12 diciembre 2025

¿ESCENARIO O PLATEA?

    


Hasta fines del siglo XX, la historia cultural chilena respondió “escenario” a la interrogante sobre si debemos preocupamos principalmente de los artistas o del público. Salvo los años del régimen militar, en que se desconoció hasta la pregunta, la inquietud de los sucesivos gobernantes fue por los creadores e intérpretes. Primaba así el desarrollo artístico por sobre el desarrollo cultural.


Con la decisiva participación del mundo de la cultura en la Campaña del NO, otros actores del proceso cultural comenzaron a recibir atención pública. En los años 90 se comenzó a hablar de gestión cultural, de financiamiento privado, de infraestructura cultural, de formación de audiencias…a entender que no basta con desarrollo artístico y que se debía pensar también en el público que disfruta de la creación: en la platea.

Nacieron fondos concursables; proyectos de infraestructura cultural; estudios de intereses culturales; organizaciones de gestores culturales; consejos de la cultura. En todos ellos, la participación de la sociedad civil es tan importante como inédita y derivada de ello, el papel de las audiencias, o la platea, es obvio.

Tal como ha quedado en evidencia con el anuncio de la construcción de un teatro municipal en Las Condes que ha hecho creer a muchos que su edificación acarrearía perjuicios al Teatro Municipal de Santiago. Pero, los previsibles daños no son responsabilidad del nuevo edificio sino un ejemplo de las consecuencias de una gestión más preocupada por el escenario que por la platea.

El nuevo proyecto es de carácter local, anuncia un plan de gestión profesional, carece de elencos estables y plantea la búsqueda de financiamiento a través de una programación variada. Su condición de teatro comunal contrasta con el concepto de un teatro -de hecho nacional por la excelencia de sus elencos y su financiamiento- que se entrega en administración a un ente municipal. La existencia de un plan de gestión que plantee un “sueño” de teatro es indispensable en todo proyecto de infraestructura cultural. La búsqueda de financiamientos concursables, municipales y privados más la taquilla, asegurarán a la nueva sala una programación libre y variada, no sometida a la obligación de presentar “sus” elencos estables. Éstos, en teatros líderes del mundo, constituyen corporaciones independientes de salas determinadas y gestionan presentaciones en diversidad de espacios.

Hay quienes sugieren que la cercanía de estaciones de metro atraerá a Las Condes a los públicos de otras comunas. Esta puede ser una condición necesaria pero no suficiente. Los habitantes de otros sectores asistirán sólo en la medida en que se desarrollen programas de creación de audiencias. Es decir, preocuparse no sólo del escenario, sino también de la platea y, además, de un aspecto que asegurará la calidad de la relación entre ambos, en ese o cualquier otro espacio cultural, la concursabilidad en la selección de sus principales gestores.


                                            (Publicado en el diario La Segunda, el 17 de abril 2007)


11 diciembre 2025

SOLIDARIDAD: EL BOLETÍN DE LA ESPERANZA


 




Próximo a cumplir cincuenta años desde la publicación, en mayo de 1976, de su primera edición, conviene recordar los antecedentes, la estructura y el tipo de periodismo que desarrollo SOLIDARIDAD, conocido como "el Bole", el boletín informativo de la Vicaría de la Solidaridad.


Su antecedente más cercano está en el Comité de Cooperación para la Paz en Chile, allí hasta su cierre en diciembre de 1975, un pequeño equipo de comunicaciones elaboraba informes de prensa, que resumían lo publicado en los diarios nacionales respecto de las áreas de interés del Comité; realizaba análisis de prensa, que llegaba a los Obispos y dignatarios de las confesiones que integraban el Comité así como a los corresponsales extranjeros que se nutrían de información para responder a sus medios internacionales; publicaba estadísticas propias elaboradas en base de los casos de derechos humanos que llegaban hasta Santa Mónica 2338, y apoyaba a los directivos del Comité que eran víctimas de variadas campañas de prensa, inspiradas por la dictadura, como ocurrió, por ejemplo, con los ataques abiertos al Obispo luterano Helmut Frenz, o una despiadada entrevista "off the record" que un supuesto periodista realizó al Obispo Carlos Camus y que difundió mañosamente.

Estas tareas fueron asumidas por la Vicaría de la Solidaridad, a contar del 1º de enero de 1976, y sus diferentes departamentos: Jurídico; Laboral; Campesino; Zonas; Coordinación nacional; Educación solidaria y otros de apoyo. 

Uno de estos fue el Departamento boletín Solidaridad, que tenía por misión, reflejar el trabajo de cada uno de las áreas señaladas y sus obras mas señeras como las bolsas de trabajo, los talleres, los comedores y salud.

