17 junio 2025

LOS GRANDES EDIFICIOS CULTURALES HABLAN



No dejé de dar un salto cuando, en el reciente foro de candidatos a las primarias de centro e izquierda, la periodista Angélica Bulnes preguntó a los participantes qué libro recomendarían. 

¡Por fin, exclamé! 

Al mismo tiempo, mi fértil imaginación, voló hacia Quimantú deseando que, habiendo una candidata de apellido Jara, ella u otro recomendara el Minilibro que ilustra este texto. Duró poco mi alegría, ni ella ni los demás aprovecharon la oportunidad de pasar algún mensaje que revele su inquietud programática por el libro y la cultura.


Debo reconocer mi ingenuidad de que desde nuestra izquierda que tanto valora al Presidente Allende y su obra, hiciera, en plena campaña, una alusión a ello.

Luego vino la conformidad, la mención de un libro en TV va a reverberar algún tiempo en los comentarios y las redes y luego llegará el ansiado debate sobre el futuro de un sector tan vilipendiado desde el estallido y la pandemia.

Esperaré detectar algo en la prensa. Y me encontré con agradables sorpresas. 

En coincidencia con el inicio de la campaña electoral, han comenzado a destacarse lo que los franceses llaman los grandes edificios culturales. A los que cada Presidente galo ha querido asociarse.

Enumero: 

1. La crisis del Club de La Unión que ha llevado a valorar su colección de arte, con aviesas intenciones de vender parte de ella para pagar sus deudas.

2. La Fundación Salvador Allende no ha recibido trato equivalente para la colección de su Museo, que hizo lo mismo que planean frente al conocido bar La Unión Chica: pagar la compra de un inmueble al Serviu con parte de su patrimonio artístico. Incluso, aclara la Fundación, se planteó un destino digno para las pinturas en la Casa de la Cultura Anáhuac del Parque Metropolitano. Pero, para alguno usar arte para pagar deudas es legítimo, para Allende, no.

3. Esta doble situación motivó un reportaje de Artes y Letras donde se revela que la gran mayoría de las colecciones de arte están en manos del Estado, principalmente en bancos, tal como ocurre en Colombia, Ecuador, México, Bolivia y un largo etcétera.

4. Siguió a esta nota una reveladora crónica de El Mercurio que destaca el liderazgo femenino en grandes espacios culturales como el Museo de Bellas Artes; el Centro Cultural La Moneda; la Biblioteca Nacional y el Centro Cultural Gabriela Mistral. Una muestra de cómo gestionar edificios culturales sin distinción de si son públicos o privados, de si ésta la realiza el SERPAT o una corporación sin fines de lucro. Lo que recuerda la propuesta ante la Cámara de Diputados -cuando se discutía en 2016, la creación del Ministerio de Culturas- de un Consejo Nacional de la Infraestructura y Gestión. Ver  https://arturo-navarro.blogspot.com/2016/03/un-consejo-de-la-infraestructura-y-la.html

 5. La Universidad de Chile ha anunciado, dos hechos relevantes: la rehabilitación de la ex sede de la Facultad de Química y Farmacia, en Vicuña Mackenna 20, para instalar un teatro de excelencia para la Orquesta Sinfónica. Además, su Dirección de Extensión ha anunciado, al convocar a la primera actividad sobre Venturelli y Siquieiros, que desarrollará una cartelera cultural en la Librería Universitaria de su Casa Central, en Alameda 1050.

6. El Museo Precolombino -otro gran espacio cultural- ha anunciado que se asocia a una aplicación que da acceso a 900 organizaciones culturales del mundo, impulsada por Bloomberg Philantropies y que se podrá descargar gratuitamente a la entrada del museo.

7. La Cineteca Nacional, inserta en el Centro Cultural Palacio de la Moneda, ha homenajeado a la cineasta Alicia Vega, dándole su nombre al microcine tradicional. Otro ejemplo de complementación de grandes espacios con pequeñas iniciativas fructíferas en términos de políticas culturales, como testimonian, además de la sala Alicia Vega, su reconocido Espacio Lector y la valiosa muestra "Como diseñar una revolución, la vía chilena al diseño", quizás lo más destacado de la conmemoración de los 50 años del Golpe, en 2023, pronta a presentarse en Barcelona.

8. La antigua estación del ferrocarril Arica-La Paz será rescatada para acoger a la primera Biblioteca regional; un auditorio para 180 personas; oficinas regionales del Consejo de monumentos y la Coordinación de bibliotecas públicas, y una cafetería. Otro caso de grandes edificios aportando a las políticas culturales, en este caso, además, monumento histórico.



La enumeración debería bastar para que los candidatos y sus equipos programáticos consideren una política para la gestión de grandes espacios culturales como la mejor manera de atraer a las audiencias hacia las artes y el patrimonio.

Otro dato: el 16 de junio el Museo del Louvre amaneció cerrado por huelga de sus funcionarios que llamaban la atención sobre el exceso de visitantes...

Parece que los grandes edificios culturales hablan y señalan el camino.



01 junio 2025

LA CULTURA TRAS LA PRÓXIMA PRESIDENCIAL



El inicio de la campaña electoral para la primaria del oficialismo del próximo 29 de junio, marca también el inicio de las propuestas para quienes ocupan el próximo gobierno 2026-2029. La cultura no escapa a este comienzo. Aunque con diferente énfasis según cada candidatura. 
 

