19 agosto 2007
CULTURA Y TELEVISIÓN
Este texto fue preparado para el Programa “Al Medio de los Medios" de ARTV, grabado el 23 de julio 2007, comenzando con la DEFINICIÓN DEL CNTV SOBRE PROGRAMA CULTURAL. En sesión de 30 de noviembre de 1998 el Consejo Nacional de Televisión dictó normas sobre la obligación de las concesionarias de radiodifusión televisiva de libre recepción de transmitir programas culturales a lo menos una hora por semana, entre las 18:00 y las 23:00 horas. De un análisis del cumplimiento de estas normas en el tiempo se desprende que varios de los programas están fuera de la letra y del espíritu del referido acuerdo,
El Consejo Nacional de Televisión, en mayo 2003, acordó complementar su acuerdo en los siguientes aspectos:
Sólo podrán ser considerados programas culturales aquellos que se dediquen a difundir las artes y las ciencias en cualquier género o formato. Por arte se entenderán todas las expresiones literarias, plásticas, audiovisuales, musicales y arquitectónicas, así como sus combinaciones. Por ciencia se entenderán todos aquellos cuerpos de ideas y conocimientos contenidos en las llamadas ciencias exactas, naturales y sociales, incluyendo disciplinas como la historia, el derecho y la filosofía, tanto en sus expresiones propiamente científicas como tecnológicas. Serán considerados programas culturales los comprendidos en los puntos anteriores que expongan activamente las artes y las ciencias. Si fuere necesario para ello, se incorporarán elementos adicionales de información, asociación, reflexión o contextualización, de manera de guiar al televidente acerca de las características de la creación artística y científica en cuanto a su valor, pertinencia, contribución al acervo cultural o historia. No serán considerados programas culturales, en general, los eventos deportivos, las campañas de bien público, los concursos de preguntas y respuestas, las películas de ficción que no estén enmarcadas en un contexto crítico o histórico, las telenovelas ni los programas periodísticos que no agreguen elementos de reflexión artística o científica.
¿Son las Bellas Artes o todo se puede considerar cultura?, ¿Quién determina qué es y qué no es "cultura"?, ¿es un privilegio de las elites?
- Las artes son las artes y normalmente están asociadas a un “Escenario”. Para que tengamos Cultura es preciso que se complete el proceso de llegada de esas artes a su público o “Platea”. Así considerada, la cultura no es un proceso de elites, mucho menos su difusión. La cultura requiere de la presencia de las audiencias.
El concepto clave aquí es DIFUSIÓN. La TV no debe hacer cultura sino difundir la cultura y no hay otra manera de difundir la cultura que desarrollando audiencias estables para ella. Difícilmente la transmisión de una ópera completa por TV generará audiencias estables para la ópera. Si lo podrá hacer un conjunto de mini programas o spot que entreguen aspectos claves de una ópera o difundan los atractivos de una producción operática o dancística, como acabamos de ver con Salomé, en el caso del Ballet Municipal.
¿Cómo acceden a la cultura las clases populares?
- Desde la creación del Centro Cultural Estación Mapocho, en 1990, se estableció en Chile oficialmente el tema de la “difusión cultural” en la MISION en una entidad pública no universitaria. Ello implica desarrollar un nuevo concepto como la creación de audiencias. También implica comenzar a desarrollar cultura y no sólo las artes. Luego han venido otros centros culturales, con similar misión, muy activos en todo el país. A ellos asisten los nuevos públicos, a ellos es necesario apoyarlos en su labor de difusión de la cultura de manera sistemática y permanente. En consecuencia, la difusión de la cultura no es deber exclusivo de la TV, es una tarea compartida con otros actores sociales, públicos y de la sociedad civil.
¿Es la TV un medio "cultural"?
- Obviamente sí lo es, en cuanto es un reflejo de los modos y costumbres de una sociedad. No sería posible hoy estudiar la sociedad chilena sin considerar su TV… Lo es –o debiera serlo- en cuanto reflejo de identidad y de diversidad.
El tema es cómo esa diversidad e identidad están presentes. Es apreciable el fenómeno en todas la TV locales de un aumento de la programación local en directa proporción con el fenómeno de la globalización. La gente requiere identificarse con las expresiones que ve en su TV local, con su lenguaje, con sus modismos. Este fenómeno ocurre tanto en los canales de TV abierta de alcance nacional como en los canales locales de cable.
