05 diciembre 2013

¿CRISIS DE SALAS? OPORTUNIDAD DE ALIANZAS

¿Se puede hablar de una crisis de los teatros para las artes de la representación? Hubiera bastado con que se completara la segunda etapa del GAM para que no estemos siquiera preguntándonos sobre aquello. Sólo podemos hablar de un lamentable accidente que afectó al Teatro Municipal y a aquellas producciones que planeaban ocuparlo en el corto y mediano plazo. De hecho, en esta semana se han programado conciertos sinfónicos en el Teatro Caupolicán –Paolo Bortolameolli dirigiendo la Consagración de la Primavera, con excelente resultado- y la Orquesta Sinfónica en el Municipal de Las Condes, en el marco de una asociación con una nueva sala que anuncia Corpartes para 2014. Es decir, más bien se abren oportunidades para mejorar la ocupación de los espacios existentes.


La ciudad de Santiago y el país cuentan, desde 2000, con planes y proyectos para dotarnos de una infraestructura suficiente para acoger la diversidad de manifestaciones artísticas –escénicas y no escénicas- que Chile requiere. Tanto que los programas de gobiernos sucesivos, junto con culminar tales planes, enfatizan más el cómo llenar de contenidos espacios edificados desde entonces que la necesidad de construirlos. De aquella época datan los teatros de Rengo, Matucana Cien, Renaico, Angol, Nancagua y el Club de Jazz de Coquimbo.

Cabe recordar que el número ocho de las Definiciones de Política Cultural 2005-2010, formuladas por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, tituladas “Chile quiere más cultura”, de mayo 2005, señala: “Creación de un Centro Nacional que contenga, de acuerdo a los estándares internacionales, espacios para la representación de las artes escénicas y de la música. Ello debe asegurar óptimas condiciones para la interpretación escénica y la ejecución de todo tipo de música”.

Tal mandato, recibido por el gobierno de Michelle Bachelet implicó que, producido el desafortunado incendio del entonces Edifico Diego Portales, la Presidenta constituyera una Comisión Interministerial que se abocara a definir el destino del edificio siniestrado, con la concurrencia de la Ministra de Cultura, Paulina Urrutia y los titulares de Defensa (ocupante de la Torre del complejo); Vivienda y Urbanismo, y Bienes Nacionales.

La Comisión recomendó instalar en el lugar el Centro Nacional de Artes Escénicas y Musicales que recomendaba la Política Cultural de Chile, cuya obra comenzó de inmediato, con el respectivo Concurso de Arquitectura, Estudio de Audiencias y una Consultoría sobre Unidades de Negocios que contribuirían al financiamiento del flamante Centro Nacional.

Su primera etapa fue inaugurada al comenzar el mandato del Presidente Piñera, en septiembre de 2010. Inexplicablemente, las etapas dos (Sala para alrededor de dos mil personas) y tres (Torre para unidad de negocios) fueron postergadas hasta el final del mandato, sin que tengan una fecha de término.

Es lamentable que, a pesar de diversas manifestaciones de interés por completar este necesario proyecto –incluida una memorable portada de Artes y Letras- sólo el incendio del Teatro Municipal haya dejado de manifiesto la necesidad de terminarlo.

Después de la presentación de “Chile quiere más cultura”, se han inaugurado en el país, entre otros, el Teatro Regional del Maule, el Regional de O’Higgins, el Municipal de Punta Arenas, el Municipal de Las Condes, el Teatro del Lago de Frutillar, la Arena y La Cúpula del Parque O'Higins, el Teatro de Carabineros, el Chimkowe de Peñalolén, se ha recuperado el llamado Nescafé de las Artes, se han incorporado a temporadas de música el Municipal de Temuco, el Teatro de la Universidad de Concepción, nacieron salas aparejadas a centros culturales nuevos (como Cerro Navia, Cerrillos, San Joaquín, en la capital) y en casinos de juego -como en Talcahuano-, según exige la legislación.

Por haberse declarado desierta su licitación dos veces, permanece en la incertidumbre el Teatro Oriente, en Providencia. En espera permanece también el Teatro Teletón, quizás aguardando aliados que colaboren en llenarlo de actividades los días en que no cumple su misión principal.

No faltan salas, sólo que los responsables de llevar a cabo nuestra política cultural en los últimos cuatro años no han cumplido con la tarea iniciada, dejándose alucinar por iniciativas de largo aliento, como los teatros regionales de Bío Bío, Coquimbo e Iquique, que permanecen en proyecto.

Como enseñanza, sería una buena idea que elencos estables como aquellos del CEAC, el Municipal, la U. de Concepción, las Orquestas Juveniles o el Bafona, se vinculen institucionalmente a las principales salas del país, de modo que sus administradores conozcan con antelación la programación de los mismos, puedan compartir espectáculos y enfrentar imprevistos como el que aqueja al Teatro Municipal.

Con esa aspiración -reunir en una mesa a las principales organizaciones vinculadas a las artes escénicas y musicales del país- fue fundada, en 2008, la Corporación del Centro Cultural GAM. Tal vez, los nuevos vientos también recuperen ese proyecto, en el terreno jurídico.

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