La idea del Cardenal era que, así como ideó una Vicaría en plena Plaza de Armas, con gran visibilidad, sus tareas también eran transparentes y comunicadas a cada parroquia a través de un medio interno creado para ese efecto. Así, la Vicaría instaló un aparato compuesto por periodistas, fotógrafos, diseñadores, distribuidores y otros profesionales indispensables para difundir un boletín de varias decenas de miles de ejemplares, que pudiera hacer frente a una grave situación de ausencia de libertad de expresión en el país.

Con algunos comunicadores del Comité, más periodistas de medios católicos como Radio Chilena o el Departamento de Opinión Pública (DOP) del Arzobispado más aguerridos y valientes fotógrafos que cumplían su riesgosa labor en las calles a rostro descubierto, la Vicaría constituyó un inédito equipo para un novedoso medio.

De este modo, actuando como Director responsable el propio Vicario de la Solidaridad, en diversas ocasiones en Cardenal Raúl Silva se reunió con el equipo del boletín para evaluar lo realizado y orientar el tipo de periodismo que debía implementar.


Leyendo recientemente al conocido autor español Javier Cercas, en su libro "El loco de Dios en el fin del mundo" (Random House, 2025) sobre la visita del Papa Francisco a Mongolia, encontré, en boca de una religiosa que trabaja en Radio Vaticano, una frase que calza a la perfección con lo que inspiraba a SOLIDARIDAD:

"- Nosotros intentamos transmitir esperanza. Esa es otra peculiaridad de los medios de la Iglesia.

- Es cierto -la respalda Andrea Tornielli, responsable de todos los medios Vaticanos-. Y esto significa que, incluso cuando estamos contando lo peor, la guerra de Ucrania, por ejemplo, buscamos siempre un punto de luz, por pequeño que sea, un atisbo de salida". 

Es exactamente lo que pedía el Cardenal al equipo, que, por negro que fuera el panorama de lo que estábamos reporteando, siempre había que finalizar con esperanza.

Idealmente, el periodismo debería ser completamente independiente, sin embargo en las circunstancias de censura y ausencia de libertad de expresión que padecía Chile en 1976, es legítimo que la Iglesia de Santiago sustente un medio que podríamos llamar de periodismo de esperanza. Y que cumplió su misión de salvar vidas y mantener viva, aún en las peores circunstancias, el derecho de la ciudadanía a ser informada.

Con verdad y esperanza.

04 diciembre 2025

SAN ISIDRO 562: TRES MIRADAS





Mi primer recuerdo de la casona de San Isidro, data de finales de los 60, está vinculada a la Reforma. La visité como dirigente estudiantil, pues Periodismo era una de las escuelas más cercanas junto a Arquitectura, Ingeniería Eléctrica y el Instituto de Sociología, cuyo centro de alumnos presidía. Entre los dirigentes estudiantiles de Periodismo de entonces destacaban colegas como Abel Esquivel; Francisco Castillo; Vicente Pérez; Rodolfo Gambetti (QEPD); Eugenio Rengifo; Jorge Andrés Richards; Jaime Moreno Laval (QEPD) Enrique Ponce de León (QEPD); María José Lecaros; Eduardo Santa Cruz y Pablo Portales.

La segunda visita fue, como ayudante de Cecilia Allendes, a inicios de los 70s. Quien me había encargado elaborar la bibliografía de un Taller que dictamos, titulado Periodismo de Familia.

Me llamó la atención la biblioteca, ubicada en la capilla. Al dirigirme a ella, vi a alguien que leía, en penumbras, detrás del altar que constituía su escritorio.

Era Mariano Aguirre, el bibliotecario de la Escuela. Su labor consistía, básicamente, en auxiliar a los alumnos de maestros como Clodomiro Almeyda, Alfonso Calderón, Luis Domínguez, Guillermo Blanco o Antonio Skármeta. De más está señalar que muchas veces el celebrante debía despacharnos a pocas cuadras, a la Biblioteca Nacional, donde era más factible satisfacer
la voracidad lectora despertada por ellos, ahora acrecentada por Aguirre. De seguro, Mariano había leído más volúmenes que los que albergaba aquella capilla.

Tales ayudantías, dictadas a primera hora, para no interferir mi trabajo en Editorial Quimantú, me permitieron, en la espera, tener largas charlas con el entonces Canciller, don Cloro, que perseveraba en su cátedra de Periodismo Internacional. Nos paseábamos conversando de lo humano (más) y lo divino (haciendo honor al entorno) hasta que una cantidad razonable de alumnos llegaban a las respectivas salas. Esos invitantes pasillos fueron testigos también de horas de diálogo con Lucho Domínguez, uno de los mejores conversadores de la literatura chilena.

