29 septiembre 2017

DESCENTRALIZACIÓN, SEÑAL DE UNA NUEVA ÉPOCA



Gestores, creadores y observadores de la cultura, con razón, hacen denodados esfuerzos para encontrar alusiones a la cultura en los diversos Programas de Gobierno, foros, debates y entrevistas a los candidatos o sus comandos. Tal vez, si apuntamos en el buscador "descentralización" en lugar de "cultura", tengamos mejores resultados. Hoy, en una nueva época, como gusta decir a destacados dirigentes políticos, es preciso entender a la cultura como un elemento transversal que debiera comenzar a emerger en diversidad de temáticas. Más aún si estamos a algunos meses de la instalación del Ministerio de las Culturas, tarea que corresponderá a algunos de esos candidatos tan escrutados.


Es precisamente el salto a un Ministerio, rector de las políticas culturales en todo el ámbito público, lo que determina que sus futuros contenidos tengan que vincularse con un tema principal de los tiempos que vienen: la descentralización del poder. Aspecto que la ciudadanía clama a gritos, al que nuestra clase política suele hacerle oídos sordos; pero que el mundo cultural escuchó desde la creación del CNCA, en 2004, dandole amplia presencia en él a la sociedad civil.

No es menor que entre los postulantes con posibilidades haya dos senadores de regiones alejadas del centro -incluso uno que se ha negado a militar- y una outsider que viene del periodismo, que elabora su programa desde una persistente participación de sus adherentes.

Miremos cómo se relaciona este concepto con lo que vendrá en cultura.

Lo primero es advertir que gran parte del esfuerzo del nuevo ministerio será crear desde cero estructuras descentralizadas en el ámbito patrimonial, incorporando la figura del Director Regional del Patrimonio, hasta ahora inexistente, que no sólo consumirá parte importante del presupuesto para la nueva institucionalidad, sino que nacerá con una vocación participativa, dado que formará parte automáticamente de un cuerpo colegiado como es el respectivo Consejo Regional de Cultura, las Artes y el Patrimonio.  Lo que revela que si bien es director regional, deberá sujetar su acción -su poder- a un grupo colectivo donde la sociedad civil es mayoría.

De allí se desprende que la política a aplicar por ese director, en su región, será elaborada en ella y de forma participativa.

Novedad que se expande a niveles país -el Consejo Nacional- y sectorial pues se conservan sin modificaciones aquellos consejos que hoy existen en los campos de la Lectura, Audiovisual y Música; a los que debiera agregarse, durante el próximo mandato, el de las artes escénicas.

Adicionalmente, el órgano máximo de participación y elaboración de políticas quinquenales, se verá reforzado por la incorporación de nuevos actores: personas representativas de pueblos indígenas, inmigrantes y organizaciones ciudadanas patrimoniales.

Otro reforzamiento a la difuminación del poder en la ciudadanía, así como tambien lo es la existencia de un servicio del patrimonio descentralizado por primera vez desde la creación de la DIBAM, en 1929.

Junto con constituir un ejemplo para otros ministerios, de descentralización y participación a la vez, la instalación del nuevo ente considera en su máximo órgano colectivo, la presencia del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, con la intención de aunar esfuerzos con el emergente turismo cultural y patrimonial.

De esta forma, la instalación -en el próximo gobierno- del nuevo ministerio no sólo es un avance logrado por las actuales autoridades sino tambien una oportunidad para que a quién le corresponde encabezar este proceso, pueda aprovecharlo como un modelo de establecimiento de una institucionalidad pública adecuada a la época de la descentralización del poder.

Lo que será una contribución al tan necesario cambio cultural que la ciudadanía reclama a las elites.

Cambio en el que "lo que importa es la música" y saber diferenciar claramente el concepto de crecimiento del de desarrollo, lo que implica que los cambios deben ser sociológicos más que jurídicos.

Es decir, considerando a la ciudadanía, como se está haciendo en cultura.

Y sería aconsejable que todo programa presidencial así lo considere.

25 septiembre 2017

NUESTROS PROPIOS VETERANOS DE TRES GUERRAS

Coronel Leandro Navarro, foto Museo Histórico Nacional

Una suerte de polémica respecto de si la exitosa obra de Guillermo Parvex -Veterano de tres guerras- pertenece al género de la historia, la historia novelada o la novela histórica, me ha permitido reflexionar sobre aquel veterano que reposa en las generaciones anteriores (cuatro o cinco) de muchas familias chilenas y que permanece en el olvido o -a lo más- en una oscura fotografía de la que pocos se atreven a hacer afirmaciones sobre su real participación en la historia patria.


Tuve la fortuna de ser de los primeros en disfrutar el libro de Parvex, atraído justamente por la curiosa semejanza con algunos apuntes que había tomado, a contar de 2006, que había titulado, Las tres guerra de don Leandro. Me refería al descubrimiento de mi antepasado el coronel Leandro Navarro Rojas, padre de mi abuelo paterno, que había tenido participación en la llamada guerra de Arauco -sobre la que escribió un libro, presentado en 1909 y reeditado en 2008-, la guerra del Pacífico y la guerra civil de 1891.

Al comparar mis apuntes con el libro, me hizo mucho sentido el que, en ambos casos, la verdadera escuela militar de Chile estaba en la Araucanía y allí se forjaron los militares de línea que con gran celeridad para esos tiempos, desembarcaron en Antofagasta -ferrocarril Angol-Valparaíso mediante- dando un golpe que dejó mal paradas a las tropas bolivianas que poco más duraron en el conflicto. El objetivo fue entonces Lima, tal como lo fue para San Martín en nuestra guerra de independencia donde participó el padre de don Leandro... pero esa es otra historia.

Navarro estuvo en Arica y Lima, recibió un par de condecoraciones y tambien algunas admoniciones escritas por mala conducta (escapar del cuartel con fines de diversión). Finalmente, terminó en Lambayeque al norte de Perú, acompañando como ayudante de órdenes al General Umitel Urrutia que murió de fiebre amarilla, dejando viuda a doña Corina Sanhueza, a quién, ya de retorno a la Araucanía, don Leandro desposó, acogiendo a sus dos hijas Urrutia, posteriormente monjas.

De ese enlace nació mi abuelo Arturo, nombre indudablemente inspirado en la gesta de Prat, contemporáneo de Leandro y que mi padre y yo posteriormente ostentamos.

Arturo primero, heredó la veta literaria de Leandro, no así la militar y me la transmitió tal cual: un amor desmedido por los libros y la lectura, que he tratado de honrar, incluso conservando intacta (dentro de lo posible) su propia edición de El Quijote, en papel biblia y con sus anotaciones de puño y letra.

Volviendo al bisabuelo Leandro, luego de su regreso al interrumpido combate de la Araucanía y su matrimonio, como militar integró las filas leales al Presidente Balmaceda hasta llegar a "la casa del General Manuel Baquedano, en Septiembre de 1891 cuando el jefe de plaza de Santiago, Manuel J. Jarpa, acompañado del coronel Leandro Navarro, se presentaba a las 2:30 ante el conductor de Chorrillos y Miraflores para recibir instrucciones y disponerle los 6.500 efectivos que guarnecían la capital" como señala el historiador Jorge Núñez en: 1891 Crónica de la Guerra Civil. Santiago, LOM Ediciones, Santiago. Página 97. 

Después vino la tragedia de los derrotados y los asaltos y agresiones a la casa familiar de la calle Carmen, en Santiago, hasta que una cercana reconciliación nacional lo reincorpora al ejército como Director del Museo Militar y más tarde encargado de la Sala de Historia Militar del Museo Histórico Nacional creado el 2 de mayo de 1911.

Desde entonces trabajó en una de las oficinas y las cinco salas destinadas para "que el Museo Histórico Nacional instalara sus colecciones y oficinas en el primer piso al costado derecho del edificio principal del Palacio de Bellas Artes y vista al frente norte del Palacio. El director del Museo era don Joaquín Figueroa (hermano del Presidente Emiliano Figueroa) y fue secundado por el Coronel Navarro hasta su fallecimiento en 1917", Museo Histórico Nacional. Enrique Campos, Hernán Rodríguez. DIBAM, 1983. Página 26.

