26 diciembre 2011

LA OTRA VISITA DE ARIANE

Foto Luis Navarro

No es primera vez que Ariane Mnouchkine visita Chile. En 1979 vino, acompañada del cineasta Claude Lelouch, pero no se trataba los preparativos de una película del creador de la inolvidable "Un hombre y una mujer" ni un montaje teatral de esos monumentales que la caracterizan. Ambos eran los representantes de creadores franceses que venían, en una misión solidaria, arriesgando mucho -aunque no tanto como su pares chilenos que padecían represión- para manifestar a las autoridades militares de la época que en Europa se veía con preocupación la prohibición de obras de teatro -como Mijita Rica- la existencia de actores encarcelados, la censura y la agobiante falta de libertad.

Era julio y la prensa que sería de farándula no registró la visita. Los franceses sólo dieron una entrevista a la revista APSI, en cuyas oficinas me correspondió recibirlos, antes de que nuestro editor cultural, Sergio Marras -auxiliado por los colaboradores Manuel Antonio Garretón y José Román- encabezara una entrevista que tituló: La imaginación es un músculo que se entrenaque vio la luz, como la Toma de la Bastilla, un 14 de julio, sólo que de 1979.

La misma entrevista fue autografiada por Mnouchkine, 18 años después, con una afirmación audaz: "confirmo lo dicho y lo firmo", agregando de su puño, un sol, que simboliza la magnifica compañía que hoy visita Santiago y que, mientras escribo, monta su próximo espectáculo a pocos metros de mi oficina del Centro Cultural Estación Mapocho.

Revisando las palabras de Ariane, efectivamente encontramos en ella coherencia y espíritu solidario, luego de haber consolidado su compañía en La Cartoucherie, en las afueras de París, y de haber convertido la dura prueba del exilio de muchos chilenos en una maravillosa oportunidad para formarlos en el teatro de su creación, como Andrés Pérez, Mauricio Celedón, los hermanos Jodorowsky , entre otros.

Pude corresponder la visita unos meses después. El 31 de diciembre disfrutamos con mi esposa, en la carpa parisina, de la conmovedora obra  Mephisto sobre el antiguo motivo literario de los halagos que corrompen a un artista  demócrata que asciende en la jerarquía nazi  con la auto justificación de  que otros peores gobiernen la cultura . La representación comenzó en 1979 y terminó un par de horas de iniciada la década de los 80, con la proverbial interrupción de medianoche para compartir un vaso de champagne con los actores y el público.

Finalizada la función, una pareja de espectadores generosos nos depositó en el barrio latino para complementar la celebración de la llegada de un nuevo año. No bien pusimos un pié en el barrio universitario de París, debimos iniciar una loca carrera, aconsejados por una multitud que escapaba de una inesperada carga policial. 

Simbólico. Iniciar los años ochenta huyendo de la policía, síndrome que a decir verdad nos acompaño, de regreso en Chile, durante casi la totalidad de la década. Lo demás, lo han relatado, en TV, Los Ochenta.

Afortunadamente, ahora recibimos a Ariane con un país alejado de las prácticas dictatoriales que motivaron su primera visita. Y podremos disfrutar de su talento en una infraestructura rescatada para la cultura, que en su visita anterior sólo mostraba la decadencia del ferrocarril y del país que éste dejaba paulatinamente de recorrer.

Ahora el naufragio es sólo en la ficción.

¡Bienvenida Ariane!

18 diciembre 2011

NO HAY DESARROLLO SIN CULTURA, NI CONSEJO DE LA CULTURA SIN DIRECTORIO Y SUS TRABAJADORES

Foto CNCA
En una coincidencia impensada, el Ministro Luciano Cruz Coke expuso su Cuenta Pública 2011, en el Palacio de La Moneda, el mismo día en que el país conoció la resolución de la Contraloría General de la República mediante la cuál se afirma que una de las dos funcionaria fallecidas en el accidente de Juan Fernández -Galia Diaz- no debió estar allí. Así como Cruz Coke tuvo que suspender la Convención Nacional de Arica, en septiembre, a causa del brutal amarizaje, esta vez comenzó y finalizó su discurso con un homenaje a las dos funcionarias perdidas, las primeras mártires de la institución.
La ceremonia que ya se hace tradicional, no obstante su locación, no contó con la presencia de otros altos funcionarios de gobierno, y sólo con la mitad del Directorio saliente, a pesar de que el Ministro tuvo especial cuidado en nombrarlos, incorporarlos en las ilustraciones de su discurso y reconocer explícitamente su labor, dado que este 31 de diciembre, la mayoría de ellos -siete de once- terminan su mandato: "En estos meses de trabajo conjunto, sin duda, se ha discutido con pasión, hemos intercambiado opiniones y hemos  empujado importantes iniciativas.  Pero sobre todo, me atrevo a decir, que hemos compartido la convicción de que no podemos pensar en el desarrollo del país sin desarrollar la cultura".
El 14 de diciembre se cerró el listado de postulantes al Directorio Nacional 2012-2015, que serán nombrados a inicios del próximo año. Es de esperar que los nuevos directores asuman una actitud participativa acorde con sus altas funciones y la confianza que la sociedad civil y las universidades -sus mandantes- depositarán en sus manos a través de un nombramiento presidencial y la ratificación del Senado -en dos casos- con la necesaria independencia que les otorga su condición de inamovibles por la autoridad.


Cruz Coke comenzó relevando la reciente entrega al Presidente de la República, de la Política Cultural 2011-2016, haciendo coincidir, como es menester, las líneas de trabajo fijadas con las realizaciones del año que termina, agrupadas en seis ejes de trabajo.
El primero de ellos, sigue siendo, desde la fundación del CNCA, el fomento de las industrias creativas y las áreas artísticas. Ante la imposibilidad de exhibir logros legislativos de fuste, destacó el envío al Congreso de la reforma a la Ley 19.925 que permite las presentaciones en vivo de artistas en restaurantes, bares y salones de té, mediante la que se espera aumentar sus oportunidades de trabajo; de la tenue reforma a la Ley de Premios Nacionales, y de la tan esperada como transversal reforma a la Ley de Donaciones Culturales. Recordó la creación de  nuevas áreas de fomento artístico, relevando el estreno del área de Arquitectura en la Bienal de Urbanismo y Arquitectura de Shenzhen y Hong Kong. Sin mucho entusiasmo, se refirió al mejoramiento esperado de los fondos de cultura, que pasan por una etapa compleja debido a las dificultades sufridas en la implementación de su plataforma digital. Uno de sus favoritos en este eje es sin duda la creación de la Comisión Fílmica, que se suma a la nueva Agencia de Promoción Internacional del Cine Chileno, en alianza con Pro Chile.
El eje de fomento a los públicos logró en 2011 la incorporación al Fondart de una línea de insospechados beneficios futuros: apoyo a instituciones culturales a tres años plazo, que permitirá fortalecer el indispensable rol mediador entre creadores y audiencias. Convendría hacer un seguimiento a los resultados de esta línea, que se acerca mucho a lo que tantos beneficios ha traído al desarrollo cultural de países como Australia. No era buen momento, pero el reciente estudio de comprensión de lectura de los chilenos que arrojó un fatídico 84% de incomprensión lectora, estuvo en todas las mentes presentes cuando el Ministro anunció como logro el Plan Nacional de fomento a la lectura "Lee Chile Lee". Bien por ello, pera la tarea es ardua. 
Párrafo aparte merece el despertar y despliegue en el territorio de los elencos estables del Consejo que alcanzaron la inédita suma de 151 presentaciones en el país.
En el eje de Infraestructura y Gestión es dónde más se pueden palpar, literalmente, frutos de una política  cultural estable. Los programas de Teatros Regionales, nuevos Centros Culturales -que alcanzó Chiloé y Rapa Nui- y de apoyo a la Reconstrucción Patrimonial, junto a la culminación del Parque Cultural de Valparaíso dan prueba de que la vieja deuda con la infraestructura cultural chilena sigue pagándose, con  impulso estatal, a paso firme.
Los ejes transversales: desarrollo regional e internacionalización cultural entregaron avances y retrocesos. En este último aspecto se anotó el traslado de la dirección regional ubicada en Quillota a la ciudad sede nacional de Valparaíso, así como constituye un avance la ceremonia de entrega en Punta Arenas del Premio Pedro Sienna y la ampliación de las Escuelas de Rock a Maule y Los Ríos. En el sector patrimonial inmaterial se destaca el programa de Tesoros Humanos Vivos, que aumentó en 50% sus reconocimientos; las casi 300 actividades del Centro de Patrimonio e Identidad ubicado en la sede central del CNCA en Valparaíso, y los estudios realizados sobre la situación cultural de mapuches, collas y rapa nuis. Es de esperar que pronto estos conocimientos se vuelquen en políticas de integración y valoración de nuestra diversidad. En lo internacional, dos desafíos más allá de los resultados alcanzados este año en la Bienal de Venecia y múltiples festivales de cine: la presencia en la FIL de Guadalajara en noviembre próximo y la Cumbre Mundial de las Artes de enero de 2014 en el Centro Cultural Estación Mapocho.


