29 marzo 2016

EL TEATRO ORIENTE A COMIENZOS DEL SIGLO XXI


"Las medias son para los pies". La frase perentoria pertenece al entonces Alcalde de Providencia, Cristián Labbé y fue pronunciada en la oficina del Rector de la Universidad de Chile, en 2003. Fue su respuesta a la proposición de las autoridades esa casa de estudios y del Centro Cultural Estación Mapocho, para compartir -a tres bandas- la administración del Teatro Oriente, entonces a cargo del centro cultural. Han pasado trece años y la nueva administración de la comuna, finalmente, se ha hecho cargo del espacio. Como una manera de estimular este nuevo inicio y compartir la experiencia entonces cosechada, este breve resúmen de lo acontecido cuando amanecía el siglo XXI. 


El Presidente Ricardo Lagos, al inicio de su mandato, solicitó a la Corporación Cultural de la Estación Mapocho, considerando su experiencia de diez años en administrar espacios culturales, que se hiciera cargo del emblemático teatro, a través de un convenio con la Intendencia Metropolitana y de ésta con el Instituto Nacional de Previsión, su propietario. El propósito principal era acoger elencos desprovistos de sala, como las orquestas juveniles, la Orquesta de Cámara del Ministerio de Educación y la temporada internacional de la Fundación Beethoven.  Luego de tres años y medio de gestión autofinanciada y con la satisfacción del deber cumplido, se retornó la sala a su propietario, el 31 de diciembre de 2003. 


Revisemos la historia.

En julio de 2000, tras un período de abandono, la sala de la calle Pedro de Valdivia volvió a abrir sus puertas al público, con una nueva orientación y objetivo: ser un espacio destinado a las actividades culturales, con especial énfasis en la actividad musical.

El espacio se convirtió en uno de los escenarios importantes de la ciudad de Santiago, acogiendo a artistas tanto nacionales como internacionales de calidad, lográndose un crecimiento sostenido de asistencia a sus actividades: en el año 2000 el público total fue de 32.100 personas; en 2001 de 57.650 personas; en 2002 de 74.650 personas, y en 2003 de 99.831 de asistentes. En cuanto a los días de actividad, también hubo  crecimiento constante: los 53 días de actividad en 2000, aumentaron a 117 días en 2001, 124 días en 2002 y 162 días en 2003; lo que implica un incremento en la tasa de ocupación del 28,80% en 2000, al 44,38% en 2003.

Veamos lo acontecido, año a año.

Desde mediados del 2000 se realizaron 42 funciones de actividades culturales (39 diferentes), viéndose beneficiados más de 3.600 adultos mayores y personas con capacidades diferentes, gracias a un acuerdo con el INP. Junto con el autofinanciamiento del espacio, se inician las primeras inversiones en infraestructura (camarines, butacas) y mantención (calefacción). Algunas actividades fueron: la XXIX° Temporada Internacional de la Fundación Beethoven; la Segunda Temporada Nacional de Piano y algunas presentaciones unitarias como: Grupo Congreso, Ángel Parra Trío, Los Chalchaleros, Concierto de Fernando Ubiergo, 30 años de Illapu, Mazapán, Diane Schurr, Simón Díaz, Universal Orquestra de Juan Azúa, Homenaje a Vinicious de Moraes, “Joaquín Murieta” del Teatro d’Emergencia (basada en el texto de Pablo Neruda y protagonizada por 68 actores aficionados de Ribes de Freser, pueblo del pirineo catalán que apenas supera los 2.000 habitantes). Como el inmueble estaba en condiciones que distaban de ser las óptimas para el desarrollo de actividades se invirtió una parte sustancial de los recursos generados en arreglos y reparaciones. Se destinaron $56.458.139 para tales efectos, lo que representa un cuarto de los ingresos generados por la gestión 2000 –2003.

En 2001, el Teatro probó la calidad de su variada programación al recibir 55 mil personas en sus manifestaciones culturales: 30 conciertos de música popular, 29 conciertos de música clásica, 20 funciones de teatro, 7 funciones de ópera, 3 funciones de danza y dos ciclos de cine, con una ocupación anual de 117 días. Se otorgaron a los beneficiarios del INP, cien invitaciones gratuitas para cada actividad. Así mismo se presentaron, por convenio con Fondart, las obras escénicas premiadas por dicho fondo.

El 2002, el Teatro consolidó su imagen como espacio destinado a las actividades culturales con especial énfasis en el ámbito musical (Harlem Gospel Choir, Temporada Internacional de la Fundación Beethoven, Lucho Barrios, Adriana Varela), teatral (Teatro Negro de Praga) y cinematográfico (Festival Cine y Derechos Humanos). La asistencia fue 36% mayor que 2001. El Teatro Oriente continuó otorgando a los pensionados del INP cien invitaciones gratuitas, para cada actividad que programaba.

En el año 2003 aumentó un 61% el público, en comparación con el 2002. Según estudios del Observatorio del Centro Cultural Estación Mapocho, las características del público que asiste al Teatro Oriente son: adultos jóvenes provenientes de los estratos socioeconómicos ABC1 y C2; residentes de las comunas de Providencia; Las Condes, Vitacura y La Reina; profesionales y/o estudiantes universitarios en etapas de finalización de sus carreras.


En síntesis, la administración encomendada al Centro Cultural Estación Mapocho, alcanzó el autofinanciamiento del espacio a partir del primer año, realizando importantes inversiones en arreglos de la sala para su operación como reparación de butacas de platea baja, habilitación de dos camarines, reparación de la caldera, arreglo y sellado del techo, normalización del sistema eléctrico, entre otras, las que permanecen en beneficio del espacio y sus propietarios.

La asistencia total durante el periodo, superó las 260 mil personas, con crecimiento año a año: el 2002 creció 29% respecto al 2001; el 2003 este crecimiento alcanzo el 33% respecto de 2002.  Se realizaron 211 conciertos, tanto de música clásica como popular; en promedio hubo una actividad abierta a público en el teatro una vez cada tres días. considerando espectáculos de la más alta calidad, como la inolvidable temporada de Gemelos de La Troppa, que se presentó "a tablero vuelto".

Entre julio del 2000 y diciembre del 2003 hubo 456 días con actividades abiertas a público general, con asistencia promedio de 579 personas por día. Durante el período se destinó el 10% de las ubicaciones a las actividades artísticas y culturales en beneficio de adultos mayores y personas con discapacidad, con el objetivo de integrarlos socialmente a través del arte. En total se entregaron más de 47 mil entradas liberadas de pago, lo que en términos económicos equivale a más de 150 millones de pesos.

La gestión, encabezada por Marcelo Muñoz, consolidó un espacio privilegiado para las manifestaciones artísticas, atractivo para el público, pluralista y coherente en cuanto a su programación y eficiente en su modelo de gestión.

Sin duda, estas virtudes estaran presentes en la etapa que se inicia.

Mucha suerte.

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