25 marzo 2013

ANDRÉS BELLO Y LA DISOLUCIÓN DE EDITORIAL JURÍDICA



Impacta, por no decir sorprende, un aviso de página completa en las ediciones dominicales de los principales diarios nacionales de Chile, el 24 de marzo de 2013. El motivo, la solicitud categórica y unánime del Consejo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile al Presidente e la República de rechazar una propuesta del Senado de disolver la Editorial Jurídica de Chile. Al golpe se une la lógica. Algo no calza. Dicha editorial fue fundada, en 1947, por dos socios, la Biblioteca del Congreso Nacional y la Facultad de Derecho, que dieron origen a una corporación cultural de derecho público que ha inscrito, con tinta y talento, su impronta en el desarrollo jurídico y cultural chileno.

Serán los juristas, estudiantes de derecho y abogados quienes ponderen el efecto en sus carreras y ejercicio profesional de esta relevante casa editora. Deseo sólo detenerme en el rol que ha jugado como publicadora de miles de títulos de literatura, bajo el sello Andrés Bello. 

Cuando retornó la democracia, a inicios de los 90s, sus ejecutivos, entonces encabezados por Julio Serrano Lamas, se esforzaron porque el Consejo de la Editorial incorporara, además del tradicional representante del Ministerio de Justicia, a un consejero designado por el Ministerio de Educación, sumando así dos curules del gobierno a los habituales del Contralor General, un Ministro de la Corte Suprema, un Rector de universidades públicas, el director de la Biblioteca del Congreso y el Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, que lo preside.

La Ley de Libro, proclamada por el Presidente Patricio Aylwin, en 1993, acogió esta petición y consagró a este nuevo Consejero sin oposición alguna en el trámite parlamentario. Se reconocía así implícitamente la relevancia de este sello, que lleva el nombre del primer Rector de la Universidad de Chile, que publicaba y publicaría textos, especialmente auxiliares de la educación, de lectura sugerida u obligada y que atendía además a un amplio Círculo de Lectores con ediciones tan económicas como indispensables, que recordaban a más de alguien a los libros del Fondo de Cultura Económica, de México, que tanto auxilió a los lectores chilenos en épocas de sequía editorial en nuestro país.

En dicho Consejo, junto con sesudas disquisiciones jurídicas, comenzaron entonces a escucharse también interesantes debates sobre literatura y educación, en los que destacaban sólidos lectores como los Consejeros Marcos Libedinski, Agustín Squella, Arturo Aylwin, Mario Mosquera o Alfredo Etcheverry. 

Se podría decir que nuestros juristas se mostraban también como  personas de amplia cultura y respaldaban el que desde una editorial principalmente orientada a publicar los Códigos de la nación se utilizara su capacidad instalada y profesionalismo para aportar decididamente en la formación de lectores del futuro.

Por cierto, en aquellas épocas no eran muchas las editoriales que se ocupaban de textos para estudiantes o simplemente para pre escolares y tiendo a pensar que no fueron estos empeños los que llevaron a la empresa a una situación compleja desde el punto de vista financiero.

Nacida, como dicho, en los 40s, fue desde su origen una entidad subsidiada, tanto por porcentajes de multas y partes como por la exclusividad que tenía de editar los códigos, constituyendo así una suerte de monopolio del texto oficial de la ley, como no podía ser de otra manera pues tales legislaciones no pueden ser sujeto de ediciones libres ni acomodadas a condiciones de mercado que podrían llevar a versiones abreviadas, interpretadas, resumidas y otras ligerezas en un terreno que exige rigurosidad.

Además del aporte literario, la Editorial fundó una cadena de distribución y  librerías que atendían no sólo al lector jurídico ni nacional, llegando a tener sucursales y presencia en España y México. Dentro de esa expansión, fue Librería Andrés Bello, la primera que se instaló en el naciente Centro Cultural Estación Mapocho, dando respaldo a un proyecto ambicioso que iniciaba la búsqueda de locatarios que contribuyeran a su hoy consolidado auto-financiamiento. En ese espíritu, Andrés Bello editó, con motivo de la inauguración del mencionado centro, un pequeño libro -"Un señor de tomo y lomo"- que narra en palabras de la escritora Ana María Guiraldes, las desventuras que debe pasar su protagonista "el  señor Libro" para llegar desde un recinto ferial a la intemperie a su actual casa en la vieja estación de ferrocarriles.

No cabe duda que los tiempos han cambiado, que subsidios y monopolios son cosa del pasado y que el Estado debe hacer eficientes sus empresas. Pero, ojo, que esta es una entidad creada con determinada independencia del poder político, con una innegable responsabilidad pública principal, como es publicar las leyes y que el fundador buscó mantener alejada del poder ejecutivo que pudiera querer eventualmente, manipular u ocultar algunas leyes (han existido casos de resquicios y leyes secretas en el pasado reciente).