Incomodidad entre los presentes  causó el eje de modernización institucional. Más allá de las buenas cifras del 96,7% de ejecución presupuestaria y el 98% de cumplimiento de los requisitos de transparencia activa; el cambio de sede en Santiago -del inhóspito edificio de Fray Camilo Henríquez al paseo Ahumada-, y las mejoras en tecnología y bienestar, la piedra en el zapato de esta administración parece estar en el personal y su agrupación gremial, ilustrado en la Cuenta con fotografías de funcionarios trabajando en medio de vistosos globos rojos. Este festivo panorama laboral contrasta con el hecho que esos mismos días llegaba al CNCA una carta del Senador Lagos Weber pidiendo información sobre un presunto acoso laboral a dirigentes gremiales y la mencionada resolución de la Contraloría respecto de Galia Diaz.
Consciente de ello, Cruz Coke al finalizar sus palabras lamentó "la perdida de tres figuras emblemáticas, el cineasta  Raúl Ruiz, poeta  Gonzalo Rojas y el escritor José Miguel Varas" y apartándose del texto publicado en la web del Consejo, reiteró su pesar por las funcionarias fallecidas en Juan Fernández, para culminar como los mejores tribunos, con una consigna que, aunque conocida, no deja de ser acertada: NO hay desarrollo sin cultura.
Es verdad, pero tampoco hay cultura sin trabajadores comprometidos que vuelcan todo su esfuerzo en la tarea sin desgastarse en una soterrada lucha con las autoridades de la institución que los cobija.
Y en este conflicto, que se prolonga y agudiza, hay dos lados. Se requieren "dos para el tango". Ya es hora que comience a escucharse la música del entendimiento.
O los perjudicados serán quienes deben ser beneficiados por el desarrollo cultural: la ciudadanía.
En ese caso, la mayor responsabilidad recaerá en quienes han sido designados como responsables de encabezar las instituciones públicas.

02 diciembre 2011

GUADALAJARA Y NICANOR

Foto La Tercera
Que un grupo de escritores chilenos celebrara en Guadalajara, en plena FIL, el merecido premio Cervantes para Nicanor Parra, está lleno de simbolismos y anti-poesía. Lo primero, porque la mayoría de ellos ya estuvo esperando a Parra en diciembre de 1999 cuando Chile fue Invitado de Honor y el poeta dejó libre un asiento en Primera Clase del vuelo de Aero México que lo iba a llevar a tierras tapatías. Lo segundo, porque ese y muchos otros brindis por el éxito notable de la presencia chilena en la última FIL del siglo XX, quedaron pendientes en el país debido al enrarecido clima pre electoral que se vivía, días antes de la estrecha votación entre Ricardo Lagos y Joaquín Lavín, lo que aconsejaba a la prensa opositora a la Concertación (la misma de ahora) a ignorarlo, muy bien nutrida por el infatigable "fuego amigo" que también recibió la feliz muestra de la cultura chilena.

Nuestro desafío entonces -encabezado por el Subsecretario de Relaciones Exteriores, Mariano Fernández; el Embajador en México, Luis Maira, y mi rol como Comisario del Pabellón- no era menor. Quizás la más grande delegación cultural de la historia de Chile trasladándose a otro país para dar a conocer nuestra cultura en todas sus facetas.  

No podía ser una oportunidad más propicia: el final del milenio junto con la cercanía del término del gobierno del Presidente Eduardo Frei. Razones demás para constituir un Programa poderoso que hablara a Guadalajara, a México y al mundo, de la realidad de la cultura chilena. Abordamos entonces el desafío como país con dos principios: debía ser una muestra de Chile, por tanto considerando tanto nuestra diversidad cultural como nuestra identidad patrimonial, y debía ser una muestra exhaustiva y representativa de la producción editorial de entonces.

Se convocó a un Comité Interministerial, con presencia de todos los actores públicos que tenían relación con la cultura, más actores relevantes del quehacer privado vinculados con el tema del libro. Allí recibimos la generosa y creativa colaboración, entre otros, de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos; el Consejo Nacional del Libro y la Lectura; el Ministerio de Educación; la Secretaría General de Gobierno; la Municipalidad de Santiago; la Cámara del Libro; escritores y gestores culturales. La labor ejecutiva correspondió a nuestra Embajada en México, Pro Chile y la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería, apoyadas en Guadalajara por la incansable Verónica Silva, fallecida recientemente.
No obstante, todo el enorme esfuerzo del sector público no era suficiente. Recurrimos a la colaboración de empresas privadas y medios de comunicación que nos patrocinaron con entusiasmo. Era imposible, en un año con  la dificultades económicas que conocemos y con una delegación de las dimensiones que deseábamos, no contar con el apoyo de compañías de transporte, de alojamiento y de la mexicana CEMEX.

De ese modo, estuvimos en condiciones de presentar una muestra maciza de la cultura chilena después de diez años de gobiernos de la Concertación  pero, sobre todo, después de mucho tiempo en el que se habló de un apagón cultural, porque en esos años de oscuridad que acompañaron al régimen anterior, aprendimos que el desarrollo de la cultura requiere de la actividad incansable de todos los actores de la sociedad en el marco indispensable de la libertad y el derecho de los ciudadanos a participar en la creación, la gestión y el disfrute de los bienes culturales.

La incesante actividad teatral, el crecimiento del número y calidad de exposiciones y galerías de arte, los incontables estrenos de películas nacionales, los multitudinarios recitales y conciertos, el creciente prestigio internacional de nuestros escritores que alguien calificó como “la armada literaria chilena”, la sorprendente cantidad de publicaciones del más diverso tipo y origen, la valorización de nuestro patrimonio simbolizada en las perspectivas de declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Iglesias de Chiloé y la ciudad de Valparaíso, el interés que despertaba en el gran público la exhibición de cuentos chilenos en televisión, hablaban de una efervescencia del arte y la creación en el Chile de fines del milenio.

Eso, nada más, ni nada menos, es lo que quisimos llevar a la XIII Feria Internacional del Libro de Guadalajara en esta Embajada de creatividad y cariño, organizada con profesionalismo y asumiendo también los avances que la gestión cultural alcanzaba en los años noventa en Chile.

Por ello, fueron invitados autores como Nicanor Parra, Isabel Allende, Alejandro Jodorowski, Gonzalo Rojas, Roberto Bolaño, Antonio Skármeta, Luis Sepúlveda o Marcela Serrano, entre varias decenas más; con merecidos homenajes y recuerdos de grandes como Pablo Neruda, Gabriela Mistral o José Donoso; con poetas y narradores jóvenes y emergentes; con académicos de las más variadas disciplinas; con espectáculos musicales tan relevantes como el Hecho en Chile de Los Jaivas, Illapu y Los Tres; con Inti Illimani o el Cuarteto de Cuerdas de Santiago; con manifestaciones plásticas como Si vas para Chile o las obras de siete artistas chilenos residentes en México; con las obras cinematográficas cumbres de nuestro siglo; con compañías de teatro reconocidas internacionalmente como La Troppa, con su obra Gemelos.

Por cierto, todo en el marco de una maciza exhibición de libros de más de ochenta expositores diferentes incluyendo grandes editoriales, universidades, organizaciones no gubernamentales, editoriales pequeñas y medianas, autoeditados, publicaciones de organismos públicos y una joya bibliográfica como es el Despertador Americano, nacido en Guadalajara a los albores del siglo XIX, que se conserva en copia única en nuestra Biblioteca Nacional.

Ese esfuerzo mancomunado de creadores, organizaciones sin fines de lucro, empresas y gobierno habría estado incompleto si no considerásemos a la gente. Más de un centenar de editores, periodistas, universitarios, bibliotecarios, profesores y amantes de la cultura en general, acompañaron a esta muestra oficial. También estuvo el Chile gastronómico, a través de comida típicas y vinos.

Las cifras de expositores y participantes superaron con creces nuestras expectativas y Chile enfrentó airoso esta distinción que nos hicieron nuestros hermanos mexicanos a quienes tanto debemos por su cariño histórico, su solidaridad en momentos amargos de nuestra democracia, su innegable aporte cultural y su permanente amistad, que se replica el 2012, designándonos nuevamente país Invitado de Honor.

El desafío está planteado, lamentablemente con una primera negativa ya conocida por la prensa, la de Isabel Allende, y una dudosa designación de un médico como "Curador" (sic) de la muestra. Entre las fortalezas están que llegaremos con Nicanor Parra como nuevo Premio Cervantes y un escritor -Roberto Ampuero- como Embajador en México.

El mundo cultural chileno espera un liderazgo acertado para hacerse presente, otra vez, como país con todas sus diversidades.

La vara está alta.

14 noviembre 2011

Y MATTA NO FUE UNA PIEDRA PERDIDA...




Como solicitado el 23 de marzo de 2011 en este blog,  Matta no debe ser una piedra perdida, Matta dejó el 11 del 11 del 11 de ser una piedra perdida para convertirse en una magnifica muestra allí, adosada al Palacio de La Moneda. Aplaudido, en pleno centenario, por sus fieles y protegido férreamente de los estudiantes que tampoco querían perder la ocasión de hacer alguna manifestación como las que ya son habituales y tienen de cabeza a las fuerzas policiales y una que otra institución de la República. Curiosamente, esta vez, Matta estaba tranquilo, cien veces colgado sin novedad -Nicanor Parra estuvo  una vez colgando Presidentes y salió mal parado- de las paredes del Centro Cultural Palacio de La Moneda dejando sin aliento a quienes visitaron la muestra.




La sensación es indescriptible: estar delante de un genio desplegado en todo su esplendor, enorme y diverso a la vez. A todas luces, recomendable de visitar, especialmente porque los esforzados gestores del centro, encabezados por Alejandra Serrano, han programado, con acierto, que la muestra se cierre recién el domingo 26 de febrero de 2012.

En el intertanto, la encuesta convocada por este blog, respecto a la idea de crear en Chile un Museo Matta entregó sus resultados. De casi cien personas que la respondieron, más de la mitad, el 52% es partidario de hacerlo sin condiciones, mientras un 28% estima que no es necesario dado que existen otras prioridades. Pudiera interpretarse que éste rechazo es relativamente alto y podría reflejar alguna conciencia de que la educación tiene cara de llevarse muchos recursos públicos en el futuro cercano.
Pocas personas, 5%,condicionan su aprobación a que los familiares aporten obras y un sorprendente 18% lo condiciona a que existan apoyos privados y públicos.

En definitiva, no hay un resultado contundente.

La pregunta, después de visitar la muestra curada por Inés Ortega-Márquez es si un museo, cualquier museo, de cualquier parte del mundo sería capaz de convocar esta misma calidad y cantidad de obra de Matta.

Tal vez, su camino será seguir infiltrando diferentes lugares, como el Centro Cultural de La Granja , galerías de Santiago, los libros como el Don Qui y hasta el Museo Nacional de Bellas Artes.
Lo cierto que, con esta muestra, Matta dejó de ser un "cosmopolita", en palabras de Neruda, regresando monumentalmente a su país, y comenzó a ser un poeta que parte y regresa.

Lo que en Chile no es poco.

09 noviembre 2011

EL ÚLTIMO NO EVENTO DE TOTÓ ROMERO

Foto El Mercurio
Coherente, consistente y de un humor envidiable, Graciela 'Totó' Romero quiso para su partida un funeral privado, dado a conocer públicamente días después de que hubiera acontecido. Nada podía haberla disgustado más que se hiciera de su muerte un evento. Ese mismo disgusto que, convertido en ironías y carcajadas, devino, en mayo de 1991, en un libro que llevaba la palabreja por título, con el epígrafe: Guía para peladores, arribistas y observadores desinteresados. Aunque a los arribistas, aclaraba, les servirá más. Totó llevaba con orgullo su descendencia de uno de los primeros escritores chilenos de literatura social, Alberto Romero, su padre, autor de "La viuda del conventillo" y de la periodista chilena más conocedora del cine hollywoodense, en su propia salsa: María Romero, su admirada tía, creadora de la revista Ecran.

La María, fue tema de nuestras primeras conversaciones, de seguro llevado por un fastidioso sentimiento de culpabilidad por haber participado del crimen de lesa revista de transformar la creación de Romero en Tele Ecran, una publicación de corta vida que agonizó en las prensas de Quimantú a comienzos de los setentas.

Nuestras conversaciones transcurrían en las oficinas de Editorial Andina, afortunadamente vecinas, donde ambos capeábamos el dilatado huracán de la dictadura y eran ocasionalmente interrumpidas por el vozarrón del jefe espetando: "Que suban los comunistas". Allá partíamos Totó y yo, ella con su inocultable tomate de pelo y yo con sendos informes de venta de ejemplares de Vanidades, Buen Hogar, Ideas y Mecánica Popular, que eran las publicaciones de la empresa. Una vez cerrada la puerta, nuestro gerente, Julio Poblete, comenzaba a plantear las últimas noticias de la competencia, de la política nacional y de Don Armando, su socio venezolano. Bien reídos y con nuevas tareas, ella de "desabollar" la Vanidades que venía casi lista de Miami y yo, los comerciales de TV de mismo origen, cuyo audio debía ser chilenizado.

Así, se constituyó en una de las mejores confidentes para alegrar la dictadura y aprender a no tomarse en serio.Salvo cuando se trataba de escribir buenos reportajes. En esa condición la invité como colaboradora del primer número de La Época Semanal, donde contribuyó con una polémica entrevista al doctor Benjamín Viel, pionero en las estrategias de planificación familiar a nivel nacional, que poco sintonizaba con los aires de fines de la dictadura y de la inminente vista del Papa Juan Pablo II.