¿Puede haber TV sin morbo, está en la naturaleza humana?,
¿El lenguaje televisivo, permitiría transmitir cultura o es siempre superficial?
- Todo lenguaje transmite cultura. Otra cosa es que sea capaz de formar audiencias cultas. Para ello se requiere habitualidad y contenidos. En principio, un programa semanal a un mismo horario por un tiempo prolongado, crea hábitos, el tema son sus contenidos o los comportamientos culturales a que induce (o no). Ahora, el lenguaje televisivo, como el teatral o el de las artes visuales o el literario puede transmitir aspectos profundos o aspectos superficiales. El programa “El show de los libros” es un ejemplo de cómo, con un lenguaje televisivo, se puede transmitir un contenido literario. Y no fue preciso leer en pantalla libros completos, sino estimular a través del motivo de los pares de elementos (“literatura y…”), contenidos literarios atractivos que motivaran al público de la TV a acercarse a los libros. Y tuvo éxito de audiencias, de contenidos (reconocimiento de la UNESCO) y de venta internacional de su producto y de su concepto. Otro ejemplo es “Viaje al Centro de la Música” de Samy Benmayor y Rip Keller, que contó con el financiamiento del CNTV. Lo mismo podría decirse de los comentarios de libros del Buenos Días a Todos de hace unos años, que consideraban “recreaciones” televisivas de escenas del libro comentado. A un lenguaje como el televisivo, de escasa recordación y que se acompaña de mucho “ruido” no se le puede pedir lo mismo que al lenguaje literario que requiere por definición soledad, silencio, concentración e interés (se paga o se solicita en Biblioteca lo que se está leyendo). Por tanto, pidamos a la TV lo que puede dar: impulsos, estímulos, complementación de otros mensajes, entretención…
¿Es posible transmitir "alta cultura", como ballet, pintura, teatro, a través de la TV? (arte)
- Tecnológicamente es posible. Lo discutible es si es necesario mantener el formato original del arte. Cada manifestación creativa tiene un formato y un espacio que le es propio y aquello dónde fue concebido por su autor. Lo que fue concebido para un teatro de conciertos con determinada capacidad acústica, cercanía del público, etc. difícilmente se podrá reproducir igual en un medio diferente (un estadio o una TV). ¿Podría usted leer un libro entero por TV? Por tanto, la TV como medio de comunicación debe estimular, sugerir, promover, desafiar a que los públicos lean libros, vayan al teatro, disfruten de un ballet… Creo en la TV como presentadora de sinopsis o síntesis de las expresiones artísticas. Creo en la cultura y el arte infiltrando muchos de los espacios de la TV (noticiarios, programas prime, matinales, etc.)
¿Todo lo que ofrece la TV, es cultura?, ¿formatos como las series, realities, programas de conversación, son "cultura popular"?
- Es evidente que no todo lo que ofrece la TV es cultura. También es evidente que la TV deba entregar sólo cultura. Tiene por objeto entregar entretención, información, educación… Las dos primeras las cumple bastante bien. No se si a estas alturas, en vistas de su rotundo fracaso, se le puede exigir que entregue educación. Pero respecto de la cultura podemos exigir que entregue información y que su forma de entregar entretención la considere en algunos aspectos y horarios. La fórmula no puede ser sólo cultura, pero tampoco sólo farándula o sólo realities… esos son formatos pasajeros que el tiempo se encarga de reducir a su justo término o simplemente de eliminar, como por ejemplo, los talk show. En ese sentido, sólo la cultura puede ser permanente, aunque no bajo un mismo formato televisivo. Por ejemplo, todavía podríamos seguir hablando de libros en algún programa pero tal vez bajo otro formato televisivo. Esto porque las artes y la literatura están asociados inexorablemente a proceso creativos inherentes al ser humano.
¿Es posible "masificar" la cultura?
- En cuanto diversidad e identidad, el concepto de cultura es masivo por definición porque dice relación con la esencia de un pueblo. El tema es la escasa diversidad que encontramos en la TV actual o más bien la exclusión o subvaloración de determinadas diversidades (indígenas, pobreza, regiones, jóvenes, inmigrantes, minorías sexuales…) no obstante es posible verificar ciertos avances. Uno notable, por ejemplo, está en la historia y sus aspectos conflictivos que apuntan a la identidad nacional, con programas como la Guerra del Pacífico de Rafael Cavada, en TVN, financiado por el CNTV o Héroes, en UCTV… En el primer caso, se contribuyó a poner en el tapete temas “velados” como la repatriación de un soldado chileno caído en la batalla de Chorrillos o el tema de los libros de la Biblioteca Nacional del Perú que permanecen en Chile. Ambos son temas de debate académico e intelectual en ambos países desde hace tiempo y que la TV había soslayado. En el segundo caso, la serie ha servido para derribar mitos sobre los “padres de la Patria” y las relaciones que tenían entre sí.