Si el Estado entregó esta editorial al Convenio entre la Facultad de Derecho y a la Biblioteca del Congreso, tiene lógica el llamado de dicha Facultad a ser considerada, al igual que a su Consejo, en cualquier determinación que afecte su existencia.

Más que una propuesta unilateral como la que hace el Senado, correspondería abrir un debate sobre el futuro de sus fondos bibliográficos, tanto jurídicos como literarios,  y analizar cuál será el camino que debiera tomar una institución como ésta en tiempos de las redes sociales y los libros electrónicos. 

Finalmente son sólo formatos diferentes para contener algo que es permanente: la necesidad de difundir y actualizar obras jurídicas y editar los Códigos de la República.

Así como durante el mandato del Presidente Allende se estudió la creación de una editorial nacional, sumando la Jurídica y Quimantú, tal vez salga de ese debate la fórmula para dar nuevos aires a la alicaída Editorial Universitaria, también de la Universidad de Chile, sumándole la potencia que arrastra su colega Jurídica.

Tratándose de abogados y académicos, no faltarán alegatos ni propuestas. Más en año electoral. 

23 marzo 2013

¿EL REGRESO DEL TREN AL NORTE?


Los finales de gobierno tienen, para los oficialistas, la bendición de recibir la energía necesaria para preparar, con dignidad, la ceremonia del adiós; lo que incluye revisión u orden de archivos para encontrar ideas o viejos proyectos que impliquen despedirse con unos cuantos recortes de prensa y ojalá un par de puntitos en alguna encuesta. Total, pura ganancia, si no se realiza es culpa de la nueva administración y, si llega a concretarse, “fue nuestra idea”. Un lugar geográfico particularmente atractivo para los energéticos que se despiden, es el río Mapocho: ha sido navegable, ciclo vía, estacionamientos, museo de tajamares descubiertos por una autopista que lo impactó subterráneamente (por fortuna), pantalla de proyecciones, sitio de tomas para deudores habitacionales, profundidad preferente de suicidas, callejón de gaviotas. Ahora, milagroso receptor de la resurrección del tren al norte.

        

Buena idea sin duda, la que acaba de anunciar el Ministro de Transportes, de reinstalar un ferrocarril de cercanías en las inmediaciones del Centro Cultural Estación Mapocho. Tal como Atocha, en Madrid, junto a la vieja estación convertida en invernadero de plantas.La parada llamada Puente Cal y Canto, del metro, está preparada para ello desde su concepción, que previó que algún día trenes a Valparaíso despegarían del borderío al norte de la Estación Mapocho. Es decir, la idea tampoco es nueva. Pero no importa, lo decisivo será cómo se convierte en proyecto y cómo considera la realidad del sector y quienes son sus habitantes y usuarios.

Quizás algunas reflexiones ayuden a la autoridad en su empeño.

Los trenes que viajaban al norte, Valparaíso era el destino principal, desaguaban pasajeros en Llay-Llay y Calera para alimentar los ferrocarriles a Mendoza, vía Los Andes, e Iquique. Este último, en un trayecto de trocha angosta que se medía en días más que horas y que iba dejando huellas en el desierto como el famoso "empampado Riquelme". Viví la experiencia de caminar junto al tren, camino a Cabildo, sin que el convoy pudiera superar la velocidad de un peatón relajado.

Un nuevo proyecto no debiera tener la extensión ni la velocidad de aquellos trayectos, sino la presteza del metro santiaguino y la mecánica del Metroval, que acerca hoy al Puerto y Limache en menos de una hora.

El desafío es que el título de "cercanías" no sea sólo por la distancia a recorrer, sino también por la proximidad que los antiguos trenes al norte tenían con sus pasajeros: el sin fin de opciones de revistas para leer en el trayecto, los canastos con sandwiches, huevos duros y quesos que eran acompañados por "maltabilypilsen" (Malta, Bilz y Pilsener, en realidad), la certera posibilidad de acomodarse a dormir bajo los asientos de segunda clase o sobre sólidos portaequipajes volantes.

Las estaciones atendidas -cuyos nombres aún hoy pueden verse enumeradas en el interior de la nave del Centro Cultural Estación Mapocho, eran tan acogedoras para las sedientas locomotoras como para los excitados pasajeros. Cercanas, como lo es aún la vieja boletería que expide tickets electrónicos en lugar de pasajes de cartón o la señalética de cada una de las salas, inspirada en antiguas estaciones europeas. La atmósfera ferroviaria permanece y, por su inmortalidad, será reclamada por los eventuales futuros usuarios del tren planeado para 2025 por el Ministro. Merece la pena que los arquitectos así lo consideren.

Sería lamentable que, una vez más, sean los ingenieros de transportes quienes -como en Transantiago- nos re-diseñen la ciudad y tengamos que acondicionarla a posteriori, parche tras parche.

Afortunadamente,  la ciudadanía aprende y querrá dar su voz en este emprendimiento.