Nuestro siguiente encuentro laboral fue acompañados de la periodista Ximena Torres Cautivo, en oficinas de editorial Planeta. Llevaban desarrollada una idea que se esbozó cuando tuve oportunidad de explicitar a Ximena la relevante distinción entre la izquierda guerrillera y la izquierda parrillera. Se trataba de construir un improbable libro alrededor del concepto de red set, acuñado en revista Paula, dónde ambas escribían.

¿Pero porqué sólo del red set? Hagamos también el charreteras set. Y no podemos dejar fuera al jet set tradicional. ¿Y los intelectuales? ¿Dónde cabría Pepe Donoso? Entonces pensemos en el brain set. Fue una sesión creativa y agotadora. Se agregaron así un diccionario de términos relacionados, un test para auto clasificarse  y, por cierto, un índice onomástico de todos los mencionados. Hay testimonios de libreros que aseguran que muchos posibles compradores comenzaban por allí para decidir la adquisición.

Fue un ejemplo de la agudeza de Totó para mirar la sociedad, disectar a sus integrantes, sin ofender, pero sin dejar de provocar una sonrisa o, directamente, carcajadas.

Un orgullo haber compartido con ella, haber sido su amigo, como quiso dejarlo firmado en la dedicatoria de El Evento: "Para el padrino red-set, con el cariño enorme de la red-friend". Totó.

07 noviembre 2011

SHAKESPEARE, AL FIN



Mucha agua tuvo que pasar bajo los puentes para que un Seminario sobre cultura en Chile fuese adornado por la imagen del genio británico que ilustra esta nota. El Segundo Seminario Cultura y Economía, efectuado en el Hotel W (¿de William?) el 4 de noviembre marcó el cambio, al recibir a cuatro expositores provenientes de la comunidad británica -dos ingleses, una neozelandesa y un australiano- que nos dejaron la sensación de que algo está cambiando desde los reiterados tiempos en que las aguas estadounidenses, francesas o españolas aparecían como principales, sino únicas, inspiradoras de nuestras políticas culturales, demostrando de paso que nuestro modelo de Consejo de la Cultura y las Artes tiene buena compañía en el mundo actual. 

Los complementó el ex Ministro brasileño Juca Ferreira recordando la   doctrina de su país que "al Estado no le cabe hacer cultura sino facilitar y fomentar su desarrollo" agregando que las tres grandes metas que tuvo el Presidente Lula fueron: estimular el desarrollo cultural de Brasil; implementar una fuerte inclusión cultural de la población, y desarrollar la Economía Cultural, en el sentido de una economia post industrial cuya legitimidad y contemporaneidad se construye con participación, es decir, "un diálogo sincero y crítico con todos los sectores".

La Economía fue el centro del seminario que, en comparación con la versión 2010, no pudo conservar su calidad dado que las mesas redondas sucumbieron ante la mala práctica de llegar tarde, hablar y retirarse, como aconteció con el Ministro de Hacienda que luego de una desprolija intervención -"los chilenos viajan a Nueva York para asistir a obras de Broadway"- partió raudo dejando a una audiencia sin oportunidad de presenciar una conversación entre los panelistas, con participación de la audiencia, tal como lo afirmaba el programa y  reiteraban los jóvenes que requerían preguntas escritas en una hoja en blanco ubicada en cada una de las sillas.

El Ministro de Cultura no fue particularmente enfático al dar a conocer la noticia de las primeras cifras de la Cuenta Satélite de Cultura que el domingo anterior había adelantado y analizado la sección de El Mercurio llamada Economía&Negocios, metáfora de que esa fórmula sigue siendo más ágil que la de Economía & Cultura.

No obstante, Cruz Coke pudo acuñar una frase que será recordada "queremos más equidad que gratuidad" perfilando los cuatro caminos que debiera seguir el CNCA: incentivos a la participación de la sociedad civil en cultura; generación de estadísticas culturales; infraestructura para la circulación de bienes culturales, y fortalecimiento de instituciones culturales que favorezcan la formación de nuevos públicos. Detallando que este apoyo será -como ocurre en Australia, Estados Unidos, Nueva Zelandia y el Reino Unido- vinculado a metas y beneficiarios, a medir cada tres años, más que a proyectos específicos.


Sin duda, lo destacable del seminario vino desde los súbditos de la Reina Isabel. Gisella Carr, Directora de Film New Zealand, expuso sobre cómo la entretención puede ser motor de la economía, narrando los logros de su país en la industria cinematográfica (dos de las diez películas que recaudaron más de cien millones de dólares provienen de allí: una de las sagas de El señor de los anillos y Avatar) debida a la calidad de sus parajes, la capacidad de sus artesanos, sus actores, sus técnicos y la audacia de sus gestores, arropados en el simple lema: "Suéñalo, hazlo, velo". Así podemos hablar ahora de películas que generan 22 mil empleos y cosechan 17 premios de la Academia, convirtiendo a Nueva Zelandia en un mini Hollywood.

El charlista inaugural, David Throsby, de la Universidad Macquarie, Sydney, conceptualizó las industrias creativas, ordenándolas en un modelo concéntrico que tiene por origen las artes creativas centrales (literatura, música, escénicas y visuales) y abarca centrifugamente industrias culturales como cine, fotografía,  industrias más amplias como radio y TV y otras relacionadas como publicidad, arquitectura y diseño. Para luego enfatizar las tres "i" de la estrategias de políticas culturales: la Infraestructura, como apoyo "invisible" al desarrollo de ciudades creativas, regulación del patrimonio y los incentivos a la filantropía; el desarrollo de la Industria pequeña y mediana, y la Innovación como ideas creativas para otros sectores económicos y la inversión estratégica en la investigación en el sector cultural.

Concluyó planteando el desafío de dimensionar el valor de la cultura, lo que significa llegar a comprender los beneficios económicos (de mercado y no de mercado) que tienen la cultura y las artes.

Ello, reconociendo la importancia del valor cultural como parte del valor público creado por este sector. Con ello se favorecería un clima positivo para que el sector privado se involucre en las artes y los gobiernos promuevan políticas culturales como parte de su función central, involucrando en ellas a una gran cantidad de ministerios (comercio, desarrollo regional, desarrollo urbano, bienestar social).
John Newbigin, director de Creative England y quién invitó a Shakespeare, esbozó una definición de industrias creativas destacando como tales a actividades que tienen en su origen la creatividad individual, la destreza y el talento y poseen un potencial de riqueza, generando a la vez propiedad intelectual.

Entre sus aportes propuso el uso de las licitaciones del gobierno para estimular la creatividad en sus proveedores.

Así, otra fortuna del seminario fue precisamente recuperar la centralidad del vocablo creatividad por sobre aquel otro más cercano a lo comercial y acechante en el lenguaje de moda, como es innovación.
En lo que no hubo dos opiniones -como lo dijo Juca Ferreira- fue que, en cultura,  la discusión es un insumo básico. Aspecto que lamentablemente se extrañó esa mañana.

Aunque Shakespeare estuviera presente.