Antes de analizar lo que vendría desde el actual oficialismo, es preciso fijarse lo que podría esperarse desde la actual oposición, en caso de imponerse. 

La derecha, post dictadura, no ha tenido una propuesta global para esta área. Recordemos que la largamente estudiada institucionalidad cultural que prepararon los mandatos de Patricio Aylwin y Eduardo Frei y concretó Ricardo Lagos con su asesor presidencial, Agustín Squella, no tuvo oposición parlamentaria y se aprobó prácticamente de manera unánime el participativo Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. 

Sin duda, a esta aprobación contribuyó el que el organismo máximo del CNCA, su Directorio Nacional, debía incluir entre sus integrantes, al menos a dos representantes de la oposición: uno de ellos debía ser aprobado por el Senado como parte de un par que obviamente sería solo uno de gobierno. El otro surgiría de la necesidad que hubiera dos rectores universitarios, uno de las casas de estudio públicas, otro de las privadas.

Es decir, el espíritu de esta institución fue ser representativa de la totalidad de la sociedad, no solo de la cultura, las artes y el patrimonio -cinco personas de esos mundos- sino también de los Premios Nacionales, las universidades y los organismos estatales vinculados al tema como los Ministerios de Educación, Relaciones Exteriores, presidido por un ciudadano/a con rango de ministro.

Toda esta cabeza, descansaba sobre una exhaustiva pirámide de participación con consejos regionales y sectoriales. Todos, todos, con mayoría de la sociedad civil. Y dos características notables:

1. Los designados de la sociedad civil, no podían ser removidos por la autoridad política que los nombra.

2. Los acuerdos consagrados en Directorio y una obligatoria Convención Nacional, eran vinculantes.

Un ejemplo es el actual Centro Cultural Gabriela Mistral que surgió como centro nacional de artes escénicas y musicales en una Convención celebrada a finales del gobierno de Lagos y que la Presidenta Bachelet y su ministra de cultura, Paulina Urrutia, cumplieron rigurosamente.

La obra, desarrollada durante Bachelet, fue inaugurada por el Presidente Sebastián Piñera, a inicios de su mandato, dando testimonio de una política de Estado.

Tal característica fue continuada por el ministro Luciano Cruz Coke. 

Sin embargo, hubo dos hechos que la pusieron en cuestión: 

1. La necesidad de fortalecer a un ascendente  posible  candidato presidencial oficialista, Laurence Golborne, entonces Ministro de Obras Públicas, hizo que el gobierno traspasara la responsabilidad de construir la gran sala del Centro (entonces apocopado en GAM) desde el CNCA a Obras Públicas. Con la desventaja de ponerla en la fila de la enorme lista de obras públicas, con prioridades y urgencias regionales, políticas y de emergencias, abandonando la vigilancia permanente que sobre ella mantenía el Directorio del GAM y -a través de él- del CNCA, que había tomado a buen puerto la primera parte de la edificación, encabezada por un comité interministerial presidido por Paulina Urrutia al que el MOP solo respondía como secretaría técnica a través de su Dirección de Arquitectura.

2. Desde el mismo gobierno se fue imponiendo la idea de que el CNCA no dialogaba adecuadamente con la DIBAM, servicio público de igual rango, y que la Ley incitaba a coordinarse, como efectivamente ocurrió a nivel del Directorio Nacional donde participaban tanto la dirección de DIBAM como directores representativos del mundo del patrimonio. Una antigua idea en DIBAM -fundada en 1929- afirmaba que ella debía ser la cabeza natural de 
la institucionalidad cultural, compartida con la Universidad de Chile, como efectivamente ocurrió hasta la dictadura. Lamentablemente, se optó por la creación de un ministerio como única forma de coordinar ambas instituciones. 

Este camino fue continuado por el segundo gobierno de Bachelet que, once días antes de entregar el mando, dejó aprobado el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, sin reglamento ni lineamientos claros respecto a sus promesas como, por ejemplo, evitar duplicidades o reencasillar a los funcionarios que venían de servicios diferentes.

Desafortunadamente, tales falencias no han sido superadas por los seis ministras y ministros que lo encabezaron en los gobiernos Piñera 2 y Boric.


Ese es el escenario en el que llegamos a esta nueva oportunidad de establecer políticas culturales. 

De lo expresado, se desprende que la responsabilidad en retomar esos virtuosos años 1990/2018 recae principalmente en los sectores que hoy se agrupan en la candidatura de Carolina Tohá. 

Sin embargo, ello no significa simplemente regresar a la situación pre ministerio, pero, al menos, recuperar la condición vinculante y participativa de la institucionalidad cultural.

Además, haciendo una lectura de las nuevas condiciones que afectan al mundo cultural desde 2019 en adelante.

Desde luego, la insurrección de noviembre de ese año, dejó una deuda enorme y nueva con la infraestructura y el patrimonio material. Se requiere entonces una política de emergencia hacia espacios como el Museo Violeta Parra o el Cine Arte Normandie y el área patrimonial de la ciudad de Valparaíso.

