que en sucesos aislados.
Como
ejemplos de esta
diplomacia cultural, analizaré seis casos.
1.
UN SUEÑO AMERICANO
Una
de las primeras muestras de capacidad para vincular diplomacia y cultura surgió ante el desafío de organizar la Segunda
Cumbre de las Américas. Entonces
nuestro país agregó y asumió con entusiasmo una propuesta
novedosa: la realización de una muestra
cultural que acompañara a la reunión de abril de 1988.
El
concepto original de la llamada Expo Cumbre surgió del deseo de acercar la
Segunda Cumbre de las Américas a la ciudadanía y se sintetizó en el lema: “Yo participo en la Cumbre, a
través de la cultura”. El “regalo” de los mandatarios
extranjeros que nos visitaron, permitió que no sean sólo los medios de comunicación quienes aproximen esta
nueva Cumbre a los pueblos de los países participantes a través de sus informaciones, sino
que también los habitantes
del país sede, que la tienen a
escasos metros de distancia, pudieron
conocer más de las naciones
visitantes y de su cultura.
La
voluntad del Presidente Eduardo Frei fue que los chilenos puedan participar de
la Cumbre a través de la cultura: “Hemos
querido así
abrir un espacio a la participación de
todos. Creemos que, más allá de los acuerdos alcanzados entre los gobiernos, más allá de
la multiplicación de
los intercambios comerciales, más allá de las iniciativas de integración física
que recorren toda nuestra región,
nuestros pueblos están
llamados a una amistad profunda y duradera, que se funda, sobre todo, en el
conocimiento mutuo. Eso es lo que pretende, esta muestra: que los chilenos,
como anfitriones de esta cita, podamos conocer quiénes y cómo
son los habitantes del resto del continente; y que las delegaciones que nos
visitan puedan también
apreciar una muestra de lo que es nuestra cultura” (Discurso Inaugural Expo
Cumbre, Centro Cultural Estación Mapocho lunes 13
de abril de 1998).
Cuando
los amigos se reúnen informalmente
en casa de uno de ellos, los demás, llevan algo que
los identifique o sea del gusto colectivo: chocolates, vino, flores, caramelos,
licores... Planteamos entonces a los Gobernantes, a través de sus Embajadores, que
traigan junto con ellos la manifestación cultural que más los identifique o represente
en esta reunión. Pero, el amigo que los recibe también engalana su casa y se
prepara para acogerlos: un ambiente grato, buena comida, recuerdos familiares,
objetos de arte y artesanías sobre las mesas,
una recepción cordial.
De
este modo, el Centro Cultural Estación Mapocho desplegó sus edificios laterales como
dos gigantescos espacios que abrazan a las manifestaciones extranjeras,
conteniendo expresiones patrimoniales, artesanales, literarias y gastronómicas. Y que su hall de acceso
contendrá una muestra de
Chile, el “dueño de casa”. La gran nave, espacio
principal del Centro, fue el lugar de acogida de las manifestaciones
extranjeras que pudieron mostrarse en un gran escenario o en exposiciones plásticas, patrimoniales o
artesanales. Alrededor de doscientos mil visitantes en cuatro días dieron muestra de lo
acertado de la decisión chilena.
2.
LAS LETRAS DE ESPAÑA
Otro
caso fue lo que aconteció para Letras de
España, en marzo de 1993, en la foto inicial, una
excepcional muestra de libros españoles que dejó la duda, ¿le tuvimos envidia o fue un
estímulo? El gobierno de Felipe
González celebraba los 25 años de la caída del franquismo y quería celebrar además la instalación de la democracia en Chile.
La gran empresa de Letras de España era sencillamente
traer una muestra de todo lo publicado entre las dos caídas, la de Franco y de
Pinochet. Unos ocho mil títulos. Acompañados de doce escritores que
recorrerían universidades
del interior del país, enmarcados en un
pabellón, que costó un millón de dólares, instalado en la Plaza
de la Cultura y el Hall Emilio Jecquier, pues todo lo demás eran obras. El pabellón contenía una sala de vídeos, otra de conferencias,
una tasca y seis enormes mesas redondas, cada una correspondiente a una de las
cúpulas del hall de la estación, dónde se podía hojear los ejemplares, sin
limitación alguna. Para su
inauguración vino el Ministro
de Cultura del gobierno de González, Jordi Solé Tura quién arribaba luego de una
agotadora gira por el medio oriente. La
premura jugó una mala pasada al Ministro
Solé Tura; en el solemne discurso
inaugural de la muestra, ofreció al pueblo de
Egipto (sic) este gran esfuerzo cultural. No reparó en el error, seguramente del
computador. Pero sí el público que se miraba incrédulo. La desazón pasó cuando el locutor, al
finalizar la intervención ministerial, miró hacia el enorme montaje y
dijo: “Efectivamente esto ha sido una
obra como las pirámides”.
