29 agosto 2017

LO QUE NOS DEJA LA CONVENCIÓN DE ARICA


Ernesto Ottone y Directores Regionales de Cultura

Esta vez, la Convención Nacional de la Cultura en Arica, pudo terminar sin inconvenientes. En ocasión anterior, presidida por Luciano Cruz Coke, debió suspenderse debido al trágico accidente del avión a Juan Fernández que cobró la vida de dos funcionarias del CNCA, como lo recordó, en sentido homenaje a las víctimas, el Ministro Ernesto Ottone en la inauguración en el mismo Teatro Municipal de Arica.


Pero el que pudiera realizarse en todos sus detalles no fue lo único que dejó satisfechos a los casi 200 participantes. Hubo logros formales -como las exposiciones de expertos en una sola jornada y con posibilidad de que debatieran entre ellos ante el plenario o el mayor tiempo para las mesas de participación- y de contenido. 

Fueron tan precisos los avances para una Política Nacional de Cultura 2017/2022 que, en la lectura de conclusiones que hizo la Directora Nacional Magdalena Pereira, no se distinguía a primera vista que éstos provenían de diez comisiones diferentes y por tanto con temas y redacciones disímiles. 

Es que el espíritu común fue de futuro, considerando seriamente que existe un escenario que se modifica. La de Arica fue la última convención -se completan 14- organizada por el CNCA y la que venga será la primera que lleve adelante el Ministerio de las Culturas. Nadie tuvo alguna duda de que esta instancia central de participación seguirá desarrollándose anualmente, así lo determina la ley aprobada recién, y que las políticas aprobadas en Arica serán las orientadoras de este nuevo ministerio, más allá de quienes sean las futuras autoridades.

Este consenso se reflejó -emotivamente- con el aplauso con que la asamblea reconocía al Directorio Nacional, desplegado en pleno sobre el escenario de la ceremonia de clausura, mientras los integrantes del cuerpo colegiado aplaudían con entusiasmo a los convencionales.

El símbolo de haber realizado ese cierre en el Centro Cultural del Consulado del Perú, bajo bandera peruana, sintetiza la apertura de las nuevas políticas hacia temas tan urgentes como los migrantes.

Por otra parte, la fotografía oficial que el Ministro Ottone se hizo con los integrantes del Directorio y luego con los Directores Regionales -una versión libre encabeza esta nota- usó como entorno el mismo hermoso edificio de la Casa Bolognesi en memoria del Coronel peruano que defendió el Morro en la Guerra del Pacífico.

En la Convención, además, se dieron a conocer políticas sectoriales recientemente aprobadas, con alta participación, de los campos Audiovisual, Artesanías y Artes Escénicas. Culminó esta entrega la exposición del equipo involucrado en la Ley ministerial, que entregó detalles de la nueva estructura institucional, los recursos -no menores- involucrados que favorecen fundamentalmente a las regiones y a mejorar remuneraciones de los actuales funcionarios de DIBAM que, al pasar al Servicio Nacional del Patrimonio, nivelan sus ingresos con el CNCA.

Una de las novedades fue la activa participación de un cuarteto de altos directivos del servicio que se transforma y regionaliza y que han iniciado un proceso de traspaso de sus experiencias al nuevo ministerio, las que obviamente enriquecerán tanto a la Subsecretaría del Patrimonio como el Servicio que de ella depende.

No cabe duda que lo más interesante de toda convención está en la participación de delegadas y delegados de todo el territorio, quienes exhibieron renovado interés por lo que viene. Su detalle, debiera conocerse pronto, merced el profesional trabajo del Departamento de Estudios, que sistematiza las intervenciones.

Además de ellos, es preciso reconocer el trabajo tanto del equipo central como el local que organizaron una Convención que no escatimó detalle para crear condiciones óptimas a un debate de altura y de gran responsabilidad respecto de lo que viene para la institucionalidad cultural de Chile.

Que más que incierta, está fundamentada en sólidas bases regionales y cuerpos participativos que persisten.

En definitiva, el Ministerio de las Culturas integra el sector patrimonial, modifica algunas disposiciones como la de Ley Premios Nacionales y la liberación de IVA a los espectáculos y reconoce a los Planes Quinquenales -tanto nacional como regionales- como los elaboradores de las políticas culturales del país.

Una nueva etapa que, como Chile, comienza en Arica.

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