19 marzo 2013

EL LARGO DESPEGUE DEL CINE CHILENO

Aunque algunos impacientes quisieran que el documental sobre el auge del cine nacional fuese un cortometraje, la realidad nos muestra -dentro y fuera de la pantalla- que su desarrollo es largo, paciente y con aristas pendientes. El frustrado Óscar de NO y el regordete y merecido Oso de Pali García, son la punta de un iceberg que tiene bases en obras señeras como Valparaíso mi amor, de Aldo Francia, Tres Tristes Tigres, de Raúl Ruiz o El chacal de Nahueltoro de Miguel Littin y sorpresas "en progreso" como Oranch, de creadores de Lebu que pre estrenaron un filme con temática de internet y actuación de ... Tomás Vidiella.


Para el Ministro Luciano Cruz Coke, "Lejos del azar, estos resultados responden a políticas públicas que han apoyado la consolidación de una industria de pequeñas dimensiones que se ha profesionalizado gracias a recursos provistos desde el Estado, primero, con la creación del Fondo Audiovisual en 2004, y a partir del 2010, con nuevos instrumentos para la internacionalización del sector audiovisual" (La Tercera, 16 de marzo de 2013).

Agrega, que en el gobierno del Presidente Piñera se creó el “Programa de apoyo para asistir a mercados internacionales”, nacido el 2010, en el Consejo de la Cultura, con $ 100 millones, cifra que se ha triplicado hasta los $ 361 millones el 2012. Esto se suma a los esfuerzos de Pro Chile -que ha aumentado su aporte de $ 171 millones el 2010 a $ 300 millones actualmente- bajo la ejecución de la agencia Cinema Chile, en un esfuerzo público-privado que ha abierto puertas de comercialización al cine nacional. Otro eje relevante ha sido la creación del “Programa de apoyo para obras seleccionadas en festivales internacionales”; un sistema de ventanilla abierta que pasó de apoyar nueve obras el primer año, a 50 el 2012, y cuyos recursos han aumentado de $ 40 millones a $ 200 millones en tres años.

Héctor Casanueva, ex Director de Pro Chile, en La Tercera del 19 del mismo mes, aclara que: “Sin desconocer la importancia de dicho plan ni sus exitosos resultados, creo de justicia para los impulsores iniciales, servicios públicos, productores y cineastas de la época, hacer presente que este proceso de apoyo a la internacionalización tuvo su punto de partida formal hace más de 12 años, el 10 de diciembre de 2000. Esto ocurrió con la firma del convenio entre ProChile, la División de Cultura del Mineduc y la Corfo para la canalización de la información especializada, los contactos y el acceso a los mercados en el exterior, a través de los agregados comerciales de las 60 oficinas y antenas de ProChile en el mundo y el apoyo financiero del Fondo de Promoción de Exportaciones, complementario al de Fondart y la Corfo, para la presencia de los cineastas en el exterior y la participación de cintas chilenas en festivales de renombre mundial". 

Claudia Pino, Directora de FICIL piensa que: "hay un despegue pero que no es solo mérito de éste gobierno, ya que hace algunos años y desde que se aprobó la Ley de Cine con el Ministro José Weinstein que comienza un auge y nuevas herramientas con mayor apoyo al audiovisual, un resurgimiento con una política pública establecida de apoyo a la producción; luego en el gobierno de Michelle Bachelet se comienza a hablar de una internacionalización y distribución a través de las diversas herramientas de apoyo que implementaron Pro Chile y Corfo apoyado también por la Dirac, donde muchos directores y películas estuvieron presentes en festivales importantes fuera de Chile, por tanto, creo que lo que estamos viviendo en la actualidad es una suma de políticas públicas que se han ido implementando". 

Agrega que "la film comission es una institucionalidad que aún no está claro su funcionamiento ni cómo se relaciona con las diversas productoras en regiones, ya debe estar estrechamente relacionada con ellas para generar y levantar la información respecto a locaciones e infraestructura en diversas áreas, bien sabemos que para una gran producción se necesitan también muchas cosas, como hoteles de diversas categorías, profesionales bilingües, y esa información la conoce el productor local". 

En cuanto a las políticas públicas actuales, Claudia Pino cree que los han desfavorecido más que beneficiarlos, no hay una política de descentralización y de conocimientos de las diferentes realidades y necesidades locales, por tanto, siempre se tiende a beneficiar a ciudades que son más grandes y que se traduce en mayor visibilidad para el CNCA porque no conocen el público al que llegamos, la generación de audiencias que sí implementamos y la gran cantidad de apoyo que hemos logrado generar a través de nuestro modelo de gestión de años. Ven en Lebu sólo un lugar de poca repercusión mediática.

¿Qué queda por delante?, el Ministro cree que el desafío radica en abrir más el abanico y generar las condiciones para que Chile pueda transformarse en un polo de desarrollo cinematográfico regional, competitivo y con los suficientes incentivos para atraer producciones audiovisuales internacionales, ya que éstos dejan recursos, impulsan la profesionalización del sector y difunden indirectamente la imagen del país.