La pandemia también dejó un daño a las audiencias culturales, deteriorando fuertemente la asistencia a los espacios culturales más relevantes del país. Se propone la creación de un Consejo Nacional -a semejanza de los del libro, la música o las artes visuales y de la representación- de la Infraestructura y la gestión donde se reúnan, coordinen y fijen políticas comunes los grandes edificios del SERPAT (MNBA, MNHN; MHN) con los grandes centros culturales de alcance nacional (CCPLM, GAM, CCEM...), museos temáticos (Derechos Humanos, Violeta Parra, MAC, MIM, Pre colombino...), teatros regionales (Maule, Bio Bio...), teatros municipales (Santiago, Iquique, Viña del Mar, Las Condes...), espacios privados (Teatro del Lago, Nescafé de las Artes, Corpartes...).


Hay tres fenómenos que convocan masivamente a los públicos en los últimos años en los que es necesario poner atención y proponer políticas:

1. Los conciertos, básicamente de música, desarrollados en estadios, arenas, casinos y salas convocan a muchas personas -particularmente jóvenes- que son de interés para estimular hábitos de consumo cultural. Se debe estudiar fórmulas de presencia en esos espectáculos de promoción de museos, bibliotecas, galerías de arte, teatros. Es posible combinar estos eventos con los trámites que los productores de espectáculos deben cumplir ante las autoridades públicas. (Se ha visto, por ejemplo, presencia del Museo de la Memoria en Lola Palloza).

2. Los edificios patrimoniales. La exitosa experiencia de los días del Patrimonio aconseja que el público que se restó en pandemia, mantiene e incrementa su interés por visitar -en horarios diurnos y con estímulos comunicacionales adecuados- espacios patrimoniales que bien podrían ser coordinados y distribuidos en turnos (como antaño las farmacias) a lo largo del año y conforme a la época del año. Es un tema de Programación que puede ser encabezado por la institucionalidad cultural, recurriendo a la asesoría de los avezados programadores de los grandes centros culturales. También es aconsejable proponer asociación de pares de elementos; por ejemplo, el T. Municipal con una biblioteca rica en libros de ópera, ballet, conciertos o de una galería de arte con el MIM. El Presidente Boric, en su Cuenta anual 2025 esbozó la posibilidad de un segundo día del Patrimonio para el mes de febrero 2026, el último mes de su mandato.

3. La literatura infantil y juvenil. Ha sido posible apreciar el surgimiento de editoriales especializadas, aumento de publicaciones, cuenta cuentos, lugares para dibujar y pintar, ferias, etc. Crear Espacios lectores -como ejemplo el que existe en el CCPLM- donde se pueda leer, pintar, escuchar cuentos, apreciar ilustraciones, es un aspecto programático importante. Ello por el impacto que la existencia de estos lugares puede tener sobre la delincuencia juvenil, en términos de ocupar tiempo libre y de estimular tempranamente la lectura. Oportunidad inmejorable es la invitación a nuestro país a la Feria de Frankfurt 2027, para llevar originales de libros infantiles traducidos al inglés o alemán, para que sean publicados en el exterior.


En síntesis, se requieren medidas de:

1. Intervención inmediata en espacios culturales de barrios y sectores vandalizados en el estallido social.

2. Programas de retorno de las audiencias a los espacios patrimoniales, artísticos y culturales a través del método de creación de nuevos públicos a partir de los intereses existentes (fomentar, por ejemplo, la lectura, entre asistentes a conciertos o el cine entre públicos de las bibliotecas).

3. Proyecto de Ley de Consejo Nacional de Infraestructura y gestión (esto toma app tres años legislativos, por lo que debe presentarse al inicio del mandato). Lo que no impide que desde la autoridad se convoque a un consejo provisional desde los primeros meses.

4. Creación del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. 

5. Convocatoria, a través del Fondo del Libro, de proyectos para la creación de Espacios lectores.

6. Elaboración de un Calendario Patrimonial a contar del segundo semestre 2026.


Esta lista puede y debe complementarse.

¡Adelante!


19 marzo 2025

""LAS ATADURAS DEL SILENCIO" de RODRIGO ATRIA



Cuando Mario Vargas Llosa vino, a mediados de 1981, al teatro ICTUS a presentar “La guerra del fin del mundo”, contó una anécdota de un militar peruano, correctamente uniformado, que luego de una conferencia, lo esperaba insistentemente para hacerle una pregunta, muy importante. Sorprendido, Mario lo recibió y escuchó con estupor que el oficial necesitaba saber cómo se había enterado de su historia, que apareció tal cual en la novela “Pantaleón y las visitadoras” (1973).


Vargas Llosa ratificó el hecho en una entrevista, realizada una lluviosa mañana de domingo en un cálido hotel frente al Parque Forestal y publicada en APSI 101, ambos estábamos escoltados por sendas Patricias; él con su prima en primorosa bata, yo con mi esposa, camuflada como fotografía de la revista.

Tuve una sensación parecida leyendo “Las ataduras del silencio”. ¿Cómo Rodrigo Atria se enteró de los silencios (obligados) y las ataduras (legalizadas) que me correspondió vivir durante los 5 años y 105 ediciones que dirigieron APSI? 

El misterio comenzó a desarrollarse hacia el final del verano reciente.

Antes, había tenido días gloriosos de lectura -en estéreo- sobre el Libertador Simón Bolívar, dos biografías contundentes -las de Marie Arana y de García Hamilton-, y una serie de 60 capítulos en Netflix.

