La reciente elección Presidencial, categórica en sus números, dejó tambien claridad sobre el Programa Cultural que viene y cuales son las eventuales carencias que el nuevo gobierno desea superar: "brechas de acceso y participación relacionadas con el perfil socioeconómico, educacional y etáreo de los chilenos; distribución de la oferta cultural no balanceada en términos regionales, y participación insuficiente de la comunidad en los espacios culturales".
Hace ocho años, bajo el título Derecha atrevida, http://bit.ly/2Bex3Mm analizaba lo que el Programa de Sebastián Piñera planteó para su primer gobierno.
Su segundo Ministro del ramo, Roberto Ampuero, valoró hace unos días, en su columna Propuestas culturales de Sebastián Piñera http://bit.ly/2D6vXj4 que en dicho mandato, compartido con Luciano Cruz Coke, se "respetó las grandes líneas culturales que Chile se ha dado, no pecó del adanismo -creer que la historia comienza con uno-, y se inspiró en una visión amplia, no partidista ni centralista; impulsó la construcción de teatros regionales y centros culturales en regiones; creó el Fondo del Patrimonio; modificó y mejoró la Ley de Donaciones Culturales y presentó el proyecto para la creación del Ministerio de Cultura".
Mi análisis de dicho gobierno está en el texto La verónica del Ministro Ampuero que cerraba con un llamado al "Diálogo que, al menos en cultura, nunca debe interrumpirse. Como lo prueba el que no es posible aislar su desarrollo por períodos presidenciales sino por ciclos más amplios, conforme a su especial dinámica". http://bit.ly/2D4ropn
En síntesis, los cuatro criterios centrales del Programa, para Ampuero, son: "responsabilidad (prometer sólo aquello que se puede cumplir y financiar); inclusión (Santiago no es Chile); pluralismo (el Estado debe promover la cultura atendiendo a la pluralidad de concepciones, visiones, valores, culturas y sensibilidades del país), y diversidad (Chile está integrado por sus pueblos originarios, los españoles, los afro-descendientes históricos, y también las migraciones históricas y recientes)".
Es interesante, a la luz de ello, revisar las 19 medidas dadas a conocer en dicho programa, en el mismo orden planteado, son:
Como se ve, hay de todo: novedades, cuestiones que ya existen, simples órdenes administrativas, disposiciones tecnológicas y algunas propuestas similares a aquellas de la candidatura derrotada -con ausencias gruesas como la mejoría de las condiciones laborales de los artistas; el 1% del gasto público para la cultura; la editorial estatal, y la reducción del IVA a los libros-; sin embargo, se observa una alta intención de continuidad con lo hecho hasta ahora por el segundo gobierno de Michelle Bachelet y quienes la precedieron.
Lo que aparece tan urgente como relevante es la implementación del Ministerio de las Culturas, que debiera ser parte de la discusión que implica la constitución del nuevo gobierno. No en vano, allí se perfilan al menos unas decenas de nuevos cargos públicos creados por Ley, además del Ministro(a), dos subsecretarías y una Dirección Nacional del servicio del Patrimonio con sus correspondiente directores regionales.
Tanto las tareas de dichos cargos como el resto de las funciones que se avizoran, estarán fuertemente basados en las Políticas Culturales 2017-2022 que se han terminado de formular por el CNCA -participativamente- en los últimos meses.
El desafío de las nuevas autoridades, será combinar dichas polìticas con aquellas banderas que -legítimamente- quiere dejar establecidas el ganador de las Presidenciales.
Junto con los pendientes que, sin estar formalmente en la cartera que se crea, hacen parte de grandes proyectos culturales como el Canal Cultural de TV y la segunda etapa del Centro Nacional de Artes Escénicas y Musicales, el GAM.
Una vez más, continuidad y cambio en cultura. Ventajas de tener una institucionalidad descentralizada y participativa. Como pocos en el Estado de Chile.
Es interesante, a la luz de ello, revisar las 19 medidas dadas a conocer en dicho programa, en el mismo orden planteado, son:
- Implementar Vale Cultura, pase cultural para cada joven que cumpla 18 años que permita financiar el 50% del costo de cada bien o servicio cultural que se adquiera con el vale.
- Conectar por fibra óptica una red nacional de espacios culturales que permita la transmisión en línea de grandes eventos y la circulación de contenidos entre las regiones.
