19 noviembre 2012

LA CHILE, LOS SABIOS Y LA CULTURA

Foto de alejandrastgo bajo licencia Creative Commons

"Críticos, espontáneos y sólidos en sus conocimientos", así define la profesora Julia Romeo a los egresados de la Universidad de Chile, a quienes dice reconocer sin dificultades cuando cruza un par de palabras con ellos. La frase forma parte  del vídeo Memoria y Conocimientos, sabios y sabias de la Universidad de Chile, con que la Vicerrectoría de Extensión de la misma celebró los 170 años, el 19 de noviembre de 2012. El trabajo fue presentado en un merecido homenaje a 4 grandes de la universidad: Carla Cordua, Alfredo Jadresic y Humberto Giannini, además de Romeo, todos hoy jubilados.Tales maestros alcanzan una edad cercana a la mitad de los años que cumple su universidad, pero vibraron como estudiantes en una ceremonia que incluyó discurso introductorio de la Vicerrectora de Extensión; piezas al piano de Leng y Chopin, a manos de la decana de la Facultad de Artes; homenaje de sus pares al doctor Edmundo Covarrubias; emocionado discurso del Rector, y un vibrante Himno interpretado por un tenor mapuche. Una síntesis virtuosa de lo que significa la casa de estudios festejada. El siquiatra Covarrubias, en su propio vídeo, auguró otros 170 años, dos veces más, con buenas razones, a la U. 


Una entrañable amistad con Alfredo Jadresic y Humberto Giannini me llevó a participar del festejo, a pesar de no haber estudiado en la Chile, ni provenir de la educación pública. Sin embargo, descubrí durante el acto que decisiones tomadas por mí, en mi vida de adulto, tan trascendentes como dónde dar clases o qué amigos privilegiar me acercaban inevitablemente a la Universidad de Chile, quizás porque -uso palabras de la historiadora Sol Serrano- "pocas instituciones de carácter público han sido tan decisivas para la definición de la identidad de una nación, como la Universidad de Chile respecto de nuestro país. Más allá de constituirse en la principal casa de estudios superiores, la Universidad de Chile desde sus comienzos ha atado su destino al devenir de nuestra historia. Ha sido protagonista y forjadora de ella a través de destacados hombres y mujeres que han pasado por sus aulas, y por su condición de universidad nacional y su vocación integradora se ha constituido en la columna vertebral del pensamiento que orienta nuestra institucionalidad".


Una historia cultural

Para quién vivió en Chile toda la segunda mitad del siglo XX y fue educado en un colegio católico de una ciudad de provincia, “la Chile”, laica y nacional, era la universidad del país.

Las clases de música eran especialmente interesantes cuando se aprendía lo que era una orquesta, basados en aquella sinfónica dirigida por el maestro Víctor Tevah que daba sus conciertos en el Teatro Astor de Santiago. En un programa de la mítica orquesta de la Universidad de Chile se conocían los nombres de los instrumentos y de sus respectivos intérpretes.

Se escuchaba hablar de la oficina del Pequeño Derecho de Autor, antecedente de la actual Sociedad Chilena de Defensa de los Derechos de Autor (SCD), dependiente de la Universidad de Chile al igual que el ITUCH, compañía teatral que estremecía con montajes multitudinarios como Marat Sade; la cinemateca; el ballet, y el Museo de Arte Contemporáneo, creado en 1947 bajo la dirección de Marco Antonio Bontá. En 1940, se creó el Instituto de Extensión Musical, presidido por el Decano de Bellas Artes de la Universidad de Chile.

Existen pocos recuerdos más vivos de una muestra de artes plásticas que la exposición De Cézanne a Miró, organizada bajo la dirección de Federico Assler por el Museo de Arte Contemporáneo en la Quinta Normal, en conjunto con el Museo de Arte Moderno de Nueva York y apoyada por empresas privadas. Allí hubo oportunidad de conocer originales de Claude Monet, Henri Rosseau, Pablo Picasso, George Braque, Manet y otros. La muestra fue guiada por comentaristas de arte para que el público pudiera comprender las diversas tendencias de la plástica y durante su desarrollo se produjeron conferencias, comentarios y ensayos de la más variada índole, agitando la actividad cultural del país. 

La Universidad fue adelantada en crear, en 1995, un Postítulo en Gestión Cultural en la Facultad de Artes, en combinación con la Facultad de Economía, con menciones en Artes Plásticas y en Artes Musicales, de carácter vespertino, en las aulas de calle Diagonal Paraguay. Actualmente el  Postítulo se ha convertido en Magister y además dicta cursos virtuales para gestores de municipios de todo el país. 

Hace 170 años, la instalación de la Universidad de Chile fue uno de los hitos más significativos de la naciente República y representa en sí uno de los más claros actos de autodeterminación, al situar en el saber y la enseñanza pública el eje articulador del país que comienza a construirse. Existía consenso entre los intelectuales de la época de que un Estado —aún no estando separado de la Iglesia como en ese entonces— "debía velar por el progreso y la promoción de valores universales”. 
    
Desde un comienzo la Universidad de Chile se definió a sí misma como garante de la cultura clásica, humanista y secular.  Don Andrés Bello, para quien el saber es una cuestión social, íntimamente ligada al progreso material y cultural de una nación decía: “Todas las verdades se tocan —en el área del conocimiento—, se llaman unas a otras, se eslabonan, se empujan”. Bello asociaba la universidad con las necesidades nacionales: "Todas las sendas en que se propone dirigir las investigaciones de sus miembros, el estudio de sus alumnos, convergen en un centro: la Patria”.

No es posible concebir el futuro cultural de la Patria sin la Universidad de Chile. No es bueno dejar pasar este aniversario 170 sin reconocerlo.

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