27 enero 2011

LOS SALMONES Y EL PATRIMONIO

En su discurso sobre el estado de la Unión -SOTU, en siglas para twitear State Of The Union- el Presidente Barak Obama recordó uno de sus ejemplos favoritos para demostrar la necesidad de reorganizar el aparato de gobierno: “el departamento de Interior se ocupa de los salmones cuando viven en agua dulce, pero es el de Comercio quien lo hace cuando llegan al mar, y no se sabe quién está al cargo cuando ya están ahumados”. Una sensación similar se experimenta en Chile cuando se trata del patrimonio y que ha quedado una vez más en evidencia con el incendio de la Iglesia Matriz de las Hermanas de la Providencia. Y no precisamente por el desconcierto frente a qué hacer con los enseres ahumados.

Un bombero, activo en la extinción del siniestro, recordó por instantes, el incendio de la Compañía. Y es que a todos los chilenos algo nos ocurre cuando se pierde parte del patrimonio que es de todos. Pero a muchos nos surgen dudas respecto de la capacidad de la institucionalidad vigente en este terreno.

¿Quién es responsable del patrimonio nacional? Como en el ejemplo de los salmones, hay varios: primero, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes que tiene atribuciones para fijar políticas en este campo, ha dispuesto recursos para la reconstrucción patrimonial post terremoto, premia a patrimonios vivos y lo hace desde una institucionalidad moderna, participativa, que considera, además, a dos de los mayores expertos en patrimonio del país en su Directorio Nacional; la DIBAM que es un servicio público, que data desde 1929, a cargo de las bibliotecas, archivos y museos, es decir, del patrimonio cultural de todos los chilenos y el Consejo de Monumentos Nacionales, que es responsable de las declaraciones como monumentos o sitios típicos a aquellos bienes no fiscales que lo ameritan.

Los dos últimos dependen del Ministerio de Educación. El primero, tiene una cabeza con rango de ministro que no ha logrado hacerse cargo de la gestión patrimonial a pesar de existir una ley que lo determina y que exige, desde 2004, un reglamento que establezca sus relaciones con la DIBAM, aún no promulgado. Las razones son, como los salmones, diferentes autoridades –de aguas dulces y saladas- que han perseverado en nadar contra la corriente de la modernización del aparato de gobierno.

Hasta que acontece una tragedia, como la señalada, y aparecen los encargados de mitigarla: “Si mañana –dice el comandante del Cuerpo de Bomberos de Santiago, Cristóbal Goñi - una emergencia afecta a la Biblioteca Nacional, hemos establecido procedimientos reactivos destinados a enfrentarla, sabemos exactamente dónde está cada grifo, cada conexión a una red seca o acceso, pero no sabemos qué lugar o que contenido debemos proteger. Es importante que cada institución desarrolle planes de prevención y contingencia que den paso a una adecuada coordinación con bomberos”.

El Consejo de Monumentos Nacionales, por su parte, reconoció que la creación de un protocolo para cada inmueble "Es un tema que no está abordado”.  Es decir, los responsables de los bienes de todos los chilenos no se han hecho cargo de determinar e informar a eventuales rescatistas cuales deben ser las prioridades ante una tragedia. En Chile, un país de terremotos e… incendios.

Doble falta: primero una dispersión de servicios responsables del patrimonio y luego un grave incumplimiento de quienes son contratados para preservarlo.

El Cuerpo de Bomberos señala –como es su misión-  que “priorizó el rescate de personas. No tenemos como prioridad el rescate de enseres u objetos de valor, porque se nos iría de las manos el incendio". A la vez, agrega que “sería imposible tener un protocolo para cada tipo de edificio patrimonial”. Su recomendación es que cada una cree su propio plan de contingencia de rescate, donde se haga un catastro de los objetos de valor y la forma en que podrían ser evacuados en caso de emergencia.

Es decir, rasgos elementales cuando se está a cargo de edificios que pertenecen a todos. Es esta inyección urgente de capacidad de gestión lo que necesitan nuestros museos y bibliotecas. Pero no sólo aquellos que pertenecen al sector público. Otros casos, de propietarios heterogéneos, demuestran que tampoco éstos se ocupan de proteger sus bienes patrimoniales, como ocurre con el Palacio Baburizza de Valparaíso en que su propietario, el Municipio local no se ha podido hacer cargo de su establecimiento pero tampoco ha buscado los socios necesarios para ocuparse de ello ni ha instalado la capacidad de gestión que pueda salir a hacerlo. Lo mismo afecta dramáticamente  a los patrimonios pertenecientes a la iglesia católica que suelen sobrevivir sin mantención y esperando que un milagro los salve de terremotos e incendios. Algo similar amenaza al Parque Cultural de Valparaíso, en plena obra pero aún sin un ente gestor que lo gobierne. Lo que si ocurrió con el recientemente inaugurado GAM que poseía un gobierno colectivo, plural y participativo, antes de estar en condiciones de operar.  

Es posible que signos favorables como la reacción ciudadana ante el proyecto de pavimentar parte del Parque Forestal o el reciente Congreso de Barrios Patrimoniales demuestren que la ciudadanía se está haciendo cargo de proteger lo propio.

Ojalá que las autoridades adviertan esta corriente y no sigan nadando en contra.

Como los salmones.