La Directora de FICIL sostiene que "se debe incentivar con un apoyo fuerte económico la generación de audiencias. Si hablamos de Industria audiovisual, no sacamos nada con tener mucha producción y no tener público, que es lo que pasa actualmente, la gente no va a ver películas chilenas, al menos en los números que se esperan para obtener las ganancias correspondientes, falta inyectar fuertemente programas de formación de audiencias". 

Lo que está claro es que cuando se produce el encuentro entre los creadores de la sociedad civil -actores, actrices, productores, guionistas, directores- y políticas públicas bien pensadas, aplicadas y revisadas cada tanto, el resultado es favorable. Lo metafórico es que esa misma sociedad civil, desafiando la ausencia de políticas públicas y de libertad, creó la Franja del NO que hoy simboliza, en una película, el llamado despegue del cine chileno.

Como para pensar que en una sociedad podrán faltar las políticas pero nunca la creatividad, de la mano de las audiencias.

11 marzo 2013

FICIL: LA EXPERIENCIA ARAUCO


Un festival de cine es siempre una aventura. Cuando éste se realiza en localidades apartadas, sin salas de exhibición, con públicos improbables y recursos limitados, no queda otra que sustentarlo en la gestión. Es lo que acontece con las ya trece versiones del Festival Internacional de Cine de Lebu, en la provincia de Arauco, en pleno territorio que muchos llaman Wallmapu. Fue una experiencia inolvidable, de aquellas que difícilmente se van a borrar, como las buenas películas.


Y como en guiones de calidad, la trama ocurría en varios niveles que se cruzaban y convivían plácidamente. Por una parte, una solemne competencia nacional -con cinco jurados diferentes para sendas categorías de ficción y no ficción, regionales, nacionales e internacionales- y una competencia internacional dónde las audiencias votaban, cada país en una categoría, en México, París, La Habana y Madrid.

En calles, plazas y bordelago se exhibían filmes, chilenos la mayoría, para deleite del público de Arauco, Lebu o Cañete y, por cierto, de un enjambre ruidoso y creativo de realizadores tan jóvenes como profesionales. Así, llegaron a la región del Bío Bío, largometrajes de prestigio mundial, como NO, y la ópera prima del realizador lebulense Pablo Lagos (Oranch) junto a producciones sólidas de Gonzalo Justiniano (Lupita), Jorge Olguín (Caleuche, Voces del bosque), Mempo Giardinelli (El décimo infierno), Nicolás López (Qué pena tu familia); proyectos de directores que darán que hablar como Nicolás Lorca (Noche de horror), Esteban Larraín (La pasión de Michelangelo), Diego González (El ejército de los helechos) o Francesc Morales (Apio verde); un divertimento de Roberto Artigoitia (Paseo de oficina); un homenaje a Tarantino de Ernesto Díaz (Tráiganme la cabeza de la mujer metralleta) que, de paso, devela una magistral Fernanda Urrejola.

Por cierto no fue la única actriz destacada. Catalina Saavedra deleitó con su actuación en Michelangelo y a las mujeres de la ciudad de Arauco, en una franca conversación cara a cara. Asimismo hubo conferencias de Marcos de Aguirre y talleres  para niños -que culminaron con un delicioso corto con actores de plasticina- y para guionistas, orientado por el realizador argentino Miguel Ángel Roca.

En el plano de los documentales, tuvo especial relevancia el pre-estreno de 119 Esperanzas, de Luis Parra que dejó a la audiencia con lágrimas y reforzada convicción de que "nunca más en Chile.." 

La competencia internacional de este género, arrojó un resultado que refleja la repercusión mundial de la convocatoria de FICIL. 

Ganadora fue El Violinista de Auschwitz, de Carlos Sánchez, de España, "por una estructura dramática limpia, ascendente, que va involucrando al espectador en una temática importante que, a pesar de conocida, se torna particular debido a la utilización adecuada de herramientas de lenguaje como archivos fotográficos, música y el esencial testimonio de su protagonista. Muestra un final estremecedor que invita a la reflexión tanto respecto de las atrocidades por él vividas como por el significativo rol que el arte puede enfatizar en ese contexto". 

Mención honrosa mereció Me llamo Haití de Mar Dominguez y Amparo Mendo, coproducción española-haitiana, "por reflejar una mirada simple, inocente, fresca, espontánea  desde los niños de Haiti frente a su propia realidad, que contrasta con la visión  adulta, nacional o internacional que suele enfatizar la desesperanza y la devastación, sin aportar un enfoque original que contribuya a superar la realidad actual, innegablemente llena de obstáculos. Dejar la cámara en manos de los niños, permite visualizar un Haití diferente".

Entre los cortometrajes regionales, la triunfadora sin apelación fue Joy Penroz, de Valdivia, con El salto de la princesa, que sumó a los acuerdos del jurado de Lebu el premio del público de México y Madrid.