((Práctica que recomiendo, luego de haber hecho otro tanto con “Patria”; “El Gatopardo”; “Pedro Páramo”, y “Cien años de soledad”)) 
 

Me disponía a buscar un nuevo conjunto de lecturas combinadas con streaming cuando a las 16:40 del martes 18 de febrero, irrumpieron en WhatsApp, mensajes de Rodrigo Atria:

Sin pasar por fiscalía alguna, los reproduzco fielmente:

[16:40, 18/2/2025] Rodrigo Atria: Querido Arturo, ¿cómo vas? ¿De vacaciones o de regreso de vacaciones?... Quizás ninguna de las dos anteriores...

[16:41, 18/2/2025] Rodrigo Atria: Te cuento que en marzo saldrá un nuevo libro mío...

Agregó una imagen con un texto de editorial Planeta que describía la novela como “lo que significó ser periodista en la década de los ochenta, mientras trabajaba en la revista APSI, cuando el miedo gobernaba...”

Minutos antes, repasaba con mi nieto de 7 años, algunos episodios televisivos de Star Wars me permitieron, desde esa galaxia, una primera deducción: Atria hacía una secuela, 
de mi experiencia APSI, lo que convertía a ésta en una “precuela” de la novela que, como imaginarán, ya había aceptado presentar aún antes de responder los mencionados WhatsApp.
 

Cual no sería mi sorpresa cuando, ya inmerso en la lectura de Atria, en el capítulo llamado Encriptación, página 93, me encuentro con R2-D2 si, con Arturito, el compañero de C3-PO Citripio...

Pero no nos adelantemos.


“Las ataduras del silencio” es una novela que describe dos sensaciones impregnadas, durante la dictadura, en la piel de los comunicadores: el miedo y la censura, la censura y el miedo. 

Una siniestra pareja que supervigilaba -como la madre de Woody Allen, desde las nubes en “Historias de NY”– el trabajo que antes fuera informar de la manera más certera y con chequeo de dos fuentes, a lo menos, ahora debía matizarse pensando si pasaría o no la censura y, de no hacerlo, cuál sería el costo: una citación desde DINACOS; una golpiza; decenas de llamadas telefónicas en las que nadie estaba al otro lado de la línea; una visita de misteriosos señores a su domicilio, o una cabeza de cerdo en la puerta de la revista.

Creía que APSI ya lo había vivido todo, desde la censura previa -en 1976- que exigía revisar los originales antes de imprimirlos, luego contrastar lo impreso con lo revisado para finalmente recibir un permiso de circulación. 

Después vino la autocensura, con citaciones periódicas a la sede de los tres poderes del estado, el Edificio Diego Portales, al director responsable, reuniones en las que el censor indicaba -destacados en amarillo en su ejemplar de la revista- cuales eran los temas que no se debía aludir. 

En agosto de 1981, vino la amenaza más robusta en boga: expulsión el país, como lo registra el capítulo “Amigos”, en su página 32.

Ello implicó el cierre de la revista por ocho meses y su reaparición el 6 de mayo de 1982, con nuevo director y editor: Marcelo Contreras y Sergio Marras. También nuevos periodistas: Dionisio Hopper -nuestro protagonista- entre ellos.

Ese mismo año de 1982, en la Plaza de Armas, surgió otro proyecto periodístico de envergadura, al que se adscribió Hopper/Atria: escribir las memorias de la Vicaría de la Solidaridad. No cabía duda que no sería grato a la censura y que se arriesgaba quizás tanto o más que escribir en APSI. Encabezaba la iniciativa Augusto Góngora.

Su origen fue que se estimó necesario dejar testimonio escrito de la extraordinaria labor de la Vicaría. Entonces un grupo de sus funcionarios agregaron a su incansable trabajo el ir registrando su encomiable labor. A poco andar advirtieron que alguien tenía que redactar literariamente tales documentos: Góngora convocó para ello a Rodrigo Atria, joven periodista que había mostrado dotes narrativas, a inicios de los setenta en la colección Nosotros los chilenos de Quimantú; que de alguna manera ocupaba el lugar de esa "vieja guardia del periodismo que ya no está. Algunos han muerto. Otros han salido del país y los que quedaron subsisten sin hacerse notar mucho" Capítulo "Rumores" página 58.


Así, a las tensiones y “guatas apretadas” de APSI (pues la máscara de Dionisio Hopper había caído y dejó a la intemperie a Atria) se sumaron las propias de reuniones clandestinas con Eugenio 'Queno' Ahumada; Gustavo Villalobos; Carmen Quesney; José Manuel Parada; Gustavo Saball, Javier Luis Egaña... en lugares variados y variables según las sospechas surgidas de misteriosos sujetos parado en las esquinas; llamadas telefónicas imprecisas, actitudes sospechosas...


Testimonio de ello aparece en “Noticia urgente” (página 205) cuando José Manuel Parada se convierte de autor del libro en víctima de un feroz asesinato y por tanto, en parte de los momentos más desgarradores del libro. Costó no romper en llanto como ese 29 de marzo.


Eso es esta novela que me honra introducirles: un relato en primera persona de un profesional que vivió en carne propia el intento de hacer periodismo de verdad en dictadura; también un relato colectivo de decenas de colegas que en libros, radios, boletines, revistas se jugaron por reconstruir un sistema de prensa que había sido dinamitado el 11 de septiembre de 1973.

