30 agosto 2007

LOS DOS EJES DE LA MINISTRA URRUTIA

REFLEXIONES SOBRE EL DISCURSO DE LA MINISTRA DE CULTURA PAULINA URRUTIA FERNÁNDEZ EN LA CUARTA CONVENCIÓN CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES.

“A lo largo de su administración, la presidenta Bachelet ha puesto el énfasis en los derechos de las personas, incitándolas a hacer uso de ellos ante la arbitrariedad y la injusticia, en su calidad de ciudadanos libres. Las políticas públicas de cultura se inscriben con creces en este sello gubernamental, no sólo por que hemos logrado avanzar en instalar a la cultura como un derecho social, sino también por el protagonismo que adquieren los creadores y quienes acceden a participar de lo creado, en el marco de una relación regida por la simetría de los sentidos, las visiones de mundo y los sentimientos. Ciudadanos más integrados al desarrollo cultural son ciudadanos más libres, y ciudadanos más libres constituyen el fundamento de una comunidad más justa de personas que se reconocen como iguales en dignidad y derechos”.

Con ocasión de la Cuarta Convención Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, la Presidenta del Directorio Nacional, Ministra Paulina Urrutia, dio, como es tradicional, cuenta de la labor realizada en el último año, la que tituló DEMOCRATIZANDO LA CULTURA PARA EL BICENTENARIO.

Junto con agradecer la labor de los órganos colegiados, destacó que “para muchos de ustedes será la última a la que asistan en su calidad de integrantes del Consejo Nacional o de los Consejos Regionales. Saludo a quienes abnegadamente han sembrado cultura a lo largo y ancho del país. En nombre del Gobierno de Chile y de nuestro pueblo, deseo agradecerle a cada uno de ustedes por su particular y personal contribución, que, a pesar de las dificultades experimentadas, sin duda ha rendido frutos en la consolidación de esta nueva institucionalidad cultural”. Se trata de un hecho no menor pues al finalizar 2007, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes vivirá la más grande transformación de sus cuerpos colegiados de su corta existencia. Deben renovarse la gran mayoría de los Directores Nacionales y miembros de los directorios regionales, un proceso que toma tiempo y, sobre todo, requiere de una especial activación de la sociedad civil para que presente sus postulantes.

“El trabajo que todos ustedes han aportado –agregó- distingue también a esta Convención, ya que legarán a los futuros consejeros un proceso serio de evaluación de las políticas diseñadas, y con gran mérito parcialmente implementadas, donde el análisis crítico de cada una de ellas, sus proyecciones y propuestas de modificación se constituirán en un importante acervo para aquellos que pasen a integrar esta institucionalidad y protagonicen la Convención Nacional de la Cultura, a partir del año 2008”.

El primer punto de fondo de la cuenta ministerial es el referido a la infraestructura cultural, que amenaza con convertirse en uno de los dos ejes de la gestión Urrutia. “No es posible hablar de democratización de la cultura sin asegurar la existencia de espacios y una adecuada circulación de los bienes culturales en todos los rincones de este país. A esto apunta el PROGRAMA DE CENTROS CULTURALES, cuya meta es dotar a todas las comunas de más de 50.000 habitantes con a lo menos un centro cultural de calidad. Ello equivale a que dos tercios de nuestra población podrán beneficiarse de estos espacios y de participar de su programación”.

Agregó una novedad para las localidades menores: “pequeñas localidades se verán también beneficiadas a través de dispositivos de infraestructura cultural de naturaleza móvil, en donde los creadores se desplazan hacia las comunidades, o bien; mediante la articulación o generación complementaria de infraestructura local, desarrollada o implementada a través de Convenios de Programación con los Gobiernos Regionales”.

Señaló lo que podría ser una característica de la gestión del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes: el establecimiento de “alianzas estratégicas con el Colegio de Arquitectos, la Asociación Chilena de Municipalidades y la Asociación de Gestores Culturales, además de las intendencias y los gobiernos regionales”. En términos de cifras planteó que “Este año estamos invirtiendo más de DOS MIL MILLONES DE PESOS en este programa, Siendo el costo total del programa no inferior a los CUARENTA MIL MILLONES DE PESOS, de cara al bicentenario”.

