14 noviembre 2011

Y MATTA NO FUE UNA PIEDRA PERDIDA...




Como solicitado el 23 de marzo de 2011 en este blog,  Matta no debe ser una piedra perdida, Matta dejó el 11 del 11 del 11 de ser una piedra perdida para convertirse en una magnifica muestra allí, adosada al Palacio de La Moneda. Aplaudido, en pleno centenario, por sus fieles y protegido férreamente de los estudiantes que tampoco querían perder la ocasión de hacer alguna manifestación como las que ya son habituales y tienen de cabeza a las fuerzas policiales y una que otra institución de la República. Curiosamente, esta vez, Matta estaba tranquilo, cien veces colgado sin novedad -Nicanor Parra estuvo  una vez colgando Presidentes y salió mal parado- de las paredes del Centro Cultural Palacio de La Moneda dejando sin aliento a quienes visitaron la muestra.




La sensación es indescriptible: estar delante de un genio desplegado en todo su esplendor, enorme y diverso a la vez. A todas luces, recomendable de visitar, especialmente porque los esforzados gestores del centro, encabezados por Alejandra Serrano, han programado, con acierto, que la muestra se cierre recién el domingo 26 de febrero de 2012.

En el intertanto, la encuesta convocada por este blog, respecto a la idea de crear en Chile un Museo Matta entregó sus resultados. De casi cien personas que la respondieron, más de la mitad, el 52% es partidario de hacerlo sin condiciones, mientras un 28% estima que no es necesario dado que existen otras prioridades. Pudiera interpretarse que éste rechazo es relativamente alto y podría reflejar alguna conciencia de que la educación tiene cara de llevarse muchos recursos públicos en el futuro cercano.
Pocas personas, 5%,condicionan su aprobación a que los familiares aporten obras y un sorprendente 18% lo condiciona a que existan apoyos privados y públicos.

En definitiva, no hay un resultado contundente.

La pregunta, después de visitar la muestra curada por Inés Ortega-Márquez es si un museo, cualquier museo, de cualquier parte del mundo sería capaz de convocar esta misma calidad y cantidad de obra de Matta.

Tal vez, su camino será seguir infiltrando diferentes lugares, como el Centro Cultural de La Granja , galerías de Santiago, los libros como el Don Qui y hasta el Museo Nacional de Bellas Artes.
Lo cierto que, con esta muestra, Matta dejó de ser un "cosmopolita", en palabras de Neruda, regresando monumentalmente a su país, y comenzó a ser un poeta que parte y regresa.

Lo que en Chile no es poco.

09 noviembre 2011

EL ÚLTIMO NO EVENTO DE TOTÓ ROMERO

Foto El Mercurio
Coherente, consistente y de un humor envidiable, Graciela 'Totó' Romero quiso para su partida un funeral privado, dado a conocer públicamente días después de que hubiera acontecido. Nada podía haberla disgustado más que se hiciera de su muerte un evento. Ese mismo disgusto que, convertido en ironías y carcajadas, devino, en mayo de 1991, en un libro que llevaba la palabreja por título, con el epígrafe: Guía para peladores, arribistas y observadores desinteresados. Aunque a los arribistas, aclaraba, les servirá más. Totó llevaba con orgullo su descendencia de uno de los primeros escritores chilenos de literatura social, Alberto Romero, su padre, autor de "La viuda del conventillo" y de la periodista chilena más conocedora del cine hollywoodense, en su propia salsa: María Romero, su admirada tía, creadora de la revista Ecran.

La María, fue tema de nuestras primeras conversaciones, de seguro llevado por un fastidioso sentimiento de culpabilidad por haber participado del crimen de lesa revista de transformar la creación de Romero en Tele Ecran, una publicación de corta vida que agonizó en las prensas de Quimantú a comienzos de los setentas.