Hay en estas páginas una lección de periodismo en las perores circunstancias, pero también un descarnado relato del miedo, de esa sensación de que aquello para lo cual la sociedad lo formó y hace profesionalmente, que debería ser apreciado, puede ser usado en su contra y tener costo en vidas, exilio, torturas, cárcel. O simplemente, miedo persistente a cualquier chirrido nocturno de neumáticos, para el protagonista y su entorno.


Pocas veces, en la variopinta literatura sobre la dictadura de Pinochet, es posible encontrar esta forma narrativa de un testigo presencial, que se cuestiona a sí mismo, que da cuenta de sus sensaciones más primarias y que, finalmente, hace novela en primera persona para narrar, magistralmente, como se escribía otro libro: “La memoria prohibida”, mientras superaba sus temores trabajando para una revista nacida cuando Chile, a solo tres años del golpe militar, iniciaba el camino de reconstruir su democracia. 


Democracia que es posible conservar gracias a testimonios como el de Rodrigo.

Gracias, colega y amigo.

18 octubre 2024

DE CÓMO LECTORA DE CUNCUNA DEVIENE EN AUTORA



 


El 17 de octubre de 2024, en el Parque Cultural ex Cárcel de Valparaíso, se presentó el libro de cuentos infantiles "Zapatos con olor a mar" de la recientemente fallecida escritora Lina Peralta Valdés.  Uno de sus cuentos, describe su experiencia infantil como lectora de Cuncuna. Por ello, su hijo, el periodista Javier Faúndez, tuvo la gentileza de invitarme a participar en esa oportunidad, lo que hice, gustoso, a través de este video:

https://youtu.be/ikbpq5-zGvE



El 15 de enero de 2025, en el Museo de la Memoria, se presentó el texto en Santiago, con gran acogida y un homenaje a la autora. Además se entregó un pequeño paquete de pasas, para activar la memoria, a los asistentes.

Mi contribución fue un breve relato que titulé "Lina, la heroína", que narra las aventuras de una niña que vivía en un país donde el rey cumplía sus promesas y nunca le creció la nariz como a Pinocho.


 

09 octubre 2024

LAS VUELTAS DE CUNCUNA


Quizás deba partir por explicar el sentido de la palabra vueltas, aquí usada. En primer lugar, pareciera normal que una cuncuna se dé vueltas para alcanzar ¿su estado de mariposa, alguna apetitosa manzana? Pero no es ese el sentido del título. Sino el de regresar, volver... y volver muchas veces, casi permanentemente, como ha ocurrido en el transcurso de mi vida, desde que me tocó bautizar con su nombre una colección de cuentos infantiles, en los 70s.


El regreso más reciente fue en forma de un nuevo cuento, narrado por Lina Peralta, lectora de Cuncuna, que conoció la colección cuando tenía unos 7 u 8 años.

El relato, que forma parte del libro "Zapatos con olor a mar", próximo a ser presentado en el centro Cultural ex Cárcel de Valparaíso, narra cómo ella fue motivada por su padre para ir a la librería más cercana y escoger un libro "que tuviera una cuncuna".

No es mi propósito contar el cuento -ya podrán leerlo en su próximo viaje a la librería más cercana- sino reflexionar sobre el significativo hecho que, una lectora precoz, motivada por su padre, impactada por los libros de esta colección de Quimantú, ya adulta, convirtiera esa experiencia en un nuevo cuento para niños, también ilustrado.

La historia continúa porque hace pocos días, su hijo, el periodista Javier Faúndez, me contactó para pedirme que presentara el libro en el centro cultural porteño, el 17 de octubre, o bien el 15 de enero de 2025, en el Museo de la memoria y los derechos humanos.

Obviamente, le interesaba el comentario de un partícipe de la Cuncuna original refiriéndose a esta creación de Lina. Pero, también deseaba mi opinión respecto de la permanencia en el tiempo -más de cinco décadas- de esta colección y sobre aquella mítica frase del Presidente Allende, "en mi gobierno, los únicos privilegiados serán los niños".

Convinimos una entrevista por zoom para la mañana de hoy, 9 de octubre. Mismo día -otra sincronía-, en que la Biblioteca Nacional, a través de las redes sociales -X para ser más exacto- y su página Memoria chilena, destaca el primer número de una segunda serie de Cuncuna: Pintamonos, llamado La leche.

Allí estaba la respuesta a Javier. 

Quimantú encabezó su serie para pintar con una alusión directa a las dos preocupaciones de Allende respecto a los niños de Chile: alimento material -el medio litro de leche- y alimento cultural, los libros.

Pero no libros cualesquiera, sino libros para ser intervenidos (pintados) por los niños, reflejando una de las bases del programa de la UP: la participación. 

Curiosamente, la idea de los Pintamonos surgió al comprobar que -sin que fuera un propósito original- los lectores de Cuncuna rayaban, pintaban, recortaban, rompían los cuentos que atesoraban.

Ese es quizás es secreto de las varias "vueltas" de Cuncuna, desde el recuerdo de sus lectores niños, que han llevado a reeditarlos, a organizar concursos de dibujo basados en sus ilustraciones o a exponer las "Huellas de Cuncuna", como acontecerá en noviembre, en el Centro Cultural La Moneda.

Secreto que esos lectores han heredado a sus descendientes que, como Javier, siguen motivando otro regreso, otra vuelta a Cuncuna.