Todo ello y mucho más, en una semana en que la gestión del festival se desplegó airosa en a lo menos cuatro ciudades diferentes, con sólidas alianzas con los gobiernos locales, las cámaras de comercio respectivas, y una comunidad que acoge y sigue esta actividad con igual sorpresa como naturalidad de que un día cualquiera, desembarcan es su plaza actrices, actores, directores, guionistas, jurados y sobre todo eficientes productores que hacen que esta improbable fiesta transcurra con éxito y les regale hermosos recuerdos.

Fin, por ahora. Entre el 27 y 31 de mayo próximo, FICIL 2013 estará en el Centro Cultural Estación Mapocho.

CULTURA, LITERATURA Y DIPLOMACIA


Aunque cultura ni relaciones internacionales ocupan lugares destacados en las agendas políticas nacionales, la primera está, de hecho, pausadamente ocupando parte de la agenda internacional chilena. Desde que dejamos de ser un país susceptible de recibir cooperación internacional, debido a nuestros índices económicos, algunos extranjeros nos miran con otros ojos en este campo: somos aliados posibles en propuestas comunes más que aceptantes pasivos de cooperación.  El escritor Roberto Ampuero ha planteado que Chile no existe en el mundo, debido a tres factores: la carencia de un cuento, mega relato o epopeya que cautive; una impericia para proyectar afuera a un país generador de una cultura que vale la pena conocer y visitar, y creer que bastan buenos resultados económicos para crear una imagen positiva.

Se podría profundizar literalmente- la idea con el pozo virtual hacia lo que creímos eran nuestras antípodas, instalado en nuestro pabellón de la Expo Shangai donde recibimos un bochornoso comentario de un visitante chino extrañado por aquello pues siempre les enseñaron que sus antípodas estaban ¡en México! Más acertado parece ahora el polémico iceberg de Sevilla dónde pudimos apreciar al menos a un perplejo visitante afirmando parece ser hielo

Sin embargo, no tenemos más alternativa que ponernos en campaña para re elaborar, simultáneamente, nuestro relato y cautivar al mundo para que conozca nuestra cultura. Sabiendo que la imagen de un país se construye a partir de sus raíces no sólo las de las vides, olivos y frutales, como creen algunos- y en sus procesos más que en sucesos aislados.

Como ejemplos de esta diplomacia cultural, analizaré seis casos.

1. UN SUEÑO AMERICANO
Una de las primeras muestras de capacidad para vincular diplomacia y cultura surgió ante el desafío de organizar la Segunda Cumbre de las Américas. Entonces nuestro país  agregó y asumió con entusiasmo una propuesta novedosa: la realización de una muestra cultural que acompañara a la reunión de abril de 1988.

El concepto original de la llamada Expo Cumbre surgió del deseo de acercar la Segunda Cumbre de las Américas a la ciudadanía y se sintetizó en el lema: Yo participo en la Cumbre, a través de la cultura. El regalo de los mandatarios extranjeros que nos visitaron, permitió que no sean sólo los medios de comunicación quienes aproximen esta nueva  Cumbre a los pueblos de los países participantes a través de sus informaciones, sino que también los habitantes del país sede, que la tienen a escasos metros de distancia,  pudieron conocer más de las naciones visitantes y de su cultura. 
           
La voluntad del Presidente Eduardo Frei fue que los chilenos puedan participar de la Cumbre a través de la cultura: Hemos querido así abrir un espacio a la participación de todos. Creemos que, más allá de los acuerdos alcanzados entre los gobiernos, más allá de la multiplicación de los intercambios comerciales, más allá de las iniciativas de integración física que recorren toda nuestra región, nuestros pueblos están llamados a una amistad profunda y duradera, que se funda, sobre todo, en el conocimiento mutuo. Eso es lo que pretende, esta muestra: que los chilenos, como anfitriones de esta cita, podamos conocer quiénes y cómo son los habitantes del resto del continente; y que las delegaciones que nos visitan puedan también apreciar una muestra de lo que es nuestra cultura (Discurso Inaugural Expo Cumbre, Centro Cultural Estación Mapocho lunes 13 de abril de 1998).

Cuando los amigos se reúnen informalmente en casa de uno de ellos, los demás, llevan algo que los identifique o sea del gusto colectivo: chocolates, vino, flores, caramelos, licores... Planteamos entonces a los Gobernantes, a través de sus Embajadores, que traigan junto con ellos la manifestación cultural que más los identifique o represente en esta reunión.  Pero, el amigo que los recibe también engalana su casa y se prepara para acogerlos: un ambiente grato, buena comida, recuerdos familiares, objetos de arte y artesanías sobre las mesas, una recepción cordial.

De este modo, el Centro Cultural Estación Mapocho desplegó sus edificios laterales como dos gigantescos espacios que abrazan a las manifestaciones extranjeras, conteniendo expresiones patrimoniales, artesanales, literarias y gastronómicas. Y que su hall de acceso contendrá una muestra de Chile, el dueño de casa. La gran nave, espacio principal del Centro, fue el lugar de acogida de las manifestaciones extranjeras que pudieron mostrarse en un gran escenario o en exposiciones plásticas, patrimoniales o artesanales. Alrededor de doscientos mil visitantes en cuatro días dieron muestra de lo acertado de la decisión chilena.
             
