Oscar Hahn no pudo haber imaginado mejor mensajero de su merecido Premio Nacional de Literatura. Estaba con su esposa viendo una película de Woody Allen para matar los nervios de la espera de un eventual llamado del Ministro de Educación con la noticia, cuando sintió repentinos deseos de tomar un vaso de leche, literaria alusión a Manuel Rojas. Al regresar con la leche tibia en sus manos, en la película de la televisión había un hombre en una cama que tenía un sector desocupado. De pronto regresa la ocupante y el solitario le pregunta ¿qué hacías a las 4 de la mañana? Fui a buscar un vaso de leche tibia, respondía Scarlett Johansson desde la pantalla. En ese momento Hahn no dudó que se había ganado el Premio. A los pocos minutos, sonó el teléfono.
Fue el punto más recordado del discurso con que el poeta agradeció la distinción en el patio de las Camelias del Palacio de La Moneda, el lunes 21 de enero de 2013. Por cierto, no fue su única alusión. Agradeció a su esposa, su familia y a su compañero de tantas andadas poéticas, Pedro Lastra, quién blandía casualmente en sus manos un ejemplar del diario El País en el que el vate colombiano Darío Jaramillo mencionaba a ambos -Hahn y Lastra- como parte de la pléyade de "poetas invisibles" de América Latina.
En la jornada también se hizo visible una original muestra poético-musical de anti poemas de Nicanor Parra y música del compositor nacional Gabriel Matthey, interpretada por el Ensemble Bartok, que sorprendió a una audiencia que ya había disfrutado de las gratitudes del doctor Ricardo Uauy, Premio Nacional Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, quién se confesó muy contento de un país que reconoce al descendiente de un inmigrante de tercera generación, cuyo abuelo dejó Palestina huyendo del imperio Turco Otomano, a inicios del siglo XX. "El crecimiento del físico -señaló con sabiduría- es previo al crecimiento de la economía" por lo que instó a las autoridades a fomentar el desarrollo de la salud y la educación antes que el financiero, dando como ejemplo a Francia, dónde el mejoramiento de los niveles de estatura de la población precedió a su mejoría económica.
Por su parte, el doctor Bernabé Santelices, Premio Nacional de Ciencias Naturales, agregó que transitamos hacia la sociedad del conocimiento, "cuya carta de ciudadanía es la educación" y en la que la investigación es central. Lamentó que haya sólo 5 o 6 universidades -las mismas de siempre- que investigan, no obstante, aclaró que Chile puede esgrimir avances en áreas de estudios como desarrollo frutícola, sismología, astronomía, ciencias de la tierra, ecología y organismos marinos, su especialidad, en algas, bivalvos y salmones.
Juan Pablo Izquierdo, Premio Nacional de Artes Musicales, agradeció a su esposa, Trinidad, a la Universidad de Chile y evocó sentidamente a dos grandes pioneros y visionarios de su especialidad: Domingo Santa Cruz y Fernando Rosas, junto con recordar sendos conciertos de música de compositores chilenos dirigidos al gran público; uno de obra de Carlos Zamora en el desierto florido y otro de Fernando García en la inauguración del Centro Cultural de Alto Hospicio. Reconoció la abnegada labor de los músicos de la Orquesta de Cámara de Chile y el respaldo que reciben del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
El Premio Nacional de Historia, profesor Jorge Pinto, arrancó aplausos cuando se confesó producto de la educación pública, destacando su formación en ciudades diferentes a la capital como La Serena, Antofagasta,Tocopilla, Valparaíso y su querida Araucanía, dónde ejerce actualmente en la Universidad de la Frontera. Ello le permitió referirse a un completo listado de intelectuales y personalidades preocupadas de la causa mapuche, desde Lautaro, Ambrosio y Bernardo O´Higgins a Gabriela Mistral y Eliucura Chihuailaf, reuniéndolos con los actuales líderes mapuche, que luchan por los derechos de su pueblo.
Ello dio pié al Presidente Sebastián Piñera, que cerró la ceremonia, para anunciar dos relevantes medidas de su gobierno al respecto: "máxima prioridad y urgencia" al reconocimiento constitucional de los pueblos originarios, y la "creación de un Consejo de nuestros pueblos originarios que sea realmente representativo de su historia, de su tradición y de su cultura".
El Presidente, además, expresó a Pinto que sus escritos han sido fuentes de inspiración de estas medidas, recordando que el rol de Estado en cultura es "crear condiciones para que florezcan todas las flores". Mencionó en este contexto que está por aprobarse en el parlamento una modificación a la ley de donaciones y que se estudia la creación de un Ministerio que "simplemente coordine mejor" los diferentes organismos existentes en el ámbito cultural.
Finalmente, la autoridad agradeció su obra a los cinco chilenos, a quienes calificó como "enlaces entre la historia y el futuro".
Es de esperar que esta ceremonia de entrega de los Premios Nacionales en La Moneda, de suyo loable, mantenga este entorno y sea recordada como el momento en que se inició un nuevo futuro para nuestros pueblos indígenas.
Los galardonados no lo olvidarán.
Juan Pablo Izquierdo, Premio Nacional de Artes Musicales, agradeció a su esposa, Trinidad, a la Universidad de Chile y evocó sentidamente a dos grandes pioneros y visionarios de su especialidad: Domingo Santa Cruz y Fernando Rosas, junto con recordar sendos conciertos de música de compositores chilenos dirigidos al gran público; uno de obra de Carlos Zamora en el desierto florido y otro de Fernando García en la inauguración del Centro Cultural de Alto Hospicio. Reconoció la abnegada labor de los músicos de la Orquesta de Cámara de Chile y el respaldo que reciben del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
El Premio Nacional de Historia, profesor Jorge Pinto, arrancó aplausos cuando se confesó producto de la educación pública, destacando su formación en ciudades diferentes a la capital como La Serena, Antofagasta,Tocopilla, Valparaíso y su querida Araucanía, dónde ejerce actualmente en la Universidad de la Frontera. Ello le permitió referirse a un completo listado de intelectuales y personalidades preocupadas de la causa mapuche, desde Lautaro, Ambrosio y Bernardo O´Higgins a Gabriela Mistral y Eliucura Chihuailaf, reuniéndolos con los actuales líderes mapuche, que luchan por los derechos de su pueblo.
Ello dio pié al Presidente Sebastián Piñera, que cerró la ceremonia, para anunciar dos relevantes medidas de su gobierno al respecto: "máxima prioridad y urgencia" al reconocimiento constitucional de los pueblos originarios, y la "creación de un Consejo de nuestros pueblos originarios que sea realmente representativo de su historia, de su tradición y de su cultura".
El Presidente, además, expresó a Pinto que sus escritos han sido fuentes de inspiración de estas medidas, recordando que el rol de Estado en cultura es "crear condiciones para que florezcan todas las flores". Mencionó en este contexto que está por aprobarse en el parlamento una modificación a la ley de donaciones y que se estudia la creación de un Ministerio que "simplemente coordine mejor" los diferentes organismos existentes en el ámbito cultural.
Finalmente, la autoridad agradeció su obra a los cinco chilenos, a quienes calificó como "enlaces entre la historia y el futuro".
Es de esperar que esta ceremonia de entrega de los Premios Nacionales en La Moneda, de suyo loable, mantenga este entorno y sea recordada como el momento en que se inició un nuevo futuro para nuestros pueblos indígenas.
Los galardonados no lo olvidarán.