Ya terminando la entrevista, le consulté a Javier sobre su trabajo. Me contó que daba talleres en la sede Valparaíso de Balmaceda arte joven.

Algo me impulsó a confesarle: - Yo nací muy cerca de esa sede, en el Hospital Alemán.

- Yo también, respondió.

Y no es cuento, sino otra sincronía.


31 julio 2024

GESTIÓN CULTURAL EN VENEZUELA DURANTE PANDEMIA


 

El 11 de agosto de 2021, en plena pandemia, tuve una conversación por zoom, sobre gestión cultural en su país, con Régulo Pachano Olivares, ex Presidente del Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez (CAMLB). Pachano, por órdenes de la Gobernación del Zulia, fue destituido de su cargo el miércoles 17 de mayo de 2018, después de décadas de intenso trabajo cultural en esta institución. Al momento del encuentro se desempeñaba, como exiliado, en el Teatro Colón de Buenos Aires.


El diálogo, de alrededor de una hora, versó sobre la vinculación cultural entre Venezuela y Chile, desde Andrés Bello a Gustavo Dudamel, pasando por el exilio chileno en su país; artistas plásticos como Jesús Soto; el Ministro José Antonio Abreu y el desarrollo del Sistema de Orquestas Juveniles, llevado a Venezuela por discípulos del maestro Jorge Peña Hen, entre otros.

Es interesante, en momentos que se vuelve la mirada hacia Venezuela, repasar este documento, en el siguiente enlace:



29 julio 2024

EL 5 DE OCTUBRE 1988 Y EL 28 DE JULIO 2024



Duró poco el "estado de gracia" en que nos dejó (a muchos) la inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024. Bastaron 48 horas para que, desde Venezuela, llegara un sabor amargo. Muy amargo y lleno de reminiscencias respecto del final de la dictadura que asoló Chile desde 1973, caída que se iniciara el 5 de octubre de 1988. Con una urna electoral y un lápiz.



Hasta determinada hora de la noche, justo cuando cerraban las transmisiones desde los Juegos Olímpicos, en Chile y Venezuela, se esperaba que la elección presidencial fijada para "el día del cumpleaños de Chávez" marcara el inicio del final de la dictadura de Nicolás Maduro.

Solo que Maduro no corrió solo, como Pinochet, sino que enfrentaba a un candidato opositor muy fuerte, al que los primeros datos daban una cómoda ventaja de dos a uno. Tampoco el sistema electoral es el mismo, el venezolano tiene un componente electrónico que permite que el "poder electoral" pueda acusar un hackeo . Mismo poder que carece de autonomía del gobierno y obedecer sus dictados.

Aproximadamente una hora antes de la medianoche se fue instalando la idea que venía el fraude. Frente al cual los resguardos de vigilancia de los votos organizados por el comando opositor, fueron inútiles. 

La felicidad de los venezolanos no fue un anuncio de que "ya viene" como en el octubre chileno sino que estalló antes de los cómputos. Millones de nacionales de Venezuela, en todo el mundo, salieron a la calle y expresaron su alegría por lo que parecía ser el final de un período oscuro. Algún canal de tv sumó en pantalla alrededor de cinco ciudades chilenas donde hubo celebraciones masivas y... anticipadas.

Por el contrario, los chilenos, en 1988, nos fuimos tranquilos y temprano a casa y desatamos la felicidad la mañana del 6 de octubre, cuando la victoria del NO ya estaba confirmada por nuestro Servicio Electoral y el Subsecretario del Interior del régimen, Alberto Cardemil.

Así, el lunes 29 de julio de 2024, tuvo un amanecer de tristeza y preocupación. Desfilaron por la pasarela de los recuerdos, venezolanas y venezolanos que ya se han hecho cotidianos en mi vida: el panadero que hornea la masa madre como si fuera su hijo; la amable vendedora de la panadería que persuade como nadie de la bondad de los productos que ofrece; los vocingleros "maracuchos" de la feria libre de Bilbao que ya habían anunciado que el martes 30 no trabajarían por estar celebrando la victoria del candidato opositor; las decenas de conductores de aplicaciones que interrumpían la siempre alta música radial de su auto para confesar su voto, en fin, todo tipo de prestadores de servicios que habían puesto en alerta su esperanza. El lunes 29, los productos por entrega llegaron con retraso... "hoy, los venezolanos no fueron a trabajar", explicó un repartidor chileno.

El martes 30 parecía que el tiempo retrocedía a 1983, año de las primeras protestas en Chile, que los venezolanos habían perdido el miedo y salían masivamente a la calle y derribaban los símbolos del chavismo para protestar por un evidente fraude. 

El mundo se alineó rápidamente entre países de gobiernos autoritarios, por un lado y aquellos que viven la democracia y exigen una explicación al gobierno venezolano y a su Consejo Nacional Electoral. 

La oposición a Maduro, segura de su triunfo en las urnas, actos en mano, comenzó a difundir sus resultados y el gobierno inició la represión, en las calles y a domicilio. 

Si quisiéramos mantener la similitud con nuestro 5 de octubre, diría que está aconteciendo lo que ese día temíamos y afortunadamente no llegó a ocurrir: un escamoteo de los votos y un auto golpe que prolongaría la dictadura, sin plazo.

