11 marzo 2013

CULTURA, LITERATURA Y DIPLOMACIA


Aunque cultura ni relaciones internacionales ocupan lugares destacados en las agendas políticas nacionales, la primera está, de hecho, pausadamente ocupando parte de la agenda internacional chilena. Desde que dejamos de ser un país susceptible de recibir cooperación internacional, debido a nuestros índices económicos, algunos extranjeros nos miran con otros ojos en este campo: somos aliados posibles en propuestas comunes más que aceptantes pasivos de cooperación.  El escritor Roberto Ampuero ha planteado que Chile no existe en el mundo, debido a tres factores: la carencia de un cuento, mega relato o epopeya que cautive; una impericia para proyectar afuera a un país generador de una cultura que vale la pena conocer y visitar, y creer que bastan buenos resultados económicos para crear una imagen positiva.

Se podría profundizar literalmente- la idea con el pozo virtual hacia lo que creímos eran nuestras antípodas, instalado en nuestro pabellón de la Expo Shangai donde recibimos un bochornoso comentario de un visitante chino extrañado por aquello pues siempre les enseñaron que sus antípodas estaban ¡en México! Más acertado parece ahora el polémico iceberg de Sevilla dónde pudimos apreciar al menos a un perplejo visitante afirmando parece ser hielo

Sin embargo, no tenemos más alternativa que ponernos en campaña para re elaborar, simultáneamente, nuestro relato y cautivar al mundo para que conozca nuestra cultura. Sabiendo que la imagen de un país se construye a partir de sus raíces no sólo las de las vides, olivos y frutales, como creen algunos- y en sus procesos más que en sucesos aislados.

Como ejemplos de esta diplomacia cultural, analizaré seis casos.

1. UN SUEÑO AMERICANO
Una de las primeras muestras de capacidad para vincular diplomacia y cultura surgió ante el desafío de organizar la Segunda Cumbre de las Américas. Entonces nuestro país  agregó y asumió con entusiasmo una propuesta novedosa: la realización de una muestra cultural que acompañara a la reunión de abril de 1988.

El concepto original de la llamada Expo Cumbre surgió del deseo de acercar la Segunda Cumbre de las Américas a la ciudadanía y se sintetizó en el lema: Yo participo en la Cumbre, a través de la cultura. El regalo de los mandatarios extranjeros que nos visitaron, permitió que no sean sólo los medios de comunicación quienes aproximen esta nueva  Cumbre a los pueblos de los países participantes a través de sus informaciones, sino que también los habitantes del país sede, que la tienen a escasos metros de distancia,  pudieron conocer más de las naciones visitantes y de su cultura. 
           
La voluntad del Presidente Eduardo Frei fue que los chilenos puedan participar de la Cumbre a través de la cultura: Hemos querido así abrir un espacio a la participación de todos. Creemos que, más allá de los acuerdos alcanzados entre los gobiernos, más allá de la multiplicación de los intercambios comerciales, más allá de las iniciativas de integración física que recorren toda nuestra región, nuestros pueblos están llamados a una amistad profunda y duradera, que se funda, sobre todo, en el conocimiento mutuo. Eso es lo que pretende, esta muestra: que los chilenos, como anfitriones de esta cita, podamos conocer quiénes y cómo son los habitantes del resto del continente; y que las delegaciones que nos visitan puedan también apreciar una muestra de lo que es nuestra cultura (Discurso Inaugural Expo Cumbre, Centro Cultural Estación Mapocho lunes 13 de abril de 1998).

Cuando los amigos se reúnen informalmente en casa de uno de ellos, los demás, llevan algo que los identifique o sea del gusto colectivo: chocolates, vino, flores, caramelos, licores... Planteamos entonces a los Gobernantes, a través de sus Embajadores, que traigan junto con ellos la manifestación cultural que más los identifique o represente en esta reunión.  Pero, el amigo que los recibe también engalana su casa y se prepara para acogerlos: un ambiente grato, buena comida, recuerdos familiares, objetos de arte y artesanías sobre las mesas, una recepción cordial.

De este modo, el Centro Cultural Estación Mapocho desplegó sus edificios laterales como dos gigantescos espacios que abrazan a las manifestaciones extranjeras, conteniendo expresiones patrimoniales, artesanales, literarias y gastronómicas. Y que su hall de acceso contendrá una muestra de Chile, el dueño de casa. La gran nave, espacio principal del Centro, fue el lugar de acogida de las manifestaciones extranjeras que pudieron mostrarse en un gran escenario o en exposiciones plásticas, patrimoniales o artesanales. Alrededor de doscientos mil visitantes en cuatro días dieron muestra de lo acertado de la decisión chilena.
             
2. LAS LETRAS DE ESPAÑ
Otro caso fue lo que aconteció para Letras de España, en marzo de 1993, en la foto inicial, una excepcional muestra de libros españoles que dejó la duda, ¿le tuvimos envidia o fue un estímulo? El gobierno de Felipe González celebraba los 25 años de la caída del franquismo y quería celebrar además la instalación de la democracia en Chile. La gran empresa de Letras de España era sencillamente traer una muestra de todo lo publicado entre las dos caídas, la de Franco y de Pinochet. Unos ocho mil títulos. Acompañados de doce escritores que recorrerían universidades del interior del país, enmarcados en un pabellón, que costó un millón de dólares, instalado en la Plaza de la Cultura y el Hall Emilio Jecquier, pues todo lo demás eran obras. El pabellón contenía una sala de vídeos, otra de conferencias, una tasca y seis enormes mesas redondas, cada una correspondiente a una de las cúpulas del hall de la estación, dónde se podía hojear los ejemplares, sin limitación alguna. Para su inauguración vino el Ministro de Cultura del gobierno de González, Jordi Solé Tura quién arribaba luego de una agotadora gira por el medio oriente.  La premura   jugó una mala pasada al Ministro Solé Tura; en el solemne discurso inaugural de la muestra, ofreció al pueblo de Egipto (sic) este gran esfuerzo cultural. No reparó en el error, seguramente del computador. Pero sí el público que se miraba incrédulo. La desazón pasó cuando el locutor, al finalizar la intervención ministerial, miró hacia el enorme montaje y dijo: Efectivamente esto ha sido una obra como las pirámides.

Los preparativos de esa monumental visita los encabezó Federico Ibáñez, Director del Libro de España, a quién se ofreció, junto a su equipo, en diciembre del año anterior, un almuerzo en el Hall Emilio Jecquier en gratitud por lo que vendría. Ignorantes, los organizadores idearon para amenizar la reunión un grupo de estudiantinas, “¡tunas!. Federico se mostró incómodo desde su ingreso. Es que en España, estos grupos simbolizan al franquismo El recital fue breve, pero se hizo eterno. Y  los representantes del gobierno socialista  no lo disfrutaron precisamente.

Lo que quedó es que el gobierno  español reconoció a la naciente democracia chilena, a través de una gran muestra literaria que había estado poco antes en las ferias de Frankfurt y Bogotá en un montaje espectacular en la Plaza de la Cultura y el Hall del Centro Cultural Estación Mapocho, tanto que uno de los escritores se equivoco de puerta de acceso e ingresó por el costado de Balmaceda. Se topó con hoyo gigantesco y camiones moviendo tierra dentro de la nave central. Espontáneamente exclamó: - ¡Pero hombre, esto no va a estar listo para mañana!  


3. LA VISITA DE LA NOBEL
La única  Premio Nobel de Literatura que ha visitado la Feria del Libro de Santiago en su historia es la sudafricana Nadine Gordimer, en 1998. Formaba parte de un ambiciosos programa ideado por Ariel Dorfman y el Embajador de Chile en Sudáfrica, Jorge Heine, llamado Escribiendo el Sur Profundo. Escritores de Chile, Australia y Sudáfrica se reunieron durante la feria a dialogar y debatir, dejando un texto común del mismo nombre que fuera publicado por el sello El Mercurio/Revista de Libros.

Dicho coloquio reunió por primera vez a prominentes escritores de cada uno de los tres países claves del Sur Profundo: Peter Carey, Helen Garner y Roberta Sykes de Australia; André Brink, Nadine Gordimer, Zakes Mda y Mongane Wally Serote de Sudáfrica; y Ariel Dorfman y Antonio Skármeta de Chile. El propósito de estos autores, junto con los escritores chilenos  Ana María del Río, Andrea Maturana, Jaime Collyer y Arturo Fontaine, fue explorar la temática del Sur Profundo y el significado de la creatividad literaria en el mundo actual. A los escritores visitantes se les dio la oportunidad de presentar sus obras al público lector del país anfitrión.

En el Prólogo del libro, el Embajador señala: Habiendo establecido un núcleo de autores de Australia, Chile y Sudáfrica con una reputación establecida en el mundo de habla inglesa y dispuestos a examinar en alguna profundidad la interacción entre literatura y sociedad en el Sur Profundo a fines del siglo XX, se fijó el doble propósito de la conferencia: por una parte, explorar la temática del Sur Profundo y el significado de la creatividad literaria en el Sur hoy; por otra, familiarizar al público chileno con la obra de los autores visitantes, tarea en la cual los escritores locales desempeñarían un papel intermediador crítico. Fue en este contexto que Nadine Gordimer, en una de varias reuniones sostenidas en su agradable residencia en una arbolada calle de Parktown West en Johannesburgo en agosto de 1997, me sugirió publicar una antología narrativa con ocasión de la conferencia. "Hay tantas conferencias", me dijo, "y de tan pocas queda un legado permanente. Tratemos de hacer algo distinto esta vez. Y que no sea algo que se publique después, sino que antes del encuentro, a objeto que el público tenga algo en la mano mientras asiste a las deliberaciones". El encuentro y el nivel de sus participantes no han sido superados en la historia de la feria.


4. GUADALAJARA PRIMERA
La primera Invitación de Chile como País Invitado de Honor a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara de 2012, ocurrió entre el  27 de Noviembre y el 5 de Diciembre de 1999. Entonces, a final del gobierno del Presidente Eduardo Frei, se esperaba, con fundamento, el regreso a La Moneda del primer Presidente socialista luego del Presidente Salvador Allende Ricardo Lagos-  y México era un país románticamente allendista, que había albergado a la viuda de Allende y a miles de asilados que guardan enorme gratitud por ese suelo. El nutrido programa chileno, cuya conformación se discutió intensamente en la feria de Santiago de ese año, casi más que la presidencial que se avecinaba, fue complementado por otras actividades patrocinadas directamente por la organizadora de la feria, la Universidad de Guadalajara y que tenían como invitada estelar a Hortensia Bussi de Allende. Un ejemplo de la presencia literaria chilena - autores y editoriales- fue el Salón Literario Poesía Chilena Actual. Nicanor Parra (Alfaguara), Raúl Zurita (Alfaguara), Naín Nómez (USACH-LOM), Eliucura Chihuailaf (Universitaria), Soledad Fariña (Cuarto Propio), Antonio Gil (Cuarto Propio), Efraín Barquero (LOM). O el Salón Literario Narrativa Chilena Actual con Antonio Skármeta (Plaza&Janes), Jaime Collyer (Planeta), Luis Sepúlveda (Tusquets), Alejandra Costamagna (Planeta), Roberto Bolaño, Hernán Rivera Letelier (Planeta), Guido Eytel (LOM), Poli Délano (Grijalbo). El punto fuerte de la muestra chilena fue El Despertador Americano, primer periódico anticolonialista de Guadalajara, impreso en 1810, parte del acervo histórico de la Biblioteca Nacional de Chile, que fue recibido con estupor y gratitud por los mexicanos. Tan valioso era este tesoro bibliográfico que fue autorizado a salir de Chile sólo a condición de que siempre estuviera vigilado durante su exhibición y, cuando se lo retirara cada día al cerrase la feria debía desplazarse por Guadalajara hacia su depósito nocturno, esposado a su curador, el Sub Director de la Biblioteca Nacional, Gonzalo Catalán. 
Tanto despliegue hizo que apenas se alcanzara a desmontar la presencia en la FIL para que sus integrantes regresaran a sufragar en  las elecciones presidenciales de 1999, dejando la sensación de haber sido parte de una verdad invasión cultural a Guadalajara que quedó recordando por mucho tiempo las manifestaciones de cine, música, artes visuales, teatro, danza, guitarra, documentales y académicas que acompañaron a libros y muestras patrimoniales. Fue un caso de diplomacia cultural en el que las autoridades del Ministerio de Relaciones, Vice ministro y Embajador en México, juntaron un rol descollante.


5. PAÍSES INVITADOS DE HONOR
El 2003, la feria del libro de Santiago inició la tradición de tener Países Invitados de Honor. El primero fue un grupo de naciones: la Comunidad Económica Europea, le siguieron  México (2004), España (2005), Perú (2006), Brasil (2007), Colombia (2008), Argentina (2009), Chile (2010), Bolivia (2011) y Ecuador (2012), con resultados disímiles.

Una de las visitas más populares fue Perú. Centenares de peruanos residentes asomaban de los edificios vecinos al CCEM durante la ceremonia de inauguración, para escuchar a su Canciller Alan Wagner. La participación de  Perú como País Invitado de Honor, se materializó con la presencia de más de 25 autores, entre ellos el ganador del premio Alfaguara 2006, Santiago Roncagliolo; el ganador del Premio Iberoamericano José Donoso 2004, Antonio Cisneros; y el Premio Herralde 2005, Alonso Cueto. Asimismo El Perú ofreció un ciclo de cine de primer nivel y tres exposiciones permanentes: "Perú Libro de Artista"; "Perú Patrimonio del Mundo" y Arte Popular del Perú”.

