06 noviembre 2010

SETENTONIO



El domingo 7 de noviembre de 2010, Antonio Skármeta, mi "socio" y amigo cumple SETENTA años de vida. Es impreciso decir cómo comenzó lo segundo y muy exacto cuando nos iniciamos como socios: fue gracias al llamado del flamante director de programación de TVN/1990, Eduardo Tironi: tenemos espacio en pantalla y tú tienes buenas ideas respecto de los libros. Queremos un programa literario. De inmediato pasó por mi mente una escena, en el cerro San Cristóbal, a fines del año 1989, cuando la misma TVN hacía un programa-repaso cultural del año. Allí estaba Fernando Rosas compilando el año musical y Antonio, haciendo lo propio con los libros.


No me cupo duda, ni a Eduardo tampoco, que Skármeta era "el hombre". Procedí entonces a llamarlo, concertar una templada cita -entre el calor del verano y la frescura de su piscina- y poner a correr la imaginación. La clave: los pares de elementos. Literatura y ... El complemento perfecto: Mariano Aguirre, conocedor de cuanta obra publicada circulaba por el mundo hispano. El nombre de la creatura lo puso mi socio: tiene que ser un show, es decir, hablar de literatura pero en lenguaje de la televisión. Lo demás es conocido: los improbables éxitos de rating, el reconocimiento de la UNESCO, los intentos de Carmen Balcells por  adaptar el programa a España (fallidos por la imposibilidad de encontrar un Skármeta peninsular) y el reconocimiento público concretado (valga la metáfora) por el piropo de un obrero de la construcción, un día cualquiera, desde su andamio proverbial: "güena pelao".


Desde entonces, nuestros nombres y firmas aparecieron juntos en sendos contratos con canales y productoras. No por muchos años, desde luego muchos menos que la amistad que comenzó en los interconectados pasillos de Quimantú, la casa de Ariel Dorfman, algúna sede del MAPU y, más tarde, las solemnes reuniones del Directorio del Centro Cultural Estación Mapocho.


Como las buenas amistades -y esta es una de ellas- se extendieron a los cercanos. En especial a Don Antonio, su padre, que se distinguia del vástago sólo por un apellido croata tan complicado como el de su hijo, pero claramente diferente. Con el Don nos juntábamos a recordar -él a recortar- las andanzas de Antonio por los senderos del exilio. Incluso lo suplantó cuando con la modesta editorial Melquíades presentamos en la Feria del Libro la primera reedición de "Desnudo en el tejado" en tiempos de dictadura. Libro calificado entonces como "caballo", aludiendo a su tenaz afición por la hípica.


Incluso, Don Antonio, (un supuesto cura que aparece en el spot del NO agradeciendo la victoria que vendrá) me hizo heredero de un completo estudio y materiales valiosísimos que había coleccionado por años para crear una revista para adultos mayores. Le agradecí y concerté cita con la editorial más adecuada para el proyecto. Lo tomaron con tanto interés que encargaron un estudio de mercado, el que lamentablemente arrojó que - por esos años 80s- nadie se acercaría a un kiosco a adquirir una revista para la Tercera Edad, delatando su ancianidad. ¿Habrán cambiado las condiciones? Al menos -y Antonio hijo lo demuestra- hoy el tiempo de vida útil se ha extendido.


Mi socio ha tenido la delicadeza de hacerme compartir  los textos de despedidas dolorosas de sus dos padres. Verdaderas piezas de oratoria. La más reciente fue la de "mamita" que partió este año, arrullada por canciones de su croacia natal y con el homenaje de su hijo que le agradeció su inspiración por ese poema que es el cuento "El ciclista del San Cristóbal".


En su vida vinieron otros empeños. Novelas, premios, viajes, óperas, incluso una Embajada en Alemania hasta dónde retornó a agradecer esa potencia de la naturaleza que es Nora, su esposa germana. También allí celebrará este cumpleaños, antes de cantar con sus amigos que haremos lo propio cuando regresen a Chile. Tal vez por primera vez, este 7 de noviembre no sentiré la incomodidad de no poder acompañarlo, junto a muchos, a entonar el himno del "primer foco de luz de la nación".  El insuperable mayor defecto que Antonio me reprocha es no ser exalumno del Instituto Nacional.


Reconozco tal limitación y le respondo majaderamente invitándolo a la feria del Libro de Santiago, la que siente -lamentablemente, como muchos-  lejana por reconocer escasamente los méritos de escritores nacionales de tonelaje internacional.


Tal vez por ello prefirió "pasar" este año de visitarla y celebrar su aniversario en Berlín.  Hasta dónde llegará este saludo con enorme gratitud por su amistad y el cariño de su "socio" y amigo. 


Como si lo llevara el Cartero de Neruda.

2 comentarios:

  1. ARIEL DORFMAN :

    Qué belleza de recuerdo, gran Arturo.

    Cuncunas para ti….
    Hablé con el Palomo varias veces en estos días, y cantamos juntos sendas canciones….

    Lindo que el homenaje mayor sea la amistad para él, que es el más leal de todos….

    Abrazos

    Ariel

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  2. GUILLERMO VIDELA:

    Arturo: Ya que la revista para la tercera edad no prosperó en la década de los ochenta, te propongo para el 2011 una revista para la cuarta edad, con diferentes secciones de interés para estos jóvenes. Por ejemplo una que estimo muy atractiva para los lectores sería “Hace 5 días…….. 15 días y la que sin duda sería muy nostálgica….. hace un mes. Yo me intereso por hacerme cargo de la columna “ La botica del lector”, en que diariamente iré presentando la misma receta con los diversos remedios que los lectores deben tomar. La repetición diaria ayudara a prolongar en varios meses la vida de los lectores

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