- Ampliar los horarios y días de atención de los espacios culturales públicos.
- Crear una nueva plataforma digital de difusión de contenido cultural que vincule a los creadores chilenos con la comunidad.
- Desarrollar un sistema de cofinanciamiento de la programación cultural entre el Ministerio, el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), los municipios y el mundo privado.
- Reconocer todas las escuelas artísticas que cumplan requisitos de calidad, estableciendo una subvención especial y crear un Liceo Artístico de Excelencia en las regiones del país.
- Convocar una mesa de trabajo entre el mundo de la educación y el mundo de las artes, para reforzar la presencia de la música y de las artes visuales e incorporar las artes escénicas y audiovisuales en el currículum mínimo obligatorio.
- Revisar la incorporación de la formación artística en todas las etapas de la enseñanza, partiendo de la educación preescolar.
- Potenciar los conjuntos artísticos de escuelas y liceos del país, como bandas, grupos de danza, teatro, entre otros, y promover instancias para su participación como festivales y encuentros.
- Simplificar el sistema de postulación a los fondos de cultura y establecer un sistema único de postulaciones, combinando una ventanilla abierta todo el año y convocatorias anuales.
- Establecer premios regionales similares a los premios a nivel nacional.
- Crear una unidad ministerial de derechos de autor en el nuevo Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
- Impulsar la beca Chile Crea, que permita a estudiantes de carreras artísticas y gestión cultural concluir sus estudios y realizar residencias en el extranjero.
- Crear un plan nacional de puesta en valor y salvaguarda del patrimonio material e inmaterial mediante una coordinación interministerial con SERNATUR y MINEDUC, y proponer nuevas postulaciones de declaratorias ante UNESCO.
- Revisar la Ley de Monumentos Nacionales sobre la composición del Consejo de Monumentos Nacionales, la revisión de los tipos y procedimientos de declaratorias y el sistema de compensaciones e incentivos.
- Fomentar la difusión de las obras de artistas nacionales más allá de los museos, centros culturales y galerías para instalarse en espacios públicos.
- Modernizar fuertemente la red de museos públicos e implementar en un plazo de ocho años museos regionales en las distintas regiones del país.
- Instalar el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio superando las duplicidades y dispersiones que la estructura aprobada pueda generar, considerando un nuevo Consejo de Artes Visuales, e implementando el Consejo Asesor de Pueblos Indígenas y una Unidad de Pueblos Migrantes en el ministerio.
- Desarrollar iniciativas emblemáticas como la conmemoración de artistas connotados, establecer dos días al año como Días del Patrimonio con acceso a los lugares públicos y privados de interés patrimonial y realizar diversos proyectos para conmemorar los 200 años de la consolidación e independencia de Chile.
Como se ve, hay de todo: novedades, cuestiones que ya existen, simples órdenes administrativas, disposiciones tecnológicas y algunas propuestas similares a aquellas de la candidatura derrotada -con ausencias gruesas como la mejoría de las condiciones laborales de los artistas; el 1% del gasto público para la cultura; la editorial estatal, y la reducción del IVA a los libros-; sin embargo, se observa una alta intención de continuidad con lo hecho hasta ahora por el segundo gobierno de Michelle Bachelet y quienes la precedieron.
Lo que aparece tan urgente como relevante es la implementación del Ministerio de las Culturas, que debiera ser parte de la discusión que implica la constitución del nuevo gobierno. No en vano, allí se perfilan al menos unas decenas de nuevos cargos públicos creados por Ley, además del Ministro(a), dos subsecretarías y una Dirección Nacional del servicio del Patrimonio con sus correspondiente directores regionales.
Tanto las tareas de dichos cargos como el resto de las funciones que se avizoran, estarán fuertemente basados en las Políticas Culturales 2017-2022 que se han terminado de formular por el CNCA -participativamente- en los últimos meses.
El desafío de las nuevas autoridades, será combinar dichas polìticas con aquellas banderas que -legítimamente- quiere dejar establecidas el ganador de las Presidenciales.
Junto con los pendientes que, sin estar formalmente en la cartera que se crea, hacen parte de grandes proyectos culturales como el Canal Cultural de TV y la segunda etapa del Centro Nacional de Artes Escénicas y Musicales, el GAM.
Una vez más, continuidad y cambio en cultura. Ventajas de tener una institucionalidad descentralizada y participativa. Como pocos en el Estado de Chile.
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