Partí de vacaciones, a comienzos de febrero, dejando un texto sobre la solidaridad necesaria con Haití.
Las paradojas de la naturaleza hacen que hoy regrese al país en uno de los primeros aviones que lograron aterrizar luego del feroz terremoto y maremoto que asoló a Chile.
Lo primero es agradecer las múltiples muestras de solidaridad recibidas por correos electrónicos desde el maestro García Canclini, a los colegas de la red de centros culturales, de la red Ñandutí, del DRCLAS de Harvard, de ex alumnos del exterior, de la secretaría ejecutiva de IFACCA, de amigos e Argentina, Japón, México y otros que residen en el exterior, hasta cada una de las personas -policías, empleados de líneas aéreas, simples pasajeros- que nos manifestaron su solidaridad al ver el pasaporte chileno en cada uno de los tres aeropuertos que pasamos para regresar a Chile.
Somos víctimas de la naturaleza y receptores de la solidaridad que otras veces nos correspondió entregar.
Ambos fenómenos tiene fuerza telúrica y es el segundo el que nos hace fuertes para salir adelante una vez más.
Gracias.
La imagen que quiero compartir con ustedes es la primera que recibí al pisar nuevamente mi tierra: la policía internacional chilena en decenas de computadores portátiles recibiendo a los viajeros al cielo descubierto, el Servicio Agrícola y Ganadero reemplazando el scaner por el olfato de los perros adiestrados para impedir la entrada al país de posible contaminantes agropecuarios, el servicio de aduanas trabajando sobre la pista de aterrizaje para cumplir con su misión.
Han pasado poco más de 4 días desde la tragedia y Chile parece estar funcionando.
El cariño y preocupación de ustedes lo merece.
Estoy seguro que Javier Luis fue inspirador de esa solución temporal
ResponderBorrarGracias Arturo
ResponderBorrarMostrar este ejemplo de funcionarios abnegados que cumplen con su rol, sin pretextos, nos hace bien a todos