14 abril 2007

¿ESCENARIO O PLATEA?

(Publicado en el diario La Segunda, el 17 de abril 2007)

Hasta fines del siglo XX, la historia cultural chilena respondió “escenario” a la interrogante sobre si debemos preocupamos principalmente de los artistas o del público. Salvo los años del régimen militar, en que se desconoció hasta la pregunta, la inquietud de los sucesivos gobernantes fue por los creadores e intérpretes. Primaba así el desarrollo artístico por sobre el desarrollo cultural.

Con la decisiva participación del mundo de la cultura en la Campaña del NO, otros actores del proceso cultural comenzaron a recibir atención pública. En los años 90 se comenzó a hablar de gestión cultural, de financiamiento privado, de infraestructura cultural, de formación de audiencias…a entender que no basta con desarrollo artístico y que se debía pensar también en el público que disfruta de la creación: en la platea.

Nacieron fondos concursables; proyectos de infraestructura cultural; estudios de intereses culturales; organizaciones de gestores culturales; consejos de la cultura. En todos ellos, la participación de la sociedad civil es tan importante como inédita y derivada de ello, el papel de las audiencias, o la platea, es obvio.

Tal como ha quedado en evidencia con el anuncio de la construcción de un teatro municipal en Las Condes que ha hecho creer a muchos que su edificación acarrearía perjuicios al Teatro Municipal de Santiago. Pero, los previsibles daños no son responsabilidad del nuevo edificio sino un ejemplo de las consecuencias de una gestión más preocupada por el escenario que por la platea.

El nuevo proyecto es de carácter local, anuncia un plan de gestión profesional, carece de elencos estables y plantea la búsqueda de financiamiento a través de una programación variada. Su condición de teatro comunal contrasta con el concepto de un teatro -de hecho nacional por la excelencia de sus elencos y su financiamiento- que se entrega en administración a un ente municipal. La existencia de un plan de gestión que plantee un “sueño” de teatro es indispensable en todo proyecto de infraestructura cultural. La búsqueda de financiamientos concursables, municipales y privados más la taquilla, asegurarán a la nueva sala una programación libre y variada, no sometida a la obligación de presentar “sus” elencos estables. Éstos, en teatros líderes del mundo, constituyen corporaciones independientes de salas determinadas y gestionan presentaciones en diversidad de espacios.

Hay quienes sugieren que la cercanía de estaciones de metro atraerá a Las Condes a los públicos de otras comunas. Esta puede ser una condición necesaria pero no suficiente. Los habitantes de otros sectores asistirán sólo en la medida en que se desarrollen programas de creación de audiencias. Es decir, preocuparse no sólo del escenario, sino también de la platea y, además, de un aspecto que asegurará la calidad de la relación entre ambos, en ese o cualquier otro espacio cultural, la concursabilidad en la selección de sus principales gestores.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario