17 julio 2025

MAFALDA, CONDORITO Y ... CUNCUNA



 

Desde el heroico cruce de la Cordillera de los Andes del Ejército Libertador y el General San Martín,"llevando consigo su librería a través de montañas, campo y mar" (Mario Tesler "Con los libros de San Martín" editorial Dunken, 2014) Chile y Argentina han tenido mucho en común en el terreno del libro. Lo más reciente, la colaboración entre el MALBA de Buenos Aires y el Centro Cultural La Moneda de Santiago. El museo invitó al centro cultural a llevar la muestra "Huellas de Cuncuna" a su tradicional Fiesta del libro 2025 que se inaugura hoy 22 de julio. Como aperitivo, se realizó una conversación sobre la utopía lectora.



Al escarbar entonces entre los recuerdos de la infancia, aparece la revista Billiken (cuenta la leyenda que en homenaje a un señor llamado Billy Kent), la revista en español más antigua, creada por el uruguayo Constancio Vigil en 1919, autor de inolvidables cuentos como "La hormiguita viajera", "La moneda volvedora" o "El mono relojero".

También, clásicos de María Elena Walsh: "Manuelita, la tortuga"; "El reino del revés"; "Dailan Kifki", y "La sirena y el capitán"...

Más tarde, en la juventud, aparecen las ilustraciones de Oski (en las portadas de los primeros "Cabrochico") y de Quino, en la inmortal Mafalda. Mientras Chile universaliza al popular Condorito, aún a riesgo de ser confundido con colombiano y hasta mexicano.

Lo que no impidió que, en ambos países se escuchen reclamos respecto que "la historieta arrastra un problema de guión".

Con esa hipótesis, nos adentramos en Cuncuna, "la primera colección chilena de cuentos infantiles", nacida al calor de la democratización cultural que impulsara el Presidente Salvador Allende, con 30 mil ejemplares por publicación. Llegamos a la friolera de 540.000 ejemplares en menos de tres años.

Réplica a lo ocurrido poco antes al otro lado de la cordillera: el CEAL, Centro Editor Latinoamericano que publicaba, desde 1967, grandes tiradas de cuentos clásicos universales en su colección Cuentos de Polidoro.

Coincidimos con Judith Goiciol, la panelista argentina de este aperitivo, en que no era la presentación de los libros lo más importante, sino su masividad aunque hubiera que sacrificar algunos "detalles" para lograr un precio accesible.

Eso llevó a problemas con los derechos de autor debido a la cuestionada sinonimia, que significaba reescribir a los clásicos con sinónimos y así escabullir el pago.

Superada la sinonimia como un fenómeno de los sesenta, en Argentina han seguido publicándose colecciones como, por ejemplo, Libros del Quirquincho (1987).

Y han comenzado los homenajes. En Chile, Fondo de Cultura Económica ha publicado recién "El arte de Pepo" en conmemoración de los 25 años de su fallecimiento.

Y en este mismo diálogo "Trasandino", como reza el timbre que inmortaliza este encuentro, reconocí la solidaridad de Daniel Divinsky que acogió restos naufragos de Quimantú a inicios de 1974, cuando buscábamos seguir publicando para los niños de Chile.

Pero ese es un cuento largo. 



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