Complementó este plan nacional recordando que en el tema de las “grandes obras de infraestructura cultural, no podemos dejar de mencionar la reconversión del Edificio Diego Portales en el nuevo Centro Cultural Gabriela Mistral, una iniciativa que irrumpe en la escena de proyectos para el Bicentenario, buscando honrar el espíritu del origen de este edificio y recrear la memoria histórica que representa”. Puntualizó que “El histórico edificio será un importante eslabón de la red nacional de difusión artística”, despejando dudas sobre la magnitud y alcances del nuevo espacio. Con cautela esbozó que éste “albergará en su seno cuatro espacios destinados a la formación, difusión y representación de las artes escénicas, la música y las artes visuales. Con ese fin, el proyecto contempla habilitar zonas especialmente acondicionadas para crear un Centro Nacional de Artes Escénicas y Música, un Centro de Artes Visuales, una Biblioteca de las Artes y un Centro de debates y encuentros ciudadanos”. Sin mencionarlo, dejó abierta la perspectiva que sea un estudio de audiencias y un Plan de Gestión el que en definitiva determine los usos del espacio. Para cualquier lector quedó claro que la iniciativa publicitada y promocionada ampliamente por la Universidad de Chile está de hecho descartada.

Culminó con la misión del proyecto: “Con este espacio contribuiremos tanto al fomento y difusión de la creación local, como a la formación de un público que aprecie las artes escénicas visuales y la música”. De esta forma, la autoridad da también señales sobre la tarea que deberá emprender la administración del Centro Cultural.

Dejando claro que se ha aprendido la lección respecto de la hermandad inseparable entre infraestructura, audiencias y gestión, recalcó que “como sabemos que la infraestructura por si sola no es suficiente, en todas las regiones estamos realizando capacitaciones a los encargados de cultura municipal para formar redes de trabajo, que permitan maximizar recursos y generar circuitos para la circulación de bienes culturales, de manera tal de producir la necesaria sinergia en el trabajo de todos. El PROGRAMA DE GESTIÓN CULTURAL está asesorando a los municipios para que puedan incorporar el ámbito Cultural en los Planes de Desarrollo Comunal. A partir del 2008 este programa volcará sus esfuerzos a apoyar el diseño y sustentabilidad de los planes de gestión cultural asociados al programa de CENTROS CULTURALES”.


En lo que podría calificarse como el segundo gran eje de su gestión, la Ministra Urrutia se refirió sin dejar dudas a la voluntad política de “la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, de crear el INSTITUTO DEL PATRIMONIO (que) constituye un paso decisivo y necesario para transformarnos en una sociedad dotada de memoria en todos los sentidos del término, a través de una institucionalidad especializada, con más recursos y presencia en todas las regiones del país”.

Al respecto, anunció “que el proyecto de ley que ingresemos a finales del presente año logrará dar cuenta de aquellos aspectos que consideramos fundamentales para el desarrollo, la preservación y la difusión de nuestro patrimonio, en torno a los cuales poco a poco vamos construyendo consensos”.

Reforzando el llamado Informe Allard, reiteró que “el Instituto deberá contar con una institucionalidad descentralizada, con una fuerte presencia en regiones, pues es en ellas donde se concentra el patrimonio cultural de Chile. La descentralización deberá expresarse tanto en lo institucional y administrativo, como en la definición de prioridades políticas regionales y en la gestión y operación del Fondo del Patrimonio”.

Anunció al respecto instrumentos financieros y recursos adecuados para hacer frente a sus tareas al menos en tres áreas específicas: “Primero, la creación de un Fondo del Patrimonio Cultural que permita, en la contingencia, el rescate y protección de patrimonio en peligro. Segundo, el perfeccionamiento de la ley de donaciones culturales, por una parte y la generación de políticas de incentivos tributarios de diversa índole y de otro tipo de estímulos para incorporar fluida y eficientemente al sector privado y a la ciudadanía. Y tercero, el incremento de los aportes estatales en patrimonio cultural, con el propósito de que la operación del fondo tenga verdadero impacto no sólo en su línea de adquisiciones de bienes muebles o inmuebles, sino especialmente en lo referido a fondos concursables, educación e investigación”.

Lateralmente se refirió a esa verdadera película de misterio que constituye la Cineteca que ahora “construirá bóvedas fuera del Centro Cultural Palacio de La Moneda” y será dotada “de un inmueble destinado a acoger las acciones de restauración y mantenimiento de materiales del fondo fílmico”. Medida que recupera en algo la irracionalidad de instalar una Cineteca en los bordes del Palacio de gobierno, destinando parte de los espacios más valiosos del centro político del país a depositar filmes, algunos de los cuales representan incluso riegos no menores de inflamación. Ciertamente se está gastando dos veces algo que pudo hacerse más simple.

Sin constituir una prioridad de su gestión, destacó la Ministra algunas iniciativas legislativas como “el proyecto de reforma a la LEY DE PROPIEDAD INTELECTUAL que actualmente se discute en el Congreso Nacional. La iniciativa refleja una respuesta consensuada al interior del Gobierno frente a legítimas aspiraciones de los más diversos sectores de nuestra sociedad y expresa el respeto a los compromisos adquiridos con nuestros socios comerciales en la materia”.

Otra iniciativa legal que se encuentra en discusión interministerial una propuesta de “reformas a la LEY DE PREMIOS NACIONALES, elaborada por nuestra institucionalidad luego de más de dos años de análisis y discusión”. Como ha destacado la prensa, en una tan inédita como positiva coordinación entre la labor del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y los medios de comunicación, “las reformas buscan adecuar la ley a la nueva institucionalidad cultural, de manera tal que en la entrega de los reconocimientos del área artística participe el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Se propone ampliar la actual conformación de los jurados y también, haciéndose cargo de la evolución que han experimentado las especialidades artísticas, se proponen adecuaciones que permitan separar el Premio de Artes de la Representación y Audiovisuales en un Premio de Artes Escénicas y otro de Artes Audiovisuales, entre otras definiciones”.

Finalmente, afirmó, sin dar detalles, que “el Directorio Nacional ha asumido el desafío de modificar la LEY DE DONACIONES CULTURALES para resolver aquellos aspectos más críticos provocados por las enmiendas del año 2003”.

Tal vez sin proponérselo, el tema internacional ha ido ocupando un papel relevante en la agenda del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, especialmente por circunstancias ajenas a su voluntad como varias coincidencias: “Es así como en materia de fomento de las relaciones internacionales, se realizó en la Región de Valparaíso, la X Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura, en el marco de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se efectuará en noviembre de este año”.

Otra feliz coincidencia, para estos efectos, es la participación de Chile en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, como país Invitado de Honor y el anunció de Chile como país sede el 2010 del V Congreso Internacional de la Lengua, que pasó a constituirse en unos de los eventos relevantes para el año 2010.

Sin duda, la mayor acción a nivel internacional, con repercusiones aún insospechadas en el país, es “recuperar parte del legado de Gabriela Mistral que se encuentra en Estados Unidos, tal como nos ha sido instruido por la Presidenta de la República, en orden a adoptar y coordinar todas las medidas para alcanzar esta meta. Es así como, de manera coordinada con el Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de la DIRAC y la Embajada de Chile en Washington; el Ministerio de Educación, a través de la DIBAM; y otras instituciones vinculadas al estudio de la obra mistraliana, sin olvidar a las instituciones de la Región de Coquimbo, este Consejo ha cumplido con el mandato presidencial de coordinar esta trascendental iniciativa en distintos momentos, desde la venida a Chile de la heredera Doris Atkinson hasta la entrega del Acta de designación de beneficiarios a las instituciones correspondientes. Y lo seguirá haciendo”.

Son innegables las connotaciones de reafirmación de la misión encomendada y las señales a otras instituciones públicas, como la DIBAM, que han públicamente cuestionado el liderazgo de Urrutia en la materia. Cabe destacar que la propia Presidenta Bachelet, en ceremonia en el Palacio de La Moneda al día siguiente de la clausura de la Cuarta Convención, volvió a ratificar el mandato a Urrutia en este sentido. La Ministra lo recibió complacida, escoltada por un centenar de representantes del mundo de la gestión cultural pública de todo el país. Más claro… echarle agua.

19 agosto 2007

GESTIÓN: CLAVE DE VIABILIDAD DE LOS CENTROS CULTURALES



La trilogía de Gestión, Infraestructura (o espacios) y Audiencias constituye la base de lo que hemos llamado el modelo chileno de desarrollo cultural, junto a los fondos concursables públicos, mayoritariamente orientados a desarrollar las artes.
La gestión cultural, como factor transversal, está presente en todos los niveles y obviamente forma parte integral de los diferentes tipos de organización de la cultura.