Los
preparativos de esa monumental visita los encabezó Federico Ibáñez, Director del Libro de España, a quién se ofreció, junto a su equipo, en
diciembre del año anterior, un
almuerzo en el Hall Emilio Jecquier en gratitud por lo que vendría. Ignorantes, los organizadores
idearon para amenizar la reunión un grupo de
estudiantinas, “¡tunas!”. Federico se mostró incómodo desde su ingreso. – Es que en España, estos grupos simbolizan al
franquismo… El recital fue
breve, pero se hizo eterno. Y los
representantes del gobierno socialista
no lo disfrutaron precisamente.
Lo
que quedó es que el
gobierno español reconoció a la naciente democracia
chilena, a través de una gran
muestra literaria que había estado poco antes
en las ferias de Frankfurt y Bogotá en un montaje
espectacular en la Plaza de la Cultura y el Hall del Centro Cultural Estación Mapocho, tanto que uno de
los escritores se equivoco de puerta de acceso e ingresó por el costado de Balmaceda.
Se topó con hoyo gigantesco y
camiones moviendo tierra dentro de la nave central. Espontáneamente exclamó: - ¡Pero hombre, esto no va a
estar listo para mañana!
3.
LA VISITA DE LA NOBEL
La única Premio Nobel de Literatura que ha visitado la
Feria del Libro de Santiago en su historia es la sudafricana Nadine Gordimer,
en 1998. Formaba parte de un ambiciosos programa ideado por Ariel Dorfman y el
Embajador de Chile en Sudáfrica, Jorge Heine,
llamado Escribiendo el Sur Profundo. Escritores de Chile, Australia y Sudáfrica se reunieron durante la
feria a dialogar y debatir, dejando un texto común del mismo nombre que fuera
publicado por el sello El Mercurio/Revista de Libros.
Dicho
coloquio reunió por primera vez a
prominentes escritores de cada uno de los tres países claves del Sur Profundo:
Peter Carey, Helen Garner y Roberta Sykes de Australia; André Brink, Nadine Gordimer, Zakes
Mda y Mongane Wally Serote de Sudáfrica; y Ariel
Dorfman y Antonio Skármeta de Chile. El
propósito de estos autores, junto
con los escritores chilenos Ana María del Río, Andrea Maturana, Jaime
Collyer y Arturo Fontaine, fue explorar la temática del Sur Profundo y el
significado de la creatividad literaria en el mundo actual. A los escritores
visitantes se les dio la oportunidad de presentar sus obras al público lector del país anfitrión.
En
el Prólogo del libro, el Embajador
señala: Habiendo establecido un núcleo
de autores de Australia, Chile y Sudáfrica con una reputación establecida en el mundo de habla inglesa y dispuestos a
examinar en alguna profundidad la interacción entre literatura y sociedad en el Sur Profundo a fines
del siglo XX, se fijó el
doble propósito
de la conferencia: por una parte, explorar la temática del Sur Profundo y el significado de la creatividad
literaria en el Sur hoy; por otra, familiarizar al público chileno con la obra de los autores visitantes, tarea
en la cual los escritores locales desempeñarían un
papel intermediador crítico.
Fue en este contexto que Nadine Gordimer, en una de varias reuniones sostenidas
en su agradable residencia en una arbolada calle de Parktown West en Johannesburgo
en agosto de 1997, me sugirió
publicar una antología
narrativa con ocasión de
la conferencia. "Hay tantas conferencias", me dijo, "y de tan
pocas queda un legado permanente. Tratemos de hacer algo distinto esta vez. Y
que no sea algo que se publique después, sino que antes del encuentro, a objeto que el público tenga algo en la mano mientras asiste a las
deliberaciones".
El encuentro y el nivel de sus participantes no han sido superados en la
historia de la feria.
4.
GUADALAJARA PRIMERA
La
primera Invitación de Chile como País Invitado de Honor a la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara de 2012, ocurrió entre el 27 de Noviembre y el 5 de Diciembre de 1999.
