26 diciembre 2011

LA OTRA VISITA DE ARIANE

Foto Luis Navarro

No es primera vez que Ariane Mnouchkine visita Chile. En 1979 vino, acompañada del cineasta Claude Lelouch, pero no se trataba los preparativos de una película del creador de la inolvidable "Un hombre y una mujer" ni un montaje teatral de esos monumentales que la caracterizan. Ambos eran los representantes de creadores franceses que venían, en una misión solidaria, arriesgando mucho -aunque no tanto como su pares chilenos que padecían represión- para manifestar a las autoridades militares de la época que en Europa se veía con preocupación la prohibición de obras de teatro -como Mijita Rica- la existencia de actores encarcelados, la censura y la agobiante falta de libertad.

Era julio y la prensa que sería de farándula no registró la visita. Los franceses sólo dieron una entrevista a la revista APSI, en cuyas oficinas me correspondió recibirlos, antes de que nuestro editor cultural, Sergio Marras -auxiliado por los colaboradores Manuel Antonio Garretón y José Román- encabezara una entrevista que tituló: La imaginación es un músculo que se entrenaque vio la luz, como la Toma de la Bastilla, un 14 de julio, sólo que de 1979.

La misma entrevista fue autografiada por Mnouchkine, 18 años después, con una afirmación audaz: "confirmo lo dicho y lo firmo", agregando de su puño, un sol, que simboliza la magnifica compañía que hoy visita Santiago y que, mientras escribo, monta su próximo espectáculo a pocos metros de mi oficina del Centro Cultural Estación Mapocho.

Revisando las palabras de Ariane, efectivamente encontramos en ella coherencia y espíritu solidario, luego de haber consolidado su compañía en La Cartoucherie, en las afueras de París, y de haber convertido la dura prueba del exilio de muchos chilenos en una maravillosa oportunidad para formarlos en el teatro de su creación, como Andrés Pérez, Mauricio Celedón, los hermanos Jodorowsky , entre otros.

Pude corresponder la visita unos meses después. El 31 de diciembre disfrutamos con mi esposa, en la carpa parisina, de la conmovedora obra  Mephisto sobre el antiguo motivo literario de los halagos que corrompen a un artista  demócrata que asciende en la jerarquía nazi  con la auto justificación de  que otros peores gobiernen la cultura . La representación comenzó en 1979 y terminó un par de horas de iniciada la década de los 80, con la proverbial interrupción de medianoche para compartir un vaso de champagne con los actores y el público.

Finalizada la función, una pareja de espectadores generosos nos depositó en el barrio latino para complementar la celebración de la llegada de un nuevo año. No bien pusimos un pié en el barrio universitario de París, debimos iniciar una loca carrera, aconsejados por una multitud que escapaba de una inesperada carga policial. 

Simbólico. Iniciar los años ochenta huyendo de la policía, síndrome que a decir verdad nos acompaño, de regreso en Chile, durante casi la totalidad de la década. Lo demás, lo han relatado, en TV, Los Ochenta.

Afortunadamente, ahora recibimos a Ariane con un país alejado de las prácticas dictatoriales que motivaron su primera visita. Y podremos disfrutar de su talento en una infraestructura rescatada para la cultura, que en su visita anterior sólo mostraba la decadencia del ferrocarril y del país que éste dejaba paulatinamente de recorrer.

Ahora el naufragio es sólo en la ficción.

¡Bienvenida Ariane!

18 diciembre 2011

NO HAY DESARROLLO SIN CULTURA, NI CONSEJO DE LA CULTURA SIN DIRECTORIO Y SUS TRABAJADORES

Foto CNCA
En una coincidencia impensada, el Ministro Luciano Cruz Coke expuso su Cuenta Pública 2011, en el Palacio de La Moneda, el mismo día en que el país conoció la resolución de la Contraloría General de la República mediante la cuál se afirma que una de las dos funcionaria fallecidas en el accidente de Juan Fernández -Galia Diaz- no debió estar allí. Así como Cruz Coke tuvo que suspender la Convención Nacional de Arica, en septiembre, a causa del brutal amarizaje, esta vez comenzó y finalizó su discurso con un homenaje a las dos funcionarias perdidas, las primeras mártires de la institución.
La ceremonia que ya se hace tradicional, no obstante su locación, no contó con la presencia de otros altos funcionarios de gobierno, y sólo con la mitad del Directorio saliente, a pesar de que el Ministro tuvo especial cuidado en nombrarlos, incorporarlos en las ilustraciones de su discurso y reconocer explícitamente su labor, dado que este 31 de diciembre, la mayoría de ellos -siete de once- terminan su mandato: "En estos meses de trabajo conjunto, sin duda, se ha discutido con pasión, hemos intercambiado opiniones y hemos  empujado importantes iniciativas.  Pero sobre todo, me atrevo a decir, que hemos compartido la convicción de que no podemos pensar en el desarrollo del país sin desarrollar la cultura".
El 14 de diciembre se cerró el listado de postulantes al Directorio Nacional 2012-2015, que serán nombrados a inicios del próximo año. Es de esperar que los nuevos directores asuman una actitud participativa acorde con sus altas funciones y la confianza que la sociedad civil y las universidades -sus mandantes- depositarán en sus manos a través de un nombramiento presidencial y la ratificación del Senado -en dos casos- con la necesaria independencia que les otorga su condición de inamovibles por la autoridad.


