12 octubre 2017

HABÍA UNA VEZ, UN TRECE DE OCTUBRE


Libro de Oro del CCEM, 13 de octubre 1994

Hay fechas en las que los sucesos se atropellan. Como el trece de octubre, en el campo de la cultura. Ese día de 1994, luego de cuatro años de vida de okupas, la corporación que gestionaba el Centro Cultural Estación Mapocho, recibió del Estado de Chile, a través de la titular de Bienes Nacionales, el comodato que le aseguraba legalmente su condición de responsable del espacio por cinco años. Esa misma Ministra -luego de varios comodatos renovados, el más reciente por 20 años- es hoy la Presidenta de la Corporación Cultural de la Estación Mapocho, la señora Adriana del Piano.

Han pasado 23 años y la celebración de ese 13 de octubre se ha acompañado por acontecimientos tan variados como reveladores. Uno de ellos, como ya se hace hábito un viernes de octubre, las instituciones patrimoniales del país convocamos a Museos de Medianoche, oportunidad para que los ciudadanos visiten -sin luz solar- los espacios que conservan patrimonio y acogen actividades culturales, que se engalanan para la ocasión. 

Por otro lado, el cambiante y amenazante clima en Santiago quiso que un hermoso concierto de homenaje a Violeta Parra, en su centenario, desde los balcones del Palacio de La Moneda, se trasladará también para el atardecer del viernes 13 de octubre.

Sin embargo, lo más trascendente de ese día estará ocurriendo al interior de la sede del gobierno: la Presidenta Michelle Bachelet pondrá su firma para promulgar -convertir el Ley de la República- el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, principal legado cultural de su mandato y del Ministro Ernesto Ottone.

Sin duda, la fecha pasará a la historia acompañada de los gestos simbólicos que la arroparon:

La noche de los museos que representa la gran cantidad de centros culturales y museos, públicos y privados, que extienden sus horarios habituales para que la ciudadanía elabore y recorra circuitos inéditos hasta que llegue la medianoche. Ejemplo de cómo se ha ido tejiendo, no sin dificultades, una política pública orientada a coordinar y mejorar la gestión de nuestro patrimonio inmueble.

El homenaje -no el único ni quizás el más masivo- a la recopiladora, cantante y artista múltiple que es Violeta Parra desde el lugar y sus balcones desde donde  tantos gobernantes, deportistas, líderes religiosos y de todo tipo han recibido el reconocimiento popular. Revelando también como una política pública desde el Consejo Nacional de la Cultura, que financió, gestionó y convocó a un año de reconocimientos, se muestra exitosa. Tanto que aún sus funcionarios trabajan en recopilar la multitud de acontecimientos que ocurrieron ante el llamado del organismo público participativo que el mismo día deja feliz paso a un ente de ambición superior, un Ministerio.

El más silencioso de los acompañamientos será el nuevo aniversario del Centro Cultural Estación Mapocho, pionero de nuestras políticas culturales, primera infraestructura cultural del país llamada a ser administrada por un ente privado sin fines de lucro, conservando propiedad estatal y origen de la inédita política de infraestructura cultural que aplicó con excelentes resultados el Consejo Nacional de la Cultura y que desde ahora deberá asumir el nuevo Ministerio.

Silencioso porque la magnitud y relevancia de las felices coincidencias de fecha implican más trabajo en beneficio del público y porque lo que la alegría aconseja es aplaudir sin distracción a los colegas de centros culturales y museos, a la genial Violeta Parra y al naciente Ministerio que será rector de la cultura en Chile y que, no obstante, como señaló la Presidenta Bachelet, conserva sus mecanismos de participación de la sociedad civil.

No se podía esperar más para un cumpleaños.

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