Nuestras conversaciones transcurrían en las oficinas de Editorial Andina, afortunadamente vecinas, donde ambos capeábamos el dilatado huracán de la dictadura y eran ocasionalmente interrumpidas por el vozarrón del jefe espetando: "Que suban los comunistas". Allá partíamos Totó y yo, ella con su inocultable tomate de pelo y yo con sendos informes de venta de ejemplares de Vanidades, Buen Hogar, Ideas y Mecánica Popular, que eran las publicaciones de la empresa. Una vez cerrada la puerta, nuestro gerente, Julio Poblete, comenzaba a plantear las últimas noticias de la competencia, de la política nacional y de Don Armando, su socio venezolano. Bien reídos y con nuevas tareas, ella de "desabollar" la Vanidades que venía casi lista de Miami y yo, los comerciales de TV de mismo origen, cuyo audio debía ser chilenizado.

Así, se constituyó en una de las mejores confidentes para alegrar la dictadura y aprender a no tomarse en serio.Salvo cuando se trataba de escribir buenos reportajes. En esa condición la invité como colaboradora del primer número de La Época Semanal, donde contribuyó con una polémica entrevista al doctor Benjamín Viel, pionero en las estrategias de planificación familiar a nivel nacional, que poco sintonizaba con los aires de fines de la dictadura y de la inminente vista del Papa Juan Pablo II.

Nuestro siguiente encuentro laboral fue acompañados de la periodista Ximena Torres Cautivo, en oficinas de editorial Planeta. Llevaban desarrollada una idea que se esbozó cuando tuve oportunidad de explicitar a Ximena la relevante distinción entre la izquierda guerrillera y la izquierda parrillera. Se trataba de construir un improbable libro alrededor del concepto de red set, acuñado en revista Paula, dónde ambas escribían.

¿Pero porqué sólo del red set? Hagamos también el charreteras set. Y no podemos dejar fuera al jet set tradicional. ¿Y los intelectuales? ¿Dónde cabría Pepe Donoso? Entonces pensemos en el brain set. Fue una sesión creativa y agotadora. Se agregaron así un diccionario de términos relacionados, un test para auto clasificarse  y, por cierto, un índice onomástico de todos los mencionados. Hay testimonios de libreros que aseguran que muchos posibles compradores comenzaban por allí para decidir la adquisición.

Fue un ejemplo de la agudeza de Totó para mirar la sociedad, disectar a sus integrantes, sin ofender, pero sin dejar de provocar una sonrisa o, directamente, carcajadas.

Un orgullo haber compartido con ella, haber sido su amigo, como quiso dejarlo firmado en la dedicatoria de El Evento: "Para el padrino red-set, con el cariño enorme de la red-friend". Totó.

07 noviembre 2011

SHAKESPEARE, AL FIN



Mucha agua tuvo que pasar bajo los puentes para que un Seminario sobre cultura en Chile fuese adornado por la imagen del genio británico que ilustra esta nota. El Segundo Seminario Cultura y Economía, efectuado en el Hotel W (¿de William?) el 4 de noviembre marcó el cambio, al recibir a cuatro expositores provenientes de la comunidad británica -dos ingleses, una neozelandesa y un australiano- que nos dejaron la sensación de que algo está cambiando desde los reiterados tiempos en que las aguas estadounidenses, francesas o españolas aparecían como principales, sino únicas, inspiradoras de nuestras políticas culturales, demostrando de paso que nuestro modelo de Consejo de la Cultura y las Artes tiene buena compañía en el mundo actual. 

Los complementó el ex Ministro brasileño Juca Ferreira recordando la   doctrina de su país que "al Estado no le cabe hacer cultura sino facilitar y fomentar su desarrollo" agregando que las tres grandes metas que tuvo el Presidente Lula fueron: estimular el desarrollo cultural de Brasil; implementar una fuerte inclusión cultural de la población, y desarrollar la Economía Cultural, en el sentido de una economia post industrial cuya legitimidad y contemporaneidad se construye con participación, es decir, "un diálogo sincero y crítico con todos los sectores".

La Economía fue el centro del seminario que, en comparación con la versión 2010, no pudo conservar su calidad dado que las mesas redondas sucumbieron ante la mala práctica de llegar tarde, hablar y retirarse, como aconteció con el Ministro de Hacienda que luego de una desprolija intervención -"los chilenos viajan a Nueva York para asistir a obras de Broadway"- partió raudo dejando a una audiencia sin oportunidad de presenciar una conversación entre los panelistas, con participación de la audiencia, tal como lo afirmaba el programa y  reiteraban los jóvenes que requerían preguntas escritas en una hoja en blanco ubicada en cada una de las sillas.