Cruz Coke comenzó relevando la reciente entrega al Presidente de la República, de la Política Cultural 2011-2016, haciendo coincidir, como es menester, las líneas de trabajo fijadas con las realizaciones del año que termina, agrupadas en seis ejes de trabajo.
El primero de ellos, sigue siendo, desde la fundación del CNCA, el fomento de las industrias creativas y las áreas artísticas. Ante la imposibilidad de exhibir logros legislativos de fuste, destacó el envío al Congreso de la reforma a la Ley 19.925 que permite las presentaciones en vivo de artistas en restaurantes, bares y salones de té, mediante la que se espera aumentar sus oportunidades de trabajo; de la tenue reforma a la Ley de Premios Nacionales, y de la tan esperada como transversal reforma a la Ley de Donaciones Culturales. Recordó la creación de  nuevas áreas de fomento artístico, relevando el estreno del área de Arquitectura en la Bienal de Urbanismo y Arquitectura de Shenzhen y Hong Kong. Sin mucho entusiasmo, se refirió al mejoramiento esperado de los fondos de cultura, que pasan por una etapa compleja debido a las dificultades sufridas en la implementación de su plataforma digital. Uno de sus favoritos en este eje es sin duda la creación de la Comisión Fílmica, que se suma a la nueva Agencia de Promoción Internacional del Cine Chileno, en alianza con Pro Chile.
El eje de fomento a los públicos logró en 2011 la incorporación al Fondart de una línea de insospechados beneficios futuros: apoyo a instituciones culturales a tres años plazo, que permitirá fortalecer el indispensable rol mediador entre creadores y audiencias. Convendría hacer un seguimiento a los resultados de esta línea, que se acerca mucho a lo que tantos beneficios ha traído al desarrollo cultural de países como Australia. No era buen momento, pero el reciente estudio de comprensión de lectura de los chilenos que arrojó un fatídico 84% de incomprensión lectora, estuvo en todas las mentes presentes cuando el Ministro anunció como logro el Plan Nacional de fomento a la lectura "Lee Chile Lee". Bien por ello, pera la tarea es ardua. 
Párrafo aparte merece el despertar y despliegue en el territorio de los elencos estables del Consejo que alcanzaron la inédita suma de 151 presentaciones en el país.
En el eje de Infraestructura y Gestión es dónde más se pueden palpar, literalmente, frutos de una política  cultural estable. Los programas de Teatros Regionales, nuevos Centros Culturales -que alcanzó Chiloé y Rapa Nui- y de apoyo a la Reconstrucción Patrimonial, junto a la culminación del Parque Cultural de Valparaíso dan prueba de que la vieja deuda con la infraestructura cultural chilena sigue pagándose, con  impulso estatal, a paso firme.
Los ejes transversales: desarrollo regional e internacionalización cultural entregaron avances y retrocesos. En este último aspecto se anotó el traslado de la dirección regional ubicada en Quillota a la ciudad sede nacional de Valparaíso, así como constituye un avance la ceremonia de entrega en Punta Arenas del Premio Pedro Sienna y la ampliación de las Escuelas de Rock a Maule y Los Ríos. En el sector patrimonial inmaterial se destaca el programa de Tesoros Humanos Vivos, que aumentó en 50% sus reconocimientos; las casi 300 actividades del Centro de Patrimonio e Identidad ubicado en la sede central del CNCA en Valparaíso, y los estudios realizados sobre la situación cultural de mapuches, collas y rapa nuis. Es de esperar que pronto estos conocimientos se vuelquen en políticas de integración y valoración de nuestra diversidad. En lo internacional, dos desafíos más allá de los resultados alcanzados este año en la Bienal de Venecia y múltiples festivales de cine: la presencia en la FIL de Guadalajara en noviembre próximo y la Cumbre Mundial de las Artes de enero de 2014 en el Centro Cultural Estación Mapocho.