2. LAS LETRAS DE ESPAÑ
Otro caso fue lo que aconteció para Letras de España, en marzo de 1993, en la foto inicial, una excepcional muestra de libros españoles que dejó la duda, ¿le tuvimos envidia o fue un estímulo? El gobierno de Felipe González celebraba los 25 años de la caída del franquismo y quería celebrar además la instalación de la democracia en Chile. La gran empresa de Letras de España era sencillamente traer una muestra de todo lo publicado entre las dos caídas, la de Franco y de Pinochet. Unos ocho mil títulos. Acompañados de doce escritores que recorrerían universidades del interior del país, enmarcados en un pabellón, que costó un millón de dólares, instalado en la Plaza de la Cultura y el Hall Emilio Jecquier, pues todo lo demás eran obras. El pabellón contenía una sala de vídeos, otra de conferencias, una tasca y seis enormes mesas redondas, cada una correspondiente a una de las cúpulas del hall de la estación, dónde se podía hojear los ejemplares, sin limitación alguna. Para su inauguración vino el Ministro de Cultura del gobierno de González, Jordi Solé Tura quién arribaba luego de una agotadora gira por el medio oriente.  La premura   jugó una mala pasada al Ministro Solé Tura; en el solemne discurso inaugural de la muestra, ofreció al pueblo de Egipto (sic) este gran esfuerzo cultural. No reparó en el error, seguramente del computador. Pero sí el público que se miraba incrédulo. La desazón pasó cuando el locutor, al finalizar la intervención ministerial, miró hacia el enorme montaje y dijo: Efectivamente esto ha sido una obra como las pirámides.

Los preparativos de esa monumental visita los encabezó Federico Ibáñez, Director del Libro de España, a quién se ofreció, junto a su equipo, en diciembre del año anterior, un almuerzo en el Hall Emilio Jecquier en gratitud por lo que vendría. Ignorantes, los organizadores idearon para amenizar la reunión un grupo de estudiantinas, “¡tunas!. Federico se mostró incómodo desde su ingreso. Es que en España, estos grupos simbolizan al franquismo El recital fue breve, pero se hizo eterno. Y  los representantes del gobierno socialista  no lo disfrutaron precisamente.

Lo que quedó es que el gobierno  español reconoció a la naciente democracia chilena, a través de una gran muestra literaria que había estado poco antes en las ferias de Frankfurt y Bogotá en un montaje espectacular en la Plaza de la Cultura y el Hall del Centro Cultural Estación Mapocho, tanto que uno de los escritores se equivoco de puerta de acceso e ingresó por el costado de Balmaceda. Se topó con hoyo gigantesco y camiones moviendo tierra dentro de la nave central. Espontáneamente exclamó: - ¡Pero hombre, esto no va a estar listo para mañana!  


3. LA VISITA DE LA NOBEL
La única  Premio Nobel de Literatura que ha visitado la Feria del Libro de Santiago en su historia es la sudafricana Nadine Gordimer, en 1998. Formaba parte de un ambiciosos programa ideado por Ariel Dorfman y el Embajador de Chile en Sudáfrica, Jorge Heine, llamado Escribiendo el Sur Profundo. Escritores de Chile, Australia y Sudáfrica se reunieron durante la feria a dialogar y debatir, dejando un texto común del mismo nombre que fuera publicado por el sello El Mercurio/Revista de Libros.

Dicho coloquio reunió por primera vez a prominentes escritores de cada uno de los tres países claves del Sur Profundo: Peter Carey, Helen Garner y Roberta Sykes de Australia; André Brink, Nadine Gordimer, Zakes Mda y Mongane Wally Serote de Sudáfrica; y Ariel Dorfman y Antonio Skármeta de Chile. El propósito de estos autores, junto con los escritores chilenos  Ana María del Río, Andrea Maturana, Jaime Collyer y Arturo Fontaine, fue explorar la temática del Sur Profundo y el significado de la creatividad literaria en el mundo actual. A los escritores visitantes se les dio la oportunidad de presentar sus obras al público lector del país anfitrión.

En el Prólogo del libro, el Embajador señala: Habiendo establecido un núcleo de autores de Australia, Chile y Sudáfrica con una reputación establecida en el mundo de habla inglesa y dispuestos a examinar en alguna profundidad la interacción entre literatura y sociedad en el Sur Profundo a fines del siglo XX, se fijó el doble propósito de la conferencia: por una parte, explorar la temática del Sur Profundo y el significado de la creatividad literaria en el Sur hoy; por otra, familiarizar al público chileno con la obra de los autores visitantes, tarea en la cual los escritores locales desempeñarían un papel intermediador crítico. Fue en este contexto que Nadine Gordimer, en una de varias reuniones sostenidas en su agradable residencia en una arbolada calle de Parktown West en Johannesburgo en agosto de 1997, me sugirió publicar una antología narrativa con ocasión de la conferencia. "Hay tantas conferencias", me dijo, "y de tan pocas queda un legado permanente. Tratemos de hacer algo distinto esta vez. Y que no sea algo que se publique después, sino que antes del encuentro, a objeto que el público tenga algo en la mano mientras asiste a las deliberaciones". El encuentro y el nivel de sus participantes no han sido superados en la historia de la feria.


