11 agosto 2011

LA BUENA SALUD DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL

El 11 de agosto es fecha de recuerdos. Hace 44 años se inició un proceso de reforma universitaria que estremeció al país y modificó sus universidades. Dicen algunos que las casualidades no existen pero, un día como hoy, un conjunto de estudiantes de medicina de la Universidad de Chile, estableció sus reales en la Plaza de la Cultura del Centro Cultural Estación Mapocho, no para tomarla como aquellos estudiantes de hace 44 años, que se hicieron de la Casa Central de la Universidad Católica. Los futuros médicos llegaron a controlar peso, talla, presión y glicemia de los transeúntes dejándoles un mensaje de vida saludable.  


Distribuyeron además  un volante que de seguro habrían compartido aquellos jóvenes de la UC de 1967: "la educación es un derecho social universal; fin al lucro y al endeudamiento de la educación; la educación pública debe ser pluralista y laica,  y la educación debe ser de calidad. Piden simplemente "aumento del gasto público en educación; derecho a participación y asociación de estudiantes y funcionarios, y reestructuración integral del sistema de becas y ayudas estudiantiles".

Batas blancas, sonrisas juveniles y entusiasmo desbordante de los estudiantes contrastan fuertemente con aquellos encapuchados que -con ayuda de las bombas lacrimógenas- dañan bienes públicos y privados y sin dudas,  la salud de los mismos transeúntes que esta vez  respondían con otra sonrisa a las recomendaciones de cuidar el peso, dejar de fumar o bajar el consumo de sal, derivadas de las cifras de los exámenes gratuitos.

Los estudiantes emplean así el tiempo libre que le dejan los paros, los ciudadanos pueden encontrar el diagnóstico que tanto escabulleron o tal vez confirmar que todavía la vida no ha podido con ellos. Una vez más la explanada de un centro cultural acoge este encuentro entre el público y quienes se forman en la vocación de servicio.

No es menor que ello acontezca un 11 de agosto y se convierta en un mudo homenaje a los estudiantes del 67 y un profundo reconocimiento a sus émulos del 2011.

Por ambos, ¡salud!


No hay comentarios.:

Publicar un comentario