03 abril 2009

LOS TRES MOSQUETEROS DE SEBASTIÁN

Pocas horas antes de que los grupos Tantauco entregaran sus propuestas programáticas, muy temprano, el tres de abril, tres espadachines de la derecha salieron a defender a su D’Ártagnan, arrinconado en el escenario de las políticas culturales con una simple carta de un grupo de jurados del Fondart que arremetieron en su contra a propósito de las sorprendentes declaraciones de Piñera sobre una suerte de plebiscitos para determinar el destino de los recursos públicos para las artes.

Las afiladas espadas de estos émulos de Alejandro Dumas tienen el envés común del grupo COPESA. En la sección cartas de La Tercera, Juan ‘Athos’ Lund, arquitecto muy respetado de la Universidad de Chile, reafirmaba que el eslogan del grupo de tantaucos, que coordina, será “construir sin destruir” y agrega su respeto por el fondo concursable, sus jurados y la mera voluntad de mejorarlo, especialmente ante la percepción de la gente, todo en un “ambiente democrático, libertario y participativo”. Es decir, más, mucho más de lo mismo… y mejorado.

Desde el Ojo de la llave de revista Qué Pasa, Luciano ‘Porthos’ Cruz Coke expresaba la necesidad de “discutir seriamente” el tema del financiamiento cultural dando un rasguño al mosquetero jefe y aprovechando, en el más clásico estilo de los políticos tradicionales, de “tirar currículum” manifestando su voluntad de trabajar en su eventual gobierno recurriendo a los más diversos antepasados y ocasiones sociales para demostrar su cercanía con la derecha, ofreciendo –cuál candidato en carrera- “rescatar a la derecha culta” que mas bien ha estado “oculta” en los últimos tiempos. A confesión de partes…

El mismo semanario entrevista al escritor Roberto ‘Aramis’ Ampuero, presentado como “asesor cultural” de Piñera.

Mal debut tuvo con las primeras declaraciones de su aconsejado. Porque su pensamiento no es muy diferente al del mosquetero Lund: “la política cultural debiera ser un esfuerzo sostenido, de largo aliento, de toda la nación sustentado por una convergencia de sectores”. Sostiene además que “un gobierno de Piñera tendría que avanzar en cultura por una línea fina que aúne tradición e innovación, que respete la experiencia acumulada en estos años de institucionalidad cultural”. Revela también que el proyecto cultural de Tantauco sólo busca darle “mayor alcance diversidad y eficiencia” a lo construido por la Concertación. Se atreve además –autor de ficción al fin y al cabo- a pronosticar “continuidad pero también innovación y revitalización”.

Saludable el debut de los espadachines culturales aliancistas – que tanta falta han hecho en otras campañas presidenciales- pero curioso que sea más bien para enmendarle la plana a D’Artagnan que para criticar a las políticas culturales vigentes. Porque no podemos decir que reprochar el Maletín Literario sea una detracción de fondo, ya que ha recibido espolonazos desde todos los sectores, sin ir más lejos en el espacio virtual, desde este mismo blog,

Es que no basta con crear grupos que formulen políticas. Hay que leerlas, creerlas y sobretodo, y muy de fondo, entender que por más que se disponga de recursos, hay aspectos de una sociedad, como el arte o la cultura, que no se pueden comprar ni están a la venta. No todo son estudios de opinión, ni plebiscitos o encuestas. El arte tiene ese algo de gratuidad que permite crear por el sólo placer de hacerlo. Que la validez de un fondo concursable no se cuestiona por la mediatización de las críticas a un par de proyectos o una decena de concursantes ganadores repetidos más de lo aconsejable

Como reaccionó el escritor Jorge Edwards: “cuando la cultura chilena se base en encuestas de opinión pública, tendremos que cambiar de personajes. Y yo, por mi lado, trataré de emigrar: a otra parte o al otro mundo”.

Por ahora, los mosqueteros tendrán una ardua tarea para convencer a esa “derecha (o)culta” tras los años de consumismo y especulación financiera de que no hay nada más aconsejable en esta área que la continuidad y la consideración de la experiencia acumulada y formulada en políticas culturales de Estado desde 2003 a la fecha.

Los demás, los de la cultura no oculta, seguiremos con las tareas pendientes: modernizar la gestión patrimonial; ampliar los alcances de la ley de donaciones, completar la formidable obra de infraestructura cultural acometida desde 1990 a la fecha y debatir con los colegas de Tantauco.

Sin mediar encuesta alguna.

1 comentario:

  1. Arturo : Confieso autoría de la frase " Construir sin destruir" . En realidad el documento se titulaba además " Remodelar sin derribar" y no fue fácil probarle al comité de cultura Tantauco del cual soy parte, que las políticas públicas culturales actuales están bien encaminadas, pero que, como muchas otras políticas públicas, pueden ser perfeccionadas y profundizadas. Esta actitud de conservar lo bueno y cambiar lo malo ha sido por lo demás inteligentemente observada por las administraciones concertacionistas especialmente en el terreno economico. He recomendado también conservar la planta especializada del CNCA procurando eliminar los cuoteos políticos. Agradezco la oportunidad de comentártelo a riesgo de transformarme en el cuarto mosquetero ( cuyo nombre se me escapa).

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