Sin embargo, fue en la tercera condición en que acudí a San Isidro 560, la de alumno en 1972, cuando valoré la formidable e invencible flota de maestros de redacción que ofrecía la escuela: Calderón -también sub director-; Skármeta; Blanco y Domínguez...

No es extraño entonces que podamos celebrar hoy a colegas reconocidos escritores como el prolífico Hernán Rodríguez Fisse (“Prefiero Chile” sobre los inmigrantes judíos a nuestra patria) y Rodrigo Atria (“Las ataduras del silencio”, un testimonio periodístico), ambos, por obras previas recibieron el Premio Revista de Libros de El Mercurio (en 2017 y 2021, respectivamente), y Guillermo Hormazábal, que nos acaba de impactar con estremecedor testimonio de su detención en plena dictadura: “Entre la voz y el miedo”.

Pero no sólo de palabra escrita vive el comunicador; también era potente (de muchos watts) el equipo de Radio compuesto por Manfredo Mayol; Fernando Reyes Matta o Cachito Ortiz... O las experimentadas nociones de foto, cine y televisión que entonces entregaban Bob Borowicz; Juan Domingo Marinello; Rafael Sánchez, y Silvia Pellegrini.

No es de extrañar entonces que en 1993, 1997, 2005 y 2009, la Universidad de Chile se distrajese y se otorgaran Premios Nacionales a Pilar Vergara; Patricia Verdugo (QEPD); María Olivia Monckeberg, y Juan Pablo Cárdenas, en ese mismo orden. En una mucho mejor proporción a la habitual, un 25% de hombres, (recuerden que las postulantes en la primera generación, 1961, fueron 120 mujeres y sólo 12 hombres).

Proporción que se invierte si consideramos los Directores de Escuela en San Isidro -todos hombres- desde esa fecha: Patricio Prieto (1961/1966); Sergio Contardo (1966/1968); Luis Domínguez (1968/1972) y Alfonso Calderón (1972/1973). Luego del golpe asume José Ortiz Segundo.

Cabe también recordar que tuvimos nuestra propia legión extranjera, encabezada por el Premio a la Trayectoria José Carrasco; Rafael Otano Garde (natural de Pamplona) y Hermán Antelo quién llegó a ser Cónsul General de Bolivia en Chile (= Embajador).

Sería injusto no recordar hoy a quienes ya no están, que son muchos y sería imposible mencionarlos a todos. Me quiero centrar solo en dos más recientes: Augusto Góngora Labbé y Jaime Martínez Williams.

Augusto, tuvo una destacada carrera en la prensa audiovisual: Teleanálisis y recordados programas culturales en TVN. Pero su aporte en la prensa escrita dejó huella y ya se acerca a cumplir 50 años: Solidaridad, el Bole de la Vicaría, que tuvo entre sus fundadores a varios “Isidrones”, como Pablo Portales; Ramón Abarca; Guillermo Hormazábal, y el suscrito. Augusto me reemplazó como Editor a fines de diciembre de 1977 y tuvo un gran rol en los tres volúmenes de “La Memoria Prohibida”.

Jaime, periodista y abogado, fue Decano de esta Facultad, director de Qué Pasa y gran cronista gastronómico -a cuatro manos, con su esposa Laura Tapia- sin embargo se ganó un lugar en la defensa de los derechos humanos por su aporte presencial en la constatación del hallazgo de cuerpos de desaparecidos en Lonquén.

Permítanme también un reconocimiento personal: fui fundador y director de APSI hace 50 años (el 30 de julio de 1976, apareció el primer número). Debí dejar ese cargo en agosto de 1981, por clausura de la revista. Al recibir ese mazazo en las oficinas de DINACOS, en el entonces edificio Diego Portales, lo primero que hice fue ir a manifestar mi protesta a la asociación gremial que nos acogía: la ANP. Allí me recibió con cordialidad y dignidad, Jaime Martínez Williams, su Secretario Ejecutivo. Fue un remanso en el momento más complejo de mi carrera periodística. No estoy seguro de habérselo agradecido así de claro. Lo hago hoy, ante más de cien colegas de nuestra universidad. 



Intervención en el Encuentro de Ex alumnos de Periodismo UC, de las trece primeras generaciones, que estudiamos en la casona de San Isidro, desde su fundación, en 1961 y hasta 1973, el 4 de diciembre de 2025. 




09 septiembre 2025

DOLOR, LIBERTAD Y PERIODISMO


Foto: Arturo Navarro




Parecía el testimonio de un valiente periodista radial que había sufrido -me consta- un aterrador secuestro a manos del COVEMA, el siniestro Comando Vengadores de Mártires, que asoló un tiempo nuestro país, en plena dictadura. En efecto, el libro de Guillermo Hormazábal lo es, pero es mucho más. "Entre la voz y el miedo" es un compendio de la vida del autor. Una vida nada fácil.


Además, tratamiento de periodismo radial, presentado la misma semana en que la destacada fundadora del Diario de radio Cooperativa, Delia Vergara, recibió el merecido premio Nacional de Periodismo. Sucedía, la presentación en la sede del Círculo de Periodistas, el Teatro Camilo Henríquez.

Uno de los presentadores, Alejandro Guiller, es también un hombre de radio.

Sin embargo, no bien uno se adentra en la lectura, un balazo rompe esas expectativas. Literalmente, un balazo, que se lleva la vida de la madre del autor cuando éste apenas se iniciaba a la vida. 

Desde allí comienza una sorprendente historia plagada de dolores, pobreza, frustraciones, que no obstante, iban formando un carácter indomable, que llevó a Guillermo a sobreponerse a aquellos y otros inconvenientes, hasta que decidió estudiar periodismo en la Universidad Católica de la Reforma, en 1969. 

Las facilidades que la Universidad del rector Castillo Velasco daba a los estudiantes sin recursos, permitieron a Guillermo terminar sus estudios e ingresar a un mundo también vinculado a esa universidad: el universo del Cardenal Silva Henríquez impulsor no sólo de esta reforma estudiantil, sino también de la Reforma Agraria y de otros cambios que experimentó la sociedad chilena en los años 60.

Así, Guillermo llegó a trabajar en Radio Chilena y luego asumió esa responsabilidad, la de director del DOP, el departamento de opinión pública del Arzobispado del Cardenal. Éste le advirtió que no sería un trabajo sencillo pues -ya en dictadura- muchos de los dardos que ésta hubiera querido apuntar a don Raúl, caían en sus cercanos.

Así fue como Guillermo fue víctima de un secuestro que aparece relatado magistralmente en el libro, mientras la sociedad y en especial sus colegas permanecíamos en vigilia en la radio, hasta que se supiera de su suerte.

Quiso esa suerte que, durante esos tensos momentos, levantara un teléfono que sonaba en la redacción y prorrumpiera en un grito esperanzador: 

-¡Es Guillermo! 

Pasé el auricular a Rosi, su esposa, Quien se enteró que el secuestrado había sido liberado y llevado por un taxista solidario y auditor de Chilena, a su casa. 

Esa misma suerte quiso que uno de sus vecinos, un colega de Cooperativa, fuera el primero en golpear con la noticia. Chilena solo la dio -muy profesionalmente- cuando vio a Guillermo en libertad. 

Ese es el segundo gran motivo del libro. Cómo un periodista la disfruta bajo la forma de libertad de expresión y también bajo el temor de perderla, junto a la vida, a manos de un Comando criminal. 

La nobleza del autor recuerda a todos los medios que junto a Chilena resguardaban difícilmente esa libertad para que los chilenos estuvieran informados. Tiene palabras de compañerismo para APSI, Solidaridad, HOY, Análisis, Cooperativa...

Todo aquello da fuerzas al autor para formar su familia, cuidarla y conservarla con aplicación. También, quizás por ella, rechazar algunos ofrecimientos académicos o laborales y aceptar otros.

Transita luego en Democracia y reflexiona sobre cómo todos los padecimientos tienen recompensa en una vida quieta que lo lleva a talleres literarios que despiertan y explotan un talento poético que hace que "Entre la voz y el miedo" se lea prácticamente, de una sentada.

05 septiembre 2025

DELIA Y PEPE, PREMIOS NACIONALES

 

Foto: Centro Global de Columbia

Foto: El Mostrador


Quiso el destino que dos grandes amigos recibieron su merecido Premio Nacional un mismo glorioso día, 4 de septiembre, cuando la Democracia chilena escogía también a un nuevo Presidente. Ambos marcaron mi vida en circunstancias muy diversas pero con una profundidad permanente.


Delia, Directora entonces del Diario de Cooperativa, me llamó un día de verano de 1977 para hacerme una propuesta inesperada: que asumiera los comentarios internacionales de su programa, mientras duraban las vacaciones del titular, don Alejandro Magnet. 

Con Pepe, me encontré de sopetón, un frío día de 2006, en el DRCLAS de Harvard donde él era invitado a homenajear a un connotado historiador estadounidense, que había sido su colega. La verdad que fue sorpresivo pero no imposible. Le pude espetar la pregunta que me perseguía. Si, en su trabajo de investigación sobre el pueblo mapuche se había topado con un tal Leandro Navarro, autor de un libro por allá por mil novecientos...

-Por cierto, me dijo, es uno de los oficiales democráticos de aquellos tiempos y lo he citado bastante en mis trabajos. 

Entonces mi bisabuelo, que eso es Leandro, se introdujo en mi vida con fuerza y ​​yo lo incorporé en mis búsquedas de textos en la enorme biblioteca Widener. Ya no me dirigiría solo a los estantes de financiamiento cultural, el tema que me llevó a Harvard, sino que, además daría una vuelta diaria por la sección mapuche.

Lo de Delia, se convirtió en una honrosa invitación, luego de "probarme" como analista internacional, a ser Conductor del Diario en reemplazo de Patricio Bañados.

Allí pude valorar tanto su gran ojo periodístico, como su valentía y firmeza para resistir y hasta enfrentar las amenazas de la dictadura que venían del propio Ministro del Interior, sin otra arma defensiva que el I'Ching.

Además de su heroísmo en los difíciles años 1976 a 1980, pude apreciar su impecable dirección periodística de Paula y Clan. 

Pepe, siguió su brillante carrera académica y sus logros para vencer dolencias que a cualquiera invalidarían. Pero no, él apareció como si fuese un adolescente, bien en el aeropuerto de París como en el cine Hoyts de La Reina, siempre una sonrisa y recuerdos de nuestro común pasado viñamarino.

Qué orgullo poder celebrar este reconocimiento de nuestro país a dos personas que no solo merecen ser Premios Nacionales sino que me han premiado generosamente con su amistad.

Gratitud y gloria a Delia y Pepe. 

01 septiembre 2025

ESTE LUCHO HIZO MUCHO

 



A pocas horas de finalizar agosto de 2025, llega la noticia de la partida de Lucho Alvarado. Uno de los hombres de la transición. Lo conocí cuando, diversas organizaciones buscábamos afanosamente que los chilenos se inscribieran en los Registros Electorales para participar en el Plebiscito de Octubre de 1988. Allí vimos con regocijo que la señora Tencha Bussi viuda de Allende, vendría a Chile a unirse a la campaña y vimos también que parte de sus camaradas socialistas, dudaban de sumarse a ella. Lucho no tenía dudas y escoltaba a Ricardo Núñez que encabezaba a los socialistas renovados.


Lo volvió a encontrar como integrante del Directorio provisional de la que sería la gran obra cultural del Presidente Aylwin: la remodelación de la vieja estación Mapocho y su conversión en un revolucionario modelo de centro cultural.

El modelo era inédito: una corporación de derecho privado, sin fines de lucro, gestionaría el flamante espacio. El Directorio designado simbolizaba a todas las entidades públicas que debían lograr que, en los breves e intensos 4 años del primer gobierno democrático, se alcanzara la meta.

Lo presidía la máxima autoridad cultural: el Ministro de Educación, Ricardo Lagos. Lo acompañaba como Vicepresidente el encargado del territorio donde esta ubicada la estación: el Alcalde de Santiago, Jaime Ravinet. Como señal del interés presidencial, estaba también el Jefe de Gabinete de Aylwin: Carlos Bascuñan. Debido al interés del gobierno de España por incluir al proyecto entre las obras de la celebración del Quinto Centenario, estaba el Embajador Pedro Bermejo. Y el Ministro de Bienes Nacionales, Luis Alvarado.

Dirán ustedes por qué, ese secretario de Estado. 

Por una razón muy simple, la vieja estación no era propiedad fiscal. Había sido entregado, durante la dictadura, a la CORFO, en parte de pago de la cuantiosa deuda de los Ferrocarriles del Estado con esa corporación de fomento.

Y CORFO no la podía enajenar si no era a través de una venta. Y ese pago correspondería a quien sería el futuro dueño cuando se traspasara al Estado: el custodio de todos los bienes fiscales, el Ministerio de Bienes Nacionales.

De allí la presencia del Ministro Alvarado y la improbable tarea de buscar la forma de pagar a CORFO con recursos que ésta aceptará.

Pasaba el tiempo, la obra de remodelación avanzaba normalmente, en los plazos fijados; la Corporación Cultural se había constituido legalmente, gracias al esfuerzo del abogado municipal, Jorge Flisfish. Solo que continuábamos siendo okupas pues el edificio seguía perteneciendo a CORFO.

Finalmente, la tenaz búsqueda de formas de pago que había emprendido Alvarado llegó a buen final: CORFO ganó un valioso terreno fiscal en la región de Antofagasta. 

Durante mucho tiempo, debió recibir las andanadas del diputado -socialista como Lucho- Felipe Valenzuela (1990/2002), respecto de la "propiedad" antofagastina del floreciente centro cultural.

