13 abril 2012

UN NUEVO ESCENARIO PARA CRUZ COKE



Como si hubiese escuchado previamente al ex Ministro de Cultura de Colombia, Juan Luis Mejía, que señaló que un ministro de cultura es como un director de orquesta que interpreta o da su versión de los clásicos -"la Novena de Zubin  Mehta" no deja de ser la Novena Sinfonía de Beethoven- durante el Seminario Un Nuevo Ministerio para Chile, Luciano Cruz Coke puso su sello a lo que será -dentro del marco de la institucionalidad cultural existente- probablemente su principal preocupación en lo que le queda de mandato. El escenario -actor al fin- fue muy cuidado: un encuentro organizado por Libertad y Desarrollo, dos invitados internacionales escogidos con pinzas: el especialista inglés Clive Gray, un pedagógico ilustrador del modelo británico de desarrollo cultural y el mencionado gestor cultural colombiano, auto calificado como miembro "de la primera generación latinoamericana" de estos profesionales, nacida al amparo del BID y su ex Presidente, Felipe Herrera.



Tampoco el entorno físico fue dejado al azar: el GAM, centro cultural emblemático que resume como pocos la continuidad de las políticas culturales de nuestro país, concebido como tal por el Presidente Allende, re construido en su primera etapa por la Presidenta Bachelet e inaugurado por el Presidente Piñera. Por ello sonaron especialmente significativas sus palabras que "no seremos las actuales autoridades los que veremos el resultado" del Ministerio cuyos detalles por primera vez se esbozaban públicamente.

Quedarán el 12 de abril de 2012 y este seminario como la ocasión en que el año y medio de trabajo de la Secretaría General de la Presidencia -el Ministro agradeció al Jefe de la División de Coordinación Interministerial. Claudio Seebach y su equipo- con representantes de los tres servicios involucrados en la propuesta fue notificada a la comunidad cultural. Con novedosos alcances.

En primer lugar, Cruz Coke reconoció que las consultas realizadas a representantes del mundo cultural arrojaron una fuerte valoración de la participación de la sociedad civil en la actual institucionalidad, así como de los fondos concursables que son asignados a través de este mecanismo representativo. Agregó que también se detectó dispersión institucional junto con la ausencia de políticas de protección del patrimonio y a la vez, un reconocimiento de la tradición de la DIBAM y el Consejo de Monumentos Nacionales.

No obstante, fue claro en afirmar que la propuesta acordada en esa instancia de gobierno de ninguna manera constituirá un retroceso sino que la eventual nueva institucionalidad tendrá una "presencia permanente y vinculante" de la sociedad civil, siendo a la vez una institución "participativa y no vertical" conservando los consejos sectoriales del libro, la música y el audiovisual y creando un nuevo servicio del patrimonio.
Además, Cruz Coke aseguró que hoy existe voluntad política de un sector -la centro derecha-que "fue reticente a crear una institucionalidad cultural" para avanzar en perfeccionar lo realizado por los gobiernos anteriores. Es decir, retomó las banderas de construir sin destruir, esgrimidas por sectores de los grupos Tantauco.

Arropado por la instrucción presidencial de completar la "falencia estructural" de que adolece un Consejo Nacional de la Cultura y las Artes "fundacional e integrador de la cultura al gabinete ministerial"; inocultablemente inspirado por el modelo del Reino Unido en el que conviven un poderoso y visible Consejo de las Artes con una liviana Secretaría de Estado que conduce los recursos públicos hacia dicho Consejo y otros órganos de Patrimonio, Deportes, Turismo y Comunicaciones, y  llamando a un amplio debate transversal al respecto, Cruz Coke ha iniciado el primer día del resto de su mandato dejando instalado un tema no menor.

Se trata, precisamente, de reparar el último rasgo que subsiste en nuestro ordenamiento cultural del modelo aplicado y superado en América Latina -como señaló Juan Luis Mejía- de élites cultas que, desde los gobiernos, entregaban cultura a una ciudadanía supuestamente inculta.

Son los tiempos de la participación, de la integración de la sociedad civil, de la irrupción de las audiencias. En otras palabras -o las mismas- ya no basta con el escenario, es el tiempo de la platea. Y desde allí deberá venir la aceptación -o no-de esta propuesta de Nuevo Ministerio. Pasando por el Directorio Nacional del CNCA, sus otras instancias de participación y, finalmente, el Parlamento.

El debate está abierto.

De nosotros depende que crucemos este Canal de la Mancha nadando o en el tren de alta velocidad.

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