En el marco de estos diferentes tipos, se nos pide reflexionar sobre cuatro modelos diferentes de gestión cultural

Modelos de Gestión privada.
El instrumento de que disponen las personas y la sociedad civil para realizar gestión cultural son las corporaciones y fundaciones culturales de derecho privado, sin fines de lucro. Estas corporaciones se encuentran tanto a nivel nacional (súper vigiladas por el Ministerio de Justicia) como local (regidas por la Ley de Juntas de Vecinos).
El sentido original de las corporaciones es que están constituidas por socios fundadores y éstos son inamovibles. ¿Quiénes deben ser los socios fundadores? Aquellas personas naturales o jurídicas necesarias para el funcionamiento del espacio que se va a administrar. Suelen ser más aconsejables las instituciones del mismo carácter, esto es, otras corporaciones privadas sin fines de lucro y lo más relevante, es que sean de carácter permanente, esto es, no estén sujetas a los cambios de autoridades electas.
En una corporación local, debe tenderse a buscar organizaciones como las escuelas, las empresas del sector, el municipio como tal, no la persona del Alcalde, organizaciones culturales estables como clubes, salas de teatro, etc.
En una corporación nacional, debe buscarse como socios fundadores a universidades, fundaciones de prestigio, corporaciones con trayectoria, empresas relevantes relacionadas con el quehacer del espacio (por ejemplo, para un museo que recibe muestras valiosas es recomendable asociar a una empresa de seguros y o de transportes).
Sin embargo, el elemento más significativo para la operación de estas corporaciones será la adecuada formación del gestor o gestora cultural que lo encabece. Hoy existen múltiples maneras de formar un profesional capacitado al respecto, sea por los cursos virtuales que ofrece el propio Consejo Nacional de la Cultura y las Artes junto a la Universidad de Chile, como las becas y pasantías que ofrece Fondart, como los múltiples cursos que dictan diferentes universidades.

Modelos de Gestión de Municipios.
Siguiendo con la lógica anterior, las corporaciones culturales municipales son el instrumento más adecuado para manejar espacios culturales de nivel local. Pero, hay que tener cuidado que, dadas las facilidades para constituir estas corporaciones, éstas tiendan a identificarse con un alcalde o gobierno municipal determinado. Lo esencial es la trascendencia. La gran pregunta que deben responder estas organizaciones es ¿cómo vamos a continuar cuando este Alcalde ya no esté? Y la respuesta correcta es que deben continuar exactamente igual aunque el siguiente Alcalde sea del signo político opuesto…o del mismo. Las corporaciones deben tener un presupuesto anual asegurado por el Concejo Municipal y una capacidad de gestión para incrementar al menos en igual proporción el aporte edilicio. Además deben estar capacitadas y entrenadas para postular y “ganar” fondos concursables de alcance local, regional, nacional y porqué no, internacional.
Es muy relevante para ello el trabajo en redes con otras corporaciones similares del país y del exterior para obtener financiamiento y desarrollare proyectos en conjunto. Es mucho más económico un montaje de una exposición de fotos, por ejemplo, si se comparte entre varias corporaciones y se programa en conjunto.
Una reflexión especial merecen aquellas corporaciones de localidades fronterizas que pueden y deben establecer programas conjuntos con corporaciones de ciudades de países vecinos y que pueden constituir circuitos turísticos, ciclos binacionales y redes.
Adicionalmente, hay municipios que tienen y conservan teatros municipales en buenas condiciones y con una gestión cultural adecuada como son los de Viña del Mar, Valparaíso, Temuco, Puerto Montt, Arica, Antofagasta, Rengo y otros.

Modelos de Gestión de Gobiernos Regionales.
Esta es una de las áreas más complejas porque los organismos regionales suelen ser intermedios y no reflejar completamente un interés nacional ni tampoco un sueño local. Muchas veces los gobiernos regionales (al menos hasta que no sean elegidos y autónomos del gobierno central) sólo deben actuar como distribuidores de los fondos entre las diferentes zonas de su circunscripción. Hay que cuidar tambien que no se creen nuevos centralismos en las capitales regionales.
En la distribución de recursos en la región debe prescindirse de un criterio igualitario pues no todas las ciudades de una región tienen idénticas necesidades ni idénticas audiencias. En estos niveles regionales son muy necesarios estudios que caractericen muy bien cada sector y a la vez se distribuyan complementariamente los espacios culturales. No todas las ciudades de una región, por ejemplo, deben tener un teatro municipal, tan vez basta con alguna y que su vecina se especialice en un museo, la otra en un buen centro cultural y así, se va generando tambien un intercambio de públicos y una identificación de cada localidad con alguna manifestación artística.
Un buen ejemplo reciente de espacios regionales son el Teatro regional del Maule, ubicado en Talca y la Biblioteca de Santiago.