En esos tiempos de post guerras, pudo finalmente escribir su proyecto más ansiado, la Crónica militar de la conquista y pacificación de la Araucanía, Pehuén editores, 2008. Texto clásico sobre el tema que contiene en sus documentadas 424 páginas uno de los pocos testimonios presenciales respecto de la quema de Villarrica por los mapuche, antes de entregarla  las tropas chilenas, fechado en sus afueras, el 1° de enero de 1883:


“Al salir de esta montaña, se entra ya a la antigua Villarrica...
Un silencio lleno de misterio evoca los recuerdos de la Historia.
Lo que fue la ciudad parece no haber tenido más de 20 manzanas, que manifiesta no haber sido muy poblada, porque se advierten perfectamente los edificios cuyas murallas arruinadas conservan aún hasta 2 y más metros de altura.
... El largo transcurso de cerca de 3 siglos a que fue reducida a cenizas por los araucanos ha dado lugar par que todo el local que ocupó se haya cubierto de una gruesa y espesa montaña”.

“Efectivamente, ese fue el último día del gran problema araucano y la caída de su última guarida de esa raza heroica que hizo tantos esfuerzos por mantener su independencia”. Leandro Navarro, Tomo 2, Capítulo XVI, Páginas 222 y 230.

Un tema cuya solución evidentemente aún no se logra pero que podría ayudar a conseguirla el que muchos busquemos a nuestros propios veteranos -chilenos y mapuche- descubramos y conozcamos una historia que tenemos mucho más cerca de lo que creemos.

Lo que siempre ayuda.

06 septiembre 2017

LAS ARTES ESCÉNICAS EN EL CONGRESO NACIONAL



El proyecto que crea el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, que estará conformado por personas representativas de las distintas actividades vinculadas a su quehacer en el país, acaba de entrar a discusión Parlamentario en la Cámara de Diputados. Su estructura es muy similar a los exitosos consejos sectoriales existentes en el campo del Libro y la Lectura, la Música y el Audiovisual. Se prevé que será el último texto enviado en cultura en la administración Bachelet, que hace pocas semanas logró aprobación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.


El Consejo Nacional de las Artes Escénicas estará integrado por 15 personas:
a) El Ministro Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, quien lo presidirá;
b) Dos personas representativas del Teatro, uno de ellos deberá ser director, otro actor o actriz.
c) Dos personas representativas de la Danza, uno de ellos deberá ser coreógrafo o pedagogo en danza, y otro intérprete.
d) Dos personas representativas del Circo, uno de ellos deberá ser director artístico o pedagogo en circo, y otro artista circense.
e) Una persona representativa de la Narración Oral.
f) Una persona representativa de los titiriteros.
g) Una persona representativa de los administradores de salas de artes escénicas, salas o espacios de Teatro, Danza, Circo o Títeres.
h) Una persona representativa de los diseñadores y técnicos de las artes escénicas.
i) Un académico de reconocido prestigio de uno o más ámbitos de las artes escénicas, designado por las instituciones de educación superior reconocidas por el Estado y acreditadas por un período de, a lo menos, cuatro años, de conformidad al reglamento.
j) Una persona de reconocido prestigio en la formación de artistas de uno o más ámbitos de las artes escénicas representativa de las instituciones de formación de artes escénicas de reconocida trayectoria, designada por dichas instituciones de formación de conformidad al reglamento.
k) Un galardonado con el Premio Nacional de Artes de la Representación, y
l) Un representante del Ministerio de Educación.

Los integrantes representativos de asociaciones, serán designados por el gremio o sindicato de carácter nacional más representativa que los agrupe y serán nombrados por el Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes; el integrante que haya sido galardonado con el Premio Nacional, será designado por sus pares, y el representante del Ministerio de Educación será un funcionario público, nombrado por esa Secretaría de Estado.