Entonces, a final del gobierno del Presidente Eduardo Frei, se esperaba, con
fundamento, el regreso a La Moneda del primer Presidente socialista luego del
Presidente Salvador Allende –Ricardo Lagos- y México era un país “románticamente allendista”, que había albergado a la viuda de
Allende y a miles de asilados que guardan enorme gratitud por ese suelo. El
nutrido programa chileno, cuya conformación se discutió intensamente en la feria de
Santiago de ese año, casi más que la presidencial que se
avecinaba, fue complementado por otras actividades patrocinadas directamente
por la organizadora de la feria, la Universidad de Guadalajara y que tenían como invitada estelar a
Hortensia Bussi de Allende. Un ejemplo de la presencia literaria chilena -
autores y editoriales- fue el Salón Literario “Poesía Chilena Actual”. Nicanor Parra (Alfaguara),
Raúl Zurita (Alfaguara), Naín Nómez (USACH-LOM), Eliucura
Chihuailaf (Universitaria), Soledad Fariña (Cuarto Propio), Antonio Gil
(Cuarto Propio), Efraín Barquero (LOM). O
el Salón Literario “Narrativa Chilena Actual” con Antonio Skármeta (Plaza&Janes), Jaime
Collyer (Planeta), Luis Sepúlveda (Tusquets),
Alejandra Costamagna (Planeta), Roberto Bolaño, Hernán Rivera Letelier (Planeta),
Guido Eytel (LOM), Poli Délano (Grijalbo). El
punto fuerte de la muestra chilena fue El
Despertador Americano, primer periódico
anticolonialista de Guadalajara, impreso en 1810, parte del acervo histórico de la Biblioteca Nacional
de Chile, que fue recibido con estupor y gratitud por los mexicanos. Tan
valioso era este tesoro bibliográfico que fue
autorizado a salir de Chile sólo a condición de que siempre estuviera
vigilado durante su exhibición y, cuando se lo
retirara cada día al cerrase la
feria debía desplazarse por
Guadalajara hacia su depósito nocturno,
esposado a su curador, el Sub Director de la Biblioteca Nacional, Gonzalo Catalán.
Tanto
despliegue hizo que apenas se alcanzara a desmontar la presencia en la FIL para
que sus integrantes regresaran a sufragar en
las elecciones
presidenciales de 1999, dejando la sensación de haber sido parte de una
verdad invasión cultural a
Guadalajara que quedó recordando por
mucho tiempo las manifestaciones de cine, música, artes visuales, teatro,
danza, guitarra, documentales y académicas que acompañaron a libros y muestras
patrimoniales. Fue un caso de diplomacia cultural en el que las autoridades del
Ministerio de Relaciones, Vice ministro y Embajador en México, juntaron un rol
descollante.
5. PAÍSES INVITADOS DE HONOR
El
2003, la feria del libro de Santiago inició la tradición de tener Países Invitados de Honor. El
primero fue un grupo de naciones: la Comunidad Económica Europea, le
siguieron México (2004), España (2005), Perú (2006), Brasil (2007),
Colombia (2008), Argentina (2009), Chile (2010), Bolivia (2011) y Ecuador
(2012), con resultados disímiles.
Una
de las visitas más populares fue Perú. Centenares de peruanos
residentes asomaban de los edificios vecinos al CCEM durante la ceremonia de
inauguración, para escuchar a
su Canciller Alan Wagner. La participación de Perú como País Invitado de Honor, se
materializó con la presencia
de más de 25 autores, entre ellos
el ganador del premio Alfaguara 2006, Santiago Roncagliolo; el ganador del
Premio Iberoamericano José Donoso 2004,
Antonio Cisneros; y el Premio Herralde 2005, Alonso Cueto. Asimismo El Perú ofreció un ciclo de cine de primer
nivel y tres exposiciones permanentes: "Perú Libro de Artista";
"Perú Patrimonio del
Mundo" y “Arte Popular del
Perú”.
Más adelante estuvo Argentina,
cuando la Presidenta Cristina Kirchner estuvo en Chile y en Antofagasta, en
2009, sin estarlo. Argentina era el País Invitado de Honor
a la feria del libro y la Presidenta decidió venir a la inauguración. La recibió otra Presidenta –Michelle Bachelet- y ambas
salieron a recorrer la muestra luego de la ceremonia. La aglomeración era tal, un enjambre de cámaras, agentes de seguridad, público general, editores
interesados en regalarles sus producciones y simples lectores que no querían perderse la fotografía con dos mandatarias las
obligaron a refugiarse en el stand que parecía más sólido. Se trataba de la
presentación de la región de Antofagasta, con gran
despliegue de gráficos de faenas
mineras y creaciones culturales de la zona pero, con varios desniveles
internos. Con la anuencia de sus guardias
las mandatarias, hicieron un breve recorrido "por el desierto"
hasta que la presión popular por
acercarse a ellas amainara y luego salieron airosas del asedio masivo.
Bolivia
fue Invitado de honor en 2011, vino la poderosa y centenaria Diablada de Oruro,
digna representante del Estado Plurinacional de Bolivia, representado por su
Vice Ministro del Ministerio de Culturas del país vecino, que llenó de música y colores la ceremonia
inicial. Inevitable fue recordar dos antecedentes de la presencia boliviana en
Santiago: sendas muestras llamadas Bolivia,
la magia de su diversidad, en la década de los 90, que
repletaron de danzas, artesanía, platería y pintura colonial al Centro
cultural Estación Mapocho, bajo la
entusiasta organización del Cónsul General Herman Antelo que
representaba al gobierno del Presidente Gonzalo Sánchez de Losada, quien se ocupó de que su esposa inaugurara
una de las muestras y su Vice presidente la otra.
6.
AMIGOS EN LA CORDILLERA
Uno
de los componente más recordados de
diplomacia cultural de los últimos tiempos fue el Primer Encuentro de Agregados
Culturales en Chile que organizó la Corporación Cultural de Peñalolén en 2010 y que contó con la participación de casi un centenar de
representantes de diferentes países que
compartieron con las máximas autoridades
culturales del país y los dinámicos actores culturales de la
comuna.
El
Ministro de Cultura Luciano Cruz Coke inauguró la reunión instando a: "pensar en grande, en el
futuro, en crear redes que a largo plazo nos permitan que las buenas
iniciativas culturales desarrolladas por otros países, así como las nuestras, circulen
por el mundo".
En
una señal de manejo local en aguas
internacionales, Mónica Alegría, Directora de la Orquesta
Infantil de Peñalolén desafió a las autoridades presentes a
organizar un homenaje al ex ministro venezolano José Antonio Abreu, creador del
considerable movimiento de orquestas juveniles y que a su vez se inspiró en la obra pionera del
Director serenense Jorge Peña Hen. El reto fue
acogido con aplausos.
¡Una iniciativa de
alcance continental nacida en una acogedora sala de Peñalolén, en un evento creado por su
municipio!
Demostración que los relatos de los países deben tener un importante
componente de redes y relaciones ciudad-comuna, país- ciudad, comuna-comuna, país-comuna, en fin, rompiendo
los niveles clásicos de una
diplomacia contenida por las representaciones oficiales.
Hay
antecedentes de diplomacia cultural de las sociedades civiles –como los encuentros de
gestores chilenos-bolivianos (2005 y 2006) y chilenos-peruanos del 2005 y más recientemente, chilenos y
cubanos en octubre 2012, en La Habana, todos con auspicio de nuestra Cancillería.
La
manera de seguir progresando, ratificada en el mismo Encuentro de agregados, es
la construcción de redes.
El
entorno heterogéneo de Peñalolén – lugar de monumentos
nacionales, un porcentaje relevante de población indígena, generosas viñas, creativos artesanos,
universidades, heterogéneos habitantes y
hermosos parajes cordilleranos- es quizás terreno fértil para seguir profundizando
en ello. Los entusiasmados organizadores vaticinan que la próxima cita será “en la punta del cerro” refiriéndose al San Ramón, con un teleférico que planea el Alcalde
Claudio Orrego quién sólo lamentó que su comuna carezca de mar.
Como primer paso, hizo entrega a cada uno de los asistentes de las embajadas de
un frasco conteniendo tierra de dicho montículo.
En
efecto, Peñalolén no tiene mar, pero se están construyendo redes…y probablemente, un relato,
nacido desde la identidad y la diversidad.
Son redes las que permiten ir desarrollando lenta y sólidamente las relaciones entre
los pueblos, a niveles de sus organizaciones culturales. Por ejemplo, un
encuentro de los directores de cinetecas de dos países vecinos puede ser mucho más fructífero que muchos acuerdos
generales de cultura. Como aconteció con el convenio de
cooperación entre cinematecas
de Chile y Bolivia, en 2006, firmado en La Paz, que permitió la primera reunión de un ministro chileno - la
Ministra de Cultura Paulina Urrutia- del gobierno recién asumido de la Presidenta
Bachelet, con el Presidente Evo Morales.
Fueron
esas redes las que permitieron que la Federación Internacional de Consejos de
las Artes (IFACCA en su sigla en inglés) escogiera a
Chile como sede de la Sexta Cumbre Mundial de las Artes y la Cultura, que se
realizará, por primera vez
en América Latina y en un país de habla hispana, en enero
de 2014, en el Centro Cultural Estación Mapocho,
organizada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, la corporación sede y la Federación mencionada.