Esperamos que, el meticuloso trabajo de formación de testigos, un sistema de conteo y transmisión rápida y verosímil de resultados que organizó el Comando de Edmundo González, rinda sus frutos tal como ocurrió en Chile.

Que está en el disco duro de nuestro país y nos permite solidarizar con los habitantes de Venezuela, expresar cariño a los exiliados que temen ver alejarse el ansiado retorno y apoyar al Presidente, Gabriel Boric, asumiendo un liderazgo internacional que vuelve a enorgullecernos. 

Como esa noche del 5 de octubre.

27 julio 2024

PARÍS 2024: DEPORTES Y CULTURA


 

Las electrizantes más de cuatro horas de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos 2024, en París, no sólo me mantuvo "permanentemente al borde del asiento" como muy bien describió una presentadora mexicana de televisión. También dejó una inquietud: ¿cuál es la relación entre deportes y culturas? Y ¿cómo ha evolucionado esta vinculación -si la hay- a lo largo del tiempo?



Sería simple decir que es una paridad que se ha mantenido a lo largo del tiempo. Bastaría recurrir a que los primeros juegos nacieron en Grecia y tenían un contenido cultural innegable y concluir que los últimos, los actuales de París, también derrocharon, en su inauguración, incontables muestras de cultura y arte.

Lamentablemente no es así. Mi experiencia demuestra que ambas disciplinas se han ido alejando, al menos en nuestro continente y país. 

Ya en mi formación escolar, la educación física contaba con distinciones respecto de los ramos artísticos como artes plásticas, literatura o educación musical. Desde luego, un simple justificativo maternal aludiendo un improbable resfrío, posibilitaba ausentarme de dichas clases, lo que terminaba en bajas calificaciones y el consiguiente descenso en el promedio final. -Ah, tienes cinco en gimnasia, no importa. Al final se mejoraba la calificación con una discutible evaluación del "esfuerzo", es decir, demorar, en las clases finales, menos en la vuelta al patio, que lo alcanzado al inicio del año escolar. Así, se consagraba un alejamiento de la actividad física, sin mayores consecuencias.

En esa misma época, los clásicos universitarios eran conformados por dos bloques, uno cultural: las barras de cada universidad que competían en ingenio y creatividad, y el partido de fútbol propiamente tal. Incluso se decía que quien ganaba en las barras, perdía en el partido y todos felices. 

Por los sesenta, también, llego la televisión a Chile y el gobierno entregó su concesión a universidades, debido al innegable aporte cultural que harían a través de sus pantallas, la U de Chile; la UC; la UC de Valparaíso; y la U del Norte. Lo que obviamente no impidió que la verdadera extensión del nuevo medio de comunicación a lo largo del país, se lograra gracias al Mundial de Fútbol de 1962.

Nuevamente cultura y deporte, de la mano, aportaban a la sociedad, Incluyendo varias universidades que competían con sendos equipos en los campeonatos profesionales de futbol y otros deportes.

Pero la "profesionalización", introdujo la relevancia del dinero en el deporte. Los jugadores se comenzaron a "vender", incluso algunos destacados, al exterior; más de algún empresario o publicista descubrió que poner su marca en las camisetas aumentaría sus ganancias. De ahí a las casas de apuestas auspiciando equipos y hasta selecciones nacionales, hubo solo un paso. Y se llegó a organizar un mundial de fútbol en Qatar, con un clima infernal y un estadio desarmable, hecho de contenedores.

La última perla fue, en la reciente Copa América de fútbol, introducir directamente un show, un espectáculo televisivo en el entretiempo de la final, diletando al doble los tiempos habituales del descanso entre los primeros y los segundos 45 minutos. E introduciendo un factor disruptivo en el tiempo exacto que los aficionados usamos para alimentarnos, refrescarse y atender necesidades biológicas.

En esta vertiginosa danza de millones de dólares en los que bailan derechos de transmisión televisiva; arriendos de camisetas; corrupción de dirigentes... la cultura no llegó a competir. Y siguió por caminos muy alejados del deporte.

Es evidente que un actor, shakesperiano o no, se resistiría a poner un logotipo comercial un su vestuario; o que una orquesta no introduciría un jingle de Coca Cola entre el primer y segundo movimiento de una sinfonía. Tampoco que un escritor redactara, por encargo, una novela exaltando los beneficios de una pasta dental.

Pareció que la vieja sociedad de deporte y cultura se dio por perdida, incluso, en la construcción de una institucionalidad cultural, a inicios de siglo, se optó por el modelo británico de los consejos de las artes, sin siquiera considerar que la secretaría de Estado que los rige en Gran Bretaña, es la misma de los deportes y las comunicaciones.

Sin embargo, París 2024 vuelve el alma al cuerpo. La feliz integración de la historia de Francia; los símbolos urbanos (torre Eiffel); los grandes edificios culturales (museos, bibliotecas); destacadas artistas (Lady Gaga, Cèline Dion); notables elencos (orquesta y ballet nacional, bailarinas del Moulin Rouge), en la ceremonia inaugural mostró al mundo que el ensamble de cultura y deporte es posible y deseable.

La gran pregunta es la habitual: ¿Quién paga? Porque el deporte es capaz de generar recursos millonarios y la cultura apenas se sostiene con financiamientos mixtos entre Estado, privados y las audiencias. 

