25 octubre 2019

CULTURA Y DEMOCRACIA

Votación de mujeres en la Estación Mapocho



¿Cómo llegamos, de un día para otro, de estar construyendo un novísimo ministerio de las culturas a estar planteando la defensa de la democracia? Será una cuestión que muchos historiados y años tendrán que explicar. El hecho es que la sociedad chilena despertó un 18 de octubre de 2019 y comenzó a desperezarse de un sinnúmero de abusos que abarcan casi todas las áreas en las que los gobiernos deberían ocuparse, en beneficio de la ciudadanía.


Las elites, desconectadas -políticas, religiosas, empresariales- de la realidad no pudieron prever. El pueblo abusado dijo basta y salió a la calle, sin liderazgos claros y con un variado componente de protestantes pacíficos 
-los más- con su tradicional cacerolazo; protestantes violentos; lumpen, y narcos.


También salieron los militares y se reforzaron las policías.

Afortunadamente, lo que la autoridad no es capaz de controlar en excesos, lo intentan el Instituto de Derechos Humanos, la Fiscalía y organizaciones de la sociedad civil. Se agregará a ellos un misión de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de Naciones Unidas.

El mundo de la cultura, abandona -pero no olvida- su lucha por suprimir una vez más recortes presupuestarios para volcarse a esta coyuntura. No podía ser de otra forma. Los artistas llaman a colaborar con quienes denuncian violaciones a los derechos humanos; las redes sociales preocupadas de la cultura arden llamando al diálogo y la creación de instancias que las convoquen.

La autoridad del respectivo ministerio se puso a tono con la sensibilidad del sector y fue, primero, una voz solitaria mientras halcones de distinto pelaje cuchicheaban al presidente los horrores más espantosos que vendrían de las protestas. Llegó a decir, el Presidente Piñera, que estábamos en guerra y su habitualmente ponderada esposa esbozó, en confianza -rota por lo demás- que enfrentamos a alienígenas. Tan grotesco fue aquello que, en 24 horas, el tono cambió y el mandatario pidió perdón y anunció medidas concretas que había sido sugeridas por palomas del gobierno y dirigentes de la oposición.

En el tintero presidencial quedó la supresión del recorte en cultura que formaba parte de la agenda de 9 puntos opositores.

Lo que aconseja no bajar la guardia y resaltar la labor social que las corporaciones afectadas desarrollan y debieran enfatizar.

También se han levantado voces como las de la premio nacional Sonia Montecino, que solicita "repensar la galería de la democracia", eufemismo que continúa el despropósito del museo de la democracia y luego la sala de la misma...

En la reasignación presupuestaria evidente que vendrá, hay una buena razón para tender "un tupido velo", como diría José Donoso sobre este lamentable proyecto que ya costó el cargo a un fugaz ministro de culturas.

Esa misma reasignación podría afectar a la segunda etapa del GAM, proyecto archi postergado y que no se anida en el corazón presidencial, por lo que bien podría, lamentablemente, ser dilatado, una vez más.

Por otro lado, redes de salas y otros espacios han optado por cerrar e invitar a la reflexión destacando que sus salas "en el futuro contarán las historias de lo que sucede hoy". Lo cierto es que deberían normalizar cuanto antes su tarea pues entregar arte a la ciudadanía debería ser su norte principal.

El Centro Cultural Estación Mapocho, en atención a su carácter de plaza de acogida ciudadana y con un notable esfuerzo de sus trabajadores, mantuvo siempre abiertas sus salas de artes visuales y la muestra de fotoperiodismo.

Por su parte, el Consejo nacional de las culturas, reunido extraordinariamente, el viernes 25 de octubre, para analizar la situación recibió, entre otras, propuestas la eliminación del recorte a las corporaciones culturales afectadas y realización de reuniones en cada región.


"Hemos solicitado a nuestros/as Seremis -resumió la Ministra Valdés- replicar esta experiencia con sus consejeros regionales, quienes en su mayoría se reunirán durante la próxima semana para generar debate y propuestas desde lo particular de cada territorio y comunidad".


Y culminó con un desafío: "Tenemos la tarea de avanzar fieles a los principios que nos rigen por ley y definir en conjunto las estrategias que nos permitan fortalecer el aporte de las culturas, las artes y el patrimonio a la democracia y nuestra sociedad".


Es de esperar que esta instancia de personeros representativos de sectores de la cultura, logre encabezar el diálogo en el que se expresen tales demandas más las que  provienen  del sector del patrimonio y de la ley en debate pues son justamente temas como el tratamiento de los derechos humanos y de los pueblos originarios los que han despertado críticas. 


Detrás de ello está la gran pregunta si los lugares de memoria y memoriales deben formar parte de esta legislación o tener una propia, más ágil que la debatida en estos momentos.


Los sucesos en desarrollo pueden llevarse también parte del esfuerzo legislativo allí envuelto.


Es que estamos en una nueva etapa en la que, sin duda, la participación ciudadana y la preservación de la democracia serán un eje central.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario