02 julio 2015

DEPORTE Y CULTURA, UNA ALIANZA POSIBLE


Escribo antes de lo que podría ser la culminación de este pequeño flirteo entre el fútbol chileno y la cultura de nuestro país, es decir, la final de Copa América. Es que ya hay enseñanzas de esta maridaje que, sin ser nuevo, cobra nuevos bríos en tiempos de copa y, sobretodo, de posibilidad de ganarla. La final entre Chile y Argentina ha provocado cambios horarios y, los cuartos de final, debates encendidos respecto de dedos y manos, incluso una carta del Ministro de Cultura en la prensa.


Sin el debate -también con un aspecto cultural- del cambio o no del horario de invierno, que indudablemente incide en las costumbres de la población, la Copa América ha determinado modificaciones de los tiempos de funciones en nuestros principales teatros de ópera. El Teatro del Lago resolvió atrasar en una hora el recital -único en Chile- del ascendente tenor Javier Camarena y agregar a los felices poseedor de un asiento para escucharlo, la posibilidad de ver previamente la finalísima en el mismo entorno lacustre. Un combo deportivo/cultural.
El Teatro Municipal, adelantó su función de la ópera Madama Butterfly del sábado 4, de las cinco a las dos de la tarde, permitiendo a los melómanos que lo deseen disfrutar del Chile/Argentina en alguna TV cercana, luego de la ópera.

Un travieso dedo del jugador chileno Gonzalo Jara, puesto en el lugar preciso para provocar las iras del jugador uruguayo afectado, terminó en una expulsión del irritado, una pintada celeste en la Mano de Mario Irarrázaval, sita en Punta del Este, y las justificadas iras de nuestro Ministro de Cultura por esta suerte de "venganza" cultural de una derrota deportiva. Es decir, dejemos que el celeste siga en el cielo y no devastando una obra de arte.

Pero las relaciones entre deporte y cultura van más allá de la coyuntura.
Se menciona habitualmente en cursos de gestión cultural los auspicios a eventos deportivos -sponsorship- como un modelo posible para acceder a recursos para la cultura.
Se aplaudió, en su momento, la calidad de concursables de los fondos para las artes cuando en nuestro país, en 2005 y 2006, estalló un escandalo por platas asignadas por el Instituto Nacional del Deporte, sin concurso y se deseó que ojalá esos fondos para estimular el deporte llegasen a ser también concursables como lo son, hasta hoy, los fondos de cultura, que recientemente han anunciado un nuevo período de postulaciones, aún con más recursos.

En materia de infraestructura, el caso australiano nos enseña el estrecho vinculo entre la construcción de estadios y otros recintos deportivos con la edificación de bibliotecas, salas de concierto y teatros. Sydney, Melbourne, Brisbane, son ejemplos de magnificas construcciones culturales que nacieron de proyectos vinculados a las respectivas postulaciones logradas a juegos olímpicos y otros eventos deportivos de alcance mundial, que estimulan la inversión pública y privada en infraestructuras. Barcelona tiene también ejemplos al respecto, incluido el Forum Mundial de las Culturas de 2004, que dejó lo suyo en sectores no desarrollados de la ciudad.

Si bien es cierto que nuestra generosa política de infraestructura cultural, iniciada en 2000, carece de la alianzas con Comités Olímpicos u otros organizadores de torneos deportivos, tampoco es una idea a descartar en el futuro.

De la cultura, que suele ocupar recintos deportivos, el deporte puede extraer lecciones respecto del ejemplar comportamiento de las audiencias culturales que no sólo respetan y cuidan las edificaciones que los acogen sino que no han dejado huella de incidentes en calles y plazas con posterioridad a los mismos. Es que en cultura no suele haber ganadores y perdedores, por ende las frustraciones no visitan a los recitales masivos ni los festivales y ferias de algún arte determinado.

En menos casos, pero los hay, los deportistas ocupan espacios culturales. Aconteció en el Centro Cultural Estación Mapocho con un concurso de saltos ecuestres, varios campeonatos de ping pong y un futuro campeonato sudamericano de ajedrez, fijado para diciembre de 2016.

Y también hay oportunidades en que ambos intereses se cruzan.

Acaba de ocurrir cuando al inaugurarse, a dos días de la final futbolística, una exposición dedicada a los escolares en vacaciones, llamada Transformers, el corte de cinta fue acompañado por un sonoro Ceachei.

Es que un poco de espíritu ganador no hace mal a nadie.

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