11 enero 2016

EL ESCENARIO DE LA INDICACION SUSTITUTIVA



A inicios de su período, a mediados de 2000, el Presidente Ricardo Lagos presentaba una indicación sustitutiva para crear el Consejo Nacional de la Cultura con buenos augurios y escasa oposición. ¿Cuál será el escenario que acoge a la indicación de la Presidenta Michelle Bachelet, firmada el 17 de diciembre de 2015, para crear el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, acogida a tramitación por la Cámara de Diputados el 7 de enero de 2016?


En primer lugar debe reconocerse que, la de este año que se inicia, tiene una vocación de continuidad y perfeccionamiento de lo anterior, incorporando vacíos que la legislación aprobada el 2003 dejó en suspenso o sencillamente no pudo abordar.

En este orden, se identifican mejoras como la creación de un Fondo Patrimonial con jurados designado de la manera del Fondart; el traspaso de la designación de los jurados de los Premios Nacionales de Artes desde Educación a este nuevo Ministerio; la creación de Archivos Regionales; el reconocimiento de la Cineteca Nacional como ente patrimonial y su ubicación orgánica consecuente; el traslado de la facultad de exención del IVA a espectáculos al nuevos ente, y la incorporación del concepto de Estrategia Quinquenal Nacional de desarrollo cultural, significativo en un país que cambia gobierno cada 4 años.

Entre lo que se conserva está la Convención Nacional que escuchará la cuenta pública anual del Ministerio y hará observaciones y propuestas a su marcha; el Consejo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio que amplia su apelativo y su integración; los Consejos regionales; los sectoriales, y la secretaría Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales que también amplía su integración.

Lo que definitivamente se reconvierte es la DIBAM, que deviene en un Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, descentralizado, con sede en Santiago y direcciones en cada región del país; modificando así por primera vez un Decreto con fuerza de ley, el 5.200, que data de 1929. De él  dependerán las instituciones patrimoniales nacionales -las actuales más la Cineteca Nacional- la Secretaría Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales y tres sistemas nacionales: de museos, bibliotecas y archivos.

Estas medidas se enmarcan, según la indicación, en una estructura formal que contempla, además de un Ministro(a) con todas las de la ley -literalmente-, dos subsecretarías. Una de las Artes, las Industrias y la Culturas Populares, con las Secretarías Regionales correspondientes y otra del Patrimonio Cultural, de la que dependerá el nuevo Servicio.

Respecto del anuncio de instalar en este Ministerio un Consejo Asesor de Pueblos Originarios, éste aparece como disposición transitoria hasta que encuentre su domicilio permanente en el Consejo Nacional de Pueblos Indígenas que la Presidenta Bachelet anunció, el 11 de enero de 2016, junto al proyecto de Ley que crea el Ministerio de Pueblos Indígenas.

En definitiva, se advierte un esfuerzo por incorporar lo existente, introducir cambios necesarios y aspirar, en dos o tres años más, a tener en funciones un Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.


¿En qué terreno cae esta semilla?

A diferencia de lo acontecido en 2000, cuando la indicación venía en los hombros de trabajos pre legislativos muy participados, en sendas comisiones presidenciales y un encuentro en el Parlamento, esta vez, las aguas están calmas en el mundo de la cultura, que parece esperar que se legisle sin prisa pero sin pausa, mientras los pilares de lo existente funcionan con mayor o menor eficacia, como ocurre con los fondos concursables, la política de infraestructura o los múltiples festivales que parecen contribuir a formar nuevas audiencias y demostrar que la cultura tiene una especial relevancia en el verano.

Tanto que remeció a una habitualmente aletargada, en estos temas, Cámara de Diputados, que ganó el quién vive al Ejecutivo que, desde 2014, intenta legislar sobre la reincorporación de las artes escénicas en los programas escolares; inquietud ya formulada por la Comisión Presidencial encabezada por Milan Ivelic, en 1996. Los Diputados aprobaron "el regreso del teatro a las aulas", lo que constituye una improvisación más en un marco de acusaciones mutuas de apresuramiento legislativo, que sólo será efectiva cuando el Ejecutivo, que la comparte, la incorpore en la legislación que trate sobre los nuevos planes educacionales.

Sin embargo, el ambiente en la Comisión de Cultura de la Cámara -en 2000 había una única comisión de Educación y Cultura- parece estar propicio pues escucharon el texto de la indicación en boca del Ministro Ernesto Ottone, el 7 de enero y se aprestan a recibir, el 14, a la representante de los trabajadores de la ANFUDIBAM, antes de comenzar a discutir la indicación.

De ello se desprende una diferencia con la discusión de la institucionalidad vigente. Esta vez el Gobierno no hizo caso a los funcionarios, que manifestaban con fuerza su oposición al cambio, en una férrea alianza con las Directoras de la DIBAM, llegando esa colusión a impedir que en el proyecto de 2000 se incorporara a la DIBAM en el Consejo Nacional de la Cultura, texto que terminó recomendando una suave "coordinación" entre ambos servicios, de similar rango, que manejaron con tino y diplomacia, entre 2004 y 2010, las Directoras Clara Budnik y Nivia Palma.

En la actualidad, ambas respaldan el proyecto que convierte a la Dibam en Servicio Nacional del Patrimonio, una como redactora principal del mismo, otra desde la tribuna que enmarcó la presentación del proyecto en La Moneda. La ex Directora Magdalena Krebs (2010-2014) ha dado un tibio apoyo a los funcionarios que cuestionan el nuevo servicio y el actual Director, Angel Cabeza, ha sido descalificado por los trabajadores como interlocutor válido, llegando incluso a pedir su renuncia.

En definitiva, se inicia un proceso legislativo que debiera acelerarse después de las vacaciones. El integrante de la Comisión, diputado Ramón Farías, ya adelantó la realización de un Seminario "abierto y participativo" al respecto, el 7 de marzo.

Esto comienza , señores...

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