4. GUADALAJARA PRIMERA
La primera Invitación de Chile como País Invitado de Honor a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara de 2012, ocurrió entre el  27 de Noviembre y el 5 de Diciembre de 1999. Entonces, a final del gobierno del Presidente Eduardo Frei, se esperaba, con fundamento, el regreso a La Moneda del primer Presidente socialista luego del Presidente Salvador Allende Ricardo Lagos-  y México era un país románticamente allendista, que había albergado a la viuda de Allende y a miles de asilados que guardan enorme gratitud por ese suelo. El nutrido programa chileno, cuya conformación se discutió intensamente en la feria de Santiago de ese año, casi más que la presidencial que se avecinaba, fue complementado por otras actividades patrocinadas directamente por la organizadora de la feria, la Universidad de Guadalajara y que tenían como invitada estelar a Hortensia Bussi de Allende. Un ejemplo de la presencia literaria chilena - autores y editoriales- fue el Salón Literario Poesía Chilena Actual. Nicanor Parra (Alfaguara), Raúl Zurita (Alfaguara), Naín Nómez (USACH-LOM), Eliucura Chihuailaf (Universitaria), Soledad Fariña (Cuarto Propio), Antonio Gil (Cuarto Propio), Efraín Barquero (LOM). O el Salón Literario Narrativa Chilena Actual con Antonio Skármeta (Plaza&Janes), Jaime Collyer (Planeta), Luis Sepúlveda (Tusquets), Alejandra Costamagna (Planeta), Roberto Bolaño, Hernán Rivera Letelier (Planeta), Guido Eytel (LOM), Poli Délano (Grijalbo). El punto fuerte de la muestra chilena fue El Despertador Americano, primer periódico anticolonialista de Guadalajara, impreso en 1810, parte del acervo histórico de la Biblioteca Nacional de Chile, que fue recibido con estupor y gratitud por los mexicanos. Tan valioso era este tesoro bibliográfico que fue autorizado a salir de Chile sólo a condición de que siempre estuviera vigilado durante su exhibición y, cuando se lo retirara cada día al cerrase la feria debía desplazarse por Guadalajara hacia su depósito nocturno, esposado a su curador, el Sub Director de la Biblioteca Nacional, Gonzalo Catalán. 
Tanto despliegue hizo que apenas se alcanzara a desmontar la presencia en la FIL para que sus integrantes regresaran a sufragar en  las elecciones presidenciales de 1999, dejando la sensación de haber sido parte de una verdad invasión cultural a Guadalajara que quedó recordando por mucho tiempo las manifestaciones de cine, música, artes visuales, teatro, danza, guitarra, documentales y académicas que acompañaron a libros y muestras patrimoniales. Fue un caso de diplomacia cultural en el que las autoridades del Ministerio de Relaciones, Vice ministro y Embajador en México, juntaron un rol descollante.


5. PAÍSES INVITADOS DE HONOR
El 2003, la feria del libro de Santiago inició la tradición de tener Países Invitados de Honor. El primero fue un grupo de naciones: la Comunidad Económica Europea, le siguieron  México (2004), España (2005), Perú (2006), Brasil (2007), Colombia (2008), Argentina (2009), Chile (2010), Bolivia (2011) y Ecuador (2012), con resultados disímiles.

Una de las visitas más populares fue Perú. Centenares de peruanos residentes asomaban de los edificios vecinos al CCEM durante la ceremonia de inauguración, para escuchar a su Canciller Alan Wagner. La participación de  Perú como País Invitado de Honor, se materializó con la presencia de más de 25 autores, entre ellos el ganador del premio Alfaguara 2006, Santiago Roncagliolo; el ganador del Premio Iberoamericano José Donoso 2004, Antonio Cisneros; y el Premio Herralde 2005, Alonso Cueto. Asimismo El Perú ofreció un ciclo de cine de primer nivel y tres exposiciones permanentes: "Perú Libro de Artista"; "Perú Patrimonio del Mundo" y Arte Popular del Perú”.

