15 diciembre 2014

CULTURA: LAS VENTAJAS DE SABER NAVEGAR EN CRISIS


Un reciente Curso de Alta Dirección Pública en Gestion Cultural, realizado en la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República de Colombia, organizado por Goberna América Latina, permitió dejar en evidencia la enorme diferencia con que latinoamericanos y europeos enfrentan las crisis en el financiamiento de la cultura. Mientras en España, por ejemplo, se sigue hablando de "estar" en crisis y a la espera de la recuperación de la economía para a su vez recuperar los aportes gubernamentales, en Colombia, Chile y Uruguay -los casos analizados- se trabaja con la crisis como dato, quizás permanente, pero en todos caso, no inmovilizador. Somos crisis, no estamos, y de ella hemos aprendido, al menos como quedó en evidencia con el Museo del Carnaval, el Centro Cultural Estación Mapocho y el propio Banco de la República.

Mientras desde la teoría pareciera que la dicotomía de financiamiento para la cultura es sólo estado o empresa privada, del estudio de los casos -con rigurosa metodología inspirada en las socrática mayéutica (diálogo metódico por el que el interlocutor interpelado descubre las verdades por sí mismo) surgió un camino diferente: el de aquel financiamiento surgido desde el trabajo con audiencias, de modo de que éstas -conocidas, descritas y cuantificadas- permiten al gestor buscar los financiamientos necesarios entre quienes aspiran a sus votos -los que están en el gobierno o aspiran a estarlo- o quienes aspiran a su preferencia en el mercado, las empresas.

De este modo, en el trabajo con los públicos estaría la clave para asegurar estabilidad a los espacios culturales, a través de financiamientos mixtos de los que incluso pueden participar los propios beneficiados además de las fuentes clásicas estatales y empresariales.

También quedó en claro que este proceso mixto de financiamiento artístico y cultural requiere de una dirección clara y firme, como la de quien empuña un timón o la, más delicada, batuta del director de orquesta: el gestor cultural.

Para los estudiantes del curso -la mitad de ellos, los responsables de las mas de 20 sucursales culturales que tiene en el interior de Colombia el Banco de la República-, se reafirmó la importancia de su rol de gestores para la conducción acertada de los espacios patrimoniales, artísticos o culturales que ya encabezan y buscan perfeccionar.

Esta "batuta" indelegable, debe considerar tanto el conocimiento del público al que está dirigido -a través de encuestas, observatorio de audiencias, estudios de fidelidad- como el manejo adecuado de las infraestructuras en las que la cultura se desenvuelve, con un trabajo intensivo en alianzas con sectores indispensables como son los creadores, las corporaciones con o sin fines de lucro y las autoridad locales, los alcaldes.

Respecto de estos últimos, fue curiosa la coincidencia para valorarlos como actores centrales del desarrollo cultural local, tanto como la necesidad de descubrir sus personales sueños ("en Colombia, cada alcalde tiene un teleférico y un centro de convenciones en su corazón") y hacerlos compatibles con las necesidades de un desarrollo cultural estable.

En efecto, en los desarrollos locales sustentados, en lo posible, en organismos participativos y sin fines de lucro se deberá basar una política pública estable que se funde tanto en la historia, la idiosincracia del lugar, las realidades del presente y las aspiraciones de futuro, en perfecto equilibrio conforme a los tranquilizadores ritmos de la batuta señalada.

Una batuta que piensa y actúa. Y luego reflexiona sobre lo hecho.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario