INFRAESTRUCTURA Y GESTIÓN CULTURAL
20 diciembre 2022
ROBIN HOOD, ENTRE DICTADURA Y PANDEMIA
04 noviembre 2022
BOLAÑO Y LA ACADEMIA
Fue la primera vez de una larga vida en que viajamos, con una pareja de amigos, en su motorhome, atraídos por el fenómeno natural que sigue -a decir de los lugareños- como premio, a los desbordes que causan graves destrozos debido a las inundaciones provocadas por las intensas lluvias del invierno cordillerano.
Primero, dormimos en un protegido camping ubicado en medio de un Parque Nacional que bordea el Océano Pacífico, en las cercanías de Huasco: los Llanos del Challe. La noche fue tranquila, a pesar que fuimos vecinos de un amplio campamento de un colegio de quinceañeras que guardaron un sorprendente buen comportamiento.
La segunda noche nos esperaba en Bahía Inglesa. Luego del pertinente asado (la parrilla y sus aditamentos tiene privilegiado lugar en el motor... ) di unas vueltas por el enorme terreno arenoso, prácticamente desierto y comprobé la soledad de los amplios baños comunes. Parecía que el único estropicio serían un par de copas quebradas por una mala maniobra gimnástica. Los afanes de emular a Bolaño quedarían para el día siguiente.
A media mañana, comenzaron a aparecer algunas personas -pocas- vistiendo unas poleras de la selección Argentina... nada extraño, en vísperas de un caluroso mundial de fútbol. Al regreso del almuerzo, en uno de los competentes restaurantes de Bahía Inglesa, los "argentinos" ya eran multitud, y... no eran argentinos. Una playa "del chuncho" convenientemente ilustrada en una roca del vecino balneario, había despertado alarma futbolísticas: eran hinchas de Magallanes.
No recuerdo haberlos visto en esa cantidad las veces que me tocó compartir alguno de los "programas dobles" en el estadio Nacional, donde la vieja academia solía animar un armonioso preliminar que antecedía un segundo partido menos musical y más gritón.
Ya en la piscina del camping se hicieron escuchar, también en la playa vecina, en los baños colectivos y donde quiera que alzara la vista. Eran muchos, muchas, jóvenes, viejos, entusiastas de mediana edad, que fue imperioso investigar.
Se trataba de que Magallanes, equipo de segunda división del futbol profesional chileno, estaba al borde de ascender a primera y esa noche esperaban celebrar tan magno acontecimiento que coronaría 36 años de ausencia, jugando en la vecina Copiapó.
La "barra oficial", banda incluida, había optado por viajar de noche, pasar el día en Bahía Inglesa, relajarse, beber algunas cervezas, darse un ruidoso chapuzón y luego una reparadora ducha para luego subir a los buses que los llevarían -si triunfaban, como estaban seguros- a acceder a la serie de honor.
El regreso a Santiago, sería esa misma noche, saboreando, esperaban, el dulce sabor de la victoria. Contagioso entusiasmo. Varios celulares entonaron -youtube mediante- el "Manojito de claveles" mientras la fervorosa hinchada caminaba sin prisa, pero sin dudas, hacia los buses que se dirigirían al estadio de Copiapó.
Los despedí con su misma convicción, les deseé suerte y respondieron que, en el peor de los casos, celebrarían el siguiente partido, en su estadio de San Bernardo.
Ni Bolaño habría imaginado que pasó lo peor, "fueron saqueados" y luego de ir venciendo dos por cero, terminaron empatados a dos y la angustia se prolongó otras dos fechas. Por cierto, esa noche, el asado se acompañó de la transmisión del encuentro en Copiapó y acompañamos más adelante, vía radial, a la vieja Academia hasta que finalmente pudieron celebrar junto a toda una comunidad futbolera que recibió la noticia con tanta alegría como esos sacrificados hinchas que viajaron dos noches seguidas.
El campeonato del equipo ostentador del lema que "en el mundo no hay pinceles para pintar sus colores" ha pegado fuerte, periodistas deportivos, escritores -como Ramón Diaz Etérovic y su policial personaje, Heredia- han manifestado su alegría sincera.
Ocurre que hacía tiempo que desde las canchas no venía una noticia de las buenas: partidos suspendidos por falta de estadios o por fuegos artificiales lanzados desde las tribunas; encuentros sin presencia de la barra visitante debido a su reiterado mal comportamiento, y una serie de desaciertos directivos que nos han llevado cerca de la crisis y lejos del próximo mundial.
Es que, quizás, Magallanes ha encarnado la esperanza de que, pese a todo pueden venir tiempos mejores. El adelanto para ello pareció provenir de un camping, de esos que Bolaño cuidaba con menos esmero que pasión por aprovechar la tranquilidad de la noche, para escribir. Bien hecho, Roberto.
En una de esas logras que Magallanes gane la Copa Chile.
20 julio 2022
UNA CINCUENTENARIA INDUSTRIA DE IMAGENES
Texto leído en la presentación de la la reedición de Colección Cuncuna, hecha por la Editorial de la USACH, en el Centro Cultural Palacio de La Moneda, en presencia del Presidente Gabriel Boric.
Pool fotográfico de Quimantú
Voy a comenzar por una afirmación fuerte: Quimantú fue una industria de imágenes. Sí, a pesar que su principal rubro fue la impresión de libros, es posible afirmar que fue una adelantada, para su tiempo, en el trabajo de la imagen. De hecho su recuerdo está principalmente asociado a ilustraciones: su logo; portadas señaladas; historietas; coloridos Cuncunas...
Me atrevería a sostener que la primera idea de su impulsor, el Presidente Salvador Allende fue una imagen mixta: una botella de medio litro de leche y un ejemplar de texto de estudios. Porque esa fue, según su biógrafo, el historiador español Mario Amorós la gran obsesión de Allende: alimento físico y espiritual para los chilenos. Incluso, agrego que mi experiencia personal con esta lectura es la de un niño desnutrido, con piernas flacas, barriga abultada y mocos colgando. Un mocoso.
Para enfrentar y superar esa realidad, la compra de Zig Zag vino “de perillas”, como suele decir Condorito (revista impresa en Zig Zag y luego Quimantú):
- una imprenta enorme, con tecnología de vanguardia, a nivel latinoamericano, en la impresión a color -en prensas planas y sobretodo, rotativas- de úlima generación: offset y rotograbado
- un formidable equipo de historietistas -único en Chile-, capaz de producir grandes tiradas de lo que muchos hoy llaman con el anglicismo comic pero que los trabajadores Q llamaban simplemente “los patos”, aludiendo a la serie de revistas Disney que imprimían
- además de guionistas -en orden de aparición- trazadores, aplicadores de tinta china, letristas, aplicadores de colores (en varias camisas, de papel mantequilla, cada una con un color primario), supervisores y… sociólogos (que aparecieron con Q) la empresa contaba con
- obreros de las secciones de fototono, prensas planas y rotativas , corrección de pruebas, que eran verdaderos controles de calidad y sabían distinguir perfectamente una buena de una mala aplicación de colores y una buena de una deficiente impresión
- un departamento de publicidad que se encargaba de la elaboración de spot para televisión y avisos gráficos para difundir sus publicaciones en aquellas que le pertenecían
- expertos diagramadores y diseñadores de portadas (para los libros) que trabajaban intensamente pues había colecciones de aparición semanal, que circulaban en quioscos y por lo tanto, debían resaltar en medio de centenares de revistas y diarios que colgaban habitualmente, que se refrescaban cada día, tanto en su portada (caso de los diarios) como en su ubicación en el quiosco pues eran sacados al final de cada día y muchas veces modificada su ubicación durante la misma jornada, por los propios quiosqueros, según “el movimiento” que tenían
- varias decenas de fotógrafos, agrupados en un Pool, que reportaban a una jefatura única y entregaban su trabajo a un completo Archivo central, administrado por una completa sección de Documentación
- un conjunto amplio de ilustradores que colaboraban con los textos para los diversos niveles de escolaridad, que eran editados por Zigzag
- un jefe/maestro como Joaquín Gutiérrez, para mi fortuna, autor de un clásico de la literatura infantil costarricence: Cocorí que me acogió como aprendiz
En esa pléyade de profesionales que trabajaban habitualmente con las imágenes, se me encargó crear una colección de libros infantiles.
La sabiduría estaba al alcance de la mano, en los propios talleres y oficinas de Q. Solo debí agregarla -gracias a la generosidad de compañeros y compañeras- a la vasta experiencia lectora que, afortunadamente, me fue tempranamente estimulada por mi abuelo Arturo, mis padres, profesores y más de alguna academia literaria y revistas escolares.
Entonces, me dediqué a preguntar. Formato, tipos de papel, tamaño de letras, número de páginas para no perder papel en los cortes, cantidad y tipo de impresión a color… Incluso el logo y nombre de la hoy cincuentenaria Cuncuna, surgió de una conversación con el equipo de diseño de la División Editorial, por cierto mientras ellos dibujaban, casi distraídamente, y yo absorvía hasta sus miradas
Mi papel fue seleccionar -con la indispensable ayuda de ese gigantesco lector Alfonso Calderón- cuentos para proponer y, una vez aprobados, encontrar el ilustrador más indicado.
Así llegaron hasta mi oficina del tercer piso en Avenida Santa María -la oficina de Cuncunita- quienes hoy siguen deleitando a niños y adultos con sus pinceladas: NATO, que me embelesaba desde su travieso Cachupín en la última página de revista Estadio; Guidú y Jalid Daccaret que bajaban desde el séptimo piso donde vivía Cabrochico, y Tex que, después, desde su exilio me siguió acompañando en APSI.
Nada de esto estaría sucediendo hoy acá si no hubiese aparecido, un día, muchos años después, Galo (parece seudónimo de ilustrador francés) y en otra apasionada conversación surgió la idea de la reedición.
Lo sorprendente es que esa nueva versión se presenta en la residencia de la Cineteca Nacional, el repositorio de nuestra imagen en movimiento.
Las imágenes siguen acompañando a Cuncuna y, termino, me han regalado otro texto, de cine reciente, que explica el fenómeno que presenciamos.
La maravillosa película mexicana COCO, a la que nos invitó mi nieto Rafael, deja la lección -cual Cuncuna- que la personas viven mientras los demás las recuerdan.
Muchas gracias, Galo, Catalina, Consuelo, Maria Isabel, Claudio, Guillermo, Nicolás a la Editorial de la Usach y a ustedes, por permitir que este trabajo siga existiendo.
05 julio 2022
CUNCUNA EN EL MOSTRADOR
"Fuimos pioneros en paridad de relevancia entre autores del texto y de ilustraciones, así como en la selección de autoras y autores, ilustradores e ilustradoras. Hace solo 50 años. Por ello la editorial de la USACH la califica hoy como “La revolución del libro infantil chileno”, así celebra la cuenta de tuiter @quimantúvive la publicación del 4 de julio de 2022 en El Mostrador titulada "Reeditan cuentos infantiles e ilustrados de Quimantú, la mítica editorial de la Unidad Popular".
25 junio 2022
CARLOS IGNACIO JULLIAN Y SUS LIBROS
Fue de esas personas que deja huella. Daba la impresión que todo lo hacía bien, un destacado atleta y futbolista, a pesar de su esmirriado físico escolar. No extrañó cuando supimos que estudiaría arquitectura como tampoco que enfilaría sus pasos hacia Francia, donde un hermano, mayor, hacía su propia carrera. Lo que sí me extrañó fue cuando llegó a regalarme su primer libro. Carlos Ignacio es poeta.
16 junio 2022
EL SISTEMA DE PRENSA EN CHILE (1973-1984)
Corría 1985 cuando dos ONG's opositoras a la dictadura organizaron un Seminario para debatir temas de prensa y cultura: CENECA y CED. En esa ocasión, me encomendaron un estudio sobre la situación de la prensa durante los primeros años del régimen militar. En él, a partir de la presencia de la prensa en la Constitución de 1925, aún vigente, se analizó cómo el sistema completa había sido desbaratado, tanto por la clausura de medios escritos y radiales como por la intervención de los medios televisivos, a través de los rectores delegados de las universidades, propietarias de los canales existentes. El texto completo fue digitalizado gracias al trabajo del profesor chileno Tomás Peters y puede encontrarse en el siguiente vínculo:
http://www.archivoceneca.cl/2018/08/08/el-sistema-de-prensa-en-chile-bajo-el-gobierno-militar/
El año siguiente, 1986, junto a la investigadora María Elena Hermosilla, el presidente del Colegio de Periodistas de Concepción, Mario Aravena y cuatro colegas de la ciudad, realizamos una investigación sobre la situación de la Prensa y la Radio en la región del Bío Bío. Gracias al mismo esfuerzo de Peters, ese estudio puede encontrarse en:
http://www.archivoceneca.cl/2018/08/08/prensa-radio-y-television-region-del-bio-bio/
Parece relevante destacarlos hoy, que entramos en una nueva fase constitucional como país y, por tanto, en una nueva etapa del sistema de prensa nacional.
10 junio 2022
PINOCHET V/S GARCÍA MÁRQUEZ
Corría el mes de noviembre de 1986, la dictadura había comenzado su declive, el país se preparaba para recibir al Papa Juan Pablo II, sin embargo reinaba el Estado de Sitio que permitía a la autoridad intervenir la correspondencia. Fue lo que ocurrió con cargas a mi nombre, como representante en Chile de la Editorial colombiana Oveja Negra, que navegaban hacia Valparaíso con destino la feria del libro de ese año. Esos 15 mil ejemplares de un libro del Premio Nobel Gabriel García Márquez, serían el último episodio de una disputa que había comenzado poco después del golpe militar de 1973, cuando "Gabo" anuncio al mundo que dejaría de escribir mientras Pinochet estuviera en el poder.