El Ministro de Cultura no fue particularmente enfático al dar a conocer la noticia de las primeras cifras de la Cuenta Satélite de Cultura que el domingo anterior había adelantado y analizado la sección de El Mercurio llamada Economía&Negocios, metáfora de que esa fórmula sigue siendo más ágil que la de Economía & Cultura.

No obstante, Cruz Coke pudo acuñar una frase que será recordada "queremos más equidad que gratuidad" perfilando los cuatro caminos que debiera seguir el CNCA: incentivos a la participación de la sociedad civil en cultura; generación de estadísticas culturales; infraestructura para la circulación de bienes culturales, y fortalecimiento de instituciones culturales que favorezcan la formación de nuevos públicos. Detallando que este apoyo será -como ocurre en Australia, Estados Unidos, Nueva Zelandia y el Reino Unido- vinculado a metas y beneficiarios, a medir cada tres años, más que a proyectos específicos.


Sin duda, lo destacable del seminario vino desde los súbditos de la Reina Isabel. Gisella Carr, Directora de Film New Zealand, expuso sobre cómo la entretención puede ser motor de la economía, narrando los logros de su país en la industria cinematográfica (dos de las diez películas que recaudaron más de cien millones de dólares provienen de allí: una de las sagas de El señor de los anillos y Avatar) debida a la calidad de sus parajes, la capacidad de sus artesanos, sus actores, sus técnicos y la audacia de sus gestores, arropados en el simple lema: "Suéñalo, hazlo, velo". Así podemos hablar ahora de películas que generan 22 mil empleos y cosechan 17 premios de la Academia, convirtiendo a Nueva Zelandia en un mini Hollywood.

El charlista inaugural, David Throsby, de la Universidad Macquarie, Sydney, conceptualizó las industrias creativas, ordenándolas en un modelo concéntrico que tiene por origen las artes creativas centrales (literatura, música, escénicas y visuales) y abarca centrifugamente industrias culturales como cine, fotografía,  industrias más amplias como radio y TV y otras relacionadas como publicidad, arquitectura y diseño. Para luego enfatizar las tres "i" de la estrategias de políticas culturales: la Infraestructura, como apoyo "invisible" al desarrollo de ciudades creativas, regulación del patrimonio y los incentivos a la filantropía; el desarrollo de la Industria pequeña y mediana, y la Innovación como ideas creativas para otros sectores económicos y la inversión estratégica en la investigación en el sector cultural.

Concluyó planteando el desafío de dimensionar el valor de la cultura, lo que significa llegar a comprender los beneficios económicos (de mercado y no de mercado) que tienen la cultura y las artes.

Ello, reconociendo la importancia del valor cultural como parte del valor público creado por este sector. Con ello se favorecería un clima positivo para que el sector privado se involucre en las artes y los gobiernos promuevan políticas culturales como parte de su función central, involucrando en ellas a una gran cantidad de ministerios (comercio, desarrollo regional, desarrollo urbano, bienestar social).
John Newbigin, director de Creative England y quién invitó a Shakespeare, esbozó una definición de industrias creativas destacando como tales a actividades que tienen en su origen la creatividad individual, la destreza y el talento y poseen un potencial de riqueza, generando a la vez propiedad intelectual.

Entre sus aportes propuso el uso de las licitaciones del gobierno para estimular la creatividad en sus proveedores.

Así, otra fortuna del seminario fue precisamente recuperar la centralidad del vocablo creatividad por sobre aquel otro más cercano a lo comercial y acechante en el lenguaje de moda, como es innovación.
En lo que no hubo dos opiniones -como lo dijo Juca Ferreira- fue que, en cultura,  la discusión es un insumo básico. Aspecto que lamentablemente se extrañó esa mañana.

Aunque Shakespeare estuviera presente.