13 enero 2011

PERFUME DE CONTINUIDAD: PAGANDO LA DEUDA HISTÓRICA

El 12 de enero fue la fecha escogida para que el Ministro Presidente del CNCA entregara la Cuenta Pública de su primer año de mandato. El escenario determinado fue el Palacio de La Moneda, con toda su solemnidad y ritos. Los asistentes, muchos de aquellos mismos - o sus sucesores en el rol que entonces jugaban- que "entraron"  por primera vez a La Moneda bajo la presidencia de Eduardo Frei, en 1997, cuando éste designo a la Comisión Asesora Presidencial  propuso los textos bases para la Ley que creó el  CNCA y  las primeras modificaciones a la Ley de Donaciones Culturales en el emblemático informe "Chile está en deuda con la cultura". Y esa deuda, en la referida cuenta, se continuó pagando.


Primero, el Ministro Luciano Cruz Coke despachó lo realizado para ordenar y reconstruir la casa. Literalmente: superar la impresentable posición DICOM/G en la que encontró el Consejo al asumir y la mucho menos presentable situación en que el terremoto del 27/F dejó a gran parte del patrimonio cultural inmueble del país. Reafirmando, eso sí, que para ello "los Fondos (concursables) no se tocan". Y así fue, sólo se trasladaron de mes "Septiembre es el mes de los Fondos" y anunció su incremento para el 2011, como ha sido habitual desde su creación. Escogió ese mismo mes como plazo para anunciar los esperados cambios a la legislación sobre propiedad intelectual, agregando pistas sobre su espíritu: "Siempre he preferido la zanahoria antes que el garrote", es decir, estímulos a la irradiación de música chilena más que cuotas de transmisión.

Otro anuncio infiltrado entre la Cuenta se refiere al tantas veces predicho cambio de la Ley de Donaciones Culturales, ampliándola a conservación del patrimonio y aumentando el número de donantes y beneficiarios, no sin agradecer el trabajo hasta ahora realizado por Oscar Agüero, secretario ejecutivo del Comité de Donaciones y el primer nombrado individualmente acompañado luego sólo por Ricardo De la Fuente por sus esfuerzos en beneficio dela internacionalización del audiovisual chileno. Ello, en el marco de la preocupación por la industrias creativas en general y del cine en particular que ejemplificó con el Seminario Economía & Cultura que contó con una vasta asistencia de emprendedores culturales y dos o tres grandes de la producción cinematográfica mundial.

Es verdad que uno de los sellos visibles del primer año de Cruz Coke ha sido su preocupación por la pantalla grande, sin descuidar las escaramuzas por la pantalla chica que se diluyeron en una guerra de "cartas al director" que no ameritó constancia en la Cuenta anual.

Lo que sí consta en el informe anual es el apoyo a espacios culturales activos como Matucana 100, Balmaceda 1215 y el Museo Pre colombino junto a aquellos en vías de gran actividad como los inaugurados 2010 en San Joaquin y Angol y la nunca demás ratificación que la gran sala del GAM comenzará a construirse en 2012 mientras el 2011 sus arquitectos volverán a dibujar sus ambiciosos planos. Todo, en el entorno de los 52 centros culturales que debieran estar terminados el 2015, resultado de la continuidad de la previsora Comisión de Infraestructura Cultural que diseñara el Presidente Ricardo Lagos en 2000.

Entre los nuevos programas iniciados en 2010 destacó el Ministro a Servicio País/Cultura, Acciona, Cultura en Cárceles, el Plan Cultural Araucanía (tan imprescindibles),  y el reforzamiento de las tradicionales escuelas artísticas. Además, recordó las flamantes áreas de Arquitectura, Diseño y Artes circenses que se agregan a Fondart y que tuvieron disimiles antecedente en el año que se informa: una prometedora Feria del Diseño que renació con fuerza y apoyo del CNCA y una discutible muestra circense en Rapa Nui que no dejó satisfechos a los esforzados trabajadores del circo social.

Las malas noticias vinieron desde las encuestas de consumo cultural que siguen marcando un peligroso nivel: escaso. Caídas en cine, en teatro y otras áreas llevan a deducir que aún hay mucho por hacer en términos de construcción de espacios, de hábitos de consumo en los mismos (creación de audiencias) y fortalecimiento de instituciones que los gobiernen. Cifras negativas a pesar del esforzado trabajo de los dos elencos estables del CNCA que representaron 85 funciones en el caso del BAFONA y 72 conciertos en el caso dela Orquesta de Cámara.

De esta última, destacó Cruz Coke su presentación en Pan de Azúcar que marca la preocupación por descentralizar la cultura, acompañado en el empeño por la flamante Subsecretaría de Turismo -cuya titular estaba presente en el acto- destacando la creación en común de un polo turístico/cultural en Valparaíso, que considera los renovados carnavales, travestidos en un festival inspirado por Matta que celebra su centenario el 11 del 11 del 11, también recuperar 11 ascensores patrimoniales y el polémico proyecto de Parque Cultural que "contra viento y marea" se construye a pasos agigantados en el cerro Cárcel.

Quizás uno de los aspectos más relevante de la cuenta 2010 está en la acción internacional que simbolizó el Ministro en el estreno mundial de la ópera Il Postino, en Los Ángeles, dónde distribuyó personalmente un número poco habitual de medallas; en la presencia de la arquitectura chilena en Venecia; los convenios con grandes estudios fílmicos; el intercambio de experiencia en gestión de fondos concursables por expertice en conservación patrimonial con Bolivia, y la noticia de que seremos invitados de honor en la Liber 2013, una de las dos grandes ferias del libro de habla hispana.

Como se ve, con los correctos agradecimientos a sus colegas del Directorio Nacional, la  alusión a la Convención de fijación de políticas culturales 2011-2015 de Puerto Varas  y en presencia de gran parte de la comunidad cultural, los responsables de aplicar la Política Cultural generada colectivamente han dado otro paso en pagar esa deuda histórica que el talentoso escritor fallecido Carlos Cerda plasmó en la frase "Chile está en deuda con la cultura".

Seguimos pagando.