04 marzo 2008

FINANCIAMIENTO CULTURAL, MÁS QUE UN SIMPLE CHEQUE

Cecilia García-Huidobro publicó en REVISTA UNIVERSITARIA 97 de Diciembre 2007- Febrero 2008 la siguiente reseña sobre el libro de Arturo Navarro Ceardi "Cultura: ¿quién paga? Gestión, infraestructura y audiencias en el modelo chileno de desarrollo cultural" Santiago, RIL Editores, 2006:

Arturo Navarro es, sin dudas, una de las voces más autorizadas para internarse en los recovecos de la gestión cultural en Chile. En su larga trayectoria se ha encontrado en una variedad de frentes, que han ido desde la Editorial Quimantú, la fundación de la Revista Apsi, la redacción de la Ley del Libro, la dirección del Centro Cultural Mapocho y el directorio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, hasta la dirección de la Comisión de Infraestructura Cultural, durante el gobierno de Ricardo Lagos y la docencia universitaria. Hace tiempo que tanta experiencia acumulada estaba en deuda con una publicación que diera cuenta de los procesos que subyacen bajo las acciones culturales. Una beca en la Universidad de Harvard le permitió el ocio creativo para investigar y procesar las fuentes investigativas necesarias para preguntarse por uno de los aspectos más eludidos en los estudios culturales: el financiamiento.

Para contestar ¿Quién debe pagar por la cultura; quién debe decidir a quién pagar y qué diferencias surgen al hacerlo?, Navarro analiza, desde su propia experiencia, el desmoronamiento de las políticas culturales basadas en el exclusivo financiamiento por parte del Estado, hasta llegar a complejos sistemas de redes tanto nacionales como internacionales que se entrecruzan con industrias culturales, audiencias y lógicas privadas.

Es su hoja de vida cultural la que le da el mayor valor al libro, ya que todas las reflexiones y análisis que Arturo Navarro lleva a cabo están basados en su valiosa, y a estas alturas podemos decir privilegiada, experiencia personal. Este es un libro tremendamente íntimo, a pesar de la objetividad ensayística que lo envuelve, y en eso radica su riqueza. Sin embargo, hay una clara contención por parte del autor al no emitir juicios categóricos, desplegando una nutrida información sin conclusiones contundentes. Uno de los momentos más entrañables está en la corta historia de la Editorial Quimantú, donde Arturo Navarro inició su carrera como gestor cultural. En ella relata la energía puesta en lograr la instalación del libro en sectores históricamente olvidados, alcanzando el millón de impresiones, con una mística de trabajo difícil de encontrar hoy.

El rol del Estado es cuidadosamente estudiado, a través de los países más emblemáticos en la conformación de políticas de desarrollo cultural. No se eluden temas como la Universidad de Chile y es interesante constatar, ante el rigor de las cifras, el detrimento presupuestario sistemático del que ha sido objeto, llegando a percibir, en las partidas presupuestarias 2006, menos que el Museo Interactivo Mirador y lo mismo que el Teatro Municipal de Santiago, a pesar de mantener también cuerpos estables y una amplia extensión cultural.

Otro de los aportes del libro, entonces, es la certeza de que detrás de la asignación de recursos hay claras líneas editoriales, que fijan prioridades y desplazan los centros gravitacionales, de acuerdo a los criterios de quienes tienen que llevar a cabo las políticas culturales. La introducción de las audiencias y del sector privado como actores preponderantes marca un nuevo escenario, en permanente evolución.

Con la crisis vivida en el Teatro Municipal de Valparaíso, queda de manifiesto el largo camino de conquistas que el mundo cultural ha conseguido, sin obviar las carencias que aún prevalecen: « ...había un teatro llamado municipal, de propiedad privada, bajo la responsabilidad de un municipio, que no tenía capacidad de pagar la renta, que era sede de grandes reuniones para demandar la creación de una ley, que no existía y que creaba en Valparaíso una institucionalidad cultural, entre otras cosas porque iba a ser reconocida por Unesco Patrimonio de la Humanidad, algo que tampoco había acontecido » . La conformación del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes es el final de un recorrido, pero también un punto de partida.

El acopio de experiencias, vivencias, reflexiones de Arturo Navarro son un aporte excepcional a la crítica de las políticas culturales en Chile. Abre una ventana a la necesidad continua de evaluación e incentiva la discusión para quienes genuinamente se interesan por el desarrollo cultural de Chile.

Cecilia García-Huidobro FzK
Pedagoga y licenciada en Filosofía, de la Universidad de Chile.
Master of Arts, Rice University.

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