Modelos de Gestión de Espacios Nacionales.
Estos espacios de alcance nacional deben considerarse como que están “casualmente” localizados en una comuna determinada, pero su misión sobrepasa con creces el entorno. Los más antiguos ejemplos son los Museos Nacionales (Bellas Artes, Histórico Nacional, Historia Natural) el Teatro Municipal y la Biblioteca Nacional, todos creados bajo un modelo del llamado Estado Arquitecto, hace casi cien años. Este diseño clásico se ha ido complementando a contar de los años 1990s con otros espacios del alcance nacional como el Centro Cultural Estación Mapocho; el Centro Cultural Palacio de La Moneda, y el futuro Centro Cultural Gabriela Mistral.
La primera observación que merecen es que debiera comenzar a terminarse con la tendencia clásica de que los espacios culturales de alcance o misión nacional se ubiquen en el centro de Santiago. Tal vez, con el último proyecto mencionado se ha terminado con esa tendencia y se debiera comenzar con el concepto de establecer espacios de alcance nacional en ciudades de regiones diferentes a la Metropolitana.
La gestión de estos espacios es de diversa índole, los hay de total dependencia gubernamental como los Museos y la Biblioteca, que dependen de la DIBAM; a los que debiera insertarse un componente de gestión de la sociedad civil que no arriesgue la necesaria propiedad pública de los bienes que albergan; los hay de gestión a través de Corporaciones de Derecho privado sin fines de lucro que reciben, en casi todos los casos, aportes gubernamentales, como el Teatro Municipal; el Centro Cultural Palacio de la Moneda, y presumiblemente el Centro Cultural Gabriela Mistral. Y los hay sin aporte público aunque con misión cultural nacional como el Centro Cultural Estación Mapocho, que tiene definido como misión la difusión cultural y creación de audiencias, lo que se enmarca en la Política Cultural del Estado de Chile.
La totalidad de los espacios de alcance nacional son de propiedad pública –a través del Ministerio de Bienes Nacionales- y sólo los más actuales combinan esta propiedad con una administración privada sin fines de lucro, combinación que ha demostrado ser de un dinamismo y eficiencia muy superiores a aquellos espacios de propiedad y administrados por el sector público. Es más, de la administración a través de corporaciones de derecho privado sin fines de lucro de edificios patrimoniales, se ha descubierto una manera eficiente de mantener dichos edificios sin que signifiquen costo para el Estado. El ejemplo de la antigua Estación Mapocho es significativo, no obstante es uno de los edificios patrimoniales que recibe la mayor cantidad de visitantes por año.
Existen adicionalmente algunos espacios culturales de alcance nacional o patrimonial que están en manos de Universidades, con resultados diversos. La Universidad de Chile administra y es propietaria del Museo de Arte Contemporáneo, con dificultades de mantención, debiendo recurrir para ello a fondos públicos extras. Las universidades SEK y Andrés Bello tienen a su cargo edificios patrimoniales que mantienen de buena manera. Las casas centrales de algunas universidades conservan con dignidad su condición de patrimonio, destacándose la UTFSM, la Católica de Valparaíso, la Católica de Santiago y la de Chile, aunque suelen destinarlos más a la burocracia central que a espacios culturales. Excepción sea dicha de la Aula Magna de la UTFSM. Lo mismo ocurre con el Teatro Concepción que a través de un Corporación Cultural administra la propia Universidad de Concepción, albergando además la única orquesta sinfónica estable que opera fuera de Santiago.
El gobierno central mantiene, a través de algunos servicios, inexplicablemente, algunos espacios culturales que languidecen precisamente por no haber perseverado en la aplicación de conceptos de gestión cultural a los mismos. Es el caso del Teatro Oriente (del INP). En estos casos así como en los de los recintos universitarios mencionados, la creación de corporaciones culturales constituiría una buena forma de innovar en su administración.

Una reflexión final.
Cualquiera sea la modalidad de gestión que apliquemos a un espacio, hay dos reglas que aseguran el buen resultado: una, que los planes de gestión sean previos al proyecto arquitectónico, sea de construcción, renovación o restauración, ya que la ARQUITECTURA DEBE ESTAR EN FUNCIÓN DE AQUELLO QUE SE TENDRÁ COMO MISIÓN CULTURAL, y dos, el trabajo individual no es suficiente, la operación en REDES es la manera eficiente, económica y solidaria de perfeccionar la gestión cultural.