Antes de finalizar su gobierno, el 3 de marzo de 1994, el Presidente Aylwin y su entonces Ministro de Educación, Jorge Arrate, inauguraron el Centro Cultural.

La página web del Ministerio de Bienes Nacionales lo recoge así:

"Bajo el Decreto N°1290, el 30 de diciembre de 1976, la Estación Mapocho, fue declarada Monumento Nacional, en su totalidad, considerando los edificios originales y la estructura metálica que techa los andenes. En el año 1987, la estación se encontraba en un proceso rápido de deterioro, por la cual se decidió cerrarla. El 1991, el Colegio de Arquitectos, con la participación de la Municipalidad de Santiago, realizó un concurso público para realizar el Centro Cultural, que actualmente está albergado en el inmueble, cumpliendo con la finalidad de revalorar y remodelar la obra original. Para el 3 de marzo de 1994, se inauguró el Centro Cultural Estación Mapocho.

Luis Alvarado había cumplido la tarea encomendada.

Y los millones de visitantes al centro cultural se lo agradecen. 

25 agosto 2025

LITERATURA Y DEPORTES EN LA REINA

 

Foto: Leonardo Olivares


La Reina tiene ese qué se yo, que encuentras, en el Tavelli de Príncipe de Gales, a Carlos Caszely leyendo y grabando en voz alta, para una entrevista, partes de su obra "Rayito de mi corazón" y al Premio Nacional de Literatura Manuel Silva Acevedo, conversando animadamente en una mesa vecina. De pronto, se produce el encuentro. La excusa, una señera entrevista en APSI, de septiembre de 1978, que casualmente llevaba en mi celular. Se la enseño a Carlos grabando el episodio y luego le presento al poeta. Se para, el rey de metro cuadrado, y se saludan. Raudo, el periodista Leonardo Olivares, que acompañaba a Caszely, inmortaliza la escena.

Era una mañana cualquiera de agosto, había sol y no hacía frío. El poeta recuerda sus inicios como publicista, en Quimantú, y yo agrega la frase que inventó para una colección de libros infantiles: "Carita de pena no queda ninguna, lágrimas en risa convierte Cuncuna". El futbolista agrega que está actuando en una obra para niños, que actúa de sí mismo y que aconseja a los protagonistas preferir un libro en vez de un celular.

Caszely agrega que está animado con el teatro, que serán cuatro funciones y que ha ido mucha gente...

No solo las tablas lo atraen.

En 2011 había escrito su biografía: "Calle larga con final de pasto", presentada por Antonio Skármeta como "de una prosa rápida, alegre, juguetona y eficaz", como su fútbol.

Esa dupla se había encontrado en junio de 1972, en el número 7 de La Quinta Rueda que, a decir de este mismo blog, en diciembre de 2009:

"Tuvo momentos notables como cuando Carlos Caszely y Lucho Barrios fueron entrevistados por Antonio Skármeta y Luis Domínguez, dos aguzados escritores emergentes, dando a luz la polémica intrínseca e irresoluta de Quimantú entre cultura popular y cultura ideológica, que vio quebrar tantas lanzas entre el académico Armand Mattelart y los intelectuales que entornaban al PC. ¿Se trataba de hacer cultura como lo hacía el pueblo o de hacer cultura como estimaban las vanguardias políticas –Marx, Engels y Althusser mediante- que era lo revolucionario? La Quinta Rueda sucumbió sin resolver la pregunta, pero dejándola en reveladora evidencia".

La pregunta aún no se resuelve. Estamos en 2025 hay una elección presidencial próxima y la candidata de la izquierda aún no anuncia su programa en cultura, mientras las diversas derechas lo han hecho.

Quizás el encuentro de esa mañana cualquiera sea una metáfora del camino a seguir. Se encuentran el Premio Nacional y el ídolo del deporte nacional, se saludan, intercambian experiencias y sin proponérselo aparece un lenguaje común, alrededor de un café: la preocupación por los niños. Que a la vez lean y hagan deporte parece ser la fórmula.

Así de simple, así de necesario.

18 agosto 2025

UNIVERSIDADES E INFRAESTRUCTURA CULTURAL

 



Como parece ser una tradición, nuevamente las principales universidades chilenas han dado, en distintas áreas, un fuerte impulso a la cultura. Ocurrió históricamente cuando la Universidad de Chile y la Universidad Católica tenían sendos grupos de teatro estables -ITUCH y TEUC-, los mejores del país y cuando se hicieron cargo de los primeros canales de TV en la década de los años sesenta, escoltadas esa vez por la pionera UCV.