Incomodidad entre los presentes  causó el eje de modernización institucional. Más allá de las buenas cifras del 96,7% de ejecución presupuestaria y el 98% de cumplimiento de los requisitos de transparencia activa; el cambio de sede en Santiago -del inhóspito edificio de Fray Camilo Henríquez al paseo Ahumada-, y las mejoras en tecnología y bienestar, la piedra en el zapato de esta administración parece estar en el personal y su agrupación gremial, ilustrado en la Cuenta con fotografías de funcionarios trabajando en medio de vistosos globos rojos. Este festivo panorama laboral contrasta con el hecho que esos mismos días llegaba al CNCA una carta del Senador Lagos Weber pidiendo información sobre un presunto acoso laboral a dirigentes gremiales y la mencionada resolución de la Contraloría respecto de Galia Diaz.
Consciente de ello, Cruz Coke al finalizar sus palabras lamentó "la perdida de tres figuras emblemáticas, el cineasta  Raúl Ruiz, poeta  Gonzalo Rojas y el escritor José Miguel Varas" y apartándose del texto publicado en la web del Consejo, reiteró su pesar por las funcionarias fallecidas en Juan Fernández, para culminar como los mejores tribunos, con una consigna que, aunque conocida, no deja de ser acertada: NO hay desarrollo sin cultura.
Es verdad, pero tampoco hay cultura sin trabajadores comprometidos que vuelcan todo su esfuerzo en la tarea sin desgastarse en una soterrada lucha con las autoridades de la institución que los cobija.
Y en este conflicto, que se prolonga y agudiza, hay dos lados. Se requieren "dos para el tango". Ya es hora que comience a escucharse la música del entendimiento.
O los perjudicados serán quienes deben ser beneficiados por el desarrollo cultural: la ciudadanía.
En ese caso, la mayor responsabilidad recaerá en quienes han sido designados como responsables de encabezar las instituciones públicas.

02 diciembre 2011

GUADALAJARA Y NICANOR

Foto La Tercera
Que un grupo de escritores chilenos celebrara en Guadalajara, en plena FIL, el merecido premio Cervantes para Nicanor Parra, está lleno de simbolismos y anti-poesía. Lo primero, porque la mayoría de ellos ya estuvo esperando a Parra en diciembre de 1999 cuando Chile fue Invitado de Honor y el poeta dejó libre un asiento en Primera Clase del vuelo de Aero México que lo iba a llevar a tierras tapatías. Lo segundo, porque ese y muchos otros brindis por el éxito notable de la presencia chilena en la última FIL del siglo XX, quedaron pendientes en el país debido al enrarecido clima pre electoral que se vivía, días antes de la estrecha votación entre Ricardo Lagos y Joaquín Lavín, lo que aconsejaba a la prensa opositora a la Concertación (la misma de ahora) a ignorarlo, muy bien nutrida por el infatigable "fuego amigo" que también recibió la feliz muestra de la cultura chilena.

Nuestro desafío entonces -encabezado por el Subsecretario de Relaciones Exteriores, Mariano Fernández; el Embajador en México, Luis Maira, y mi rol como Comisario del Pabellón- no era menor. Quizás la más grande delegación cultural de la historia de Chile trasladándose a otro país para dar a conocer nuestra cultura en todas sus facetas.  

No podía ser una oportunidad más propicia: el final del milenio junto con la cercanía del término del gobierno del Presidente Eduardo Frei. Razones demás para constituir un Programa poderoso que hablara a Guadalajara, a México y al mundo, de la realidad de la cultura chilena. Abordamos entonces el desafío como país con dos principios: debía ser una muestra de Chile, por tanto considerando tanto nuestra diversidad cultural como nuestra identidad patrimonial, y debía ser una muestra exhaustiva y representativa de la producción editorial de entonces.

Se convocó a un Comité Interministerial, con presencia de todos los actores públicos que tenían relación con la cultura, más actores relevantes del quehacer privado vinculados con el tema del libro. Allí recibimos la generosa y creativa colaboración, entre otros, de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos; el Consejo Nacional del Libro y la Lectura; el Ministerio de Educación; la Secretaría General de Gobierno; la Municipalidad de Santiago; la Cámara del Libro; escritores y gestores culturales. La labor ejecutiva correspondió a nuestra Embajada en México, Pro Chile y la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería, apoyadas en Guadalajara por la incansable Verónica Silva, fallecida recientemente.
No obstante, todo el enorme esfuerzo del sector público no era suficiente. Recurrimos a la colaboración de empresas privadas y medios de comunicación que nos patrocinaron con entusiasmo. Era imposible, en un año con  la dificultades económicas que conocemos y con una delegación de las dimensiones que deseábamos, no contar con el apoyo de compañías de transporte, de alojamiento y de la mexicana CEMEX.

De ese modo, estuvimos en condiciones de presentar una muestra maciza de la cultura chilena después de diez años de gobiernos de la Concertación  pero, sobre todo, después de mucho tiempo en el que se habló de un apagón cultural, porque en esos años de oscuridad que acompañaron al régimen anterior, aprendimos que el desarrollo de la cultura requiere de la actividad incansable de todos los actores de la sociedad en el marco indispensable de la libertad y el derecho de los ciudadanos a participar en la creación, la gestión y el disfrute de los bienes culturales.

La incesante actividad teatral, el crecimiento del número y calidad de exposiciones y galerías de arte, los incontables estrenos de películas nacionales, los multitudinarios recitales y conciertos, el creciente prestigio internacional de nuestros escritores que alguien calificó como “la armada literaria chilena”, la sorprendente cantidad de publicaciones del más diverso tipo y origen, la valorización de nuestro patrimonio simbolizada en las perspectivas de declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Iglesias de Chiloé y la ciudad de Valparaíso, el interés que despertaba en el gran público la exhibición de cuentos chilenos en televisión, hablaban de una efervescencia del arte y la creación en el Chile de fines del milenio.

Eso, nada más, ni nada menos, es lo que quisimos llevar a la XIII Feria Internacional del Libro de Guadalajara en esta Embajada de creatividad y cariño, organizada con profesionalismo y asumiendo también los avances que la gestión cultural alcanzaba en los años noventa en Chile.

Por ello, fueron invitados autores como Nicanor Parra, Isabel Allende, Alejandro Jodorowski, Gonzalo Rojas, Roberto Bolaño, Antonio Skármeta, Luis Sepúlveda o Marcela Serrano, entre varias decenas más; con merecidos homenajes y recuerdos de grandes como Pablo Neruda, Gabriela Mistral o José Donoso; con poetas y narradores jóvenes y emergentes; con académicos de las más variadas disciplinas; con espectáculos musicales tan relevantes como el Hecho en Chile de Los Jaivas, Illapu y Los Tres; con Inti Illimani o el Cuarteto de Cuerdas de Santiago; con manifestaciones plásticas como Si vas para Chile o las obras de siete artistas chilenos residentes en México; con las obras cinematográficas cumbres de nuestro siglo; con compañías de teatro reconocidas internacionalmente como La Troppa, con su obra Gemelos.

Por cierto, todo en el marco de una maciza exhibición de libros de más de ochenta expositores diferentes incluyendo grandes editoriales, universidades, organizaciones no gubernamentales, editoriales pequeñas y medianas, autoeditados, publicaciones de organismos públicos y una joya bibliográfica como es el Despertador Americano, nacido en Guadalajara a los albores del siglo XIX, que se conserva en copia única en nuestra Biblioteca Nacional.

Ese esfuerzo mancomunado de creadores, organizaciones sin fines de lucro, empresas y gobierno habría estado incompleto si no considerásemos a la gente. Más de un centenar de editores, periodistas, universitarios, bibliotecarios, profesores y amantes de la cultura en general, acompañaron a esta muestra oficial. También estuvo el Chile gastronómico, a través de comida típicas y vinos.

Las cifras de expositores y participantes superaron con creces nuestras expectativas y Chile enfrentó airoso esta distinción que nos hicieron nuestros hermanos mexicanos a quienes tanto debemos por su cariño histórico, su solidaridad en momentos amargos de nuestra democracia, su innegable aporte cultural y su permanente amistad, que se replica el 2012, designándonos nuevamente país Invitado de Honor.

El desafío está planteado, lamentablemente con una primera negativa ya conocida por la prensa, la de Isabel Allende, y una dudosa designación de un médico como "Curador" (sic) de la muestra. Entre las fortalezas están que llegaremos con Nicanor Parra como nuevo Premio Cervantes y un escritor -Roberto Ampuero- como Embajador en México.

El mundo cultural chileno espera un liderazgo acertado para hacerse presente, otra vez, como país con todas sus diversidades.

La vara está alta.