Quizás sea el momento de volver la vista atrás y recuperar para el beneficio ciudadano los aportes que en este matrimonio tan provechoso como necesario hicieron las universidades, la televisión y el Estado con sus diversas caras como infraestructura; patrimonio material; compra de obras de arte y ejemplares de libros; junto con una gestión dinámica y liviana aprovechando las ricas experiencias en ese terreno que acumulan diversos gestores culturales que han sido capaces de sostener grandes edificios -como en Francia- combinando recursos mixtos y sosteniendo elencos estables o temporales.

Incluso se podría soñar con recuperar ríos que, como el Sena, recorren la capital y otras ciudades, uniendo destinos monumentales. 

Pero eso, es "agua de otro costal".







09 julio 2024

QUIMANTÚ Y LA REVISTA QUE NUNCA EXISTIÓ





Despertó tanta curiosidad que terminó exhibida en la muestra "Cómo diseñar una revolución, la vía chilena al diseño", atracción final del gran muro que mostraba la totalidad de las portadas de libros y revistas que Quimantú editó entre 1971 y 1973. Es la maqueta de la "Revista de los jóvenes trabajadores" cuya única diferencia con otros números cero es que fue impresa, en algunas pocas decenas de ejemplares. Que se perdió en el tiempo, dado que la revista nunca llegó a publicar su número uno.


Es que al ser sometida a los Comités de producción de la empresa, despertó dudas, tanto por el alto costo que implicaban las cuatro tapas a todo color, como por la extraña definición de que debía tener algunos artículos escritos a mano pues la letra de imprenta era vista, por algunos, como ajena a los jóvenes trabajadores.

Se quería una publicación juvenil diferente a la "burguesa" revista RITMO, de Lord Cochrane -editorial de Roberto, el hermano de Agustín Edwards, propietario de El Mercurio- y distinta de ONDA, la respuesta de Quimantú dirigida al mismo público, con algunas temáticas similares pero sin perder Ritmo en portada, con una comprometida historieta cuyo guión fue encargado al escritor mapucista Carlos Olivárez y el diseño de portada al artista Carlos Rojas. Su lema: "Hoy es el primer día del resto de tu vida". 

Para graficar el proyecto del área de publicaciones infantiles y educativas se resolvió imprimirlo. En total había máquinas en cantidades y qué mejor que mostrar el producto final. En esas discusiones estábamos los trabajadores de Quimantú, cuando bajo nuestras narices, es decir en nuestras impresoras comenzó a aparecer RAMONA, revista juvenil del Comité Central de las Juventudes Comunistas. Que reunía varias de las premisas que se esperaban de la Juvenil Obrera. Como tantos sueños editoriales, el proyecto no avanzó ni se supo más de él, 

Hasta que el diligente arquitecto Hugo Palmarola, una de las cabezas creativas de "Cómo diseñar una revolución..." se empezó a obtener un ejemplar para su exposición, que permaneció varios meses en el Centro Cultural de La Moneda durante 2023, convirtiéndose en una de las muestras más relevantes de la conmemoración de los 50 años del golpe militar.

Se enteró, Hugo, que entre mis archivos reposaba un ejemplar. Ni corto ni perezoso llegó hasta mi casa y respetuosamente lo solicitaré ofreciendo el contrato y seguro correspondientes, como en las exposiciones internacionales; muy bien ejecutados por los eficientes equipos del CCLM.

Visité varias veces la muestra completa, siempre finalizando en el último de los impresos de la gran sala poniente, que ocupaba un lugar de honor. En uno de esos recorridos, me asaltó la pregunta: ¿Y después de esto? ¿Qué? 

Difícil imaginar un destino para una revista "estrella" tan poco conocida como reveladora.

Recordé que, en 2022, había donado parte importante de los documentos de mi trabajo como gestor cultural y elaborador de políticas culturales, al Archivo Nacional, los que fueron recibidos con entusiasmo pues, para mi sorpresa, no existía en el allí una sección de Cultura, debido a la ausencia de un órgano de la administración dedicado a ello, o sea, un ministerio (  https://arturo-navarro.blogspot.com/2022/06/el-dulce-encanto-de-donar.html  ).

Esperaba entonces que, a fines del verano recién pasado, me llegaría, cuidadosamente forrada en papel seda, el ejemplar famoso y lo ofreció a las gentiles profesionales del Archivo Nacional.

Por cierto, había que programar una cita formal, para hacer entrega, firmar el Acta de Recepción y relatar la trayectoria de éste sin documento.

Lo que ocurrió al mediodía de un frío martes 9 de julio de 2024, cuando me dirigí -Metro mediante- a Miraflores 50 a depositar la revista, en el mismo inviolado envase en que me la entregará el CCLM.

La recibió la archivera Geraldine Aracena, no sin antes enfundar sus manos en teniendo guantes celestes.

Los mismos que no le impidieron redactar, con respeto y devoción, el solemne acto que dejaría para siempre la revista que nunca existió en poder del Archivo Nacional de Chile, "institución pública del Estado, creada en 1927 con el fin de reunir y conservar los archivos de los Departamentos de Estado y todos los documentos y manuscritos relativos a la historia nacional, y atender a su ordenación y aprovechamiento".

Otro vestigio de la historia de una empresa de propiedad de sus trabajadores que aportó a nuestra cultura más de una década de millones de ejemplares de libros y revistas, en solo tres años de vida.