Cuando parecía que la señera costumbre de que cada gobierno post dictadura dejaba una herencia en infraestructura de alcance nacional para las artes -allí tenemos el CCEM; el MIM; el CCPLM; el GAM- entraba en una sequía a partir del gobierno de Sebastián Piñera uno y hasta el actual, las universidades han salido al rescate.

La Universidad de Chile golpeó la cátedra con una Gran Sala Sinfónica Nacional que acogerá a sus elencos estables que gestiona el CEAC. Desde su ceremonia inaugural, tanto por los invitados -del Estado y de la gran empresa- como por el mensaje directo de la Rectora Rosa Devés, quedó claro que el sector privado tiene mucho que aportar en la administración del espacio. Lo mismo ocurre con la Arena Claro del club deportivo de la UC, que delata el aporte empresarial desde su nuevo nombre.

Es que desde el retorno a la democracia, quedó claro que el desarrollo cultural de Chile es una tarea de financiamiento mixto, entre el Estado, la empresa y la sociedad civil. El primero, tomando la iniciativa y poniendo recursos basales, la segunda aportando recursos operativos como lo requiere una obra de infraestructura y la tercera, a través de la devota compra de entradas, sea para un concierto o para un acontecimiento deportivo.

Veamos los elementos en común que tienen estas dos obras: 

Ambas poseen un elenco estable que ocupa gran parte de las fechas del año. La U de Chile, una Orquesta Sinfónica que atraviesa un gran momento, la UC un equipo de fútbol competitivo que espera recuperar sus posiciones cuando pueda volver a invertir en jugadores de nivel, una vez completada la inversión del estadio.

Ambas tienen vinculación a una "marca" tradicional y dinámica a la vez: las dos universidades más antiguas y prestigiosas en el país y el extranjero.

Estas casas de estudio incursionan también, en los tiempos recientes, en otras áreas de la cultura, como lo demuestran la formidable invitación de honor a la U de Chile, a la más relevante feria del libro universitario de habla hispana, la de la UNAM mexicana, a fines de este mes de agosto. La UC lleva algún tiempo asumiendo gestiones en la radio Beethoven, el museo MAVI o el espacio Vilches, entre otros.

Es preciso también mencionar que universidades, como la UDP, han hecho un gran esfuerzo por crear la Biblioteca Nicanor Parra y nutrirla de variadas muestras de arte y comunicaciones. Como, por ejemplo, una exposición educativa sobre la revista Cabrochico, de editorial Quimantú.

Sin embargo, el Gobierno y su Ministerio de Culturas, desde su creación, a finales de Bachelet dos, ha brillado por su ausencia en el terreno infraestructural, quedando en nada la productiva Comisión al respecto que creó Ricardo Lagos que traspasó su ímpetu al entonces recién creado Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. 

Queda el amargo sabor de que el tránsito de Consejo a Ministerio, junto con perder el carácter vinculante del primero, aumentó su gasto en burocracia y desprotegió la tendencia a llenar el país de espacios culturales "con cemento" y no solo con pases de impacto aún no demostrado.

Junto con acercarse a una elección presidencial se abre la perspectiva de que cada uno de los candidatos y candidatas puedan ofrecer al electorado la perspectiva de, durante su eventual mandato, dejar al país una noble infraestructura cultural.

¿O será que esa tarea es solo de Rectores y no de Presidentes ?

17 julio 2025

MAFALDA, CONDORITO Y ... CUNCUNA



 

Desde el heroico cruce de la Cordillera de los Andes del Ejército Libertador y el General San Martín,"llevando consigo su librería a través de montañas, campo y mar" (Mario Tesler "Con los libros de San Martín" editorial Dunken, 2014) Chile y Argentina han tenido mucho en común en el terreno del libro. Lo más reciente, la colaboración entre el MALBA de Buenos Aires y el Centro Cultural La Moneda de Santiago. El museo invitó al centro cultural a llevar la muestra "Huellas de Cuncuna" a su tradicional Fiesta del libro 2025 que se inaugura hoy 22 de julio. Como aperitivo, se realizó una conversación sobre la utopía lectora.



Al escarbar entonces entre los recuerdos de la infancia, aparece la revista Billiken (cuenta la leyenda que en homenaje a un señor llamado Billy Kent), la revista en español más antigua, creada por el uruguayo Constancio Vigil en 1919, autor de inolvidables cuentos como "La hormiguita viajera", "La moneda volvedora" o "El mono relojero".

También, clásicos de María Elena Walsh: "Manuelita, la tortuga"; "El reino del revés"; "Dailan Kifki", y "La sirena y el capitán"...