Más adelante estuvo Argentina, cuando la Presidenta Cristina Kirchner estuvo en Chile y en Antofagasta, en 2009, sin estarlo. Argentina era el País Invitado de Honor a la feria del libro y la Presidenta decidió venir a la inauguración. La recibió otra Presidenta Michelle Bachelet- y ambas salieron a recorrer la muestra luego de la ceremonia. La aglomeración era tal, un enjambre de cámaras, agentes de seguridad, público general, editores interesados en regalarles sus producciones y simples lectores que no querían perderse la fotografía con dos mandatarias las obligaron a refugiarse en el stand que parecía más sólido. Se trataba de la presentación de la región de Antofagasta, con gran despliegue de gráficos de faenas mineras y creaciones culturales de la zona pero, con varios desniveles internos. Con la anuencia de sus guardias  las mandatarias, hicieron un breve recorrido "por el desierto" hasta que la presión popular por acercarse a ellas amainara y luego salieron airosas del asedio masivo.
Bolivia fue Invitado de honor en 2011, vino la poderosa y centenaria Diablada de Oruro, digna representante del Estado Plurinacional de Bolivia, representado por su Vice Ministro del Ministerio de Culturas del país vecino, que llenó de música y colores la ceremonia inicial. Inevitable fue recordar dos antecedentes de la presencia boliviana en Santiago: sendas muestras llamadas Bolivia, la magia de su diversidad, en la década de los 90, que repletaron de danzas, artesanía, platería y pintura colonial al Centro cultural Estación Mapocho, bajo la entusiasta organización del Cónsul General Herman Antelo que representaba al gobierno del Presidente Gonzalo Sánchez de Losada, quien se ocupó de que su esposa inaugurara una de las muestras y su Vice presidente la otra.

6. AMIGOS EN LA CORDILLERA
Uno de los componente más recordados de diplomacia cultural de los últimos tiempos  fue el Primer Encuentro de Agregados Culturales en Chile que organizó la Corporación Cultural de Peñalolén en 2010 y que contó con la participación de casi un centenar de representantes de diferentes países que compartieron con las máximas autoridades culturales del país y los dinámicos actores culturales de la comuna.

El Ministro de Cultura Luciano Cruz Coke inauguró la reunión instando a: "pensar en grande, en el futuro, en crear redes que a largo plazo nos permitan que las buenas iniciativas culturales desarrolladas por otros países, así como las nuestras, circulen por el mundo".

En una señal de manejo local en aguas internacionales, Mónica Alegría, Directora de la Orquesta Infantil de Peñalolén desafió a las autoridades presentes a organizar un homenaje al ex ministro venezolano José Antonio Abreu, creador del considerable movimiento de orquestas juveniles y que a su vez se inspiró en la obra pionera del Director serenense Jorge Peña Hen. El reto fue acogido con aplausos.

¡Una iniciativa de alcance continental nacida en una acogedora sala de Peñalolén, en un evento creado por su municipio!

Demostración que los relatos de los países deben tener un importante componente de redes y relaciones ciudad-comuna, país- ciudad, comuna-comuna, país-comuna, en fin, rompiendo los niveles clásicos de una diplomacia contenida por las representaciones oficiales.

Hay antecedentes de diplomacia cultural de las sociedades civiles como los encuentros de gestores chilenos-bolivianos (2005 y 2006) y chilenos-peruanos del 2005 y más recientemente, chilenos y cubanos en octubre 2012, en La Habana, todos con auspicio de nuestra Cancillería.

La manera de seguir progresando, ratificada en el mismo Encuentro de agregados, es la construcción de redes.

El entorno heterogéneo de Peñalolén lugar de monumentos nacionales, un porcentaje relevante de población indígena, generosas viñas, creativos artesanos, universidades, heterogéneos habitantes y hermosos parajes cordilleranos- es quizás terreno fértil para seguir profundizando en ello. Los entusiasmados organizadores vaticinan que la próxima cita será en la punta del cerro refiriéndose al San Ramón, con un teleférico que planea el Alcalde Claudio Orrego quién sólo lamentó que su comuna carezca de mar. Como primer paso, hizo entrega a cada uno de los asistentes de las embajadas de un frasco conteniendo tierra de dicho montículo.

En efecto, Peñalolén no tiene mar, pero se están construyendo redesy probablemente, un relato, nacido desde la identidad y la diversidad.


Son redes las que permiten ir desarrollando lenta y sólidamente las relaciones entre los pueblos, a niveles de sus organizaciones culturales. Por ejemplo, un encuentro de los directores de cinetecas de dos países vecinos puede ser mucho más fructífero que muchos acuerdos generales de cultura. Como aconteció con el convenio de cooperación entre cinematecas de Chile y Bolivia, en 2006, firmado en La Paz, que permitió la primera reunión de un ministro chileno - la Ministra de Cultura Paulina Urrutia- del gobierno recién asumido de la Presidenta Bachelet, con el Presidente Evo Morales.

Fueron esas redes las que permitieron que la Federación Internacional de Consejos de las Artes (IFACCA en su sigla en inglés) escogiera a Chile como sede de la Sexta Cumbre Mundial de las Artes y la Cultura, que se realizará, por primera vez en América Latina y en un país de habla hispana, en enero de 2014, en el Centro Cultural Estación Mapocho, organizada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, la corporación sede y la Federación mencionada.

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