02 noviembre 2011

DIABLADAS Y DIABLURAS EN LA FERIA DEL LIBRO

No fue la primera vez que la inauguración de la Feria del Libro fue escenario de manifestaciones ajenas a lo programado. Este año 2011 había novedades -"continuidad y cambio"- anunció el nuevo Presidente de la Cámara del Libro, Arturo Infante. El cambio principal fue la presencia de una "pregonera" que dictó una conferencia que nos introdujo simultáneamente al libro, al país invitado y su cultura y a la potencia que tienen las mujeres en nuestra sociedad. Las palabras de Sonia Montecino marcaron un buen comienzo de la cita literaria mayor de Chile.
Luego vino la poderosa y centenaria Diablada de Oruro, digna representante del Estado Plurinacional de Bolivia, país Invitado de Honor de esta versión, representado por el Vice Ministro del Ministerio de Culturas del país vecino, que llenó de música y colores la ceremonia inicial.
En el intertanto, y mientras hablaba el Ministro chileno de Cultura, irrumpieron una veintena de estudiantes, gritando sus planteos contra el lucro y por la gratuidad de la educación y esgrimiendo carteles de respaldo de los mismos. Cruz Coke y la totalidasd de la audiencia escuchó con tranquilidad hasta que el Presidente de la Cámara realizó un llamado republicano a escucharnos mutuamente.
En una ocasión anterior, esta instancia inaugural había sido interrumpida por el baile solitario del Ché Gay, un activista de la causa homosexual que también fue recibido con serenidad y respeto por la audiencia.
Pero, sin duda la situación más tensa ocurrió lejos del acto inaugural, en una remota sala, hoy desaparecida fruto de la remodelación, en la feria de 1992 cuando los organizadores programaron una aparentemente inofensiva presentación poética de Miguel Serrano, que dialogaría con Cristián Warnken, entonces responsable del programa cultural de la Feria.
La primera alerta vino de la Comunidad Judía, a través del Presidente de su Comité Representativo, que anunció que sus jóvenes vendrían a protestar por la presencia del escritor nazi. Cuando se advirtió al Presidente de la Corporación Cultural de la Estación Mapocho, el entonces Ministro de Educación, Jorge Arrate, espetó: "Y quién invitó al nazi ... ese". De inmediato resolvió apersonarse en el lugar, sin entrar a la sala, en señal de custodia y protesta a la vez. El Alcalde de Santiago, envió a los guardias municipales a prevenir cualquier conato de enfrentamiento. Finalmente, el acto se realizó con una concurrencia más bien modesta conformada por un puñado de militantes nacionalsocialistas con discretas swasticas, en primera fila, decenas de jóvenes judíos más atrás, otro contingente de guardias municipales y unos pocos visitantes distraídos de la la Feria. La poco poética tensión se respiraba en el ambiente mientras el Ministro de Educación cumplió su promesa sorbiendo pausadamente un café, en un recinto cercano, hasta que el riesgo hubo pasado.

Sin embargo, lo verdaderamente significativo, en estos tiempos turbulentos, está en que nuevamente flamea en el Centro Cultural Estación Mapocho, la bandera boliviana, una demostración de cómo la cultura acerca a los pueblos, así aconteció en 2005 cuando se reunieron allí dos decenas de gestores culturales chilenos y bolivianos a iniciar un diálogo entre sociedades civiles de ambos países, que no es ajeno a la representación del país hermano que engalana esta Feria. Como tampoco lo fue, aquellas otras dos veces en las que flameó la enseña de Bolivia, cuando a través del Consulado General de ese país, que encabezaba Herman Antelo, se presentó en el Centro Cultural en 1994 y 1995, la muestra Bolivia, la magia de su diversidad. Aquella vez, las diabladas llegaron, bailando por las calles céntricas, hasta la mismísima Plaza de Armas de Santiago.
Entonces, inauguró la primera de las muestras el Vice Presidente Víctor Hugo Cárdenas, primero de la etnia aymara, cruzado con una hermosa banda de alpaca. Hoy, 17 años después, Bolivia ostenta con orgullo su condición de Estado Plurinacional, proceso que comenzó con el reconocimiento de su propia diversidad.
¿Estaremos los chilenos siquiera iniciando ese camino?

13 octubre 2011

DIEZ MOTIVOS PARA UNA CUMBRE DE LA CULTURA EN CHILE

Todo comenzó como un sueño, en Alnwick Castle
Es posible que el momento más emocionante para la delegación chilena que viajó a Melbourne a “recibir el bastón” de la Cumbre de las Artes 2014 no haya sido cuando el Presidente de IFACCA, Alan Davey, anunció que Santiago y el “galardonado” Centro Cultural Estación Mapocho serían la sede del 6th World Summit on Arts & Culture, ni cuando Kathy Keele, CEO del Consejo de las Artes de Australia, entregó la sucesión al Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, Luciano Cruz Coke, con un sonoro CHI CHI CHI LE LE LE, ante medio millar de delegados de todo el mundo. Quizás cuando el corazón latió más fuerte fue cuando el cantante cubano de la banda -con dos integrantes chilenos- que animaba la cena oficial del Summit, en el Museo Histórico de Melbourne, entonó “Gracias a la vida” en ritmo de salsa y los presentes bailamos y agradecimos, con Violeta Parra, la honrosa designación.
Entonces se deslizaron por la memoria a lo menos diez motivos que explicaban que Chile haya sido distinguido como el primer país latinoamericano que acogerá, entre el 13 y el 16 de enero de 2014, a la más relevante reunión mundial de las artes y la cultura, desde aquella visita mágica al castillo de Alnwick.
La primera razón es el apoyo que el gobierno de Australia otorga, en general, a todas aquellas iniciativas que dicen relación con la inserción del país -continente e isla a la vez- en el mundo, a través de campeonatos mundiales, olimpíadas, cumbres y otras iniciativas que les permiten acoger grandes actividades y fortalecer su infraestructura cultural, de convenciones y deportiva. Dan testimonio de ello los complejos culturales de Melbourne y Brisbane, nacidos al amparo de sendas olimpíadas y un poderoso Comité Olímpico que no escatima festividad masiva alguna sin presentar un stand para socializar sus próximas postulaciones en las que Australia podría llegar a ser sede. En este marco, apoyó hace diez años la formación de la primera Federación Internacional de Consejos de la Cultura y Agentes Culturales (IFACCA en su versión en inglés) cuyo encuentro original fue en Ottawa, Canadá, el 3 de diciembre de 2000 y se encuadra el Programa de Visitas Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Australia que me permitió visitar espacios culturales de todo el país en 2004 y conocer esta generosa relación entre centros culturales y grandes acontecimientos. 
Delegados a la Tercera Cumbre

La segunda razón es que -estando en la Universidad de Harvard como visiting fellow- fui invitado a exponer sobre “Cultura e innovación en centros urbanos, el caso de Valparaíso”, en la Tercera Cumbre, realizada en NewcastleGateshead, al norte de Inglaterra, en junio de 2006. Dada mi entonces condición de miembro del Directorio Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, éste me otorgó, además, el carácter de observador del encuentro.

Allí se originó la tercera razón: una sugerente idea de Sarah Gardner, Secretaria Ejecutiva de IFACCA, quién durante un viaje en bus hacia la cena oficial, que se realizaría en el castillo  de Alnwick en Northumberland, dónde se filmó la saga de Harry Potter, deslizó la idea de lo interesante que sería tener una cumbre como aquella en América Latina…

De regreso a Chile, planteé al Directorio Nacional la necesidad de incorporar a nuestro país como socio de la Federación, recibiendo una entusiasta acogida de mis colegas, la que deviene en una cuarta e importante razón.

La quinta, fue la decisión del Directorio de IFACCA de realizar, en marzo de 2009, una de sus reuniones habituales en Santiago, acogidos por la Ministra Paulina Urrutia y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, en la que junto con tratar sus asuntos, escucharon dos conferencias relativas a nuestro país, sobre la Ley de Donaciones y  el proyecto del GAM, y visitaron el Centro Cultural Estación Mapocho.