Los integrantes del Consejo que no sean funcionarios públicos tendrán derecho a percibir una dieta equivalente a 8 Unidades de Fomento por cada sesión a la que asistan, con un tope de 8 sesiones por año.



El proyecto incluye la creación del Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, destinado a otorgar financiamiento a proyectos, programas, medidas y acciones de fomento y desarrollo de las artes escénicas del país.

El Fondo, se destinará a apoyar la creación, producción y montaje de obras de teatro, danza, espectáculos circenses, títeres y narración oral; la promoción, difusión, exhibición y circulación, en el territorio nacional, de las artes escénicas nacionales y del repertorio universal;  el desarrollo de programas y acciones que contribuyan a la inserción de las obras de artes escénicas nacionales en los circuitos internacionales; la formación profesional y técnica, mediante el financiamiento de becas, pasantías, tutorías o residencias en materias de artes escénicas; la investigación, identificación, recuperación, resguardo, puesta en valor, conservación, protección y difusión del patrimonio artístico escénico chileno; el desarrollo de festivales, encuentros y seminarios de artes escénicas; el desarrollo de iniciativas de formación y mediación realizadas por las salas de teatro, danza, espacios de circo, centros culturales y otros agentes culturales; la reparación, adecuación, y equipamiento de infraestructura para compañías de teatro, danza, circo, títeres y narradores orales.

Además de apoyar a los establecimientos educacionales en la difusión y conocimiento de obras y manifestaciones de las artes escénicas nacionales, como también para facilitar acciones orientadas al fomento de la formación de talentos en artes escénicas; a compañías, agrupaciones y elencos estables con destacada trayectoria en las artes escénicas, para que desarrollen sus programas de investigación, escritura de texto dramático, guiones y música, actividades de preproducción y producción y montaje de obras, circulación y difusión de obras escénicas, así como a proyectos de naturaleza experimental; a las salas o espacios culturales destinados a la exhibición de artes escénicas con programación permanente, que contribuya a la formación de públicos, incluidos los espacios itinerantes, entre ellos los circos, y, en general, financiar las actividades que el Consejo defina en el ejercicio de sus facultades.

Los recursos del Fondo serán asignados mediante concursos públicos y/o asignaciones directas, previa postulación de acuerdo a bases objetivas, u otros procedimientos de excepción, que se establecerán en el Reglamento. No podrá financiar materias que estén consideradas en el Fondo Nacional del Fomento del Libro y la Lectura; Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes; Fondo para el Fomento de la Música Nacional y el Fondo de Fomento Audiovisual.



Por otra parte, con el objetivo de reconocer y estimular la labor autoral y artística en el ámbito de las artes escénicas, se instituye el Premio a las Artes Escénicas Nacionales Presidente de las República, destinado a galardonar anualmente, "a artistas que por su excelencia, creatividad, destacada labor y aporte trascendente al repertorio de las artes escénicas nacionales se hagan acreedores a este galardón que consistirá en un Diploma firmado y entregado por el Presidente de la República y en una suma única de doscientas unidades tributarias mensuales". Los premios serán discernidos por el Consejo Nacional de las Artes Escénicas por mayoría de sus miembros, en ocho disciplinas: Teatro, mención dirección teatral; Teatro, mención intérprete, elenco o compañía; Danza, mención coreografía; Danza mención intérprete, elenco o compañía; Circo; Títeres o Narración Oral; Dramaturgia, destinado a reconocer la trayectoria destacada de un autor de textos dramatúrgicos, y Diseñador Escénico, destinado a reconocer una destacada labor como diseñador integral.

En síntesis, un Consejo Nacional, como los otros sectoriales existentes, que tiene la facultad de otorgar recursos públicos a través de un Fondo -de manera concursables o por asignación directa- y que determina premios a los exponentes más destacados del teatro, la danza, el circo, los títeres y los narradores orales.

Y que debiera, Ministerio de las Culturas mediante, vincularse el Consejo Nacional a través de la Subsecretaría de las Artes.

Un avance, que debieran considerar en sus programas de gobierno los candidatos presidenciales, para que sea realidad en el próximo cuatrienio.