¿Quién debe financiar la cultura en la TV, solamente el Estado?,
- No solamente el estado pero también el estado. ¿Porqué el Estado debiera financiar la cultura en TV más allá de que lo ya hace a través del CNTV y sus fondos concursables? Estos fondos se entregan al CNTV a través del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, por tanto revisten un carácter de concursables, transparentes y de exigencia de audiencias a través de la necesidad de que esté presente un canal de TV abierta comprometido a exhibir los proyectos ganadores. Eso forma parte de la Política Cultural 2005-2010, fijada participativamente por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Por lo mismo, estos fondos debieran incrementarse para llegar a niveles similares a los otros fondos concursables, como Fondart, del Libro y la Lectura, de la Música y del Audiovisual, de lo que es ejemplo este mismo programa. Además, la sociedad debiera financiar la cultura en TV a través de los mecanismos habituales como el avisaje o los estímulos tributarios. También los canales podrían financiar programas o agendas culturales.
¿Por qué la cultura no es atractiva para los avisadores?, ¿falta preparación en los realizadores que son incapaces de encontrar el formato adecuado para hacer programas culturales?,
- Los avisadores responden a estímulos tanto de los medios como de las agencias de publicidad y a su vez, éstos debieran recibir estímulos de los productores, de los creadores y del mundo de la cultura, particularmente los gestores culturales. No conozco, en democracia, avisadores que, por principio, no apoyen programas por ser culturales. Conozco avisadores que financian “buenos programas” para sus productos. Sin duda podría haber más propuestas pero existen muchas. Si vemos, por ejemplo, la realidad de los últimos años, existe hoy una industria de programas infantiles que hace unos años no existía. Todos los programas infantiles tenían más de diez años de antigüedad… Con “31 minutos”, financiado por el CNTV, se marcó un quiebre y se dio inicio a una producción creativa, estimulante, variada y original. Así pudimos renovar a los clásicos Pin pon, Pipiripao… y tener una industria de animación que pudiera competir con las animaciones extranjeras con gran éxito, como Papelucho, Mampato y otras.
¿Por qué no se considera el financiamiento de la cultura como una actividad de Responsabilidad Social?
- La TV es un medio demasiado poderoso como para entrar a competir con acciones de beneficio social como el Hogar de Cristo, la Teletón o las relaciones de las empresas con los entornos humanos y sociales de sus plantas productivas, o los eventuales daños ecológicos que éstas generen. En TV y en cultura hay un capital creativo y de producción que perfectamente puede seducir a las empresas con excelentes proyectos que sean de interés para recibir financiamiento privado en un pié de igualdad o win-win. Más aun si existen fondos públicos, concursables o no, que pueden dar el capital inicial para ellos (CORFO, CNTV, Fondo Audiovisual).
Creo más en la innovación que en la responsabilidad social. Y la innovación está fundamentalmente basada en la creatividad, que es precisamente lo que abunda en el mundo de la cultura.
Falta, por ambas partes, una actitud de mayor colaboración entre ambos mundos, pero sobre la base del mutuo beneficio o igualdad de condiciones. Pongo el ejemplo de las ciencias y su capacidad de investigación innovativa: es crucial para las empresas que buscan diversificarse y las grandes empresas invierten grandes cantidades de dinero en financiar centros de estudios e investigación. Por cierto en Chile no estamos tan avanzados como en otros países, pero por ahí está el camino tanto para la ciencia como para el arte. La creatividad es hoy indispensable para muchas empresas que lo que venden son servicios (las fábricas están todas en China). La alianza entre creadores y empresa es una gran oportunidad que puede beneficiar a la sociedad toda y reflejarse en el apoyo privado a programas culturales.
22/07/2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
A pesar de no haber leido en totalidad su articulo, lo guarde con fines academicos para un trabajo de la unviersidad, donde debo exponer a modo de ensayo, el escasa oferta cultural en la parrilla programática. Gracias de antemano y porsupuesto citaré su texo cunado corresponda
ResponderBorrarElisabeth Duran
Estudiante de PedagogiA en Lenguje y comunicación
Universidad Católica de Concepción.