CULTURA Y TELEVISIÓN




Este texto fue preparado para el Programa “Al Medio de los Medios" de ARTV, grabado el 23 de julio 2007, comenzando con la DEFINICIÓN DEL CNTV SOBRE PROGRAMA CULTURAL. En sesión de 30 de noviembre de 1998 el Consejo Nacional de Televisión dictó normas sobre la obligación de las concesionarias de radiodifusión televisiva de libre recepción de transmitir programas culturales a lo menos una hora por semana, entre las 18:00 y las 23:00 horas. De un análisis del cumplimiento de estas normas en el tiempo se desprende que varios de los programas están fuera de la letra y del espíritu del referido acuerdo, 

El Consejo Nacional de Televisión, en mayo 2003, acordó complementar su acuerdo en los siguientes aspectos:
Sólo podrán ser considerados programas culturales aquellos que se dediquen a difundir las artes y las ciencias en cualquier género o formato. Por arte se entenderán todas las expresiones literarias, plásticas, audiovisuales, musicales y arquitectónicas, así como sus combinaciones. Por ciencia se entenderán todos aquellos cuerpos de ideas y conocimientos contenidos en las llamadas ciencias exactas, naturales y sociales, incluyendo disciplinas como la historia, el derecho y la filosofía, tanto en sus expresiones propiamente científicas como tecnológicas. Serán considerados programas culturales los comprendidos en los puntos anteriores que expongan activamente las artes y las ciencias. Si fuere necesario para ello, se incorporarán elementos adicionales de información, asociación, reflexión o contextualización, de manera de guiar al televidente acerca de las características de la creación artística y científica en cuanto a su valor, pertinencia, contribución al acervo cultural o historia. No serán considerados programas culturales, en general, los eventos deportivos, las campañas de bien público, los concursos de preguntas y respuestas, las películas de ficción que no estén enmarcadas en un contexto crítico o histórico, las telenovelas ni los programas periodísticos que no agreguen elementos de reflexión artística o científica.


¿Son las Bellas Artes o todo se puede considerar cultura?, ¿Quién determina qué es y qué no es "cultura"?, ¿es un privilegio de las elites?
- Las artes son las artes y normalmente están asociadas a un “Escenario”. Para que tengamos Cultura es preciso que se complete el proceso de llegada de esas artes a su público o “Platea”. Así considerada, la cultura no es un proceso de elites, mucho menos su difusión. La cultura requiere de la presencia de las audiencias.
El concepto clave aquí es DIFUSIÓN. La TV no debe hacer cultura sino difundir la cultura y no hay otra manera de difundir la cultura que desarrollando audiencias estables para ella. Difícilmente la transmisión de una ópera completa por TV generará audiencias estables para la ópera. Si lo podrá hacer un conjunto de mini programas o spot que entreguen aspectos claves de una ópera o difundan los atractivos de una producción operática o dancística, como acabamos de ver con Salomé, en el caso del Ballet Municipal.

¿Cómo acceden a la cultura las clases populares?
- Desde la creación del Centro Cultural Estación Mapocho, en 1990, se estableció en Chile oficialmente el tema de la “difusión cultural” en la MISION en una entidad pública no universitaria. Ello implica desarrollar un nuevo concepto como la creación de audiencias. También implica comenzar a desarrollar cultura y no sólo las artes. Luego han venido otros centros culturales, con similar misión, muy activos en todo el país. A ellos asisten los nuevos públicos, a ellos es necesario apoyarlos en su labor de difusión de la cultura de manera sistemática y permanente. En consecuencia, la difusión de la cultura no es deber exclusivo de la TV, es una tarea compartida con otros actores sociales, públicos y de la sociedad civil.


¿Es la TV un medio "cultural"?
- Obviamente sí lo es, en cuanto es un reflejo de los modos y costumbres de una sociedad. No sería posible hoy estudiar la sociedad chilena sin considerar su TV… Lo es –o debiera serlo- en cuanto reflejo de identidad y de diversidad.
El tema es cómo esa diversidad e identidad están presentes. Es apreciable el fenómeno en todas la TV locales de un aumento de la programación local en directa proporción con el fenómeno de la globalización. La gente requiere identificarse con las expresiones que ve en su TV local, con su lenguaje, con sus modismos. Este fenómeno ocurre tanto en los canales de TV abierta de alcance nacional como en los canales locales de cable.

