05 julio 2009
RECETA PARA CONSERVAR LA MEMORIA
Hay días que los editores de un periódico quisieran olvidar. Cuando titularon mal, cuando optaron para la portada por la noticia equivocada o cuando erraron el enfoque de un reportaje que pudo tener una mirada más feliz.
Quiero pensar que es lo que ocurrió con La Segunda del viernes 3 de julio con su reportaje sobre el Museo de la Memoria y su impacto en su vecindario museístico.
Recordemos que la Presidenta Bachelet, en su Mensaje al país del 21 de mayo 2009 había formulado “una invitación: para fines de este año, invito a todos los chilenos a visitar, frente a la Quinta Normal en Santiago, el Museo de la Memoria. Para que todos los chilenos, especialmente los más jóvenes, conozcan lo que pasó, reflexionen acerca de lo ocurrido; y sobre todo, lo más importante, para que todos podamos comprometernos en que algo así nunca más sucederá en nuestro país”.
El vespertino no encontró nada mejor que analizar este nuevo museo desde el punto de vista económico, enfoque que desafortunadamente recuerda a aquellos, cada vez menos –especialmente en tiempos de campaña electoral- que justificaban las violaciones de los derechos humanos comparándolas con el resultado en cifras de económico del período dictatorial.
Este infeliz contrapunto con los museos del sector, obviamente desfavorecidos históricamente de presupuesto público, no puede afectar un ápice el propósito de este Museo de la Memoria que será un icono más de una presidencia caracterizada por la preocupación social y una fuerte inclinación por la infraestructura cultural y deportiva.
Alemania acaba de anunciar la construcción en Berlín “con tres décadas de retraso y varios proyectos fallidos, el museo que albergará toda la documentación del régimen nazi de Adolf Hitler -informa La Tercera del 5 de julio 2009- con un presupuesto de 20 millones de euros, el proyecto deberá estar listo en mayo de 2010”.
No se conoce reacción de los otros museos de la capital alemana, que abundan en todos los géneros desde el clásico Pergamon hasta el conmovedor Museo Judío de Berlín, en el sentido que esos recursos podrían destinarse a mejorar lo que hay en lugar de un nuevo emprendimiento. Es que hay temas que superan la cuestión del dinero.
Ojalá no hubiese sido necesario construir ese museo en Chile. Pero aquello que va a testimoniar no merece olvido, aunque probablemente incorpore más de algunas portadas que a algunos diarios le incomodarán.
Lo que hace la Presidenta con este Museo no es más que reparar en parte el daño que agentes del Estado causaron a sus conciudadanos a través de una represión desmedida e incomprendida durante muchos años por algunos sectores –incluida la prensa- en medio de una conculcación de la democracia que hoy día –el golpe en Honduras nos lo recuerda- es repudiada unánimemente por todo el mundo.
¿Sería aquello posible sin la incesante denuncia que exiliados, organismos humanitarios y víctimas de tantas dictaduras de nuestro continente hicieron en interminables periplos por el mundo?
¿Será aquello posible en el futuro con generaciones que no vivieron en carne propia las consecuencias de las dictaduras, sin museos de esta naturaleza?
Lo que significa el Museo de la Memoria es precisamente asegurar que la voz de la humanidad que hoy respeta los derechos humanos sin excepciones, se mantenga por muchos años.
Por tanto, la pregunta adecuada no es ¿cuánto dinero se gasta en él? o ¿cuánto lo “envidian” los museos vecinos?, sino cuánto apoyo darán los futuros gobernantes a una iniciativa de esta naturaleza.
Sería apropiado que todas las candidaturas presidenciales se pronunciaran sobre este proyecto y que afirmaran categóricamente su respaldo a su subsistencia, tal como se apresuran a afirmar la continuidad, de ser electos, de las políticas sociales de Bachelet.
También esta Presidenta ha fijado líneas en derechos humanos. ¿Las respaldarán todas las candidaturas?
Así mismo, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, durante su período, ha fijado líneas en gestión cultural: el retorno del Centro Cultural Palacio de la Moneda a su primigenia concepción de apoyo y divulgación de los museos nacionales diseminados en todo el territorio, como ocurre en la actualidad con una exposición de Rapa Nui; la reafirmación de la centralidad de las corporaciones culturales privadas sin fines de lucro en la administración de centros culturales de propiedad pública, como acontece con la recientemente creada Corporación Centro Cultural Gabriela Mistral; el perfeccionamiento de la institucionalidad cultural creada por gobiernos anteriores, mediante el envío del Proyecto de Ley que crea el Instituto del Patrimonio; la opción del propio Museo de la Memoria de crear una corporación que lo administre en lugar de formar parte de la DIBAM.
Es conocido que, al menos las comisiones respectivas de los Océanos Azules apoyan con entusiasmo la continuidad de tales políticas y los grupos Tantauco correspondientes han dado señales positivas en este mismo sentido. Falta escucharlos respecto al Museo de la Memoria.
Tampoco ahora es aconsejable olvidar.
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Mail recibido de Luis Guenel:
ResponderBorrarEscribo de manera breve porque imagino la cantidad de trabajo que debe tener.
Solamente quiero felicitarlo por la columna del blog a raíz del museo de la memoria,
me parece primero que todo una iniciativa que permite crear conciencia nacional y al mismo tiempo
marcar el futuro de nuestro país. Un país que no pase indolente por su historia reciente y que sea
capaz de crear un museo con la mancha que más le duele... es una país que está dejando a la vista
un saber, una VERDAD.
Siento que es el único camino para no perder la memoria y para que los que chilenos que vienen en camino
conozcan en profundidad cuál es el país que habitan.
Para que nunca más un diario cuestione la inversión en un museo como éste, falta mucho; pero con
columnas como la del blog ya se esta advirtiendo que no todos creemos lo que se nos dice.
Un abrazo
estamos en contacto
Luis Guenel Soto
Director Teatro Niño Proletario
Mail recibido desde Londres, de Katia Chornik
ResponderBorrarQuerido Arturo:
Felicitaciones por tu último artículo. Cuándo se espera que esté listo el Museo de la Memoria? Me pregunto si el Museo estaría interesado en incluir información sobre música en los campos de prisioneros. Hace un tiempo hice una investigación sobre ese tema, la cual posteriormente transformé en un especial y serie de radio para la BBC: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2005/canto_cautivo/
(me parece que algunos de los vínculos ya no funcionan) Antes de mí, no se había publicado ningún trabajo sobre este tema, pero quizás existan nuevas investigaciones. Sabes quién es el curador(a) del Museo?
Un abrazo y espero que sigamos en contacto,
Katia