Entre los primeros brindis de los últimos días del año que terminó, hubo uno –el 15 de diciembre- que reunió a algunas decenas de periodistas y agentes culturales, en el barrio Lastarria de Santiago, con motivo de la aparición de un portal de noticias, animado por el Consejo Nacional de la Cultura, con un ambicioso título: De Culto. Cuando se ha dado largada al año de espectáculos 2015, con las cabalgatas ferrosas de Teatro a Mil y la milenaria música china en teatros y plazas, cabe reflexionar sobre esta nueva posibilidad informativa que nació cuando ya se caía del calendario un año relevante para nuestra cultura.
El 2014 comenzó con la más importante reunión de las artes que ha acogido nuestro país: la Sexta Cumbre Mundial de la Cultura, organizada conjuntamente por la IFACCA -federación que reúne a los consejos de las artes y ministerios de cultura de todos los continentes- y el Consejo Nacional de la Cultura, que dio muestra de cómo es posible acometer este tipo de acontecimientos con un trabajo dilatado que atravesó el mandato de tres ministros -Paulina Urrutia, Luciano Cruz Coke y Roberto Ampuero- sustentado en la esclarecida visión del primer Directorio Nacional, que, en 2006, resolvió afiliarse a esta asociación, luego de haber explorado sus ventajas en la Cumbre de Newcastle, de ese mismo año. Una demostración de la eficiencia de la reunión, desarrollada en el Centro Cultural Estación Mapocho, fue que la directora de relaciones internacionales del Consejo Nacional de la Cultura –Magdalena Moreno- fue contratada por dicha organización en su sede de Sydney para ocupar un alto cargo.
El año continuó con cambio de gobierno y la llegada de la Ministra Claudia Barattini, con una agenda de cien días de dulce y agraz. Fue imposible cumplir con la meta de sustituir el proyecto de ley de Ministerio y se inició un inédito proceso de participación orientado desde la autoridad, que contempló consultas a los pueblos indígenas y diferentes mecanismos de recogida de opiniones sectoriales, en ocasiones extendidos hasta la "pixelación".
Ante la dificultad -agravada por demandas de funcionarios y procesos internos de la DIBAM, un socio necesario en este camino institucionalizador- algunas áreas artísticas optaron por el camino de reivindicar demandas y/o actualizar leyes sectoriales. Así aconteció con el libro y la lectura que está próximo a proclamar una política aprobada por el Directorio Nacional, que contempla novedosos mecanismos de internacionalización del producto editorial chileno.
El 2014 también arrojo novedades desde el Teatro Municipal. La Gala del 18 de septiembre no fue celebrada con una opera internacional sino con música nacional; su Directorio anunció un cambio -para finales de 2015- del Director Ejecutivo, y en una sencilla pero significativa ceremonia, se instaló una placa recordatoria del atentado sufrido por la pianista María Paz Santibáñez en las puertas del Teatro, durante una protesta estudiantil ocurrida en dictadura.
Un período muy
activo tuvieron también las
fundaciones que dependen del área
socio cultural de la Presidencia de la República, especialmente la FOJI, que
desplegó sus orquestas por
todo el territorio así como
la de Artesanías de Chile,
el MIM, e incluso Chile Enter que organizó
un novedoso concurso de esculturas con desechos computacionales que fue
inaugurada en La Moneda con presencia de los 27 artistas convocados. Este
verano se exhibirán en el
Centro Cultural Estación
Mapocho, para seguir después
en gira por otros espacios.
Se viste un cargo y se desvisten otros, ha sido el sino del
sector patrimonial integrado por DIBAM y el CMN, que no han logrado contar con
un elenco directivo completo y titular el año
que terminó; existe la
esperanza que el 2015 sea posible completar sus jefaturas y poder avanzar en una institución única
con el Consejo Nacional de la Cultura, si los procesos participativos en curso
así lo indican.
De ello, muchas otras dimensiones locales y regionales -y
porque no internacionales- debiéramos
informarnos este año a través de De Culto.
Pero no sólo noticias constituyen “lo
culto”
una parte importante de ello es la reflexión, que es una de las carencias del
sector. Sus secciones debieran incrementarse con ideas, debates y propuestas
que prefiguren nuestra cultura que viene.
En definitiva, un portal que hace falta, para cultos y otros no
tanto.
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