¿Puede haber TV sin morbo, está en la naturaleza humana?,
¿El lenguaje televisivo, permitiría transmitir cultura o es siempre superficial?
- Todo lenguaje transmite cultura. Otra cosa es que sea capaz de formar audiencias cultas. Para ello se requiere habitualidad y contenidos. En principio, un programa semanal a un mismo horario por un tiempo prolongado, crea hábitos, el tema son sus contenidos o los comportamientos culturales a que induce (o no). Ahora, el lenguaje televisivo, como el teatral o el de las artes visuales o el literario puede transmitir aspectos profundos o aspectos superficiales. El programa “El show de los libros” es un ejemplo de cómo, con un lenguaje televisivo, se puede transmitir un contenido literario. Y no fue preciso leer en pantalla libros completos, sino estimular a través del motivo de los pares de elementos (“literatura y…”), contenidos literarios atractivos que motivaran al público de la TV a acercarse a los libros. Y tuvo éxito de audiencias, de contenidos (reconocimiento de la UNESCO) y de venta internacional de su producto y de su concepto. Otro ejemplo es “Viaje al Centro de la Música” de Samy Benmayor y Rip Keller, que contó con el financiamiento del CNTV. Lo mismo podría decirse de los comentarios de libros del Buenos Días a Todos de hace unos años, que consideraban “recreaciones” televisivas de escenas del libro comentado. A un lenguaje como el televisivo, de escasa recordación y que se acompaña de mucho “ruido” no se le puede pedir lo mismo que al lenguaje literario que requiere por definición soledad, silencio, concentración e interés (se paga o se solicita en Biblioteca lo que se está leyendo). Por tanto, pidamos a la TV lo que puede dar: impulsos, estímulos, complementación de otros mensajes, entretención…

¿Es posible transmitir "alta cultura", como ballet, pintura, teatro, a través de la TV? (arte)
- Tecnológicamente es posible. Lo discutible es si es necesario mantener el formato original del arte. Cada manifestación creativa tiene un formato y un espacio que le es propio y aquello dónde fue concebido por su autor. Lo que fue concebido para un teatro de conciertos con determinada capacidad acústica, cercanía del público, etc. difícilmente se podrá reproducir igual en un medio diferente (un estadio o una TV). ¿Podría usted leer un libro entero por TV? Por tanto, la TV como medio de comunicación debe estimular, sugerir, promover, desafiar a que los públicos lean libros, vayan al teatro, disfruten de un ballet… Creo en la TV como presentadora de sinopsis o síntesis de las expresiones artísticas. Creo en la cultura y el arte infiltrando muchos de los espacios de la TV (noticiarios, programas prime, matinales, etc.)

¿Todo lo que ofrece la TV, es cultura?, ¿formatos como las series, realities, programas de conversación, son "cultura popular"?
- Es evidente que no todo lo que ofrece la TV es cultura. También es evidente que la TV deba entregar sólo cultura. Tiene por objeto entregar entretención, información, educación… Las dos primeras las cumple bastante bien. No se si a estas alturas, en vistas de su rotundo fracaso, se le puede exigir que entregue educación. Pero respecto de la cultura podemos exigir que entregue información y que su forma de entregar entretención la considere en algunos aspectos y horarios. La fórmula no puede ser sólo cultura, pero tampoco sólo farándula o sólo realities… esos son formatos pasajeros que el tiempo se encarga de reducir a su justo término o simplemente de eliminar, como por ejemplo, los talk show. En ese sentido, sólo la cultura puede ser permanente, aunque no bajo un mismo formato televisivo. Por ejemplo, todavía podríamos seguir hablando de libros en algún programa pero tal vez bajo otro formato televisivo. Esto porque las artes y la literatura están asociados inexorablemente a proceso creativos inherentes al ser humano.


