29 mayo 2014

LA DIMENSION ÉPICA DE LA PRESIDENTA


La celebración de los trece años de la Fundación de Orquesta Juveniles e Infantiles, FOJI, permitió a La Moneda y su principal ocupante, desplegar un lenguaje raras veces visto en palacio, sin eufemismos y concentrado en lo principal: celebrar una iniciativa socio cultural del país y reconocer a la vez quienes durante décadas permitieron que ese fenómeno fuera realidad. Jorge Peña Hen, músico y gestor de excelencia; Víctor Jara, emblema de los artistas martirizados por la dictadura y también músico de excepción; los integrantes de la Orquesta Escolar Metropolitana; los becarios de la fundación, y un puñado de instrumentistas de la orquesta juvenil que hace 50 años fundó Peña en La Serena, fueron protagonista de una velada llena de símbolos y particularmente reveladora de la dimensión épica del mandato Bachelet.


Aunque a algunos cueste entender lo que allí ocurrió -El Mercurio lo leyó como "estreno político" de Sebastián Dávalos, hijo de la Presidenta y Presidente de la FOJI- la singular armonía de la puesta en escena, que ya se expresó en la gala presidencial del 11 de marzo en el Centro Cultural Estación Mapocho, no dejó cabos sueltos. Una orquesta de niños con un solista en violín de 14 años -que acompañado de su instrumento ha superado una dolorosa tragedia familiar- interpretando obras sinfónicas de Víctor Jara arregladas por el compositor chileno Carlos Zamora, obras de compositores latinoamericanos sin desestimar a Vivaldi y un bis de una novedosa cueca urbana, con cubiertos, pandereta y platillos entre sus instrumentos.

Ello, acompañado por dos breves y significativos discursos de Dávalos y de la Presidenta Bachelet, muy instalada en el contexto, confesando su cariño por las orquestas y por la música, derivado de la preocupación familiar por sensibilizarla a ella, en su infancia, a través del clásico "Pedrito y el lobo".

La verdad es que además de reunir en La Moneda el recuerdo, la viuda y la imagen de Peña Hen, la musicalidad de Víctor Jara, la gratitud a Luisa Durán -primera madrina del proyecto- y Fernando Rosas, más músicos de hace cincuenta años y niños que apenas inician su vida artística, el décimo tercer aniversario dio una fuerte señal de cómo entiende la cultura esta administración, con un fuerte contenido social. Lo que hay en la FOJI no son sólo músicos, sino niños y niñas que acceden a becas y conjuntos musicales que pueden literalmente cambiarles la vida. Y así ha ocurrido con centenares de casos.

Lo interesante, además, es que esta dimensión épica de las acciones de la Presidenta se está convirtiendo en un estilo que, a lo menos en cultura, promete dejar huella: María Paz Santibañez, la pianista baleada frente al Teatro Municipal en una protesta fue designada agregada cultural; lo mismo Javiera Parada, hija del dirigente comunista José Manuel Parada, asesinado cruelmente por agentes oficiales, o la propia Carmen Gloria Quintana, quemada viva por militares, nombrada agregada científica. Asimismo, anunció una consulta indígena para el proyecto de Ley de Ministerio de Cultura.

Por su parte, el Ministro de Educación designó en el Consejo de Monumentos Nacionales a un académico comprometido con causas ciudadanas vinculadas a la protección de la declaración de patrimonio de la humanidad del sector fundacional de Valparaíso. En el otro cargo de relevancia de su dependencia, la dirección de la DIBAM, prefirió optar por la subrogancia temporal de un funcionario de bajo perfil, a la espera de un concurso de alta dirección pública para un servicio que sin dudas enfrentará fuertes cambios.

El estilo significativo ha sido adoptado también por la Ministra Barattini que creó una unidad de asuntos indígenas en el CNCA y acaba de firmar un convenio de colaboración con la identidad lafkenche, de acuerdo a estándares de UNESCO, para asimilar el patrimonio inmaterial de esa etnia.

Como las buenas prácticas "chorrean", la Cámara de Diputados ha recibido una propuesta de varios de sus integrantes por incorporar el ámbito del patrimonio a la comisión de arte y cultura. Podría decirse que estaba considerado en el concepto de cultura, pero sin duda en una extensión del término diferente a la que hoy, gestos como los que comentamos de la Presidenta y sus ministros, le han puesto un contenido más generoso y hasta épico.

Buenas cosas pueden esperarse cuando un país comienza a creerse que sus resultados no son sólo medibles a través de éxitos en la economía.

Algo de eso se respiró en el Patio de las Camelias cuando se escuchaban las juveniles notas de una orquesta de estudiantes correctamente vestidos y concienzudamente escuchados por altas autoridades de la República.


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