Más tarde, en la juventud, aparecen las ilustraciones de Oski (en las portadas de los primeros "Cabrochico") y de Quino, en la inmortal Mafalda. Mientras Chile universaliza al popular Condorito, aún a riesgo de ser confundido con colombiano y hasta mexicano.

Lo que no impidió que, en ambos países se escuchen reclamos respecto que "la historieta arrastra un problema de guión".

Con esa hipótesis, nos adentramos en Cuncuna, "la primera colección chilena de cuentos infantiles", nacida al calor de la democratización cultural que impulsara el Presidente Salvador Allende, con 30 mil ejemplares por publicación. Llegamos a la friolera de 540.000 ejemplares en menos de tres años.

Réplica a lo ocurrido poco antes al otro lado de la cordillera: el CEAL, Centro Editor Latinoamericano que publicaba, desde 1967, grandes tiradas de cuentos clásicos universales en su colección Cuentos de Polidoro.

Coincidimos con Judith Goiciol, la panelista argentina de este aperitivo, en que no era la presentación de los libros lo más importante, sino su masividad aunque hubiera que sacrificar algunos "detalles" para lograr un precio accesible.

Eso llevó a problemas con los derechos de autor debido a la cuestionada sinonimia, que significaba reescribir a los clásicos con sinónimos y así escabullir el pago.

Superada la sinonimia como un fenómeno de los sesenta, en Argentina han seguido publicándose colecciones como, por ejemplo, Libros del Quirquincho (1987).

Y han comenzado los homenajes. En Chile, Fondo de Cultura Económica ha publicado recién "El arte de Pepo" en conmemoración de los 25 años de su fallecimiento.

Y en este mismo diálogo "Trasandino", como reza el timbre que inmortaliza este encuentro, reconocí la solidaridad de Daniel Divinsky que acogió restos naufragos de Quimantú a inicios de 1974, cuando buscábamos seguir publicando para los niños de Chile.

Pero ese es un cuento largo. 



11 julio 2025

VM 20, UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Fotos: Arturo Navarro

 

Se respiraba la historia. En la misma fila, sentadas las máximas autoridades de los tres poderes del Estado, junto a dos Rectores de la Universidad de Chile. La actual, Rosa Devés y el iniciador del proyecto, Víctor Pérez. Muy cerca, una gran cantidad de Ministros y Ministras, parlamentarios además de la recientemente ganadora de elecciones primarias y la viuda del ex Presidente Sebastián Piñera. En el aire, las figuras emblemáticas de la Universidad y sus mejores proyectos... Andrés Bello, Juan Gómez Millas, Armando Carvajal... y en el escenario de conciertos, la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile animados por la batuta del maestro Maximiliano Valdés. 


En ese espíritu, estalla "Egresado, maestro, estudiante", el himno de la casa de estudios. Electrizante. Parecía que lo cantaron hasta quienes no estaban familiarizados con él.

Después, las generosas y agradecidas palabras de la Rectora que no dejaron sin reconocer a todos quienes desde 2014 fueron convirtiendo una idea en proyecto y ésta en realidad, a pesar del estallido social y pandemia, incluido el Rector Ennio Vivaldi .

Para culminar la ceremonia de media hora de historia, la intervención del ex alumno Presidente de la República, Gabriel Boric que reconoció, haciendo un guiño al ex Rector Pérez, su escepticismo juvenil respecto de este sueño.  

En lo musical, desafiando la calidad sonora de la flamante Gran Sala Sinfónica Nacional, la Obertura Festiva, de Juan Orrego Salas y la Novena Sinfonía, Coral, de Ludwig van Beethoven. Nunca más adecuada la Canción de la Alegría.

Entre el fascinado público se comentaba la calidad del espacio, se recordaba que es la primera sala pública para conciertos construida en Chile después del Teatro Municipal de Santiago.

Se lamentaba la oportunidad perdida por el proyecto similar del centro Cultural Gabriela Mistral, a dos cuadras de distancia, que aún espera su inauguración.

Se recordaba que, en algún momento del proyecto, en 2008 y 2009, esta misma Orquesta Sinfónica iba a ser elenco estable de esa postergada edificación. 

Fue Víctor Pérez quien avizoró las dificultades que vendrían y se lanzó con VM 20.

Pero no fue noche de nostalgias ni de tristeza. Chile había ganado una potente infraestructura cultural y se la brindaba su Universidad, la que durante muchos años fue la verdadera institucionalidad cultural del país.

Los asistentes, al salir, brindamos con entusiasmo. En lo personal, recordando esas visitas que -al llegar a Santiago desde la provincia- hacía a esa querida tía que daba clases en la Escuela de Química y Farmacia, en ese mismo punto de la ciudad, que, conservando su antigua fachada, el 10 de julio de 2025 se volvió inmortal.