02 junio 2022
EL DULCE ENCANTO DE DONAR
Fotografía de Luis Navarro Vega, generosamente donada al autor. |
El sabio consejo de amigos de mayor experiencia, el apoyo de colegas documentalistas y la generosa acogida del Archivo Nacional, conspiraron para que, luego de recibir una veintena de cajas con los documentos de treinta años de trabajo en gestión cultural, participación en dos períodos en el Directorio del CNCA, apuntes de clases, registros de viajes al exterior, seminarios, conferencias y asesorías varias me sumergiera -literalmente- en papeles, documentos, escritos, actas y grabaciones para preparar, razonablemente clasificados, una donación.
01 junio 2022
LA CULTURA EN EL PRIMER MENSAJE DE BORIC
1º de junio 2022, primera cuenta pública del Presidente Gabriel Boric. No había grandes trascendidos en material cultural, sus agentes y autoridades disfrutaban aún de una exitosa jornada del Día de los Patrimonios, acontecida el fin de semana anterior. Se vivía el ajuste de las nuevas designaciones de la Ministra Julieta Brodsky en las diversas corporaciones y fundaciones culturales que integra. Cuándo, ¡oh sorpresa!, llegó un contundente discurso presidencial con excelentes anuncios para el sector. Veamos.
Los párrafos correspondientes de la maciza Cuenta, comenzaron así:
“La cultura es ese espacio donde se encuentra la creación de las y los grandes artistas, con el patrimonio y las prácticas cotidianas de los pueblos de Chile. La cultura es el trasfondo que da sentido a nuestra mirada y pone textura y color en los lazos que unen a nuestra patria. La cultura es en definitiva el espíritu de un pueblo, y como tal debemos tratarla".
Una definición correcta y un llamado a asumirla y bien tratarla.
Continúa:
"Y sabemos que lo han pasado mal. Por ello, a partir de julio, entregaremos un apoyo de 450 mil pesos a 30 mil trabajadores y trabajadoras del sector cultural, y además, desarrollaremos estrategias regionales que tengan como objetivo la reactivación económica del sector, con un tratamiento diferenciado en el plan paso a paso que se haga cargo de la realidad particular de la industria."
El tanto tiempo esperado reconocimiento a las enormes dificultades que trabajadoras y trabajadores de la cultura sufrieron por el estallido social, la pandemia y la desidia del gobierno anterior. Con una precisión justa: el objetivo -obvio pero invisibilizado hasta ahora- la reactivación económica del sector con particularidades, caso a caso y énfasis regional.
Lo que sigue es la mirada de futuro: "Pero debemos pensar también mas allá de la emergencia". La misión del estadista.
"Necesitamos revisar la forma en cómo nuestra sociedad concibe el trabajo cultural. Junto a sindicatos, gremios y trabajadores, elaboraremos un proyecto de ley que cree un Sistema Nacional de Financiamiento Cultural que junto con un futuro Estatuto del Trabajador Cultural, nos permitan transitar de la precarización de las y los trabajadores de la cultura a condiciones dignas que valoren como corresponde su esencial labor. Le he encargado esta tarea con mucho énfasis a nuestra Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio".
Hace quince años escribí un libro -"Cultura ¿quién paga?" de Ril editores- cuya tesis central es que el desarrollo cultural de un país depende de quién o quienes lo financian. Hasta ahora marchábamos, desde el regreso a la Democracia, con dignidad por el camino de aportes fundamentalmente públicos, con asignación a través de consejos participativos y vinculantes integrados por pares de los beneficiados. Ese camino sufrió un retroceso con la creación, en 2018, de un ministerio que amputó las facultades vinculantes y reforzó la burocracia creando dos subsecretarías con duplicidades hasta ahora no resueltas.
Por ello, la creación de un Sistema de Financiamiento augura ser una buena noticia en el que convivan y se coordinen los recursos públicos, privados y de las industrias culturales y puedan superarse las injusticias de centros culturales adscritos a millonarias glosas presupuestarias anuales mientras otros agentes culturales son dejados a la suerte del autofinanciamiento y la concursabilidad, evidentemente creada para otros justos fines.
También constituye un gran avance el Estatuto del trabajador cultural, para prever futuras crisis que, como la pandemia, sorprendió al sector sin datos sobre sus integrantes y un ministerio sin capacidad de respuesta al respecto.
Termina, Boric con la reiteración de una promesa de campaña:
"Además reitero nuestro compromiso que durante nuestro período de gobierno llegaremos, al menos, al 1% del presupuesto destinado a cultura. Esto lo afirmo porque tengo la más profunda convicción de que el desarrollo de un país no puede medirse sólo en función de su acceso a bienes, servicios y consumos, sino también en cómo trata, respeta y apoya la cultura en sus más diversas expresiones”.
Es verdad, el desarrollo de un país debe medirse en el trato, respeto y apoyo público a la cultura.
Un camino a recorrer.