13 octubre 2011

DIEZ MOTIVOS PARA UNA CUMBRE DE LA CULTURA EN CHILE

Todo comenzó como un sueño, en Alnwick Castle
Es posible que el momento más emocionante para la delegación chilena que viajó a Melbourne a “recibir el bastón” de la Cumbre de las Artes 2014 no haya sido cuando el Presidente de IFACCA, Alan Davey, anunció que Santiago y el “galardonado” Centro Cultural Estación Mapocho serían la sede del 6th World Summit on Arts & Culture, ni cuando Kathy Keele, CEO del Consejo de las Artes de Australia, entregó la sucesión al Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, Luciano Cruz Coke, con un sonoro CHI CHI CHI LE LE LE, ante medio millar de delegados de todo el mundo. Quizás cuando el corazón latió más fuerte fue cuando el cantante cubano de la banda -con dos integrantes chilenos- que animaba la cena oficial del Summit, en el Museo Histórico de Melbourne, entonó “Gracias a la vida” en ritmo de salsa y los presentes bailamos y agradecimos, con Violeta Parra, la honrosa designación.
Entonces se deslizaron por la memoria a lo menos diez motivos que explicaban que Chile haya sido distinguido como el primer país latinoamericano que acogerá, entre el 13 y el 16 de enero de 2014, a la más relevante reunión mundial de las artes y la cultura, desde aquella visita mágica al castillo de Alnwick.
La primera razón es el apoyo que el gobierno de Australia otorga, en general, a todas aquellas iniciativas que dicen relación con la inserción del país -continente e isla a la vez- en el mundo, a través de campeonatos mundiales, olimpíadas, cumbres y otras iniciativas que les permiten acoger grandes actividades y fortalecer su infraestructura cultural, de convenciones y deportiva. Dan testimonio de ello los complejos culturales de Melbourne y Brisbane, nacidos al amparo de sendas olimpíadas y un poderoso Comité Olímpico que no escatima festividad masiva alguna sin presentar un stand para socializar sus próximas postulaciones en las que Australia podría llegar a ser sede. En este marco, apoyó hace diez años la formación de la primera Federación Internacional de Consejos de la Cultura y Agentes Culturales (IFACCA en su versión en inglés) cuyo encuentro original fue en Ottawa, Canadá, el 3 de diciembre de 2000 y se encuadra el Programa de Visitas Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Australia que me permitió visitar espacios culturales de todo el país en 2004 y conocer esta generosa relación entre centros culturales y grandes acontecimientos. 
Delegados a la Tercera Cumbre

La segunda razón es que -estando en la Universidad de Harvard como visiting fellow- fui invitado a exponer sobre “Cultura e innovación en centros urbanos, el caso de Valparaíso”, en la Tercera Cumbre, realizada en NewcastleGateshead, al norte de Inglaterra, en junio de 2006. Dada mi entonces condición de miembro del Directorio Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, éste me otorgó, además, el carácter de observador del encuentro.

Allí se originó la tercera razón: una sugerente idea de Sarah Gardner, Secretaria Ejecutiva de IFACCA, quién durante un viaje en bus hacia la cena oficial, que se realizaría en el castillo  de Alnwick en Northumberland, dónde se filmó la saga de Harry Potter, deslizó la idea de lo interesante que sería tener una cumbre como aquella en América Latina…

De regreso a Chile, planteé al Directorio Nacional la necesidad de incorporar a nuestro país como socio de la Federación, recibiendo una entusiasta acogida de mis colegas, la que deviene en una cuarta e importante razón.

La quinta, fue la decisión del Directorio de IFACCA de realizar, en marzo de 2009, una de sus reuniones habituales en Santiago, acogidos por la Ministra Paulina Urrutia y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, en la que junto con tratar sus asuntos, escucharon dos conferencias relativas a nuestro país, sobre la Ley de Donaciones y  el proyecto del GAM, y visitaron el Centro Cultural Estación Mapocho.

De allí se derivó que en la siguiente Cumbre, en Johannesburgo, Sudáfrica, Chile asistiera por primera vez como miembro pleno. Entonces, se anunció que Melbourne sería la sede de 2011, como una manera de conmemorar los diez años de la asociación.
Directorio de IFACCA en Centro Cultural Estación Mapocho

Lanzada la Convocatoria para la Cumbre del 2014, debían presentarse las postulaciones en febrero de 2010, fecha incómoda para nuestro país dado que sólo un mes después cambiaba el gobierno. No obstante ello y con el compromiso de someter la determinación final a su sucesor, la Ministra Paulina Urrutia entregó su respaldo a la postulación que haríamos en conjunto el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y el Centro Cultural Estación Mapocho. Razón número siete.

De este modo, octavo motivo fue la acogida del Ministro Luciano Cruz Coke, a pocos días de asumir, que permitió continuar con la insinuación de febrero e iniciar la preparación de la presentación detallada de la eventual sede como país, ciudad y recinto oficial, que debía hacerse a fines de año, en Madrid.
Reunión del Directorio de IFACCA en Madrid, diciembre 2010

La novena razón fue la presentación que ambas instituciones hicimos en la capital española, ante el Directorio de la IFACCA, encabezados por la Directora Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Drina Rendic, quién hizo gala de sus dotes de diplomática cultural. En esa oportunidad competíamos con Liubliana, la capital de Eslovenia; la ciudad de Burgos, y Seúl, la capital de Corea del Sur.

Finalmente, la razón número diez, fue la reciente participación en la Cumbre de Melbourne dónde Ministro Cruz Coke, Embajador Pedro Pablo Díaz, las funcionarias del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes Verónica Guarda y Nancy Rampaphorn y el Director del Centro Cultural Estación Mapocho recibieron el emotivo encargo formal de organizar la Cumbre 2014.


Lo que viene es convertir la satisfacción por el logro, en energías para organizar un encuentro que permita recibir a varios centenares de delegados de los cinco continentes alrededor de un tema que motive a la vez a quienes habitualmente están presentes y a quienes, como los latinoamericanos, hasta ahora no acostumbran a participar masivamente de estas cumbres. 

La tarea recién comienza. El sueño imposible empieza a ser realidad.