¿Es posible "masificar" la cultura?
- En cuanto diversidad e identidad, el concepto de cultura es masivo por definición porque dice relación con la esencia de un pueblo. El tema es la escasa diversidad que encontramos en la TV actual o más bien la exclusión o subvaloración de determinadas diversidades (indígenas, pobreza, regiones, jóvenes, inmigrantes, minorías sexuales…) no obstante es posible verificar ciertos avances. Uno notable, por ejemplo, está en la historia y sus aspectos conflictivos que apuntan a la identidad nacional, con programas como la Guerra del Pacífico de Rafael Cavada, en TVN, financiado por el CNTV o Héroes, en UCTV… En el primer caso, se contribuyó a poner en el tapete temas “velados” como la repatriación de un soldado chileno caído en la batalla de Chorrillos o el tema de los libros de la Biblioteca Nacional del Perú que permanecen en Chile. Ambos son temas de debate académico e intelectual en ambos países desde hace tiempo y que la TV había soslayado. En el segundo caso, la serie ha servido para derribar mitos sobre los “padres de la Patria” y las relaciones que tenían entre sí.

¿Quién debe financiar la cultura en la TV, solamente el Estado?,
- No solamente el estado pero también el estado. ¿Porqué el Estado debiera financiar la cultura en TV más allá de que lo ya hace a través del CNTV y sus fondos concursables? Estos fondos se entregan al CNTV a través del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, por tanto revisten un carácter de concursables, transparentes y de exigencia de audiencias a través de la necesidad de que esté presente un canal de TV abierta comprometido a exhibir los proyectos ganadores. Eso forma parte de la Política Cultural 2005-2010, fijada participativamente por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Por lo mismo, estos fondos debieran incrementarse para llegar a niveles similares a los otros fondos concursables, como Fondart, del Libro y la Lectura, de la Música y del Audiovisual, de lo que es ejemplo este mismo programa. Además, la sociedad debiera financiar la cultura en TV a través de los mecanismos habituales como el avisaje o los estímulos tributarios. También los canales podrían financiar programas o agendas culturales.


¿Por qué la cultura no es atractiva para los avisadores?, ¿falta preparación en los realizadores que son incapaces de encontrar el formato adecuado para hacer programas culturales?,
- Los avisadores responden a estímulos tanto de los medios como de las agencias de publicidad y a su vez, éstos debieran recibir estímulos de los productores, de los creadores y del mundo de la cultura, particularmente los gestores culturales. No conozco, en democracia, avisadores que, por principio, no apoyen programas por ser culturales. Conozco avisadores que financian “buenos programas” para sus productos. Sin duda podría haber más propuestas pero existen muchas. Si vemos, por ejemplo, la realidad de los últimos años, existe hoy una industria de programas infantiles que hace unos años no existía. Todos los programas infantiles tenían más de diez años de antigüedad… Con “31 minutos”, financiado por el CNTV, se marcó un quiebre y se dio inicio a una producción creativa, estimulante, variada y original. Así pudimos renovar a los clásicos Pin pon, Pipiripao… y tener una industria de animación que pudiera competir con las animaciones extranjeras con gran éxito, como Papelucho, Mampato y otras.

¿Por qué no se considera el financiamiento de la cultura como una actividad de Responsabilidad Social?
- La TV es un medio demasiado poderoso como para entrar a competir con acciones de beneficio social como el Hogar de Cristo, la Teletón o las relaciones de las empresas con los entornos humanos y sociales de sus plantas productivas, o los eventuales daños ecológicos que éstas generen. En TV y en cultura hay un capital creativo y de producción que perfectamente puede seducir a las empresas con excelentes proyectos que sean de interés para recibir financiamiento privado en un pié de igualdad o win-win. Más aun si existen fondos públicos, concursables o no, que pueden dar el capital inicial para ellos (CORFO, CNTV, Fondo Audiovisual).
Creo más en la innovación que en la responsabilidad social. Y la innovación está fundamentalmente basada en la creatividad, que es precisamente lo que abunda en el mundo de la cultura.
Falta, por ambas partes, una actitud de mayor colaboración entre ambos mundos, pero sobre la base del mutuo beneficio o igualdad de condiciones. Pongo el ejemplo de las ciencias y su capacidad de investigación innovativa: es crucial para las empresas que buscan diversificarse y las grandes empresas invierten grandes cantidades de dinero en financiar centros de estudios e investigación. Por cierto en Chile no estamos tan avanzados como en otros países, pero por ahí está el camino tanto para la ciencia como para el arte. La creatividad es hoy indispensable para muchas empresas que lo que venden son servicios (las fábricas están todas en China). La alianza entre creadores y empresa es una gran oportunidad que puede beneficiar a la sociedad toda y reflejarse en el apoyo privado a programas culturales.


22/07/2007