De allí se derivó que en la siguiente Cumbre, en Johannesburgo, Sudáfrica, Chile asistiera por primera vez como miembro pleno. Entonces, se anunció que Melbourne sería la sede de 2011, como una manera de conmemorar los diez años de la asociación.
Directorio de IFACCA en Centro Cultural Estación Mapocho

Lanzada la Convocatoria para la Cumbre del 2014, debían presentarse las postulaciones en febrero de 2010, fecha incómoda para nuestro país dado que sólo un mes después cambiaba el gobierno. No obstante ello y con el compromiso de someter la determinación final a su sucesor, la Ministra Paulina Urrutia entregó su respaldo a la postulación que haríamos en conjunto el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y el Centro Cultural Estación Mapocho. Razón número siete.

De este modo, octavo motivo fue la acogida del Ministro Luciano Cruz Coke, a pocos días de asumir, que permitió continuar con la insinuación de febrero e iniciar la preparación de la presentación detallada de la eventual sede como país, ciudad y recinto oficial, que debía hacerse a fines de año, en Madrid.
Reunión del Directorio de IFACCA en Madrid, diciembre 2010

La novena razón fue la presentación que ambas instituciones hicimos en la capital española, ante el Directorio de la IFACCA, encabezados por la Directora Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Drina Rendic, quién hizo gala de sus dotes de diplomática cultural. En esa oportunidad competíamos con Liubliana, la capital de Eslovenia; la ciudad de Burgos, y Seúl, la capital de Corea del Sur.

Finalmente, la razón número diez, fue la reciente participación en la Cumbre de Melbourne dónde Ministro Cruz Coke, Embajador Pedro Pablo Díaz, las funcionarias del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes Verónica Guarda y Nancy Rampaphorn y el Director del Centro Cultural Estación Mapocho recibieron el emotivo encargo formal de organizar la Cumbre 2014.


Lo que viene es convertir la satisfacción por el logro, en energías para organizar un encuentro que permita recibir a varios centenares de delegados de los cinco continentes alrededor de un tema que motive a la vez a quienes habitualmente están presentes y a quienes, como los latinoamericanos, hasta ahora no acostumbran a participar masivamente de estas cumbres. 

La tarea recién comienza. El sueño imposible empieza a ser realidad.

27 septiembre 2011

2001, ODISEA DEL ESPACIO… MATUCANA

Junto con el siglo XXI, la popular calle Matucana dónde, según la cueca, se tomaba en damajuana[i] comenzó a introducirse en el itinerario cultural de Santiago. Pero, no fue fácil. Todo comenzó porque un diestro ingeniero computacional había modernizado la Dirección de Aprovisionamiento del Estado, que reconocía sus bodegas en dicha calle, sintetizándola en un programa computacional que hoy se conoce como Chile compra. Antiguos y sólidos edificios, incluyendo bodegas, taller mecánico, una estación de descarga de ferrocarril y no pocas ruinas, arriesgaban ser clausuradas. Tal perspectiva no pasó inadvertida a exploradores permanentes de espacios para el arte, entre ellos el director Andrés Pérez.
Pérez solicitó las bodegas, situadas en el número cien, para acuartelar su compañía y hacer las presentaciones habituales del verano teatral 2001. La secretaría regional de Bienes Nacionales, las entregó en préstamo por un par de meses. Aconteció lo predecible: mientras Pérez quiso permanecer un tiempo mayor, las autoridades habían ideado para el complejo un plan para emplazar allí orquestas juveniles, artesanías de chile, grupos teatrales, talleres de artes plásticas y, en el edificio de enfrente, la inexistente Biblioteca de Santiago. Luego de un tormentoso episodio Andrés Pérez y los suyos debieron salir de “las bodegas de la discordia” con un dolor entrañable.  
Ese mismo verano, profesionales de la Comisión Presidencial de Infraestructura Cultural -Cristóbal Gumucio y Andrés Waissbluth- recibieron el encargo de elaborar un primer plan de gestión para lo que sería un centro cultural en Matucana 100. La primera conclusión fue que todo lo que se proyectaba acoger, no cabía. Por cantidad de metros cuadrados e incompatibilidades acústicas. Lo más delicado era encontrar un territorio para las orquestas juveniles que obviamente no podían cohabitar con actividades ruidosas. Quiso la fortuna que el Banco Interamericano de Desarrollo -como gesto hacia sus anfitriones de una reunión de gobernadores- acabara de remodelar y aislar del exterior la antigua casa del Jefe de Estación, junto al Centro Cultural Estación Mapocho. La oferta de dicha ubicación para las nacientes orquestas por parte de la Corporación que la administraba, solucionó el problema. Y de paso, llevó a Matucana  la compañía La Troppa que, antes de la restauración, usaba tal domicilio para preparar sus minuciosas creaciones, como Gemelos.
Para administrar el nuevo espacio, se constituyó la Corporación Cultural Matucana 100, incorporando como fundadores a la vecina Universidad de Santiago, artistas reconocidos de las que serían sus áreas de acción: arte actual, fotografía, teatro, danza, cine y música y fundaciones vinculadas con el gabinete de la primera dama. "Todos en calidad de personas naturales más allá de sus cargos. Pueden pasar los gobiernos pero el centro seguirá" según publica El Mercurio del 14 de Septiembre de 2001.
Como director ejecutivo, la corporación designó a Ernesto Ottone Ramírez, asistente de Programación en el Centro Cultural Estación Mapocho, que regresaba al país luego de unos meses en Berlín. En el mismo artículo de prensa, Ottone declaró que si bien el pasado conflicto con Andrés Pérez puede entenderse como perjudicial para la imagen de Matucana 100, también es factible verlo como una ventaja, mostrando con hechos que “las bodegas de la discordia" tendrían un destino beneficioso para la comunidad.   
Sin escabullir  la necesidad de contar con el apoyo de la inversión privada, el equipo gestor urdió tres etapas para intentar situar el nuevo centro cultural en el panorama cultural chileno: “Matucana 100 en rodaje” entre los años 2001 y 2002; “Matucana 100 en construcción” (un teatro para 544 personas y una galería para arte emergente de 300 metros cuadrados) en 2003. “Matucana 100, simplemente cultura” a contar de 2004. Desde enero del 2005, se presentó escuetamente como Centro Cultural Matucana 100 y en 2007 se sumaron tres nuevos espacios: de Residencia, Micro cine y de Teatro Callejero.
Durante 2010, otro Director Ejecutivo – Cristóbal Gumucio- se abocó a elaborar el Plan Estratégico 2011-2015 y a superar el daño del terremoto del 27F que anunció la potencial caída de la estructura de la galería de artes visuales.  
Hoy, la odisea del 2001 cumple una década y tiene compañías: una pujante Biblioteca de Santiago, el impactante Museo de la Memoria, la tradicional Quinta Normal con Artequin y el nuevo MAC en su interior, navegan con él en este espacio que quizás ya no bebe de damajuanas sino de espumantes botellas de muchas inauguraciones de expresiones artísticas y patrimoniales que aseguran que allí se ha hecho un buen trabajo, que debiera durar por muchos años.

[i] Adiós calle San Pablo con Matucana
donde toman los huaynas en damajuana si ay, ay, ay,
adiós calle San Pablo con Matucana si ay, ay, ay.
En damajuana, ay sí, Parque Cousiño
donde toman los guapos, también los niños 


26 septiembre 2011

SIN PALABRAS

Foto tomada el lunes 26 de septiembre 2011 en la esquina de  Almirante Montt y José Grossi, Cerro Concepción, Valparaíso.