02 noviembre 2011

DIABLADAS Y DIABLURAS EN LA FERIA DEL LIBRO

No fue la primera vez que la inauguración de la Feria del Libro fue escenario de manifestaciones ajenas a lo programado. Este año 2011 había novedades -"continuidad y cambio"- anunció el nuevo Presidente de la Cámara del Libro, Arturo Infante. El cambio principal fue la presencia de una "pregonera" que dictó una conferencia que nos introdujo simultáneamente al libro, al país invitado y su cultura y a la potencia que tienen las mujeres en nuestra sociedad. Las palabras de Sonia Montecino marcaron un buen comienzo de la cita literaria mayor de Chile.
Luego vino la poderosa y centenaria Diablada de Oruro, digna representante del Estado Plurinacional de Bolivia, país Invitado de Honor de esta versión, representado por el Vice Ministro del Ministerio de Culturas del país vecino, que llenó de música y colores la ceremonia inicial.
En el intertanto, y mientras hablaba el Ministro chileno de Cultura, irrumpieron una veintena de estudiantes, gritando sus planteos contra el lucro y por la gratuidad de la educación y esgrimiendo carteles de respaldo de los mismos. Cruz Coke y la totalidasd de la audiencia escuchó con tranquilidad hasta que el Presidente de la Cámara realizó un llamado republicano a escucharnos mutuamente.
En una ocasión anterior, esta instancia inaugural había sido interrumpida por el baile solitario del Ché Gay, un activista de la causa homosexual que también fue recibido con serenidad y respeto por la audiencia.
Pero, sin duda la situación más tensa ocurrió lejos del acto inaugural, en una remota sala, hoy desaparecida fruto de la remodelación, en la feria de 1992 cuando los organizadores programaron una aparentemente inofensiva presentación poética de Miguel Serrano, que dialogaría con Cristián Warnken, entonces responsable del programa cultural de la Feria.
La primera alerta vino de la Comunidad Judía, a través del Presidente de su Comité Representativo, que anunció que sus jóvenes vendrían a protestar por la presencia del escritor nazi. Cuando se advirtió al Presidente de la Corporación Cultural de la Estación Mapocho, el entonces Ministro de Educación, Jorge Arrate, espetó: "Y quién invitó al nazi ... ese". De inmediato resolvió apersonarse en el lugar, sin entrar a la sala, en señal de custodia y protesta a la vez. El Alcalde de Santiago, envió a los guardias municipales a prevenir cualquier conato de enfrentamiento. Finalmente, el acto se realizó con una concurrencia más bien modesta conformada por un puñado de militantes nacionalsocialistas con discretas swasticas, en primera fila, decenas de jóvenes judíos más atrás, otro contingente de guardias municipales y unos pocos visitantes distraídos de la la Feria. La poco poética tensión se respiraba en el ambiente mientras el Ministro de Educación cumplió su promesa sorbiendo pausadamente un café, en un recinto cercano, hasta que el riesgo hubo pasado.

Sin embargo, lo verdaderamente significativo, en estos tiempos turbulentos, está en que nuevamente flamea en el Centro Cultural Estación Mapocho, la bandera boliviana, una demostración de cómo la cultura acerca a los pueblos, así aconteció en 2005 cuando se reunieron allí dos decenas de gestores culturales chilenos y bolivianos a iniciar un diálogo entre sociedades civiles de ambos países, que no es ajeno a la representación del país hermano que engalana esta Feria. Como tampoco lo fue, aquellas otras dos veces en las que flameó la enseña de Bolivia, cuando a través del Consulado General de ese país, que encabezaba Herman Antelo, se presentó en el Centro Cultural en 1994 y 1995, la muestra Bolivia, la magia de su diversidad. Aquella vez, las diabladas llegaron, bailando por las calles céntricas, hasta la mismísima Plaza de Armas de Santiago.
Entonces, inauguró la primera de las muestras el Vice Presidente Víctor Hugo Cárdenas, primero de la etnia aymara, cruzado con una hermosa banda de alpaca. Hoy, 17 años después, Bolivia ostenta con orgullo su condición de Estado Plurinacional, proceso que comenzó con el reconocimiento de su propia diversidad.
¿Estaremos los chilenos siquiera iniciando ese camino?