Más adelante estuvo Argentina, cuando la Presidenta Cristina Kirchner estuvo en Chile y en Antofagasta, en 2009, sin estarlo. Argentina era el País Invitado de Honor a la feria del libro y la Presidenta decidió venir a la inauguración. La recibió otra Presidenta Michelle Bachelet- y ambas salieron a recorrer la muestra luego de la ceremonia. La aglomeración era tal, un enjambre de cámaras, agentes de seguridad, público general, editores interesados en regalarles sus producciones y simples lectores que no querían perderse la fotografía con dos mandatarias las obligaron a refugiarse en el stand que parecía más sólido. Se trataba de la presentación de la región de Antofagasta, con gran despliegue de gráficos de faenas mineras y creaciones culturales de la zona pero, con varios desniveles internos. Con la anuencia de sus guardias  las mandatarias, hicieron un breve recorrido "por el desierto" hasta que la presión popular por acercarse a ellas amainara y luego salieron airosas del asedio masivo.
Bolivia fue Invitado de honor en 2011, vino la poderosa y centenaria Diablada de Oruro, digna representante del Estado Plurinacional de Bolivia, representado por su Vice Ministro del Ministerio de Culturas del país vecino, que llenó de música y colores la ceremonia inicial. Inevitable fue recordar dos antecedentes de la presencia boliviana en Santiago: sendas muestras llamadas Bolivia, la magia de su diversidad, en la década de los 90, que repletaron de danzas, artesanía, platería y pintura colonial al Centro cultural Estación Mapocho, bajo la entusiasta organización del Cónsul General Herman Antelo que representaba al gobierno del Presidente Gonzalo Sánchez de Losada, quien se ocupó de que su esposa inaugurara una de las muestras y su Vice presidente la otra.

6. AMIGOS EN LA CORDILLERA
Uno de los componente más recordados de diplomacia cultural de los últimos tiempos  fue el Primer Encuentro de Agregados Culturales en Chile que organizó la Corporación Cultural de Peñalolén en 2010 y que contó con la participación de casi un centenar de representantes de diferentes países que compartieron con las máximas autoridades culturales del país y los dinámicos actores culturales de la comuna.

El Ministro de Cultura Luciano Cruz Coke inauguró la reunión instando a: "pensar en grande, en el futuro, en crear redes que a largo plazo nos permitan que las buenas iniciativas culturales desarrolladas por otros países, así como las nuestras, circulen por el mundo".

En una señal de manejo local en aguas internacionales, Mónica Alegría, Directora de la Orquesta Infantil de Peñalolén desafió a las autoridades presentes a organizar un homenaje al ex ministro venezolano José Antonio Abreu, creador del considerable movimiento de orquestas juveniles y que a su vez se inspiró en la obra pionera del Director serenense Jorge Peña Hen. El reto fue acogido con aplausos.

¡Una iniciativa de alcance continental nacida en una acogedora sala de Peñalolén, en un evento creado por su municipio!

Demostración que los relatos de los países deben tener un importante componente de redes y relaciones ciudad-comuna, país- ciudad, comuna-comuna, país-comuna, en fin, rompiendo los niveles clásicos de una diplomacia contenida por las representaciones oficiales.

Hay antecedentes de diplomacia cultural de las sociedades civiles como los encuentros de gestores chilenos-bolivianos (2005 y 2006) y chilenos-peruanos del 2005 y más recientemente, chilenos y cubanos en octubre 2012, en La Habana, todos con auspicio de nuestra Cancillería.

La manera de seguir progresando, ratificada en el mismo Encuentro de agregados, es la construcción de redes.

El entorno heterogéneo de Peñalolén lugar de monumentos nacionales, un porcentaje relevante de población indígena, generosas viñas, creativos artesanos, universidades, heterogéneos habitantes y hermosos parajes cordilleranos- es quizás terreno fértil para seguir profundizando en ello. Los entusiasmados organizadores vaticinan que la próxima cita será en la punta del cerro refiriéndose al San Ramón, con un teleférico que planea el Alcalde Claudio Orrego quién sólo lamentó que su comuna carezca de mar. Como primer paso, hizo entrega a cada uno de los asistentes de las embajadas de un frasco conteniendo tierra de dicho montículo.

En efecto, Peñalolén no tiene mar, pero se están construyendo redesy probablemente, un relato, nacido desde la identidad y la diversidad.


Son redes las que permiten ir desarrollando lenta y sólidamente las relaciones entre los pueblos, a niveles de sus organizaciones culturales. Por ejemplo, un encuentro de los directores de cinetecas de dos países vecinos puede ser mucho más fructífero que muchos acuerdos generales de cultura. Como aconteció con el convenio de cooperación entre cinematecas de Chile y Bolivia, en 2006, firmado en La Paz, que permitió la primera reunión de un ministro chileno - la Ministra de Cultura Paulina Urrutia- del gobierno recién asumido de la Presidenta Bachelet, con el Presidente Evo Morales.

Fueron esas redes las que permitieron que la Federación Internacional de Consejos de las Artes (IFACCA en su sigla en inglés) escogiera a Chile como sede de la Sexta Cumbre Mundial de las Artes y la Cultura, que se realizará, por primera vez en América Latina y en un país de habla hispana, en enero de 2014, en el Centro Cultural Estación Mapocho, organizada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, la corporación sede y la Federación mencionada.