20 septiembre 2011

EFECTOS INESPERADOS DE UN TERREMOTO

Aunque parezca increíble, el 27F continúa teniendo réplicas. Y no sólo sísmicas. En una mesa de discusión, organizada por Ad Cultura y la Unión Nacional de Artistasel martes 13 de septiembre, en la que se cuestionaba si Chile requería o no un Ministerio que se ocupara de la cultura, el Ministro Luciano Cruz Coke detonó una bomba con forma de acuerdo parlamentario: la Comisión Harboe, instalada en la charla ministerial al mismo nivel de las conocidas -y exitosas- comisiones Garretón de 1991 e Ivelic de 1997. Lo más impactante, la presidida por Felipe Harboe está en las antípodas de las dos previas, que recomendaron la creación del Consejo de la Cultura, proponiendo en su informe final del 6 de abril 2011, la creación de un Ministerio de Cultura y Patrimonio.

Había en el público un par de centenares de integrantes activos del mundo de la cultura que salieron preguntándose por esta novedosa Comisión.
Se trata  de una entidad creada para "estudiar la situación histórica y patrimonial del país", integrada por trece parlamentarios, que escuchó a un total de nueve personas: tres arquitectos, un ingeniero, dos representantes de barrios patrimoniales, un alcalde, un abogado y un director de museo, en 17 sesiones, más una visita a La Serena. A diferencia de la comisión Ivelic, que consideraba entre sus miembros a parlamentarios -Gabriel Valdés, Luis Valentín Ferrada, Maria Antonieta Saa- y a una quincena de creadores, gestores y empresarios. O la comisión Garretón, compuesta por artistas, sociólogos y gestores de la cultura que sesionaron a lo menos un año cada una, en rigurosas sesiones semanales.
La parlamentaria fue una comisión especial, es decir, que se crea ante una situación excepcional como lo fue el terremoto y tsunami de inicios del 2010. Emite un informe y se disuelve. Dicho informe formuló, con las mejores intenciones, propuestas para proteger el patrimonio cultural del país. En sus sesiones, estudió cinco leyes: de monumentos, de donaciones culturales, de impuesto territorial, fondo de garantía de pequeños empresarios y la ley general de urbanismo y construcciones. No recibió a representantes del CNCA ni consultó la Ley que lo crea, sin embargo, propuso la creación de un Ministerio de Cultura que lo afecta.
Como ha sido tradicional en Chile, muchos piensan que los desastres -naufragios, grandes choques, tragedias mineras- se solucionan haciendo leyes. Pero, que para resolver las devastaciones que deja un terremoto se proponga crear un Ministerio de Cultura es a lo menos novedoso, más aún cuando existen suficientes vinculados directamente al tema: vivienda, urbanismo, obras públicas.
Es comprensible, por otro lado, que la magnitud de la demostración telúrica estremezca a nuestros diputados y los lleve a sobre reaccionar y entregar un informe que sostenga tal recomendación, aunque sea como instrumento para crear una subsecretaría de Patrimonio. Menos comprensible es que se señale este informe como argumento en favor del proyecto anunciado en el Mensaje Presidencial del 21de  mayo 2011, sabiendo que no era ese su propósito inicial.
¿Será que los integrantes de la citada Comisión se van a inhabilitar en la discusión de este proyecto? ¿Cuál es el margen que le queda a quienes tienen que ver con el tema en cuestión para expresar su opinión ante parlamentarios con opinión formada y publicada? ¿Ocurre que segmentos de dos poderes del Estado -Legislativo y Ejecutivo- han consensuado cuál es la solución a un problema que no es de la cultura, sino del terremoto? Evidentemente no es así, pero se han escuchado voces que justifican la creación de este nuevo Ministerio con los resultados de esta Comisión Especial, que ni siquiera conoció de la institucionalidad que resulta  modificar. Por ende, no es adecuado contraponerla a tareas como las de las diferentes instancias que sesionaron largamente y con alternativas a la vista, entre 1991 y 2003, antes de terminar por aceptar, en reiteradas ocasiones, que un Consejo de la Cultura es la mejor de las alternativas para Chile. Lo otro es un virtual terremoto, al que, si no se le pone atajo, con este tipo de réplicas va a damnificar con efecto retardado al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, por lo demás, el único servicio público del sector que reaccionó -encabezado por Cruz Coke- creando un fondo de reconstrucción patrimonial que se hizo escaso y que Hacienda acaba de reproducir, ampliado, a todo el territorio.
Es verdad que los servicios encargados de la preservación patrimonial no tienen una institucionalidad a la altura de la magnitud de una catástrofe, entonces, hagamos otra que las reemplace y, de paso, no arrollemos a una entidad completamente inocente y ajena al problema.
En definitiva, se trata de un informe legislativo interesante para modificar la institucionalidad patrimonial, como lo fue el Proyecto de Instituto del Patrimonio que presentó el gobierno Bachelet y que fuera retirado por el gobierno siguiente. Hay también otras fórmulas de hacerlo, como la Ley corta de Patrimonio que recuerda Oscar Acuña en carta al Director de El Mercurio del 20 de septiembre, alertando sobre la urgencia de preservar nuestros espacios declarados como Patrimonio de la Humanidad. Si se trata de mejorar el patrimonio, hagámoslo modernizando sus entidades.


Pero, no fue la única sorpresa de la charla ministerial, la otra fue un singular tsunami que modificó el plano de nuestro planeta para observar las institucionalidades culturales existentes en el mundo. Comenzando por el vecindario. Obviamente, en América Latina no existen consejos de la cultura como el chileno, porque es sabido que en ello somos vanguardia, posición que tanto se celebra en áreas como la economía, la previsión o la tecnología. Ahora resulta que debemos "nivelar por abajo" y aspirar a una modesta institución ministerial como las que padecen la mayoría de los países hermanos del sub continente, como el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, de Venezuela, que suelen carecer de recursos pero no de servicios señalados al gobierno de turno, o como el  de Colombia, que fuera rechazado desde su creación por el Premio Nobel Gabriel García Márquez, debido al riesgo de "dirigismo" gubernamental que encerraba.
Luego, el Ministro amplia el foco a los países de la OCDE, donde el modelo de consejos tiene sólidos ejemplos en Australia, Canadá, Corea, Finlandia, Irlanda, Noruega, Nueva Zelandia o el propio Reino Unido y quienes no lo tienen, como Estados Unidos o Alemania, ostentan instituciones bastante más laxas que un ministerio. La ola del maremoto eliminó del análisis a continentes completos como Asia, Oceanía y África o la Comunidad Británica, que experimentan saludables Consejos de las Artes, habiendo desarrollados productos culturales de excelencia en India, Hong Kong, Singapur o Sud Africa. Tampoco se advierte que países tradicionalmente pro "ministeriales" como España, ya exhiben un Consejo de la Cultura en Cataluña y la Francia de Malraux que se reconoce como "la excepción cultural" ha iniciado en 2003 el camino de las leyes de estímulos tributarios a la usanza de Estados Unidos.

La calidad de los argumentos parece estar relacionada con la descripción que hizo Agustín Squella, en el foro que siguió a la charla ministerial, del escenario que vivimos: "no estamos frente a una idea, no estamos frente a un proyecto, estamos frente a una  decisión".

Una decisión tomada, tal vez, al fragor de un terremoto feroz que asoló el patrimonio y nos hizo olvidar el mapa mundial de institucionalidades culturales que ilustra esta nota; por lo mismo, merecería darle una segunda vuelta, ya de la mano de los movimientos sociales y no sólo de los movimientos telúricos.
En esa sala del encuentro parecía haber muchos, organizaciones y personas, dispuestas a tomarse la discusión en serio.

¿Porqué no hacerlo?

13 septiembre 2011

LAS DOS CARAS DE HELMUT FRENZ





En martes trece, el pastor luterano Helmut Frenz emprendió viaje hacia la eternidad. Seguro que habrá tomado esta coincidencia con un día que sugiere no emprender periplos, como una humorada u otro chiste alemán, como los que gustaba hacer, aún en las circunstancias más duras que le tocó vivir, como co-Presidente del Comité de Cooperación para la Paz en Chile, cargo que mantuvo hasta 1975, cuando fue expulsado del país. 

Helmut llegó en 1965 como pastor de la Iglesia Evangélica Luterana de Concepción, donde orientó su labor hacia las personas encarceladas y diversos campamentos de Hualpencillo. En 1970, fue elegido Obispo por el Sínodo de la Iglesia Evangélica Luterana de Chile, y se trasladó a Santiago, donde fundó la Organización Ecuménica "Diaconía". En septiembre de 1973, fundó la Comisión Nacional de Ayuda a los Refugiados (CONAR), reconocida por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas y por el gobierno militar, institución que permitió que alrededor de 7.000 refugiados extranjeros salieran de Chile, otorgándoseles ayuda social, espiritual y jurídica. Junto al Cardenal Raúl Silva Henríquez, fundó el Comité de Defensa de Derechos Humanos, que posteriormente pasó a denominarse Comité de Cooperación para La Paz en Chile, compartiendo la presidencia de esa entidad con el obispo Fernando Ariztía Ruiz. En 1974, en reconocimiento a su labor humanitaria, el Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas, príncipe Saddrudin Aga Khan, le otorgó la más alta distinción de la ONU, la medalla Friedjof Nanssen. En 1975, participó en la creación de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas, FASIC.

El 3 de octubre de 1975, fue expulsado de Chile. 

El 30 de julio de 2007, la ex Presidenta Michelle Bachelet firmó la ley que le concedió la nacionalidad chilena, por especial gracia: "Ningún poder pudo apartar a Chile del corazón de Helmut Frenz, ni a él del corazón de millones de chilenos y chilenas que lo reconocemos como uno de los héroes de la paz".

Pero Helmut no se tomaba tan en serio su heroísmo. En 1975, cuando la ofensiva de la dictadura militar en contra del Comité Pro Paz arreciaba, se estimó conveniente que el Obispo luterano diera una conferencia de prensa en su iglesia de calle Lota, en Santiago. Nos solicitó a varios periodistas amigos que lo "entrenáramos" para el asedio de los colegas de los medios pinochetistas. Durante una de esas sesiones, cuando pensábamos que lo teníamos abrumado simulando acusaciones sin fundamento y preguntas amenazantes, surgió una que recuerdo especialmente: 
- Obispo Frenz, se dice que usted tiene dos caras.
- Efectivamente, respondió con su pipa en la boca. Tengo dos caras. Una con pipa y otra (sacándose el adminiculo y dejándolo con parsimonia en la mesa) sin pipa.
Fin del training

Con tal preparación, nos trasladamos al templo donde dos robustos parroquianos custodiaban la puerta para  evitar la presencia de los agentes de seguridad, entonces tan aficionados a las comunicaciones. Evidentemente los bondadosos luteranos desconocían a los verdaderos periodistas y consultaban, discretamente, por la pertinencia de la presencia de cada cual.

De pronto los veo que dejan pasar -inconsultos- a dos profesionales cuyo pelo sospechosamente corto me llevó a inquirirles por la razón de la autorización.

-Es que son del Diario Ilustrado, respondieron ingenuos, al unísono.

Me acerqué a tan ilustres periodistas y les recordé que tal Diario se había cerrado hacia unos cinco años. Escucharon con respeto, dieron media vuelta y se retiraron a paso rápido, dejando claramente a la vista sus calcetines verdes.

Cuando le contamos a Helmut esta gentileza del Comisario de la zona, estalló en carcajadas. No podía ser de otra forma.

Adiós, querido Helmut y gracias por lo que hiciste por nuestro común país.

12 septiembre 2011

EDITORIALES SIN NORMA


La repentina desaparición del mundo literario de uno de los grandes sellos transnacionales del negocio de los libros, la colombiana NORMA, perteneciente al longevo grupo Carvajal, prende una luz de alerta sobre la crisis de un  modelo de casas editoras que -afortunadamente- parece estar llegando a su fin. Ya lo había dicho André Schiffrin al publicar su libro "La edición sin editores". Es decir, los criterios de cómo definir un libro escapan, con mucho a su mera calidad literaria.

En Chile, el fenómeno fue alertado de alguna manera por una columna reciente de Ignacio Valente en Artes y Letras, al recordar los derechos del lector, que se han visto arrollados por estas transnacionales.
¿De qué modo? De más de uno.
En primer lugar, una larga historia de compra de derechos para toda la lengua hispana, con el objeto de ¡¡no publicar!! más que en el país de origen del autor. Es decir, copar mercados de derechos de autor, de modo que la misma empresa publique en cada país uno o dos grandes best sellers  locales, explícitamente sin editarlos en los otros países de la región lingüística para dejar espacio a su vez a los locales de aquellos. Algo así, como: un país igual un autor-canasta en que se ponen "todos los huevos". Sabemos que en Chile ha ocurrido, por ejemplo, con Roberto Ampuero, Rivera Letelier o Pablo Simonetti, escritores que ingenuamente han manifestado sorpresa por ver su rostro en buses y gigantografías en librerías desacostumbradas a ese formato de marketing. De esa manera se venden muchos ejemplares de un sólo autor, con los consiguientes ahorros de publicar muchos libros de autores diversos. Esto constituye un  desmedro de los otros autores y un fuerte golpe a la necesaria diversidad de la creación literaria. Es como lo que acontece con el cine dónde decenas de copias de películas "taquilla" abarrotan las salas sin poderse abrir espacios para las cintas chilenas u otras extranjeras de menor impacto mediático.
Resultado: empobrecimiento cultural.
Otro efecto que buscan las transnacionales es mejorar la cobranza. Es así: como muchos libreros están atrasados en sus pagos, estas empresas condicionan la entrega de los ejemplares de los best sellers al que las librería se pongan al día. Si no lo hacen, quedarán al margen del próximo "fenómeno" literario, tan manipulado como cualquier shampoo de novedosa espuma.
Como la ambición rompe el saco, las grandes editoriales comenzaron a luchar por los dos o tres autores más "digeribles" por el gran público, a través del clásico procedimiento del "saco de plata" es decir, pagar anticipo absolutamente desproporcionados al mercado que se busca servir.
Y el saco se rompió en Colombia. Norma dijo basta y cerró sus líneas literarias, manteniendo sus líneas educativas e infantiles, que se rigen por otras reglas de mercado, más cercanas a las compras públicas y las recomendaciones escolares. Un negocio más fácil y que Carvajal conoce desde los años 60 cuando constituyó la imprenta más moderna de América Latina, comparable entonces sólo con la chilena Zig Zag, que luego devino en Quimantú.
¿Qué se viene? Aparte de una tendencia a la baja de los anticipos, una oportunidad para las llamadas editoriales que no se rigen con criterios transnacionales y que podrán acceder con más fuerza a  anaqueles, más aliviados de gigantografías, para disputar el favor del público. Oportunidad para las librerías boutique que han conservado en sus mostradores la literatura de calidad con la dificultad que implica el mayor costo del libro importado o la precaria distribución de las empeñosas editoriales independientes. Oportunidad para la próxima feria del libro, de entregar mayor visibilidad a autores de propuestas interesantes más que de anticipos. Oportunidad para que nuestras universidades, que poseen poderosas escuelas de letras, salgan de las aulas demostrando publicaciones y el trabajo, no menor, de años recientes. Oportunidad, finalmente, para los lectores, de elegir sus proximas lecturas, considerando más las críticas que los anuncios.